Voces que olvidan otras voces. La imagen que inspira un texto me evoca luces de luna superadas. ¿Qué hay en las miradas humanas cuando de amor creen que se vive? Hay una ilusión. Hay un calor que enciende el afán de seguir sobreviviendo y, en lugar de hundirse en el alcohol (lo que en Andalucía se llama "hacer las siete estaciones" por culpa de una mujer) es mejor no culpar a nadie. Un cantante lo hizo verdad: "Yo me enamoré de noche y la luna me engañó; yo me enamoré de noche y la luna me engañó; otra vez que me enamore será de día y con sol, otra vez que me enamore será de día y con sol". Olvidar ciertas exigencias es de orden obligatorio (tú me obligas pero yo te olvido) y por eso la rebeldía consiste en amar sin ser amado. ¿Sabes por qué? Porque al amar sin ser amado descubres la verdad de una mujer y ya estás preparado para saber cuál puede ser el amor de tu vida. Al amar sin ser amado llegas a ser amado amando de verdad. Nada de quebrarnos las esperanzas hundidos en las cantinas. Nos queda siempre ese beso que nos llega de forma inesperada y que nos llena de interés emocional. Quien no quiso besarnos que siga su camino. Nosotros, los hombres que algún día amamos sin ser amados estamos capacitados para saber cuáles son los besos verdaderos. La sonrisa continua es una buena solución para acompañarnos por las noches con un café con leche (nunca con un áspero güisqui que destruye el alma) y un bolígrafo para escribir cartas, miles de cartas, a la que de verdad se las merece. No sabemos si la otra vez fue amor pero las estrellas dicen que no. Así que lo mejor es calentar tu alma con el café y escribirle a la que te ama sin condiciones, a la que te besa cuando tú ya no esperas ningún beso verdadero. Y, de repente, llega una respuesta a tus múltiples cartas: ¡Te amo, corazón! ¡Entonces sí! ¡Entonces es cuando amas de verdad! Si alguien cree que todo esto sólo es filosofía es porque no sabe, en verdad, ni amar ni lo que es el amor. Mi respiración. Mi mentalidad. Mi cuerpo. Todo reacciona al tomar el caliente café con leche para lanzarme a los labios de la mujer verdadera. ¿Cuántas veces fue que no? ¿Y qué importa todo eso si nunca te caíste de verdad? ¡Bebes el café, escribes un poema y lo envías con toda tu alma a la que amas! Que no es necesario ni tan siquiera olvidar sino solamente vivir. Me parece que estoy siendo claro. Nada de oscuros sentimientos. Nada de poemas góticos que sólo valen para los "masocas". Nada de "pasotismo" existencial. El amor se vive después de haberlo soñado y lo demás no tiene ninguna importancia. El brillo de lo que se anhela son los ojos de una sola y única mujer que te hacen saber que has triunfado.