Con flores a María (Diario)
Publicado en Apr 07, 2017
Colegio Lope de Rueda de Madrid. Ingreso en Ingreso. A todos nos hacen cantar cuando todavíano estamos del todo despiertos por habernos pasado toda la noche soñando con la chavalilla quenos va a amar cuando seamos mayores. Cantamos: ¡Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es; con flores a María, que Madre nuestraes. Denuevo aquí nos tienes, purísima doncella, más que la luna, bella, postrados atuspies. Venimos a ofrecerte las flores de este suelo, con cuánto amor y anhelo, Señora, tú loves. Por ellas te rogamos, si cándidas te placen, las que en la gloria nacen, en cambio, tú nosdes! Reconozco que a mi nueve años de edad yo no entiendo nada de lo de "si cándidas te placen,las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des". De lo que estoy seguro del todo y para siemprees que mi madre no se llama María sino que se llama Rosario. ¿María madre de todos? ¿Cómo sepuede entender eso si todos los del aula tenemos madres diferentes? ¡Demasiado complicado parami mente porque sólo tengo nueve años de edad nada más! Sé que Emilín dibuja muy bien a laVirgen de Murillo. Yo observo el dibujo y me afirmo en lo mismo. ¡Sí! ¡Está muy bien pintada y espurísima doncella y bella mujer pero mi madre se llama Rosario y no puedo mentirme a mí mismo!
El laberinto se complica cuando mi madre nos obliga a los tres pequeños (Emilín se salva porque ha pintado muy bien a la Virgen de Murillo) a llevar ramos de flores a aquella Señora de la cual se dice que es la madre de todos nosotros. Pregunto a Boni y no sabe nada. Pregunto a Maxi y sabe todavía menos. Así que, para acabar con aquel ridículo desconcierto, decido que lo mejor que podemos hacer es pasar desapercibidos de cara a toda la barriada y la mejor forma de hacerlo es que nadie sepa que llevamos flores a María. ¿Qué se me ocurre como la idea más apropiada para que nadie se entere? Que los tres metamos nuestros ramos de flores en las carteras aunque se estrujen contra los libros de textos, los cuadernos de sucio, los cuadernos de limpio, los desparramados lápices de colores de "Alpino" y hasta algún bocadillo de membrillo que nos ha regalado mi madre porque es el mes de las flores o algún pequeño trozo de queso amarillo, del que nos regalan los Estados Unidos, que echa una peste que tira de espaldas porque lleva ya casi una semana dentro de la cartera. Supongo que las flores terminarán no solamente arrugadas del todo sino con cierto olor a aroma rancio. Pero para salvarnos del ridículo es la mejor opción que se me ocurre y como hay consenso con Boni y con Maxi eso es lo que hacemos. Si Dios se apiada de mí a Don Florencio le puede dar un ataque de nervios pero quizás ni mi padre ni mi madre se enteren del asunto. En cuanto a mi abuela sé que me va a sonreír como siempre que me meto en algún pequeño jaleo o lío infantil. ¡Y es que mi abuela si que es de verdad una santa!
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