No es que yo no quisiera (Diario)
Publicado en Feb 27, 2017
Mi cuñado Bernardo (de Bustares) siempre ha sido, y sigue siendo, una gran persona. Yo siempre he tenido, y sigo teniendo, una gran relación amistosa con él; pero hoy, hablando con mi gran amigo Rufino (de Molina de Segura) me ha venido a la memoria una ocasión en la que Bernardo se equivocó conmigo. Nos puede pasar a todos así que no le he criticado nunca por ello. El asunto, además, era muy baladí como para darle importancia alguna. Él sabía que yo escribía a máquinas gracias a que había aprendido el "método ciego" en la Academia Cima de Madrid y pretendía que yo se lo enseñara en una sola tarde. No le dije que no, sino que tendría que tener mucha paciencia y que también debería entender que yo tenía que estar acudiendo a "cuarenta mil sitios" y no podía dejar en el olvido a mis chavalas. Que quede bien entendido que nunca me negué a enseñarle a escribir a máquina sino que me resultaba imposible del todo estar hora tras hora haciendo que practicara el "método ciego" cuando hay que estar meses enteros practicándolo hasta poder escribir "mirando al tendido" como hacen los grandes ases del toreo cuando están dispuestos a lucirse ante sus admiradoras.
Hablando de admiradoras, supongo que Bernardo entendería algunos días más tarde que yo no podía dejar de atender a las mías porque si eso ocurría me iba a aburrir demasiado y, claro está, como yo estaba soltero (aunque ya tuviese novia que no era todavía oficial pero como si lo fuera) tenía que pasármelo lo mejor que pudiera y está demostrando que no es lo mismo perder el tiempo con amigos bebiendo en un bar para olvidar no sé qué cosas (pues yo nunca lo he hecho aunque lo he visto hacer multitud de veces) que ganar el tiempo ligando con chavalas que me gustaba ligar. Quiero decir que entre pasarme meses enteros enseñando a escribir el "metodo ciego" y pasarme meses enteros divirtiéndome con mis admiradoras existe todo un gran abismo sentimental. Por eso supongo que Bernardo lo llegaría a entender aunque pasara algún tiempo enfadado conmigo. No es que yo no quisiera sino que no podía dejar de atender las peticiones de mis admiradoras y el "método ciego" (el famoso "qwert-yuiop" para quienes entendemos de teclados mecanográficos) no se aprende en un solo día como si fuese la Conquista de Granada. Y a todo esto me parece que en Granada he tenido yo alguna aventura que espero recordar de nuevo. Así que entre granadas (bien granadas) y granadillas (poco granadillas) prefiero mil veces las granadas (bien granadas) y creo que todos mis lectores y mis lectoras me están entendiendo a las "mil maravillas" y esto es maravilloso del todo por todos los lados por donde se recuerde. Aclarado todo este asunto ya va siendo hora de que me retire a mis reales aposentos a ver si cae una merienda-cena de esas de "chuparse los dedos" que es una forma muy popular de decir que me lo estoy pasando "chupi lerendi" o algo más o menos parecido. Nota.- Confirmo que se dice "chupi lerendi".
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