La Despedida (Homenaje a Kalil Gibran)
Publicado en Mar 02, 2017
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LA DESPEDIDA
Poeta.- En este tren viajaremos muchísimos años los dos juntos, amor pequeño.
Niña.- ¿Y podremos hablar de muchas cosas?
Poeta.- El tren tiene doce estaciones y las repetiremos cada vez de forma diferente.
Niña.- ¿Y nunca me abandonarás?
Poeta.- Antes de eso quiero saber mucho más de ti.
Niña.- ¿Diciendo las verdades de nuestros pensamientos?
Poeta.- Esas son las verdades de la vida.
Niña.- ¿Es eso lo que llaman realización?
Poeta.- Escucha, amor pequeño. Viviremos primaveras y veranos y otoños e inviernos,
Niña.- ¿Repitiendo las doce estaciones siempre?
Poeta.- Viviendo las doce estaciones siempre.
Niña.- ¿Es que no es lo mismo repetir que vivir?
Poeta.- Te irás dando cuenta cuando estemos viajando sin parar.
Niña.- Será divertido escucharte, Poeta.
Poeta.- ¿Te gusta a ti hablar?
Niña.- Me encanta escuchar lo que me cuentas.
Poeta.- Escucha entonces con un corazón rico.
Niña.- ¿Y te podré preguntar por las cosas que más anhelo?
Poeta.- Yo te diré lo que hay más allá de los montes.
Niña.- ¿Es que más allá de los montes hay vida?
Poeta.- La hay. Mis ojos han visto hasta la otra orilla del mar.
Niña.- ¿Y me contarás de cosas divertidas?
Poeta.- Te contaré de cosas que penetren en tu alma para no olvidarlas jamás.
Niña.- ¿De esas que hacen latir el corazón?
Poeta.- Sí, amor pequeño. De los torrentes de agua que te harán sentir la vida.
Niña.- ¿Y me hablarás de las flores del manzano?
Poeta.- Y también de esas olas que mueve el viento en la alta mar.
Niña.- ¿Me harás reír de vez en cuando?
Poeta.- Es mucha más sabia una simple sonrisa que millones de carcajadas.
Niña.- ¿Qué se puede aprender sonriendo?
Poeta.- Que una fuente sólo es una fuente si se bebe el agua de esa fuente.
Niña.- ¿Me puedes explicar qué es la sed?
Poeta.- Alguien dijo que bueno es saber que los vasos nos sirven para beber.
Niña.- No veo el problema.
Poeta.- Lo malo, amor pequeño, es que muchos no saben para qué sirve la sed.
Niña.- Estoy sedienta de tus manos atrapando sensaciones en el infinito.
Poeta.- Escucha, entonces, el cantar del espacio.
Niña.- ¿Qué es el espacio?
Poeta.- Solamente todos nuestros sentimientos comunes.
Niña.- Estoy sedienta de tener tu abrazo en este caminar de esperanzas.
Poeta.- Mi beso enamorado hará que te sientas feliz por ser humana.
Niña.- ¿Y qué me contarás para ser feliz?
Poeta.- Te contaré que somos más humanos cuando bebemos sin avaricia.
Niña.- ¿Y yo qué puedo enseñarte a ti?
Poeta.- Tú me enseñarás a seguir siendo humilde en medio de las tormentas.
Niña.- ¿Todo eso dentro de la ensoñación?
Poeta.- Te enseñaré a vivir los sueños en la medida adecuada.
Niña.- ¿Qué distancia hay entre el sueño y la realidad?
Poeta.- Aprenderás que no hay distancia cuando se sueña con lo que se ama.
Niña.- ¿Y si tengo alguna vez soledad?
Poeta.- Cuando te mires a ti misma jamás habrá soledad en ti.
Niña.- ¿Cómo saber cuándo?
Poeta.- Cuando aprendas que no la conocen los que tanto hablan de ella.
Niña.- No llego a entenderlo.
Poeta.- La soledad sólo la conocen quienes la han vivido.
Niña.- ¿Y han seguido viviendo a pesar de haberla conocido?
Poeta.- Eso es. Han seguido viviendo por haber sido capaces de superarla.
Niña.- ¿Qué es el olvido, Poeta?
Poeta.- Si te dicen que el silencio es el olvido se equivocan.
Niña.- ¿Por qué? Yo creo que el silencio sirve para no pensar en nada.
Poeta.- Aprenderás que el silencio siempre es un recuerdo.
Niña.- ¿Y si la soledad es muy profunda?
Poeta.- Una soledad nunca es más profunda que sentir la alegría de ser feliz.
Niña.- ¿Y el dolor que produce?
Poeta.- ¿Qué es el dolor, mi pequeño amor?
Niña.- Creo que todo un sentir.
Poeta.- Es el dolor el que nos hace cuajar como personas capaces de superarlo todo.
Niña.- ¿Te estás refiriendo al pensamiento?
Poeta.- Exacto. Como el pensamiento es infinito lo que pensamos puede ser infinito.
Niña.- Poeta... ¿qué es el infinito?...
Poeta.- Una realidad tan verdadera que es hacia donde todos vamos a caminar.
Niña.- ¿Todos los hombres piensan de esa manera?
Poeta.- El infinito no depende de lo que pensemos los hombres.
Niña.- ¿Eso quiere decir que es lo que define a la vida a pesar de quienes lo nieguen?
Poeta.- Eres inteligente, mi pequeño amor.
Niña.- ¿Puedes hacer un esfuerzo y convencerme de que es verdad?
Poeta.- La vida verdadera siempre se presiente con infinitos destellos de energía.
Niña.- ¿Qué clase de destellos son esos?
Poeta.- Los que calman nuestra ansiedad de ser y nuestra voluntad de existir.
Niña.- Necesito palabras para entenderlo bien.
Poeta.- Cree más en ti y conocerás mejor lo que eres.
Niña.- ¿Sin confinarme solo en mi cuerpo?
Poeta.- Aciertas si piensas de esa manera. El cuerpo sólo es materia.
Niña.- ¿Y es mala la materia del cuerpo?
Poeta.- No es mala; pero si no tiene espíritu es la nada.
Niña.- ¿Cuándo puedo entender que alguien es la nada?
Poeta.- Cuando alguien te hable de la inexistencia de Dios.
Niña.- ¿Y qué le digo a alguien así si me lo encuentro en la vida?
Poeta.- No le digas nada porque al ser él la nada no te va a entender.
Niña.- ¿Puedo saber qué es esa nada?
Poeta.- Cuando alguien tiene la cabeza dura de nada le sirven sus ojos...
Niña.- ¿Quieres decir que son los que tienen la mente cerrada?
Poeta.- La mente cerrada y el alma ausente...
Niña.- Pero eso es patético...
Poeta.- Eso es. No vienen de ningún lugar y no van a ningún sitio.
Niña.- ¿No es eso morir?
Poeta.- Es la manera más completa que existe de morir sin saber para qué viven.
Niña.- ¿Y nunca piensan en el cielo?
Poeta.- No saben del cielo nada porque no saben mirar al cielo.
Niña.- ¿Qué es mirar al cielo?
Poeta.- Buscar la verdad abierta...
Niña.- ¿Es que ellos sólo dicen que la verdad es cerrada?
Poeta.- Has acertado. Construyen pensamientos que nunca se elevan de la tierra.
Niña.- Tradúcelo, Poeta... para que yo lo pueda entender...
Poeta.- Como sus palabras son vagas no busques jamás aclararlas.
Niña.- ¿Tengo que dejar que pasen?
Poeta.- Déjalas que pasen porque sólo son de la oscuridad.
Niña.- ¿Y viven sin espíritu?
Poeta.- Mueren sin espíritu.
Niña.- ¡Vaya manera de perder la vida!
Poeta.- Ellos son el principio de las cosas pero no son su fin.
Niña.- ¿Las cosas son superiores a ellos?
Poeta.- Eso es lo que afirman ellos mismos.
Niña.- ¿Por eso dicen que la vida es decadente?
Poeta.- Lo vienen diciendo desde que toman falsa conciencia.
Niña.- ¿Existe la falsa conciencia?
Poeta.- Cultivando nuestra conciencia amamos nuestra existencia.
Niña.- ¿Quieres decir que no creen ni en la existencia de ellos mismos?
Poeta.- Claro. Al negar la eternidad niegan su propia trascendencia.
Niña.- Y sin trascendencia son solamente decadencia nada más.
Poeta.- Muy bien deducido, mi pequeño amor.
Niña.- ¿Podremos ver el mar para sentirnos liberados?
Poeta.- Estaremos en el mar para sentirnos habitados.
Niña.- ¿Y en las nubes? ¿Podremos estar en las nubes?
Poeta.- Sí. Para sentirnos soñados.
Niña.- ¿Quiénes podrán soñarnos?
Poeta.- Todos los que dejaron de ser gentes para ser personas.
Niña.- ¿Qué es lo más importante para conseguir eso?
Poeta.- La semilla que sembramos, mi pequeño amor.
Niña.- ¿Lo que has sembrado en mí?
Poeta.- Eso es. La semilla de la planta tenaz.
Niña.- Supongo que ser persistente es ser algo muy importante.
Poeta.- Sí. Es con el hombre inmenso donde yo soy inmenso.
Niña.- Y ser inmenso es lo más importante de la humanidad.
Poeta.- Por eso permaneciendo en él somos eternos.
Niña.- Me gustan estos momentos de estar contigo porque me llenan de anhelos.
Poeta.- El anhelo más grande que tengo es reunirme con la espuma.
Niña.- ¿Para qué?
Poeta.- Para ser polvo para otro cuerpo pero existiendo siempre el mío.
Niña.- ¿Me llevarás siempre contigo?
Poeta.- Tengo algo muy importante que decirte, mi pequeño amor...
Niña.- ¿Eso quiere decir que me abandonarás algún día?
Poeta.- Jamás un poeta abandona a sus versos.
Niña.- ¿Y yo soy un verso tuyo?
Poeta.- Eres un verso mío nacido de un beso de amor.
Niña.- Lo comprenderé si sigues estando a mi lado.
Poeta.- El tiempo es el mundo debajo de un abedul.
Niña.- ¿Qué clase de abedul?
Poeta.- Aquel donde más allá de la vida existe la voz que anida.
Niña.- ¿Y el alma?
Poeta.- El alma son esos sueños de los cuales somos dueños.
Niña.- ¿Qué son los sueños?
Poeta.- Emociones vividas en las canciones escritas para la virtud.
Niña.- ¿Y la virtud?
Poeta.- La vida que tenemos conseguida caminando con Jesús.
Niña.- Bien... pero quiero saber si siempre estarás a mi lado...
Poeta.- Tienes que saber que soy mayor que tú.
Niña.- Pero ti siempre me has dicho que no existe la edad.
Poeta.- No existe la edad pero existen los momentos.
Niña.- ¿Entonces?
Poeta.- Que seguiremos viajando unidos por toda la eternidad.
Niña.- Eso me sirve de consuelo, Poeta.
Poeta.-  Callar con el silencio que nos quieren imponer nos lleva a hablar con el alma.
Niña.- ¿Y eso qué quiere decir?
Poeta.- Que ese es el Gran Grito de la Vida.
Niña.- ¿El consuelo de los valientes?
Poeta.- Tú lo has dicho. Por eso debes comprenderme.
Niña.- ¿Comprender que te irás muy lejos?
Poeta.- Nunca haré eso; pero un día estaré ya muy cansado.
Niña.- Yo siempre te haré compañía y no te abandonaré jamás.
Poeta.- Y serán momentos irrenunciables.
Niña.- ¿Por qué dices entonces que un día estarás cansado?
Poeta.- Sólo soy un hombre, mi pequeño amor.
Niña.- ¿Y por eso abandonarás el tren de la vida?
Poeta.- Antes dijimos que existe la eternidad luego ni tu vida ni la mía tienen fin.
Niña.- Luego nada nos separará jamás.
Poeta.- Tengo por seguro; pero llegará un día una estación...
Niña.- Donde te bajarás para poder descansar...
Poeta. ¡Lo entendiste! Me bajaré y tú seguirás dando otras muchas vueltas más.
Niña.- Lo que tengo miedo es de no tenerte otra vez a mi lado.
Poeta.- Espera. Me voy con el viento pero no hacia el vacío.
Niña.- ¿Quieres decir que esperarás a que yo también me baje?
Poeta.- Eso quiero decir. No te preocupes. Nunca seré una ausencia.
Niña.- Entonces siempre estarás conmigo esperando en la estación.
Poeta.- Te prometo que siempre te estaré esperando en la estación.
Niña.- Y cuando yo baje seguiremos juntos hasta la eternidad.
Poeta.- Por eso te digo que no aten nunca la razón de la sinfonía amorosa.
Niña.- No permitiré que nadie la ate.
Poeta.- Que no aten nunca la liberación de expresar emociones.
Niña.- ¿Puedo reír o llorar y hablar o guardar silencio cuando me estés esperando?
Poeta.- Es lo que te pido.
Niña.- Estoy segura de que esa estación se llamará crepúsculo.
Poeta.- Pero tú y yo la llamaremos amanecer.
Niña.- ¡Estoy segura de que es verdad!
Poeta.- No te dejes engañar por lo de la materia.
Niña.- ¡Me alegro de saber que siempre estaremos juntos!
Poeta.- Nos reuniremos de nuevo y juntos tenderemos nuestras manos a Dios.
Niña.- ¿Lo mismo que hacemos ahora?
Poeta.- Lo mismo pero mucho más completo porque ya no habrá enemigos.
Niña.- ¿Quiénes son esos enemigos?
Poeta.- Lo que no saben que estamos unidos por la vida y para la vida.
Niña.- ¡Me gusta el tren de la vida, Poeta!
Poeta.- Gracias por amarme tanto.
Niña.- ¡Gracias por haberme regalado el billete, papá!
 
Autor: José Orero de Julián "Diesel"
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Homenaje a Kalil Gibran

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Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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