La amistad (Homenaje a Khalil Gibran)
Publicado en Mar 03, 2017
LA AMISTAD
Pasa la existencia con toda esa necesidad de hacer que nuestros silencios lleguen al centro de un ser que los acoge para sentirlos en formas unívocas cuando hallamos un campo donde cultivar, une mesa con hambre y una paz que sustituya a la batalla diaria que nos ofrecen los que tienen miedo de que seamos amigos de verdad. Amigos para siempre seremos tú y yo más allá del tiempo y la distancia y más acá de la pena y el dolor. Piensas porque no tienes miedo a escuchar un "no" como respuestas. ¿Qué importancia tiene que te nieguen los sentimientos cuando en tu propia mente existe ese sí que acompaña a tu persona? Un corazón callado no es una ausencia de palabras porque siempre se convierte en el eco de un anhelo, de un deseo, de un querer ir más allá con todos tus pensamientos. Y de pronto te conviertes en verbos porque hay alguien que sí, que ha decidido por su propia voluntad escuchar el latido de tu existencia. De repente, todos los sentidos se despiertan y te conviertes en presencia. ¿Y qué es una presencia sino esa amistad que une a dos seres humanos que escucharon tantas negaciones que, al final, se han convertido en afirmaciones de sus mutuas contingencias elaboradas en un silencio que se ha convertido en verbos como querer, amar, ser o estar? Queremos porque somos amigos de la montaña donde subimos los dos acompañados del viento. Amamos porque somos amigos del espíritu que nos hacer respirar el éter del los sentimientos. Somos porque nos hemos profundizado de vivencias comunes. Estamos porque somos la revelación del misterio que supera el reflujo de los vaivenes del tiempo y nos llenan el vacío para completarnos sin matar las horas de las ausencias sino haciéndolas vivir en nuestras comunes necesidades de sentirnos partícipes de una misma dulzura, de una misma risa, de un mismo placer. Y en el rocío de las albas tú me descubres la fantasía de tu naturaleza femenina y yo te hago conocer por qué estoy a tu lado con mi masculina presencia. Amigos para siempre seremos tú y yo porque hemos aprendido a decirnos sí cuando estábamos acostumbrados a que nos dijeran no. Desde ahí al compromiso sólo existe un solo paso que llamamos corazón. Autor: José Orero de Julián "Diesel"
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