Las chicas del Pim's (Comedia) Escena 2
Publicado en Mar 26, 2017
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Luis.- ¿Que haces aquí tú guaperas con paperas?
 
Agustín.- Jajaja. Gracias por lo de guaperas aunque no me lo crea yo todavía del todo. Pero demos tiempo al tiempo y ya se verá en lo que acabo. ¿No estaba con vosotros el soplagaitas de Carlos?
 
Tomás.- Nos ha dicho que tenía que ir urgentemente a por tabaco... pero Luis y yo creemos que se ha ido para no tener que empezar...
 
Luis.- Luego se le antojará ser el primero en elegir chavala.
 
Agustín (fijándose en las dos chicas del "Pim's" que siguen a lo suyo sin hacerles ni el más mínimo caso).- ¿Elegir el primero a uno de esos dos monumentos vivientes?
 
Tomás.- Pareces un poco colocado además de salido...
 
Agustín.- Es que me han pasado una china y no he podido evitarlo.
 
Tomás.- Una china de las de China o una china de las de Entrevías.
 
Agustín.- ¡Me estáis tratando como si yo fuera un trapo viejo!
 
Tomás.- ¿Te parecen buenísimas las dos o tienes todavía que pensarlo, gran filósofo de Universidad?
 
Agustín.- ¡Molan!
 
Tomás.- ¿Pero qué sabes tú de molar si eres más antiguo que los chinarros?
 
Luis (muy preocupado y nervioso).- ¡Que van a venir otros clientes y se las van a ligar estando nosotros presentes! ¿Nos las jugamos a los chinos o nos las jugamos a los dados?
 
Agustín.- ¿Si tantas ganas tienes de mojar el churro por qué no te lanzas tú primero a por el chocolate?
 
Luis.- Es que estoy decidiendo a cual de las dos me dirijo en primer lugar...
 
Agustín.- Te veo un poco cabreado...
 
Luis.- No estoy cabreado del todo pero reconozco que no llevo una buena noche.
 
Tomás.- De todo el grupo de los cuatro eres el que más entiendes en esto de mojar churros en las barras americanas.
 
Agustín.- ¡Eso es una bola!
 
Luis.- Si tan inteligente crees que eres, filósofo de mierda, ¿por qué no te olvidas de mis bolas y te lanzas el primero ya que te crees el más guapo?
 
Tomás.- ¡Eso sí que es una bola completa! ¡Sólo Agustín y la madre de Agustín se lo creen pero los demás no nos lo creemos ni borrachos por culpa de la cazalla! ¿Agustín el más guapo de los cuatro? ¡Jajajajaja!
 
Luis.- Será todo lo feo que sea, y lo es en grado sumo, pero por lo menos alguna que otra vez se lanza y no como tú que eres más cortadillo que el que escribió Cervantes.
 
Agustín.-Si es que no tenéis nada de buen gusto.Yo sí que entiendo y por eso soy capaz de ligar a una rubia y a una morena al mismo tiempo y sin la ayuda de nadie. ¡Me gustan las dos más que los caballos purasangres!
 
Tomás.- Pues como jinete siempre demuestras que eres el que peor monta.
 
Luis.- A lo mejor es que se cree el llanero solitario rodeado de un grupo de navajas.
 
Tomás.- ¡Jajajajaja! Si Agustín se encuentra rodeado de un grupo de navajas se jiña a la pata abajo.
 
Luis.- Sólo es un mimado insoportable e infantiloide que se deja la perilla para parecer sabio; aunque como dice la frase "aunque el feo se deje perilla lo feo siempre le brilla".
 
Agustín.- ¡Estáis los dos muy equivocados! ¡Me dejo perilla porque soy filósofo del futuro que va a llegar!
 
Luis.- En las barras americanas las chavalas pasan por completo de filósofos y maricas.
 
Agustín.- ¿Me estás llamando marica?
 
Tomás.- ¡Si! ¡Luis te está llamando marica y yo te llamo maricón!
 
Luis.- ¡Muy bueno eso de maricón!
 
Tomás.- Pues de ti tampoco se puede fiar nadie ni un pelo.
 
Agustín.- ¡Os voy a demostrar que soy un hombre con pelos en el pecho!
 
(Agustín se quita la trenka de progre y se abre la camisa como si fuera Superman)
 
Luis.- ¡Jajajajaja! ¡Parece un erizo de Sierra Maestra!
 
Agustín.- ¡Toca si crees que no soy un hombre!
 
Luis.- ¡Ni de coña! ¡Lo primero es lo primero y lo primero es ligar con ellas antes de que vengan otros y nos las quiten!
 
Agustín.- Pues lo siento por vosotros dos porque me quedo con ellas y os limitáis solamente a mirar. 
 
Tomás.- O todo lo contrario. No es la primera vez ni será la última en que te conformas con liarte con las que a los demás no nos gustan porque valen menos que un pimiento. Si estuviera Carlos presente nos divertiríamos un mogollóm escuchando lo de la noche del francés.
 
Luis.- ¡Jajajajaja! ¿Es que fue cierto lo de la noche del francés?
 
Agustín.- A ese muerto de hambre le tengo algún día que demostrar que soy El Ligón de Torremolinos.
 
Luis.- ¡Socorro! ¡La rubia se está acercando a nosotros!
 
Tomás.- ¡Callaos, por favor! A ver si no nos ve y pasa de largo.
 
(Pero Irene no pasa de largo)
 
Irene.- Buenas noches guapetones. Me llamo Irene.
 
Los tres al mismo tiempo.- ¡¡¡Mucho gusto en conocerte!!!
 
Luis.- Aquí, entre tú y yo, como si estos dos no existieran para nada, me llamo Luis pero prefiero que me llames Curro por lo del bandolero Jiménez.
 
Irene.- Pues que bien.
 
Tomás.- Y yo soy Tomás y te invito a que te tomes un cubata por lo de ¿Thomas? ¿Qué Thomas? Yo tomo otro cubata si puede ser.
 
Irene.- Va a ser que no, pero gracias.
 
Agustín.- Tú te lo pierdes porque, normalmente, Tomás es más tímido que Rodrigo "El Zapata" que siempre que viene a estos lugares lo hace con sandalias de corteza de melón y suela de tocino, con faldillón de melero y con una boina que le convierte vaina.
 
Tomás.- No le hagas caso. Se llama Agustín y se corre de gusto cuando sueña que liga con chicas como vosotras dos; lo cual sólo lo consigue soñando. Por eso va diciendo por ahí y a todo el mundo que solamente es especialista en el ligue con suecas, ¿Te interesa de verdad mi rollo?
 
Irene (sin mostrar entusiasmo alguno) Va a ser que no, pero gracias.
 
Tomás.- ¿Es que acaso soy tan feo?
 
Irene.- Cuando estás en la sombra no lo pareces demasiado pero bajo las luces resultas ser más feo que Picio, un zapatero nacido  en la localidad española de Alhendín, en la provincia de Granada. Por razones desconocidas fue condenado a muerte y ya en capilla recibió la noticia del indulto. Tal fue su reacción que se le cayó el pelo de la cabeza, incluyendo las cejas y las pestañas, y, por si eso fuera poco, le salieron una serie de tumores por la cara que lo dejaron plenamente deformado, pasando a ser el modelo de fealdad más horrorosa. Dicho suceso ocasionó la frase proverbial "ser más feo que Picio" señaladora de una fealdad extrema..
 
Luis (para hacer el quite ya que se da cuenta de que la rubia está hablando demasiado con Tomás).- ¡Aceitunas! ¡Necesitamos urgentemene aceitunas! ¡Sírvenos tres semáforos con una ración de aceitunas!
 
Irene.- ¿De verdad os gustan los semáforos con aceitunas?
 
Agustín (Para evitar que la rubia hable demasiado con Luis).- ¡Las dos estáis de miedo!
 
Tomás.- ¡Tú hablas después porque el turno de hablar me toca a mí e Irene se puede molestar con tus chorradas!
 
Irene.- ¿Por qué me voy a molestar?
 
Agustín.- ¡No le hagas ni caso! ¡Le reconcome la envidia!
 
Irene.- ¿Tú vives cerca de aquí?
 
Agustín.- No. Yo soy de los de Recoletos.
 
Irene.- Pues yo te he visto muchas veces haciendo el paseíllo por la Avenida de los Toreros. ¿Es que te encantan las cosas de los cuernos? ¡Mejor estáte callado porque callado eres más guapo si es que eso es posible!
 
(Irene se ocupa en buscar lo pedido)
 
Tomás (para evitar la bronca).- No te preocupes, Luis. Ella está coladita por tus huesos desde que nos ha visto llegar. Se nota un huevo.
 
Luis.- ¿De verdad que está coladita por mis huesos? ¡Está de muerte!
 
Irene (sirviendo lo pedido).- ¿Estáis hablando algo sobre la muerte?
 
Tomás.- ¡Para nada! ¡Para nada! Lo que ocurre es que esta noche estamos todos encantados por culpa de vosotras dos!
 
Irene.- ¿Encantados esta noche por culpa de mi amiga Vanesa y yo?
 
Luis (Animado porque se ha creído lo que le ha contado Tomás).-  ¡Buen cóctel! ¡Una rubia peligrosa y una morena explosiva!
 
Agustín (interviniendo para no quedarse descolgado).- ¿Vosotras sois equinocciales o gameloides?
 
Irene (dirgiéndose a Luis).- ¿Qué dice este enano saltarín que tiene una cabeza de buque tan grande que parece un transatlántico completo?
 
Luis.- ¡Jajajajaja! ¡Qué grandes verdades se dicen en las barras americanas!
 
Tomás (para que ella hable con él).- ¿Tienes tabaco libre de impuestos?
 
Irene.- Sí. Pero es el triple de caro que en los bares y cafeterías.
 
Luis.- ¡No importa! ¡Yo también quiero!
 
Agustín.-¡Sírvenos tres cajetillas de tabaco porque las pago yo! Carlos es demasido tacaño para ser tan generoso y por eso prefiere darse una vuelta completa a Madrid para comprar alguna.
 
Irene.- ¿Así de raro es ese tal Carlos?
 
Agustín.- ¡Jajaja! Lo que pasa es que, en realidad, está muy molesto porque le llamamos Carlos "El Calvo" y por eso no liga con ninguna chica que esté guapa de verdad.
 
(Irene va a por las tres cajetillas y, al volver, obiga a que Agustín pague las tres cajetillas, los tres semáforos y la ración de aceitunas)
 
Irene.- La verdad es que sólo es mierda que más vale tirarla por el retrete del water pero si os gusta tanto fumar...
 
Tomás.- ¡No has debido pedirle tres cajetillas, pendejo!
 
Luis.- Por favor,  hablemos de algo que no sea del tabaco o se nos va...
 
Irene.- Pues es cierto.  Me aburren los jovencitos que no saben nada de cómo enrollarse viendo monumentos.
 
Tomás (cantando mientras se acompala tocando las palmas).- ¡No te vayas todavía; no te vayas por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía está suspirando amor!
 
Agustín (enfadado).- ¡Me estás cabreando ya demasiado, cantautor de canciones más obsoletas que las cisternas de la época de los romanos!
 
Tomás (también enfadado).- ¡Y tú sólo eres uno que se las va dando de filósofo pero de ideas no tienes nada más que las que usas para dismular que eres un ignorante!
 
Irene.- Por mí os podeis meter la lengua donde más os quepa.
 
(Se marcha, enfadada, al lado de Vanesa y siguen a lo suyo)
 
Luis.- ¡Por ser los dos tan bocazas nos vamos a quedar en ayunas!
 
Tomás.- ¡Cállate Curro Jiménez! ¡Jajajajaja! ¡Te crees que eres un bandolero pero más te pareces a Currito de la Cruz! ¡Vaya castigo nos ha caído por tener que soportarse!
 
Agustín.- ¡La culpa la has tenido tú, con tu manía de pensar que eres Tomás Kempis en estos sitios donde eso está obsoleto por completo!
 
Tomás.- ¿Es que no sabes hacer otra cosa más que escharme siempre la culpa a mí?
 
Luis.- ¡Me tienes ya hasta el gorro, filosofastro!
 
Agustín.- ¿Es que te pones del lado de este pijo de Serrano?
 
Tomás.- ¡Que me dejes ya en paz o te muelo a palos y tu perilla la convierto en pera, so marrano, que te da por pensar en cualquier tontería pero no en bañarte de vez en cuando!
 
Agustín.- ¡Vaya amigos que tengo!
 
Luis.- Bueno. Hagamos los tres las paces y volvamos a intentarlo en otra ocasión.
 
(Los tres se dan las manos)
 
SE APAGAN LAS LUCES Y FIN DE LA ESCENA SEGUNDA. 
 
 
  
   
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Obra teatral y televisiva de un solo acto y 18 escenas.

Palabras Clave: Literatura Prosa Teatro Comedia Narrativa Guin Televisin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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