¿Qué habrá sido de Munuera? (Diario)
Publicado en Apr 11, 2017
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Durante los 4 Cursos completos que estudié en el Instituto San Isidro de Madrid (Cuarto, Quinto y Sexto de Bachillerato más Preuniversitario) cuando solamente era para cihcos porque no era mixto como lo es ahora, y teniendo en cuenta que en cada aula había al menos unos 60 estudiantes, llegué a conocer a varios centenares de compañeros. Es para mí imposible acordarme de todos ellos por dos razones: la primera era que yo, ante todo, iba al instituto a aprender lo suficiente como para pasar los Cursos sin quedarme nunca atrás como repetidor (y lo logré) y la segunda era que yo sólo mantenía conversaciones con algún compañero que tuviese también ganas de conversar conmigo. ¿Qué habrá sido, por ejemplo, de aquel tal Olivares con quien alguna vez bajé por la Calle Segovia y que llegó a jugar a mi lado en el "Gabelistas" del Paseo de extremadura? De Maté sólo supe que quería estudiar Periodismo.¿Habrá conseguido llegar a ser periodista o abandonó antes de serlo? ¿Y qué decir de Muriarte? ¿Recordará todavía aquel paseo en que le acompañé bajando la calle de Narváez hasta su domicilio paterno en la Doce de Octubre? Sé que el vivía al lado de la carbonería y que vimos pasar a Lesmes, el defensa izquierdo del Real Madrid. ¿Se dieron ya cuenta Pérez Albert y Pérez Balcabao que sus chulerías de nada les sirvieron para jugar en mi querido Club Fútbol Esparta de San Isidro de Madrid? ¿Habrán aprendido ya a respetar el territorio de cada uno de nosotros y sabrán ya que yo me reía al final de cada Curso no porque tuviera ganas de reírme de nada ni de nadie sino solamente porque me iba quedando cada vez menos para llegar a la Universidad? Conocí a Rodríguez y Pérez Rodríguez. Imposible localizarles ahora porque sus apellidos son tan universales que hay millones de ellos. De los chavales que formábamos el Esparta nunca me he olvidado pero ya he hablado bastantes veces de ellos en mi Diario. ¿Dejaría de tartamudear Garchitorena? ¿Siguió con su carrera de intelectual aquel Gálvez (no el severo profesor sino el estudioso compañero) que formaba parte del equipo cultural del San Isidro en el programa radiofónico de Vindel? Sé que Ortiz Vergara se marchó a Barcelona y llegó a jugar al fútbol en el Fabra y Coats después de haber salido en el "Marca" como miembro del equipo de la Selección de Castilla la Nueva en juveniles. Después ya nunca supe de él aunque existen un par de cartas escritas que hablan de nuestra amistad. Diéguez no tuvo demasiada importancia para mí pero no porque me fuera indiferente sino que sus conversaciones no me llamaban la atención. ¿Y Rodera? Sólo conocí de su futuro que mi hermano Bonifacio, antes de morir, me hizo saber que le había visto trabajando en una Notaría. Supongo que también aprendió la lección de no dárselas del más importante del Esparta porque nadie aceptamos que no se entrenara con nosotros y por eso quedó excluído para toda la temporada. Si era verdad que jugaba en los juveniles del Atlético de Madrid ni a mí ni a ninguno de mis compañeros de fútbol nos importaba lo más mínimo. No quiso entrenar y no jugó jamás con la camiseta amarilla y el pantalón azul. ¿Seguirá intentando ser gracioso el paleto de San Román sin tener ninguna clase de gracia especial y era el mismo San Román que una tarde vi dentro de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid? Quizás Pizarro siga recordando lo de bajar por las escaleras haciendo ruido con las carteras mientras cantábamos, con todo el poder de nuestras voces, lo de "mi jaca galopa y corta el viento cuando corre por el puerto caminito de Jerez" y aquella primera manifestación callejera que de manera espontánea planeamos en un sólo día arrastrando hasta a los más pequeños del Instituto y teniendo que obligar a la Policía a que interviniera porque el atasco que se había producido en la calle era espectacular. Podría intentar recordar a otros como Gonzalo y sus locas fiebres por bailar el "twist" haciendo un verdadero ridículo ante los demás, mis respetos y silencios antes el acné de Hita y la fiebre de Pitaluga por las novelas del Oeste. Estoy seguro de que Matesanz seguirá todavía acudiendo a las bibliotecas; pero me viene a la memoria Munuera. ¿Por qué precisamente Munuera si yo no hablé con él ni media palabra? Tiene la siguiente explicación.
 
Cuando viajo en algún autobús desde Molina de Segura hasta Murcia o desde Murcia hasta Molina de Segura, siempre me he fijado en un Restaurante, situado en el encuentro entre el Barrio de Espinardo y la capital murciana, que se llama exactamente "Restaurante Munuera". Y, a veces, por aquello del relacionar presente con pasados pensando en el futuro, me ha venido a la memoria que en aquel Instituto estudió, durante un Curso estudiantil, un tal Munuera en el mismo aula donde estudiaba yo. El hecho de no hablar con él no significa nada a la hora de recordar que sí estaba presente en el aula y el hecho de pensar en el futuro de todos ellos me hace seguir recordando. ¿Cuántos de todos ellos llegarían a ser universitarios? ¿Cuántos llegaron a cumplir con sus sueños de infancia? ¿Quiénes se quedaron en el camino?Vidas que se rozaron en aquel pasado de la Transición existente entre la Infancia y la Juventud (me niego a llamarlo Adolescencia porque todos teníamos inteligencia y todos sabíamos muy bien lo que hacíamos y lo que no hacíamos), y que luego se bifurcaron según los destinos de cada uno de nosotros. A veces he pensado en todo ello. Y a veces se me ha despertado la sonrisa viendo cómo sudaban los hermanos Barrón haciendo toda clase de ejercicios atléticos -incluidos los saltos más o menos orangutanescos- y sus ansias de ser siempre recordados como baloncestistas ejemplares. Cuando llego a este punto de mi memoria suelo soltar una carcajada bastante prolongada antes de cerrar el Diario. Jajajajajajaja. Me parece que quizás ya no hagan tanto el triple salto mortal sobre el caballo y el plinto. Con lo fácil que era pasar de todo eso... y ellos sin darse ni cuenta... y, para terminar, todavía recuerdo cómo se le heló la sangre a un tal Emilio Álvarez "El Mazas" en el mismo momento en que fui directo a por él para convertirle sus dos brazos de morcillas campurrianas en verdaderas butifarras catalanas pero sólo Dios lo evitó. Por eso fue por lo que se lo pensó dos veces y huyó al otro patio para no enfrentarse nunca jamás contra mí. Seguramente que sus insignificante cerebro sólo contenía callos a la madrileña y, por deducción lógica y absoluta , con esa clase de cerebro nunca jamás se puede ligar con chavalas de las "guay". Asi que el tal Álvarez todavía estará fracasando con todas ellas. Jajajajajajaja. De verdad que me entra la risa porque desde aquel mismo momento los del Esparta me nombraron su líder dentro y fuera de los terrenos de juego.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Páginas de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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