Las chicas del Pim's (Comedia) Escena 12
Publicado en Mar 29, 2017
Tomás.- ¡Irene! Ahora que estamos el grupo completo de los cuatro mosquiteros... jejeje... ¿nos puedes servir cuatro cubatas de ron y otros dos para vosotras que lo pago yo todo?...
Irene.- ¿En plan tímido o en plan descarado? Tomás.- Soy timidillo pero estoy lanzado... Irene.- ¿Lanzado hacia la luna en un cohete espacial mientras aquí las solteritas suspirando por ti están? Tomás.- ¡Jajajajaja! ¡Esto marcha! ¡Siempre se empiezan bien los buenos rollos cuando el humor aparece desde el principio! Luis.- ¡Esto va de miedo! ¡Yo pago dos raciones de calamares fritos! Irene (sirviendo los cuatro cubatas mientras recoge lo que le pagan Tomás y Luis).- ¡Os perdono los cubatas de Vanesa y el mío porque queremos estar en buena forma cuando llegue la hora de la verdad! ¿Veis como os sirvo "ipso facto"? Tomás.- ¡Me he arruinado del todo pero Granada bien vale una misa! Irene (mientras prepara las dos raciones de calamares).- No sé cuanto de religioso seas, Tomatito, pero no se dice Granada bien vale una misa sino París bien vale una misa; que es un tópico cultural recogido en una frase, probablemente apócrifa, atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente hugonote, y por lo tanto protestante, al Reino de Francia; que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar como Enrique IV. Desde entonces viene utilizándose en el sentido de las conveniencias como puede hacer, por ejemplo, un Victor Valencia convirtiéndose en un Víctor Palencia, y es solo un ejemplo de los muchísimos que puedo poner, para renunciar a algo buscando otra cosa que, aparentemente y solo aparentemente, es mejor aunque en la mayoría de todos estos casos, al final salen chasqueados y se quedan sin lo que deseaban y, lo que es peor, sin lo que tenían. Me parece que el ejemplo de Víctor Valencia cambiándose por Víctor Palencia deja el tema muy bien aclarado. Luis.- ¡Hostias, hostias y hostias! ¿Todo eso sabes tú? Irene.- Y un poco más que me lo callo para que no me tachéis de sabihonda. Tomás.- ¿Y sabiendo todo eso estás trabajando en este lugar? Luis.- ¿Puedo saber lo que significa eso de apócrifa? Irene.- ¡Apócrifo es falso, fingido y de dudosa autenticidad! Luis.- ¡Jajajajaja! ¿Tal como pasa con Agustín? Irene (acercándose mucho a la oreja izquierda de Tomás).- ¿Es que de verdad este tal Agustín es marica? Tomás (también muy bajito dirigiéndose a ella).- ¿Es que no te has fijado en el ramalazo que tiene? Irene (siguiendo muy bajito y solo para Tomás).- ¿Cuando dices que tiene ramalazo te estás refiriendo a que es afeminado? Tomás (sin poder contener ya la carcajada).- ¡Jajajajaja! ¡Eso es, Irene! Irene.- ¿Le puedo tirar los tejos? Tomás.- ¡No sabe ligar ni en sueños! ¡Lo de las suecas se lo inventa para tener un curriculo que disimule sus tendencias gays! Irene.- ¡Paso de rollos malos! Luis.- ¿Se puede saber por qué estáis ligando los dos a solas delante de todos los demás? Irene (pensativa).- No sé. A lo mejor es porque Tomatito es el que menos me disgusta. Tomás.- ¿Tengo posibilidades de plan aunque sean más o menos remotas? Irene.- Va a ser que no... pero... ¿y si sí?... eres el que mejor colocado estás... Luis.- Me parece que te estás cachondeando de todos nosotros como si esto fuera una carrera de caballos. Irene.- Mirándote bien del todo eres el más parecido a Chacal. Luis.- ¿Quién es Chacal? Irene.- El irlandés pupilo de la Rosales fue un gran caballo de 2.400 metros lisos en adelante. Sus delicadas manos y un problema de cascos no le impidieron dejar una tarjeta de visita en los hipódromos españoles de diez victorias sobre once salidas a pista. Su única mácula la protagonizó en el Gran Premio de Madrid de 1974, donde inexplicablemente no pudo pasar de la décima posición cuando era el más firme candidato al triunfo. Todo lo demás en su admirable currículo son victorias, y entre ellas destacan en 1974 la Copa de Oro de San Sebastián, el Derby y el Villamejor. En 1975 sí ganó el Gran Premio de Madrid y de nuevo ganó la Copa de Oro, y se adjudicó el Memorial Duque de Toledo y el Corpa. Chacal dio un gran valor en su etapa de corredor, lo que le valió una gran reputación como reproductor. No defraudó a los que le apostaron como semental en la yeguada dando grandes caballos y algunos excepcionales como son los casos de Brezo, quien se adjudicó el Derby y el Gran Premio de Madrid, y Richal, que consiguió salir victorioso en la máxima prueba madrileña en dos ocasiones y también ganó el Corpa. Tomás.- ¿Luis un semental? Pero si todos sabemos que es impotente... Irene.- ¡Atiza! ¡Pues camina tan estirado y moviendo los brazos en plan facha que no lo parece! Luis.- ¡Ya me estoy cabreando del todo y para siempre! Tomás.- Pues quien se cabrea tiene doble trabajo... ¿verdad, Irenita?... Irene.- Lo cursi me repatea, Tomatito. Yo soy la Irene que tiene lo que tiene. Pero es verdad que quien se cabrea tiene doble trabajo y es cabrearse y luego descabrearse. Luis.- ¡Jajajajaja! ¡Tomatito! ¡Te ha llamado Tomatito! ¡Jajajajaja! Tomás.- Pues mucho peor es lo tuyo que te haces llamar Curro como si fueses el bandolero Jiménez cuando en la realidad eres la más parecido a Currito de la Cruz que se ha visto en todo Madrid capital y en todo Madrid provincia. Irene.- No sé cuál de los dos es más tontarra, pero me estáis cayendo simpáticos. Luis.- Yo es que tengo gracia natural. Tomás.- Naturalmente que sí. Tienes la gracia de un caracol con los cuernos al sol. Irene.- ¡Un momento! ¡Un momento! ¡Nada de peleas aquí por mi pena penita pena, pena de mi corazón, que me corre por las venas con la fuerza de un ciclón! ¡Si queréis pelearos por mi culpa os vais a un descampado de La Polvoranca y todos en paz! Tomás.- ¡Es que es insoportable el tufo que suelta a desodorante barato! Irene.- El caso es que ya llevaba yo un buen rato notándolo pero pensaba que procedía del water y no quise decir nada. Tomás.- ¡Jajajajaja! Irene.- Que no es un chiste, Tomás. Que esto es muy serio. Luis.- ¡A mí el desodorante nunca me abandona! Tomás.- ¿Y por qué no abandonas tú al desodorante? Irene.- ¡Jajajajaja! Luis.- Si no fuese porque hay aquí un par de damitas demasiado buenas del todo te rompía todos los piños ahora mismo con una chufa bien dada. Irene.- Que no quiero nada de peleas. Tomás.- Pero si sólo es un gallito desplumado. Irene.- La verdad es que pagar las dos raciones de calamares fritos le ha salido por un ojo de la cara... Luis.- Pero no me importa porque ceno torta. Irene.- A lo mejor has querido decir tortilla pero no te has atrevido lo suficiente; aunque ya se sabe que el problema de los que quieren hacerse el gracioso sin apenas ser nada más que un poco tontos como mucho es algo que les pasa al noventa por ciento de los hombres en todo nuestro planeta. Tomás.- ¿Yo estoy colocado entre los diez por ciento que somos graciosos porque sí? Irene.- ¡Tu estás bastante bien colocado! Tomás.- ¡Gracias, gracias, gracias! Irene.- Tan colocado que va a ser casi imposible volver a ponerte normal a no ser que San Antón, el de los burros, haga un milagro. Tomás.- ¡Irene! ¡No me simpatizas! Irene.- ¿Te resulto algo así como la mala de la película? Tomás.- ¡Sí! ¡Y te voy a castigar con el látigo de mi indiferencia! Irene.- ¡Tu látigo me es más indiferente que el tridente de Neptuno! Tomás.- ¿Ya emepzamos con el cachondeo de los colchoneros? Irene.- ¿Pero tú está alucinando? Tomás.- ¿Te gusta el cine? Irene.- ¡Sí! Pero en los que permiten comer pipas como el Alcalá y el Doré. Tomás.- ¿Y no te importa nada el film que estén echando? Carlos.- ¡Deja ya de ser panoli, Tomás! ¡Se llaman películas! Luis.- Algo he oído sobre los colchoneros... Carlos.- ¡Recuerda que yo soy merengue, chaquetero! Luis.- ¿Yo chaquetero? ¡De toda mi vida he sido y sigo siendo del Reus Deportivo gracias a mi tío Emilio! Carlos.- Pero si el Reus Deportivo sólo es un equipo de hockey sobre patines? Luis.- ¡Para que te enteres bien enterado, tú que dices estar enterado de todo, tenemos un equipo de fútbol que es mejor que el Villanueva y Geltrú los dos juntos! Carlos.- ¿Es que Villanueva y Geltrú son dos pueblos distintos? Luis.- ¡Ni sí ni no pero como si lo fueran porque los del Reus no nos hablamos con ellos! Carlos.- ¡Absurdo! ¡Eres un completo absurdo! ¡Eso es tan absurdo como decir que Castelldefels son dos pueblos, uno el Castell y otro el Defels! ¡O tan absurdo como decir que Torredembarra se compone de tres pueblos, el Torre, el Dem y el Barra! Luis.- ¡El más absurdo de todos los absurdos eres tú, Carlangas! ¡No sabes ni que el Leganés aunque se llama Leganés jamás podrá ganar al Manchester United! Carlos.- ¿Tú vas con el Manchester United? Luis.- ¡Sí! ¿Qué pasa? Carlos.- ¡La bandera por tu casa! ¡Y te jodes porque yo voy con el Manchester City! Luis.- ¿Por qué te empeñas en llevarme siempre la contraria? Carlos.- (canturreando).- ¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!¡A vencer en buena lid caballeros del honor! ¡Hala Madrid hala Madrid hala Madrid! Luis.- ¿Y tú dices que eres tan rojo cuando afirmas que eres del Real Madrid? ¡No se pude ser más incoherente porque siendo tan rojo deberías ser del Osasuna! ¡Incoherente! ¡No eres más que un incoherente! Carlos.- ¡Y si tú no fuese absurdo, diciendo que eres tan azul como siempre dices, porque si eres tan azul no deberías ir con el Reus sino con el Pelayos de la Presa por lo mucho que te gusta ser falangista! Luis.- ¡Si eres hombre sal conmigo a la calle para ajustar las cuentas de una vez por todas! Tomás.- ¡Que estáis asustando a las pavas! Luis.- ¡Eres más hortera que Rodrigo cuando sale a conquistar chavalas vestido de paleto! Tomás.- Lo que pasa es que me tienes envidia porque no tienes tanto vocabulario comoyo y sólo sabes decir nada más que "no es de coña" y "ponme una caña como la patade una araña". ¡Y punto y final ya a todo este discurso! Luis.- A este pijo de Serrano un día se la meto bien metida... Carlos.- ¡No seas bastorro, Luis! ¡Me voy pero volveré! ¡Ya verás que pronto vuelvo para resolver cierto asunto que tengo clavado como una espinita en mi corazón! Luis.-Irenita... ¿hace tres de irlandeses?... Agustín (una vez que ha comprobado que Carlos ha salido).- ¡Pero esta vez no pago yo! Luis.- ¡Está bien tacañón, avariento, usurero, casposo! ¡Irene, sírvenos tres cafés irlandeses que yo los acoquino! Irene (preparando los tres irlandeses una vez que Luis ha pagado).- ¡Así me gustan a mí los tíos echados para delante! Luis.- ¡No soy un tío echado para adelante ni de coña! ¡Lo que me pasa es que estoy a punto de caerme al suelo! Irene.- ¡Madre del Amor Hermoso! ¡Por Dios! ¡Que alguien venga a echarle un cable porque se va a dar una leche de aquí te espero! Luis.- ¡Dejadme, por favor, dejadme sólo ante mi triste desgracia! Agustín(agarrando a Luis).- ¡Los amigos estamos para ayudarnos los unos a los otros pero qué torpe eres ahora que estábamos empezando con el buen rollo! Luis.- ¿Enrollarnos nosotros con estos dos monumentos vivientes? ¡Tú estás ya chocheando! Tomás.- ¡Mientras Agustín esté presente aquí no hay nada que rascar! ¡Dios mío que cenizo es este pavo! Agustín.- Pero si tú no tienes ni media hostia... Luis.- ¿También te da por joderle los planes a Tomás? Agustín.- ¡Sí! ¡Sólo es un pijo de Serrano! Luis.- ¡Eso! ¡Eso! ¡Machácalo! Agustín.- ¡Te salvas, Tomás, porque hay chavalas delante! Tomás.- ¡Ya veo que vosotros dos solamente sois gentes y no personas! Luis (que sigue sujetado por Agustín para no caer al suelo).- ¡Un momento! ¡Un momejto que me está dando el ataque de nervios! ¡Y como me dé el ataque ataco! Tomás.- ¿Todavía sigues jugando a los trenecitos en la casa de tu padre? Agustín (sin soltar a Luis).- ¡Jajajajaja! ¿De verdad que Luis todavía sigue jugando a los trenecitos con lo viejales que es? Luis.- ¡Es verdad! ¿Pasa algo? Luis, Tomás y Agustín (canturrando al mismo tiempo al darse cuenta de ni Irene ni Vanesa les están haciendo caso).- ¡¡¡Si Adelita se fuera con otro si Adelita no fuera mi mujer la seguiría por tierra y por mar si por mar en un buque de guerra si por tierra en un tren militar. Toca el clarín de campaña la guerra sale el valiente guerrero a pelear correrán los arroyos de sangre que gobierne un tirano jamás. Y si acaso yo muero en campaña y mi cuerpo en la sierra va a quedar Adelita por Dios te lo ruego con tus ojos me vayas a llorar. Ya no llores querida Adelita ya no llores querida mujer no te muestres ingrata conmigo ya no me hagas tanto padecer. Me despido querida Adelita ya me alejo de mi único placer nunca esperes de mí una cautela ni te cambio por otra mujer. Soy soldado y mi patria me llama a los campos que vaya a pelear. Si Adelita se fuera con otro si Adelita no fuera mi mujer la seguiría por tierra y por mar si por mar en un buque de guerra si por tierra en un tren militar!!! Agustín (enfadado).- ¡Pero que burros que somos! ¡No se llama Adelita sino Vanesita! Luis.- ¡Vaya pasada, tío, vaya pasada! Tomás.- ¡Dejemos en paz a Vanesa porque está demostrado que pasa de todos los gilipollas como nosotros y nosotros sólo somos tres gilipollas! Luis (que sigue estando sujetado por Agustín para no caerse al suelo).- Agustín... quiero que sepas una cosa para que no te pille de sorpresa... así que debes saber que Carlos sólo se ha ido a su casa para lavarse las manos y pegarse una buena ducha... pero va a volver... yo sí creo que va a volver... Agustín (asustado).- ¿Qué dices, tío? ¿Es que quiere hablar cara a cara conmigo y de hombre a hombre? Tomás.- ¡No echemos más leña al fuego, por favor! Agustín.- ¡Tú sólo eres un calzonazos, pijo de Serrano, pero yo no le tengo miedo a nadie! Tomás.- Pues no quisera yo estar dentro de tu pellejo con la que se avecina. Luis.- ¡Vaya pareja de comadre y comadreja! ¡Tomad los irlandeses conmigo y olvidemos lo que cada cual quiera olvidar! Tomás.- ¡Ya nos veremos cara a cara, Agustín! ¡Te vas a enterar de cómo repartimos las leches los pijos de Serrano! Ahora nos vamos y punto. Irene (acercándose para no perder a clientes tan pardillos).- ¿Y os váis a ir sin tan siquiera intentarlo? Tomás.- Intentar ligar con vosotras dos es más difícil que escalar el Everest solamente con bañador y con patines. Irene.- ¡Vaya por Dios! Tomás.- Pero no nos vamos a achantar ahora que parece que sí... Irene.- ¡Eso es, machote! ¡Tú siempre le echas lo que hay que echarle! Tomás.- ¡No me gustan los choteos! Irene.- ¿Qué tal tres cafés colombianos sin leches ni nada que se parezca a las leches? Tomás.- ¡Muy buenos pero demasiado caros! Irene.- Lo muy caro es siempre mucho mejor que lo que es solamente caro. Tomás (pensativo).- Pues... esto... sí que esverdad... así que pon tres cafés colombianos muy caros que los pago yo... Irene (cobrando el dinero antes de preparar los cafés).- ¿Ves cómo si tienes todavía posibilidades de triunfo? Tomás.- ¡Espero que esta vez sí sea cierto! Irene (astutamente cariñosa mientras sirve los tres cafés).- ¡Tú si que eres un verdadero cuchicuchi! SE APAGAN LAS LUCES Y FIN DE LA DOCEAVA ESCENA.
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