Para un café tertulia
Publicado en Apr 06, 2017
Los recuerdos forman parte de nuestra memoria icónica y son algo de lo que se vivió en el pasado o algo de lo que se habló. Sirven como condiciones indispensables para planificar nuestros futuros. En este contexto, la memoria es la función del cerebro que sirve para codificar, almacenar y recuperar información del pasado o bien a corto plazo (un momento de nuestras vivencias actuales) o bien a medio y largo plazo (recuerdos lejanos o muy lejanos). Un ejemplo de memoria a corto plazo es, por ejemplo, la participación en un Taller de Literatura de hace solamente dos días. Mientras que un ejemplo de medio o largo plazo puede ser la llegada de Coca Cola a España.
En cuanto a la memoria la podemos clasificar en muchas subdivisiones pero me centro solamente en dos: la memoria explícita y la memoria implícita. La memoria explícita es la que viene expresada en sí misma (por ejemplo, cuando decimos "la Tierra es redonda" todos imaginamos a la Tierra redonda porque la conocemos como redonda y la frase nos lo está diciciendo). Por su parte, la memoria implícita no se expresa en sí misma (tal como sucede si decimos "Juan Sebastián Elcano dió la primera vuelta completa a la Tierra en barco" ya que aunque no dice que la Tierra es redonda sabemos que es redonda porque sino no hubiéramos dicho que dio una vuelta completa). La memoria explícita almacena hechos, aprendizajes y vivencias conscientes (por ejemplo cuando estamos haciendo prácticas para obtener el carnet de conducir). La memoria implícita se basa en hábitos y habilidades de manera inconsciente (por ejemplo el hecho de que una vez obtenido el carnet de conducir cada vez conducimos mejor sin darnos cuenta). La memoria explícita se manifiesta en el día a día (por ejemplo recordando una cita a la que tenemos que acudir, pero de manera intencionada y consciente). La memoria implícita se lleva a cabo de manera ya inconsciente (por ejemplo anudarnos los cordones de los zapatos). En este asunto es muy importante tener en cuenta tres conceptos elementales: atención, memoria y conocimineto. La atención es un factor que forma parte de la percepción y es el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos. La memoria es la capacidad mental que hace posible el hecho de que un ser humano registre, conserve y evoque sus experiencias a través de ideas, imágenes, acontecimientos, sensaciones, sentimientos, etcétera. Y el conocimiento es el conjunto de informaciones almacenadas en nuestra memoria gracias a las experiencias (propias o ajenas) y a los aprendizajes personales. Así que podemos terminar haciendo el siguiente análisis sinópsico. La escolarización es un factor principal que determina a la memoria (se ha demostrado ya muchas veces que los niños y niñas que acuden a las escuelas desarrollan más y mejor memoria que los que nunca han sido escolarizados o han abandonado las escuelas antes de tiempo). La escuela forma, informa y entretiene y por eso es un poder ya que es cierta la frase que dice: "Dadme una escuela y cambiaré el mundo" (expresada por los educadores Miguel López Melero, Iulia Mancila y Caterí Sole García); pero tanto poder o incluso más poder (si nos referimos a los tiempos de nuestra actualidad donde se han desarrollado enormemente) son los medios de información; un poder que también forma, informa y entretiene. Y por eso podemos decir "Dadme informaciones y cambiaré a las escuelas".
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