Olvid las palabras (Novela) -Captulo 12-
Publicado en May 11, 2017
- ¡Buen día, soñador! ¿Qué tal se duerme en el sofá?
- Me duelen todos los huesos pero ya me estoy acostumbrando. - ¡Jajajajaja! Pues ya puedes ir levantándote porque te espero en la cocina preparando los desayunos. ¿Te gustan las zanahorias? - Todavía no me he convertido en conejo... - ¡Jajajajaja! ¿Otra vez la historia de los conejos? - No dejo de pensar en ello... - Deja ya de pensar y espero que cuando te hayas arreglado del todo dejes también arreglado del todo el sofá y todo lo demás. ¿De acuerdo? - Si estar de acuerdo supone gozar... - ¿Has dicho gozar o has querido decir gozar? - No seas tan mal pensada porque me estoy refiriendo a los desayunos. Cuando Diana de Still se dirigió de nuevo a la cocina a Joseph Liore, mientras arreglaba todo lo que tenía tan revuelto en el salón, se le ocurrió cantar en voz alta. - ¡Érase una vez un lobito bueno, al que maltrataban todos los corderos! ¡Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos! ¡Y habia también un príncipe malo una bruja hermosa y un pirata honrado! ¡Y había también un príncipe malo una bruja hermosa y un pirata honrado! ¡Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés! ¡Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés! Se escuchó la voz de Diana proveniente de la cocina. - ¿Dónde has aprendido tú a cantar eso? Joseph dialogó con ella mientras terminaba de arreglar el salón. - En mi adolescencia neoyorquina yo tenía a un gran amigo conocido por todos como "El Pirata". Era español, de un suburbio de Madrid, y los dos hicimos tan buena amistad que me invitaba a beber cervezas en la Casa de España de Nueva York, en Broadway 41-01. - ¿Solamente ibas esa Casa de España a beber cervezas? - Casi nunca bebía cerveza salvo una par de cañas de muy tarde en tarde. Una vez que aprendí dónde se encontraba ese lugar ya me olvidé por completo de "El Pirata" y acudía yo solo a las actividades culturales que se celebraban allí. Del "Pirata" ya no volví a saber nada más y si se convirtió en alcohólico o supo salvarse a tiempo sólo él y Dios lo deben saber. - ¿Y fue allí dónde aprendiste esa canción? - En efecto. Y como siempre siento curiosidad por todo lo que encuentro en mi camino, resulta que acudiendo a la Biblioteca Pública de Nueva York, la situada entre las calles 40 y 42 con la Quinta Avenida, descubrí que esa canción era un pequeño poema escrito por un español llamado Luis Goytisolo. - ¿Te gusta la Biblioteca Pública de Nueva York? - Sí. Me encanta todo tipo de bibliotecas y hemerotecas, pero ésta que te cito es la segunda mayor de Estados Unidos y una de las más importantes del mundo. Posee un inmenso fondo, con más de 3 millones de ejemplares y un sistema de búsqueda en catálogo de los más eficientes de nuestra nación. Por eso yo no comprendo a tanto paleto que cree que el pueblo norteamericano es inculto y que no tenemos ninguna clase de intelectualidad. - Ya sabes, Joseph, que la ignorancia es atrevida. ¿Cómo definirías tú a la ignorancia de tantos paletos como abundan por el mundo entero? - ¿Te refieres a lo que son como Ben Arck Basin? - ¡Jajajajaja! Sí. Me refiero a los paletos con boina como tú los defines. - ¡Jajajajaja! Lo primero a tener en cuenta, Diana, es que el ignorante ignora que es ignorante. - Y si ignora que es ignorante no hace otra cosa nada más que hablar de cosas de las que no tine ni la más mínima idea. - Tú lo has dicho, Diana. Los paletos con boina, que es una forma más o menos metafórica de hablar para poder saber a quiénes me estoy refiriendo en particular, no tienen más conocimiento que el de las varillas y para ya de contar. - ¡Jajajajaja! ¿Puedo saber por qué les entusiasma tanto el mundo de las varillas? - Hambre, Diana, hambre... - Espera un momento que ya estoy terminando... - No te estoy diciendo que yo tenga hambre sino que lo de las varillas se produce por tener hambre. - Pues no comprendo que relación puede haber entre tener hambre y saber tanto de varillas. - ¡Jajajajaja! Cuando seas mayor de edad te lo explico con toda clase de detalles. - Todavía estoy esperando a que me des una verdadera definición, poética si quieres, sobre la ignorancia. - Antes de eso quiero que pienses sobre lo siguiente: si callamos y no decimos la verdad siempre obtendremos la mentira. Se sabe y se repite mucho que un amigo es aquel que te cuenta verdades aunque a veces te hagan llorar y no aquel que te cuenta mentiras para hacerte siempre reír. Observa que este "a veces" y este "siempre" son relativos. Y es que quiero contarte, princesa, que yo le he dicho hace ya bastante tiempo a alguien a quien creía que era amigo sincero, al que le llamábamos "Yayo", varias verdades totalmente ciertas. Él, como era uno de esos soberbios de la extrema derecha, no las quiso aceptar pero yo no iba a cargar con la cruz de las mentiras. Así que, harto de soportar durante años enteros todas sus ignorancias sobre mi personalidad, le dije verdades que no contenían dudas razonables para que él pudiera dejar de ser un ignorante sobre ciertos asuntos personales entre él y yo, puesto que Dios y muchos testigos sabían que eran verdades lo que yo le contaba. Así que como "Yayo" no quiso aceptar sus enormes ignorancias me limité a separarme de su compañía y dejarle que siguiera creyendo lo que le diese la gana sobre mi persona mientras yo me limito a seguir mi camino una vez dichas todas las verdades; porque tienes que saber, princesa, que la ignorancia ajena nunca forma parte de nuestra verdad y como no deseo mentir a un ex amigo me quedo sin ese amigo, que es del todo falso, pero gano la verdad que es la que me liberó de sus soberbias. Gracias por escucharme, Diana. - No sólo te escucho sino que te doy toda la razón. Estoy contigo por eso; porque te alejas de la soberbia y de la vanidad y no mendigas nunca ni compañerismo, ni amistad, ni amor. Eso sí que es ser hombre verdadero. Si muchos no te comprenden es porque esos muchos desearían ser como tú pero ignoran cómo eres tú. Por eso sólo saben insultar a tu madre, por poner un ejemplo que da hasta vergüenza ajena saber que es el recurso de los impotentes, como ese tal "Yayo". - ¿Y si te digo que lo educó un jesuita? - ¡Atiza! ¿Un jesuita educó a tan grande ignorante? - Suena a cosa rara pero es cierto. - ¡Qué pocos amigos tienen el valor ético y moral de ser verdaderos amigos! Joseph había llegado, silenciosamente, a la cocina y atrapó por la espalda a Diana para intentar besarla cuando ella estaba terminando de freír un par de huevos. - ¡Estate quieto, Joseph, o tus huevos terminan estrellados! - ¡Jajajajaja! Momentos después ya estaban los dos sentados ante la mesa de la cocina y desayunando con gran apetito. - ¿Has visto lo que dice ese periódico? Joseph Liore leyó el titular. - "La muerte de un bebé es nuestro pan de cada día". - Es del pasado día 16 de mayo y se refiere a lo que está sucediendo en la Venezuela gobernada por ese déspota brutal y comunista llamado Maduro pero que de maduro tiene menos que "El Quico" del Chavo del Ocho. - ¡Jajajajaja! - No tiene gracia alguna. - Ya lo sé. Pero Dios terminará por hacer justicia con todos los "maderos" que existen en la actualidad. Así que ahora vístete todo lo más cómoda que puedas porque salimos de viaje. y ponte las botas por favor. - Me pondré las botas. - En el verdadero sentido de la palabra y no en el metafórico. - ¡Jajajajaja! Lo entendí. - ¿Te vienes o no te vienes conmigo? - ¿Un viaje a estas horas de la mañana? - Sí. Nos vamos a 92 kilómetros de Nueva Orleans. - Está bien. 92 kilómetros no es tanta distancia. En hora y media podemos llegar. ¿Puedo saber a dónde vamos? - A la granja "Millsarck" de Houma. - ¿Ya empieza el baile? - Ya empieza el baile, Diana. Ya braman las nubes negras. Coge el paraguas porque se acerca una tormenta. Diana observó el cielo en dirección hacia Houma. - Pues es verdad... Momentos después ya salían con el "escarabajo" de Joseph y en dirección hacia Houma. Las nubes grises eran como guardianes de las últimas calles de Nueva Orleans. Vieron cómo se faenaba en los campos y el bosque circundante permanecía repleto de misterios. - Diana... ¿por qué recurrimos siempre al recuerdo, a la memoria, a la historia personal de cada uno de nosotros para seguir siendo algo más que una simple presencia? - ¿De quién es eso? - De Giuseppe en "Morir por ti siempre". - Pues es una frase muy acertada. - Diana... todo sale de la historia humana para adentrarse en pos de la historia de hoy. - ¿Vamos a tomar algún refresco? - Por supuesto que sí; pero sin dejar de trabajar. Joseph detuvo su Wolkswagen en un garito para negros a la entrada del pueblo de Mathews. Bajaron del automóvil y al entrar en el garito fueron la atención de todos los negros y todas las negras allí reunidos. No sólo por su formidable presencia física sino que, además, Joseph Liore llevaba una computadora y Diana de Still una copiadora. - ¡Llevo ya años dirigiendo este local y nunca jamás he visto que algún blanco tenga la osadía de entrar aquí! - ¿Puedo saber cómo se llama la persona que se está dirigiendo a mí sin haberle dado yo permiso? - ¡Jajajajaja! ¡Me cae bien tu insolencia y atreverte a entrar con un monumento de mujer que no es negra! Me llamo Brian Bitumen Buffalo pero todos me conocen como "BBB" por lo mucho que bebo para poder olvidar. - Señor Bitumen... ahora mismo no puedo escuchar lamentos... porque sólo hemos entrado para tomar dos cocacolas mientras trabajamos un poco para ganarnos las lentejas del día. - ¿Pero te das cuenta de dónde has entrado? - Sé perfectamente que garito significa establecimiento destinado a la diversión, en especial el que tiene mala reputación; pero a mi amiga íntima y a mí eso no nos importa porque precisamente lo que queremos ahora es divertirnos mientras trabajamos. La buena o mala reputación la dejamos para el más allá. - ¡Jajajajaja! ¿De verdad no tenéis miedo a la muerte? - Pues va a ser que no. Brian Bitumen Buffalo no salía de su asombro mientras contemplaba cómo Joseph Liore y Diana de Still buscaban un sitio libre y, al encontrarlo, se sentaron y pusieron su computadora y su fotocopiadora sobre la mesa. Así que decidió acercarse a ellos. - ¿Qué habéis dicho que queríais beber? - Dos cocacolas. Una para mi amiga íntima y la otra, como no tengo más amigas íntimas, pues va a ser para mí. - ¡Jajajajaja! Aunque soy el dueño de este garito os las voy a servir yo mismo porque me asombra vuestro valor. - Y de paso, si no le molesta demasiado, ponga un poco de música para mejorar el ambiente. Todos los negros y negras allí reunidos miraban entre curiosos y escépticos pero guardaban silencio sepulcral cuando comenzó a sonar la canción de Jhon Lee Hoker. - ¡Bueno, hey hey, cuando llegué por primera vez a la ciudad, la gente no me conocía. Yo estaba caminando por la calle Hastings. He oído hablar de todo el mundo. Club de Henry balancín. Se me cayó en esa noche. Hice el boogie. Hice el boogie, boogie. Hice el boogie. Sí, hey hey. Era una noche donde estaba el que se establece. Así que he oído a mi mamá y mi papá hablando sobre el boogie. ¿Quieres ir a bailar? ¿Quieres ir a bailar? ¿Es el boogie ahora?Hey hey hey hey. Voy a decirte algo. Es una noche donde estaba el que se establece. He oído, he oído, he oído. ¿Es el boogie? Sentirse bien, sentirse bien, sentirse bien, sentirse bien- Siento ... siento .. siento ... siento ... siento ... Gracias ... BBB se acercó con las dos cocacolas y dos vasos. - ¿De verdad habéis elegido este garito para trabajar? Joseph volvió a contestar muy sereno. - No es que sea el salón principal del Hotel Marriott de Nueva Orleans pero tampoco es el establo de Ben Arck Basin donde debe estar, en estos momentos, bebiendo para superar el miedo. - ¡Ostras! ¿Conoces a Ben y quieres buscar bronca con él? - Si te refieres a Ben Arck Basin has acertado. - ¡Choca esos cinco, hermano! ¡Las dos cocacolas son gratis porque os invito yo! ¡Y sacúdele todo lo más fuerte que puedas hasta que le dejes tonto del todo! ¿Os pongo otro disco antes de que entréis en faena? - Está bien. Así las cocacolas serán más refrescantes. - Perdona que no estén tan frías pero es que no tengo congelador. - No importa. A mi amiga íntima y a mí nos gusta todo lo que es caliente. - ¡Jajajajaja! ¡Ya sé por qué lo dices! - Tengo que hacerte a ti y a los demás una seria advertencia. Por mucho que os caigamos bien no admito que nadie se acerque a ella. ¿Entendido? - Entendido. Yo mismo lo voy a evitar. - Pues entonces diles a todos que somos "La Pareja Invisible" o, si lo prefieren, que miren para otro lado. ¿También entendido? - También entendido. ¿Te gusta Rihanna? - Sí. Está que se sale pero la primera es la primera y la primera es la que está siempre a mi lado. Diana de Still se aguantó la risa. - Comprendido. Os pongo una de Rihanna. Y sonó la canción. - ¡Esto es lo mucho que te amo esto es lo mucho que te necesito y no puedo resistirme a ti casi todo lo que haces me hace sonreir, ¿puedo ser como tu por un rato? Pero lo odio tú sabes exáctamente qué hacer y por eso no puedo seguir siempre loca por ti estar demasiado tiempo así está mal y yo odio amarte tanto bebé. No puedo resistir cuánto te necesito y yo odio amarte tanto bebé pero no puedo dejarte ir y odio tener que amarte tanto. Tú sabes completamente el poder que tienes, el único que puede hacerme sonreir. Digo que no es justo cómo tú tomas ventaja del hecho de que yo tenga una razón para eso y simplemente no está bien. Esto es lo mucho que te amo. esto es lo mucho que necesito. Esto es lo mucho que te amo. Esto es lo mucho que te necesito y odio tener que amarte tanto y odio lo mucho que te amo nene. No puedo resistir cuánto te necesito y odio tener que amarte tanto pero simplemente no puedo dejarte ir y odio tener que amarte tanto y odio tener que amarte tanto... tantooo... - ¿Te crees tan interesante? - Perdona, Diana, pero no he sido yo el que la ha elegido... - Por eso te salvas de que te deje ahora mismo y desaparezca para siempre de tu vida. - ¿Trabajamos o no trabajamos? - Trabajamos. - Pues entonces olvida ya lo de seguir juntos o separarnos para siempre. En alguno de los siglos que tenemos que vivir en el futuro ya habrá tiempo para decidirlo si es que no es demasiado tarde. - ¡Jajajajaja! ¿Qué quieres hacer ahora? - Pedirle a "Míster X" que me envíe un documento para poder actuar en la granja "Millsarck", con el sello y la firma del Secretario de Agricultura, Thomas James Vilsack. - Sin abusar demasiado, Joseph. - No voy a abusar de nadie pero tampoco voy a permitir que sigan abusando. Y como eres mujer ya sabes a lo que me estoy refiriendo. - ¡Okey! ¡Vamos a por ellos! Joseph encendió la computadora mientras Diana enchufaba la copiadora. - Voy a ver si hay suficiente cobertura. Joseph buscó el Documento "Míster X" y todo funcionó sin ninguna contrariedad. Así que comenzó a escribir. - Míster X. Soy 000 y necesito urgentemente un documento escrito donde el Secretario de Agricultura, Thomas James Vilsack me autoriza para poder intervenir en las plantaciones de arroz de toda la nación. Busque usted la excusa pero que sea convincente. - Okey, 000. Espera solamente 10 minutos. - ¿Algo va mal, Joseph? - Nada va mal... y espero que Ben Arck Basin me explique lo de los conejos... - ¡Jajajajaja! ¿Tú crees que un paleto con boina saba mucho de conejos? - Si son conejos de campo estoy seguro de que algo debe saber o es aún más idiota de lo que es. - Tenemos que esperar diez minutos. - ¿Quieres que te entretenga contándote algo interesante? - Sí, quiero. - Había una vez un Gran Payaso sin gracia. “Qué triste es un payaso sin gracia" pensó el poeta. “¿Habéis podido comprobar los desgraciado que debe ser tener que hacer reír a los demás sin tener gracia en lo que se dice?” preguntó a las estrellas de las imágines y el color… y éstas respondieron: “Ya lo hemos hecho. Es una verdadera desgracia de hombre”. Y llevaban razón las estrellas humanas. En las noches lunáticas El Gran Idiota siempre era una tragedia: raudales de majaderías sin mayor sentido que lo escatológico soltaba el infeliz. Era un atroz insulto al arte de la payasería. Pestilente humor. Desdicha. Botarate sin más. El Gran Idiota se pavoneaba, noche tras noche, sobre sus “tacones de avestruz” mientras le aplaudían únicamente sus asalariados adláteres que había comprado a cambio de un abonimable café. Y se convertía, noche tras noche, en gaznápiro, sacamuelas, morralla humana… con tal de triunfar en el séptimo arte de la televisión, la aspiración pequeño burguesa y pequeño servil del Gran Idiota. Pero también pensó el poeta en el tremendo conflicto existencial en que debía de vivir aquel proyecto de humorista que se había quedado atascado entre la nada y el menos que nada… y sintió lástima de él… pero no cabe duda de que El Gran Idiota se lo montó a su manera. ¿Cómo logró entrar en un Canal de la Tele para tormento y pesadilla de niños, jóvenes, adultos y ancianos?. Muy fácil. Sólo hay que tener tan poca dignidad como para “bajarse los pantalones” ante el pelanas enviado por la tele a recorrer cafetines baratos y descubrir talentos nuevos; aunque sean, como en este caso, el talento de la estupidez. Total, que El Gran Iditoa pensó en su momento: no es nada del otro mundo, solo tengo que explotar el chiste del mal olor del talón de Aquiles, cagarme en la Historia hablando de los güevos de Colón o los güevos de Napoleón o, mejor que eso, expresar “boutades” sobre la vida y obra de Franco o de doña Juana la Loca. Todo eso y a esperar la llegada del “cazatalentos” de turno que, acariciándote la cara, "mariquitus habemus", te dice: “tú tienes futuro muchacho” sin dejar de fumar su cigarrillo Viceroy. Y después… “¡a situarme bien en la tele y a vivir que son cuatro días mal contados!”. Pobre tonto. Iluso charlatán que es maromo por querer ser capitán. La Luna es testigo presencial de esta tragedia del Gran Idiota que de bazofia humorística pasó, de la noche a la mañana, a presentador de canal de teleadictos. ¡Claro, no olvidemos que El Gran Idiota es un consumado “artista” en esto de darle al “punto”, al “punto y coma” y, sobre todo a la “raya”! Y, sobre todo, que el ateísmo no falte señores, que no se puede ser moderno siendo creyente. Y yo digo, como réplica, que no se puede ser tan incapaz y, al mismo tiempo, tan ridículo. - ¡Jajajajaja! ¡Le has puesto a parir! - Pues él sí que dice paridas todas las semanas. - ¿Qué quiere decir eso de paridas? - Tonterías, estupideces, sandeces y hasta boberías para los más populares aunque sean referidas a tirarse pedos o llamarle caca al pan y mierda al vino... y estulticias para los más intelectuales... y todo ello con facha de cerdo con tirantes... - ¿Es que es facha El Gran Idiota? - Es tan facha que más que macho es macha. - "¿Mariquitus habemus"? - Caliente... caliente... Diana... Hubo un silencio pero ella lo comprendió todo. - Me gustaría saber un poco más de ti... Joseph la miró fijamente a los ojos y volvió a quedar rendido ante su belleza. - La cultura es un sello de nuestro corazón y, como tal, se convierte en calor tenso, caliente y acogedor, que cada uno de nosotros y nosotras alimentamos como visión cosmopolita de nuestro yo interior. Calidad y calidez humana. Son dos ingredientes fundamentales de la cultura donde yo bebo diariamente. Para mí es baluarte y síntesis precisa de lo que significa todo espacio de creación libre y espontánea. Cultura. Eso es. Cultura humana y humanizadora. Yo, a diferencia de los dos aviadores de cierta fábula, no busco el infinito dando vueltas a la Tierra en sentido eternamente horizontal ni busco la presencia de Dios subiendo y subiendo sin parar por el universo en sentido vertical. Busco mi esencia verdadera, la de hombre hecho carne, hueso y corazón, en mi misma magnitud. Y por eso soy sincero hasta la muerte. Porque puedo decir que dentro de la Cultura de calor tenso, caliente y acogedor, me siento plenamente satisfecho para expresar libremente mi comunicación humana hacia otros seres de mi misma especie. Y sí. Felizmente me encuentro sintiendo… - ¿Y si te digo que a mí me sucede lo mismo cuando estoy a tu lado? - Será por pura coincidencia. - Joseph, quiero que sepas que no existe la coincidencia sino el Destino... - Diana, hablemos y pensemos, por un momento, sobre el Destino y el Futuro. ¿El Destino y el Futuro son la misma cosa o son cosas totalmente diferentes?. Bajo mi punto de vista personal son dos cosas totalmente diferentes. Paso a razonarlo en breves palabras. Por definición académica se dice que Destino es la fuerza desconocida y sobrenatural de la que se cree que actúa de forma inevitable en las personas y los acontecimientos…mientras que la definición académica de Futuro es que, según la concepción lineal del tiempo que tienen los humanos, el futuro es la porción de tiempo que todavía no ha sucedido. Dejemos ahora de lado las definiciones porque, a veces, nos podemos confundir con ellas. Vamos a ser un poco más claros que las simples definiciones. Empiezo diciendo que ni el Destino ni el Futuro los conocen ningún ser humano y por eso no creo ni creeré en esos mentirosos que dicen que están escritos en las cartas del Tarot o en las mismas estrellas del cielo. Pero hay una diferencia esencial entre Destino y Futuro aunque ambos son desconocidos hasta que llegamos a ellos. El Futuro no existe en realidad sino que lo vamos creando los seres humanos a medida que estamos haciendo cosas en el presente. No hay un solo futuro determinado para cada cosa ya que depende de la decisión que tomemos en un momento circunstancial de nuestras vidas; sobre todo cuando tenemos que tomar una decisión importante. Depende de la decisión y la acción que hayamos realizado así será nuestro Futuro. Si ante una circunstancia actuamos de una manera nuestro futuro se derivará de esa manera que hemos actuado; pero si ante la misma circunstancia actuamos de otra manera diferente nuestro futuro ya no es el mismo sino que se deriva de esa manera diferente con que hemos actuado. En otras palabras, el Futuro es una creación humana. Lo hacemos según estemos actuando en el presente. Ahora hablemos del Destino. ¿Qué sucede con el Destino que tampoco lo conocemos?. Mientras el Futuro no existe hasta que llegamos a él, el Destino existe desde el mismo momento en que somos engendrados. El Destino no lo podemos crear los seres humanos porque es sobrenatural y para los creyentes lo crea Dios y para los no creyentes lo crea la Vida. Hagamos lo que hagamos no podemos cambiar nuestro Destino mientras que nuestro Futuro, como es creación nuestra, lo podemos cambiar cuantas veces deseemos. En resumen: el Futuro es una unidad del Tiempo y es completamente variable según lo deseemos, mientras que el Destino es una unidad de la Existencia y no lo podemos cambiar jamás. Al futuro se llega todos los días. Al Destino se llega cuando morimos. - ¡Caramba! ¡Qué elevado pensamiento! - Es que estaba usted escuchando, Brian? - No he podido evitar oír eso de la diferencia entre Futuro y Destino. Pasaba por aquí y me ha llamado la atención esa forma y manera de explicar con tanta claridad y sensatez lo que muchos llamados sabios de salón son incapaces de definir. - Será porque los sabios de salón se preocupan mucho de salir en los catálogos de los Festivales de Cultura; aunque a la hora de la verdad sólo les interesa saber cómo van las ventas de sus libros. Lo he visto hacer multitud de veces. - ¿Calabazas vacías en la hora de la verdad? - El psiquiatra Neighborhood New así los define. - ¿Algún profesional de Nueva York? - Si. Un profesional de NuevaYork que trabaja en el manicomio de Perrysburg. - ¡Joder! ¡Hasta para volverse loco es necesario sufrir en esta vida! - ¡Jajajajaja! ¡Qué gran verdad acabas de decir Brian! - De acuerdo, chaval. He dicho una gran verdad. Pero todas esas cosas que citas, y que son verdaderas, no quiere decir, para mi forma de pensar y sobre todo para mi forma de sentir, que digamos que no vale la pena vivir sino todo lo contrario. Vale la pena sufrir para conseguir ser felices. Y te doy mi palabra de hombre, aunque sea hombre negro, que se puede vivir con verdadera sensación pasional todos los días de nuestras existencias hasta hacernos eternos de verdad. Creyendo en la Verdad he conseguido siempre tener ganas de vivir. - ¿Eres cristiano? - Soy cristiano desde que nací y nunca dejaré de serlo a pesar de que existan hombres blancos que nos traten como si fuésemos basura. - No todos los hombres blancos somos iguales, Brian. - Ni todos los hombres negros somos iguales, Joseph. - Es interesante lo que dices, Brian, pero escucha con atención porque ella y yo también somos cristianos. La vida es un deambular entre el desconsuelo y la esperanza. En esa tierra de nadie nos la jugamos siempre, amigo Brian, nos la jugamos siempre a un cara o cruz porque las monedas son redondas como la vida misma. Damos vueltas y más vueltas en el aire de las ilusiones y luego Dios decide… - ¿Y qué sucede con Dios que muchas veces parece no estar? - No es esa la propuesta cristiana. ¿Seguimos esperando eternamente o buscamos una salida para el sufrimiento? Algunos creen que sufrir es la mejor manera de amar. Para mi punto de vista eso es totalmente falso. Si sufres por culpa de un amor es que no te aman lo suficiente. ¿Se puede entender un amor que hace sufrir? Soy subjetivo pero sincero. Si un amor me hace sufrir me olvido y busco otro camino. Nunca una fuente de agua amarga te puede dar una agua dulce. Y si el amor no es dulce ¿crees que es amor estar siempre con la amargura? Yo desde luego no pienso de esa manera. Si alguien me hizo en su día pasar algún momento amargo preferí siempre cambiar de rumbo. No entiendo que haya que ser masoquista para ser feliz. Si el masoquismo es dolor… ¿por qué hay personas que sufren por culpa de alguien que no se merece que se sufra por su culpa? Las heridas no se curan sufriendo dolor. Las heridas siempre se curan cuando te alejas de la persona que te las produce. Es mi opinión personal de algo que conozco bastante bien. Al encontrar a alguien que te ama de verdad es cuando dejas de sufrir. Y ese es el verdadero camino. Yo desalojo de mi pensamiento el dolor. El recuerdo me sirve para alejarme de él. Eso es para mí superar lo que no me hace feliz y encontrar la felicidad con la persona que me da felicidad. Hay alguien que siempre te está esperando. Sólo consiste en olvidar y abrir la puerta para salir en busca de quien te hará feliz. Eso es todo. Supongo que una cosa es aconsejar y otra cosa es que te hagan caso. Pero eso ya no es mi problema. Brian Betumen Buffalo, a pesar de su enorme corpulencia, se sentía como un pigmeo ante aquel joven tan decidido que llamaba pan al pan y vino al vino con una tranquilidad pasmosa. - Creo que estás hablando con una gran verdad en lo que dices. - ¿Cuál crees que es esa gran verdad que está usted pensando? - ¿El espíritu de Dios tal vez? - Supongo que sí. En ese momento llegó la respuesta de "Mister X". - Veo que seguís teniendo trabajo. Os dejo a solas y nadie se va a atrever ni tan siquiera a acercarse a diez metros de distancia de este bombón que tienes a tu lado y de tu lado. Espero que cuando terminéis os despidáis de mi como cuando alguien se despide de un amigo. Diana y Joseph ya estaban en otro mundo... - Espero que te sirva la siguiente autorización que te envío con urgencia, 000. - Okey. Diana leyó el texto con voz muy baja. - Por el presente documento gubernamental autorizo al Señor Don Joseph Liore para que intervenga directamente en todas las plantaciones de arroz de toda la nación de los Estados Unidos de Norteamérica por motivos altamente cualificados ya que se encuentra analizando y comprobando la verdadera calidad de todas las variantes arroceras de cara a la mejora de la alimentación de todos los consumidores de arroz y de cara a las exportaciones a otros países del mundo. Desde la Secretaría de Agricultura del Gobierno del Presidente Barack Obama se ordena a todos los granjeros que reciban la visita del Señor Don Joseph Liore que le permitan actuar con entera libertad para que pueda llevar a cabo su labor investigativa sin ninguna clase de problemas o, en caso contrario, tendrán que intervenir las fuerzas armadas de los Estaados Unidos destacadas en cada lugar de nuestra Nación para que dichos problemas desaparezcan bajo pena de cárcel sin fianza , multa y cierre definitivo de las granjas que se nieguen a colaborar con el Gobierno. Firmado: Thomas James Vilsack, Secretario de Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica. - ¿Viene sellado y firmado? - Perfectamente sellado y firmado, Joseph. - Pues ahora entras tú en acción. - ¿Cuántas copias hago? - Solamente dos. No es necesario gastar más papel por culpa de los miserables. Una vez terminada su labor y,después de que Diana introdujera el documento oficial y su copia en el maletín de la computadora, dando el último trago de sus cocacolas se dirigieron hacia la salida con la misma tranquilidad con la que entraron y con su computadora y copiadora cubiertas por sus correspondientes plásticos. - ¡Nos vemos, Brian! - ¡Nos vemos, Joseph! Ya estaba empezando a llover de manera bastante torrencial así que Joseph agarró la mano derecha de Diana y tras una corta carrera entraron en el "escarabajo". - ¿Esperamos a que amaine un poco para poder seguir, Diana? - ¡Nada de esperar más tiempo! ¡Aunque esté cayendo el Diluvio Universal hay que ir a por ellos cuanto más pronto mejor y no vamos a perder ni un sólo segundo para cumplir con nuestro trabajo! - Entendido, Diana. Conduciré de manera prudente pero vamos a seguir adelante pase lo que pase y pese a quien pese. - Sí, Joseph. - ¿Cuántos kilómetros nos faltan por recorrer? - Entre 20 y 30 nada más. - ¿Puedes hacer funcionar el aparato radiofónico? - Sí. Pero voy a buscar música española. Hay un programa de flamenco que se escucha en casi todos los Estados Unidos. Espero que éste sea uno de ellos. - ¿Te refieres a "Flamenco Spain"? - Sí. ¿Lo has oído alguna vez? - Lo he oído alguna vez en Nueva York pero no sé si se puede escuchar en Louisiana. Diana movió el dial y a los pocos segundos lo consiguió. - ¡Te estoy amando locamente, pero no sé como te lo voy a decir. Quisiera que me comprendieras, y sin darte cuenta te alejas de mí. Prefiero no pensar, prefiero no sufrir. Lo que quiero es que me beses, recuerda que deseo tenerte muy cerca, pero sin darte cuenta te alejas de mi! Diana apagó el aparato radiofónico. - ¿Y eso? - Prefiero seguir soñando... - Diana... Yo quiero seguir en las calles, envuelto en la neblina de los anónimos; abierto el corazón a esas madrugadas con miradas de mujeres perdidas, farolas encendidas a cuya vera poder encender un cigarrillo y combatir el sentimiento escribiendo un poema en el dorso de la mano de un imaginario vagabundo; yo quiero seguir siendo ese que camina sin saber dónde está el final de todos mis caminos, yendo hacia el infinito de las compañías aisladas, las compañías del lucero y el perro vagabundo, poder sentarme a soñar cuentos en los bancos de los parques y comenzar el día leyendo los misterios de extenderse entre los gritos del silencio de esos seres que se pierden en el vacío de la noche anterior nada más que comienza de nuevo el amanecer porque no recuerdan en qué estación de tren estuvieron viviendo sus últimas historias. Porque he intentado hallar eco a mi presencia dentro de los cómodos y cálidos aposentos de los santos, de esos que se enamoran de los cantos y las alabanzas sin saber nunca lo que es mojarse hasta los huesos y he sentido el sabor rancio de los viejos señores sin más aprendizaje que las cómodas butacas de los salones de los Grandes Actos; porque he buscado hallarme en los cursos de aprendizaje de las letras doradas y he sentido la ausencia, la inexistencia y el abandono del palpitar de mis latidos como si el corazón se me hubiera secado de repente. Por eso yo quiero ser otra vez el que sigue en las calles, tomando el café de cada mañana mirando las miradas de alguna que otra chiquilla que está buscando algo sin saber qué es, perdiéndome entre las sílabas de las crónicas de un periódico donde puedo ser hasta yo el que ha escrito algo como “No necesito más presencia que este mensaje de sentirme aislado pero teniéndote a mi lado, en mi corazón”. Y quiero ser, de nuevo, la ausencia, el olvido, esa sensación de no existir para seguir siendo el que siempre quiere ser, cigarrillo en mano, como un mendigo que encuentra en los pasillos del metro de Nueva York ese sentirse de nuevo más que un simple estar vacío. Salir de los Salones de Actos donde el orgullo de los grandes es, en realidad, una sequedad de sentimientos. Prefiero estar en la barra de alguna taberna bebiendo un poco de café y mirando a los ojos al alcohólico, a la prostituta, a cualquiera que quiera cruzar una mirada de ayuda, de socorro silencioso, en una de mis sonrisas; y después, salir de nuevo a la calle y volver a ser el que camina para poder existir; el mismo que camina para ser verdadero sentimiento, el que sube y baja las escaleras de cualquier pasillo en vez de estar setnado en los dorados sillones de esos oradores que hablan tan lindo sobre un Dios lejano, un Dios que no es el Dios que yo busco. Yo quiero seguir en las calles porque no sirvo para estar con seres que no saben reír y para seguir siempre soñando, creyendo que en este mundo podemos encontrar ese hogar en el que nos hemos criado… el cielo… la calle… esas experiencias únicas e inolvidables de saberse vivos entre los ruidos del tráfico, el sonido del bastón de un ciego que tropieza con los cubos de la basura que están orillados, lejos de la presencia de los más pudientes, y poder sobrellevar el cansancio hasta el límite de este existir en la vida para ser alguien, para ser primero que alguien un ser humano, sin tanta santidad sobrante sino siempre con bastante santidad por conseguir. No quiero nunca rellenar poltronas sino sentir el suelo bajo mis botas al caminar. Que mis religiones sean siempre el viento, el sol, la lluvia, la nieve, la dureza de cualquier persona de un oscuro lugar donde pasar desapercibido y no ser reconocido por alguien a quien alguna vez incluso pude haberle ayudado a ser feliz. Yo sólo quiero la poesía de la luna cenando con la que me desea en cualquier lugar… pero con amor… sólo por amor… y nada más que para el amor. - Lo entiendo, Joseph. Diana volvió a sacar uno de esos "marlboros" que ella nunca fumaba, lo encendió con su mechero que nunca usaba para fumar, dio una calada al cigarrillo y se lo pasó a Joseph con una huella de carmín en su boquilla. - Gracias por comprenderme, Diana... Allí estaba ya la flecha indicando la dirección de la "Granja Millsarck". - Parece como si los pájaros hayan dejado de cantar, Diana. - Yo también siento esa sensación. Qué lugar más tenebroso. - ¿De verdad quieres acompañarme en esta aventura o decides quedarte esperando en el automóvil mientras yo sigo a pie? - ¿Sola en este lugar tan tétrico que hasta los pájaros han dejado de cantar? ¡Ni loca! - Puede ocurrir alguna tragedia y si uno de los dos no queda vivo... ¿cómo se va enterar "Mister X" de que ya no hay nada que hacer?... - Prefiero morir junto a tu lado que vivir lejos de ti... - Supongo que eso lo dices solamente porque tienes miedo... - Supón lo que quieras pero lo dicho dicho está... aunque sólo sea porque me conviene ser demasiado humana... Llovía torrencialmente... - ¿Por qué crees que no cantan los pájaros, Diana? - Porque está lloviendo. - Esa sería la respuesta más lógica, pero no es la respuesta verdadera. -¿Cuál es entonces la verdadera respuesta? - Que aquí no existen pájaros, - Pero si es un lugar con un ambiente muy propicio para todos ellos... - Cuando llueve de esta manera los pájaros siempre se refugian en los más densos ramajes de los grandes árboles, pero se mueven muy inquietos, Si aquí existieran pájaros los más densos ramajes de estos árboles se estarían moviendo continuamente por el trajinar de los pájaros y no estamos viendo nada de eso. Además escucharíamos el nervioso aletear y el continuo piar de todos ellos; lo cual nos daría la clara pista para poder verlos. ¿Ves algún pájaro entre las ramas más densas de estos árboles? - ¡Ni uno! - Porque en esta inmensa arboleda no existen los pájaros. - ¿Cómo se puede explicar eso? - Alguien los ha estado matando continuamente y día tras día... hasta que los pájaros, que son muy inteligentes, han aprendido que para ellos vivir aquí en paz y sin tener que morir por ello es un imposible... y por eso han decidido irse a otras arboledas. - Esa teoría me convence, Joseph. - Para que vayas aprendiendo con qué clase de tiparracos nos la vamos a jugar. - ¡Si tú sigues adelante yo también! - Entonces dejemos el "escarabajo" debajo de un gran árbol para que se cobije con su denso ramaje y se moje lo menos posible. Una vez aparcado el Wolkswagen en el lugar decidido por Joseph, salieron del automóvil, Diana abrió el paraguas y los dos comenzaron a caminar estrechando sus cuerpos entre sí para salvarse del aguacero y sin importarles el peligro. La lluvia caía en abundancia y la luz de la tarde era sangrante dentro del bosque; pero la voluntad de Joseph, transmitida a Diana a través de la empatía que existía entre los dos, les hacía seguir adelante. Sabían que quizás fuesen las últimas horas de sus vidas pero los dos unían la piel de sus cuerpos como si fueran solamente una persona. Si allí había alguna especie de círculo de la muerte ellos no dejarían de caminar hacia el círculo. Y la tarde avanzaba mientra Joseph Liore y Diana de Still caminaban en medio de un silencio sobrecogedor. Por eso comenzaron a hablar de cosas que parecían intranscendentes pero que en aquellos momentos era importantísimas para poder conocerse mejor. - ¿Tú crees en la buena suerte, Joseph? - Yo creo en la justicia y si tenemos que hacer justicia no lo vamos a conseguir por tener buena suerte, La suerte sólo la buscan los perdedores y para vencer alcanzando el éxito nunca debemos jugar a la suerte porque esa es la peor manera de perder. Si buscas la suerte al final siempre pierdes. Yo te afirmo rotundamente que si tenes algún proyecto de futuro para alcanzar la felicidad no lo vas a conseguir nunca si lo dejas todo a tener buena suerte. La buena suerte es de perdedores que nunca alcanzan sus metas porque al final la buena suerte se les acaba antes de haberlo conseguido. Buscar la suerte siempre es un suicidio de la personalidad. Para tener éxito nunca olvides lo que te cuento en estos momentos en que nos jugamos nuestro futuro no con la suerte sino con la convicción de que vamos a salir con más vida que al entrar. ¿Me estás comprendiendo? - Del todo. Así que esperemos que el cielo se despeje un poco más. - No tengas miedo a la oscuridad, Diana. Estás acompañada de un chaval que nunca ha tenido miedo a la oscuridad, Ni cuando era solamente un niño. Incluso la he buscado adrede en numerosas ocasiones para derrotarla sin ninguna clase de dudas. En la oscuridad sólo se esconden los fantasmas y ya sabes que los fantasmas carecen por completo de poder. -¡Jajajajaja! ¿Por ejemplo Ben Arck Basin? - Eso es, princesa. Por ejemplo un paleto con boina como ese tal Ben. - ¿Es que no tiene suficiente inteligencia? - Está a años luz de tener suficiente inteligencia. - ¿Tan falto de ideas es ese Ben Arck Basin? - Mucho más falto de lo que te puedas imaginar. Solamente sabe insultar a seres inferiores e inocentes que les hace pasar un verdadero calvario a través de sus insultos, sus amenazas y sus desprecios. ¡Menuda cruz les cae a los humildes pastores de ovejas que se pasan toda su vida en los montes con tiparracos como Ben Arck Basin! ¡Y si así trata a los humildes pastores de ovejas imagínate cómo trata a las mujeres a las que considera como seres inferiores o prostitutas! - ¡Es mucho más fantasma de lo que yo misma creía! - Está bien que pienses eso de Ben pero nunca jamás tengas compasión de él o de personas tan falsas como él porque intentarán engañarte para que caigas en sus trampas. Detrás de su apariencia social sólo hay una sola respuesta: son totalmente insociables. - ¿Piensas que por aquí debe haber alguna trampa? - Eso me recuerda a los conejos, Diana. - ¡Jajajajaja! ¡Habla en serio, Joseph! - Estoy hablando en serio, Diana. ¿Cómo deducirías tú la posibilidad de que por aquí hay trampas? - Estamos caminando dentro de la oscuridad porque la tarde está muy nublada y eso nos hace, en principio, víctimas de caer en alguna trampa por caminar hacia la derecha. - Buen inicio. Sigue. - El peligro, Joseph, es olvidar que existe el peligro. - Exacto. Saber que existe el peligro hace que cuando nos enfrentemos a él ya sepamos cómo vamos a vencerle porque lo hemos estando pensando con antelación suficiente para saber reaccionar y acabar con el peligro. - Y la única forma de sortear todas sus trampas es utilizando la inteligencia. - ¡Eso mismo! ¡Diste en la diana! Ser mucho más inteligentes que ellos nos hace estar mucho más seguros que cualquier fantasma que se nos aparezca en medio de la oscuridad. Y ya verás cómo, si mi intuición no me engaña, pronto se nos aparecerá algún horrible fantasma. Por un momento parecía que se habían perdido entre la espesa niebla mientras la gran tormenta se había convertido solamente en pequeña llovizna. El terreno se había vuelto fangoso pero, a cambio de ello, la tormenta y el viento habían servido para descubrir fácilmente las trampas si eras lo suficientemente inteligente como para saber andar. Era necesario saber muy bien dónde poner los pìes y todo ello con un silencio absoluto para que nada ni nadie les descubriera, En medio del silencio se imponía un factor de la inteligencia llamado intuición, del cual carecía por completo Ben Arck Basin. Se escucharon los ladridos de un perro en la lejanía y. moviéndose por la dirección del sonido, Joseph conducía a Diana, siempre sujetándola de su mano derecha, hacia lo que él ya sabía que era el camino para llegar a la todavía lejana "Granja Millsarck". Era un mundo absoluto de silencio y Joseph lo aprovechó para. en voz muy baja, animar a Diana... - Compañera de lucha... debes saber que estoy contigo... porque yo también pienso a veces en la dignidad de los seres humanos y que nunca debemos renunciar a ella. Es cierto que muchas veces la envidia de personas ajenas a nuestro mundo ansían evitar nuestro abrazo amoroso pero siempre puede más el amor. Nadie puede extinguirnos, compañera de lucha, cuando sabemos lo que es amar... - Gracias, compañero. - Hace ya tiempo supe lo que ocultaron aquellos que no querían que yo pudiese imaginar mi propio amor. Imagínate la cantidad de cosas que quisieron ocultar para hacerme pasar por ignorante y cosas todavía peores que ignorante. Imagínate la cantidad de rechazos que tuve que sufrir por pensar solamente en mi amor y no en el amor de los demás y me estoy refiriendo al sexo. Imagínate cuánto me persiguieron por no ser como ellos y la cantidad de batallas que he tenido que librar para conseguir una sola oportunidad de conocer a la mujer de mis sueños. - Lo imagino, compañero, lo imagino. - ¿Qué tenemos ante nosotros, compañera? ¿Cuál es nuestra verdadera manera de sentir que el sueño es real y vivimos una realidad soñada pero cierta y verdadera? Pensar que se ama no es lo mismo que amar lo que se piensa. - ¡Qué gran pensamiento! - Bajo mi punto de vista particular, que no es general gracias a Dios porque si fuese general no existiría la emoción de ser diferente, amar de verdad no consiste solemente en que se piensa que estamos amando sino que amamos lo que antes hemos soñado año tras año y sin jamás rendirse ni claudicar. Me refiero al preamor, al previo calentamiento del verdadero y noble amor; porque si supiéramos siempre la forma y manera de amar no existiría esa fase emotiva y emocional y. sobre todo, emocionante, antes de alcanzar el sueño de amor que es un sueño que, de repente, se convierte en realidad. Supongo que sobre eso se puede debatir un montón de tiempo. - Yo no debato eso porque comparto esa misma manera de pensar, de creer y de opinar. - Entonces te comprendo del todo, compañera. - Y yo también a ti y del todo. De repente él detuvo la marcha. - ¡Cuidado, Diana! ¡No des un paso adelante! - ¿Alguna víbora venenosa? - Espera y verás a qué me estoy refiriendo. No te muevas para nada, Diana. - Estaré quieta para que no me envenene. Joseph cogió una piedra de pedernal y la lanzó hacia un punto del suelo tan cercano a ellos que sólo había un paso de distancia. Y saltó el enorme cepo de cazar lobos. - ¡Cielos! ¿Cómo los has adivinmado? - Algunos lo llaman intuición pero yo lo llamo de otra manera aunque signifique lo mismo. - No te entiendo... - Observas eso que hay al lado del cepo. - ¡Carne! ¡Es carne! - ¿Cómo lo llamas ahora? - Observación. Lo llamo observación. - Eso es. Un cincuenta por ciento de intuición y un cincuenta por ciento de observación. Se produjo un breve silencio... - ¿Qué es la intuición, Jsoeph? - La astucia que los grandes jugadores de nipes, como le demostré al engreído Max Emilington, tenemos desde nuestra propia cuna; o sea, que nacemos con esa intuición y luego la desarrollamos gracias a nuestra inteligencia. - ¿Y la observación? - El sentido espacial de una escena cotidiana que nos lleva a la reflexión. El gato observa antes de maullar, porque sabe que si maulla antes de haber observado pierde la oportunidad de cazar al ratón. - Aprendo demasiado a tu lado... ¿eso es bueno o es malo?... - ¿Trajiste algo de comer? - No se me olvidaron los dos bocadillos de chorizo. - Pues vamos a sentarnos sobre estas dos grandes piedras porque, mientras comemos, tengo algo importante que decirte. - Espero que sea para algo bueno. Ella sacó los bocadillos y se sentaron cerca uno del otro pero mirando siempre hacia adelante. - Diana, debemos seguir luchando por lo que creemos que es correcto. Hay muchas cosas que quisiéramos evitar y queremos hacerlo; en especial cuando vemos que causan daño a las personas; pero la realidad dice que cada uno es responsable de sus actos y eso es inevitable. Durante mucho tiempo he aprendido que hay nuevas etapas por descubrir. Eso a veces me ha sorprendido. - ¿No vas a seguir? ¡Es muy itneresante? - Entonces sigo. Creemo que en la adultez hemos visto casi todo, pero nos damos cuenta de que el mundo es otro mundo distinto al que queremos ayudar a construír; un mundo donde la conciencia debe estar presente y donde los valores deben dominar. Sin embargo, otra vez la realidad no es así. - ¿Puedes continuar? - Puedo. Entonces te das cuentra de que la razón no existe porque se camufla con la voluntad del hombre para hacer y deshacer la verdad continuamente y según le viene en gana. Esto indigna porque es engañar al pueblo. - Y ahora entramos en la política... - Eso es. ¿Hasta qué punto llega el poder político? Si los intereses de un partido en el poder se alimentan de una violencia que contiene un corazón dominado por el ego delyo y desechando totalmente el bienestar de todos es cuando debemos preguntarnos para qué estamos aquí. ¿Cuál es nuestro papel ahora frente al atropello? Cada político quiere su espacio, pero no quiere que el pueblo lo tenga. En los últimos tiempos he visto tantas controversias con lo que se cree y lo que se dice, que no me sorprende que esas bondades humanas desaparezcan cuando hay intereses partidistas de por medio. Es ese afán de un protagonismo falso y oscuro donde el ser humano ya cerece de la capacidad de respetar la dignidad del otro. - ¿Algo más? - Sí. Hablamos de algo profundo; hablamos de fidelidad, de solidaridad con nuestros compañeros y compañeras que están luchando por la justicia. Ellos y ellas necesitan nuestro apoyo y no podemos hacernos pasar por ciegos. Puede ser que la confusión creada con mala conciencia para entorpecer la justicia del pueblo y para el peublo den lugar a cuestiones que demuestran, en buena medida, los desatinos de quienes son despóticos gobernantes y el vsalto en el vacío que dan en su falsa personalidad para resolver los problemas más allá de lo que les dictan las bases ideológicas de sus partidos. Es necesario rescatar la verdad, la justicia y la dignidad del pueblo sencillo, del pueblo aplastado, del pueblo sometido, del pueblo esclavizado. Diana se quedó de nuevo mirando fijamente a los ojos de Joseph. - Estás siendo sincero, amigo del alma. - La SINCERIDAD siempre empieza por la S de Silencio, sigue por la I de Inmediatez, continúa con la N de Naturalidad, pasa por la C de Conocimiento, atraviesa la E de Experiencia, sigue con la R de Razonamiento, continúa por la I de Inteligencia, después de llegar a la de D de Declaración, pasa por la A de Autenticidad y desemboca en la D de Dios. - Además de todo eso yo añadiría que la sinceridad es ese momento en que todos nos encontramos alguna vez en la vida y entonces sabemos la verdad de nosotros mismos. - Los seres humanos son siempre más humanos cuando se llenan de Sinceridad y Silencio, que son las dos manifestaciones que Dios admite como lenguaje de la Verdad. Sinceridad cuando queremos dialogar con nuestro entorno. Silencio cuando queremos escuhar los pálpitos ajenos. De tal manera que ambas manifestaciones nos sumergen en el infinito de los sueños encendidos del espíritu humano y envueltos en la presencia de los sentimientos, con la Sinceridad y el Silencio por banderas, compartimos con los demás los espacios en que crecemos como hombres y mujeres sencillamente sanos. - Que nadie jamás te haga renunciar a lo que tú deseas con tanta fe ser tanto en lo físico como en lo psicológico porque tienes derecho a serlo! Y digo en lo físico y en lo psicológico para dejar bien claro, y sin duda alguna, lo que pienso y siempre pensaré y no te olvides nunca jamás de los jamases vivir y saber vivir con plena juventud en toda la extensión física y psicológica de esta palabra llamada juventud. ¡Que se mueran los envidiosos si es que se quieren morir! El beso que se dieron los dos fue, de nuevo, inevitable... hasta que se escuchó, en la oscuridad de lo que empezaba a ser la noche, el espeluznante aullido de un lobo... y ella se apretó de nuevo contra el pecho de él. - No tengas miedo, Diana. Está muy lejos de nosotros y además sólo es un lobo solitario. - ¿Tú eres amigo de los solitarios? - Soy amigo de los solitarios porque soy amigo de mí mismo. - ¿Cuánta soledad has acumulado en tu interior, Joseph? - Ciertos sentimientos no se pueden medir cuando son muy profundos pero desde esa misma profundidad solitaria siempre he sabido ser solidario con los demás gracias a la capacidad de sonreír. Soy el lobo solitario que sabe defender a los lobos perdidos, ¿Me entiendes ahora? - Entienco que debemos seguir adelante, Puestos en pie, en medio de la espesa neblina que no dejaba distinguir más allá de un metro de distancia, ella estaba preocupada. - Quieres que sigamos adelante pero tienes miedo a las trampas... - Exacto, Joseph. Eso es lo que estoy pensando, - ¿Ves aquellas luces que se distinguen en el fondo de la niebla? - Sí. Se ven muy borrosas pero son luces de algún enorme caserío. - ¡En esta ocasión ese es nuestro destino! - Pero puede haber demasiadas trampas... - Hagamos un cálculo de observación y apliquemos la intuición. - No sé cómo vamos a poder resolver este problema. - No es tan difícil, Diana. Ellos creen que sólo existen dos caminos para llegar hasta donde se encuentran. Uno para lo que vienen solamente por cortesía y que usan este sendero recto que es donde ahora tú y yo nos encontramos y está lleno de trampas y el otro es el que supuestamente usan los ladrones que es dando un rodeo por toda esa zona de arbustos que están a nuestra derecha y que también están llenos de trampas. - Luego es imposible seguir adelante. - No, Diana. Nunca ni un paso atrás. Hay un tercer camino sin trampas. - ¿Un tercer camino? Yo sólo veo dos. - ¿Y esa zona fangosa y llena de barro? ¿Qué me dices de esa zona fangosa y llena de barro que está a nuestra izquierda? - Sólo es fango y barrizal. - Observa bien, ¿Qué ves? Diana dio dos pasos hacia la zona que le indicaba Joseph. - ¡Arrea! ¡Sólo es fango, barro y hasta estiércol mezclado con el fango y el barro! Pero... - ¿Pero qué has descubierto? - Que está lleno de huellas de zapatos. - Y que yo sepa los animales no usan zapatos. - ¡Jajajajaja! ¡Es verdad que los animales no usan zapatos salvo los animales que tienen dos piernas! - Y eso nos lleva a la deducción final de que ese es el camino que ellos usan para entrar y salir del enrome caserío sin tener que caer en ninguna trampa. - ¿De verdad estás dispuesto a llenarnos de fango, barro y estiércol para llegar a nuestro destino? - Si tú no quieres ir regresamos al automóvil y vuelvo yo solo. - ¡Jamás te dejaría yo a solas ante este enorme peligro! ¡Ni tú eres Gary Cooper ni yo soy Grace Kelly! - ¡Jajajajaja! ¡Lo has cogido! Podemos ser mejores que ellos. - Porque esto no es película sino una realidad. - Exacto. Y como es una realidad vamos a terminar de vivirla. - Nos vamos a ensuciar las botas y están recién estrenadas. - Las botas que nunca se ensucian no son botas de caminantes. - Otra vez llevas razón... Siempre Joseph delante y Diana siguiendo los pasos de él, se fueron acercando al recinto vallado de la granja "Millsark". Y cuando ya estaban frente a ella, de repente y sin ninguna clase de aviso, les salió a paso un enano, tuerto y con enorme joroba en la espalda, que apuntaba a Joseph con una "Taurus International" en su mano derecha. - ¿Quienes sois vosotros dos, intrusos? ¡Esto es una propiedad privada pero lo siento pero no vais a poder contárselo nunca a vuestros nietos! Aquella palabrería fue lo que hizo que el enano perdiera unos cuantos preciosos segundos y cuando se decidió a disparar Joseph ya le había dado una patada en la mano derecha; con tanta fuerza que la pistola salió despedida hasta diez metros de distancia y el enano quedó de rodillas. - Siento no poder perdonarle sus pecados pero no venga ahora con el cuento de que mi amiga íntima y yo somos los culpables de que usted sea enano porque no ha crecido demasiado, sea tuerto porque le falta el ojo derecho y, además, tenga que cargar con esa enorme joroba en la espalda que no sé de qué clase será. Termine de confesarse ante Dios porque tenemos prisa en entrar a algún lugar donde encontrar calor humano, - Ten cuidado con el enano, Joseph. Efectivamente el aviso de Diana hizo que Joseph se lanzara hacia su derecha porque el puñado de fango, cieno y estiércol que le había lanzado el enano iba directo a sus ojos, - Gracias Diana. Me parece que este tiparraco quiere comer mierda. Joseph cogió por el pescuezo al repugnante enano y le hundió su cabeza en aquella mezcla de fango, cieno y estiércol unas tres veces seguidas, hasta que el enano no pudo resistir más. -¡Está bien! ¡Ya basta! - No basta hasta que no me digas cómo te llamas. Quiero tu nombre y tus dos apellidos o sigues cenando aunque todavía no sea la hora de cenar. Como el enano se resistía a declarar su identidad, Joseph repitió otras tres veces lo de restregar la cabeza del enano en el fango, cieno y estiércol. - ¡Hablaré! ¡Hablaré! - Pues habla algo que se te entienda... - Me llamo Mud Silt Manure. A Diana se le escapó la risa. - ¡Jajajajaja! ¿Usted se llama Mud Silt Manure o se está cachondeando antes de morir? El enano no quiso responder y Joseph le volvió a hundir y restregar la cabeza en el fango, cieno y estiércol. - ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Es verdad que me llaman Mud Silt Manure! - ¿Y cuál es su verdadero nombre? - ¡El único que conozco es el de Mud Silt Manure! ¡Ni yo mismo sé cómo me llamo en realidad porque al nacer siendo un jorobado me abandonaron en un pesebre del pueblo de Sioux Falls donde me criaron con este nombre hasta que, siendo adolescente, me escapé y me uní a la pandilla de Carlos Marcello, conocido como "El Pequeño Hombre", que me vendió después a Max Emilington quien, para pagar un buen servicio que le hizo Ben Arck Basin me regaló a éste y éste me tiene tanto amor que me ha dado el trabajo de ser su guardaespaldas y vigilante de su enorme caserío. - ¿Tanto te ama Ben Arck Basin? - Mucho más de lo que yo hubiera preferido pero no me ha quedado otra opción que aceptarlo. - Joseph... me parece que ya voy entendiendo... - Yo también voy entendiendo... - ¿Es pecado que Ben me ame tanto? Joseph ya no quería perder más tiempo. - Eso se lo preguntas a tu trasero... Diana no pudo hacer otras cosa sino soltar la carcajada. - ¡Jajajajajaja! ¿Eres un trabajador anal o solamente temporal? - Esto... señorita... no la entiendo... - No nos importan tus relaciones con Ben. Mi amiga íntima te está preguntando si eres de los de contrato fijo o de los de trabajo temporal. - ¡Fijo! ¡Gracias al Diablo que soy fijo! - Pues entonces, en nombre de tu Diablo, haz el favor de abrirnos la puerta. - ¡Ben tiene prohibida la entrada a la granja a todo el que no es invitado por él! - Si no quieres por las buenas entonces tendré que enseñarte este documento. Joseph le mostró el documento enviado por "Míster X". - Leo bastante mal. - Entonces lee despacio para que nos enteremos bien de lo que dice. Mud Silt Manure leyó despacio. -Por el presente documento gubernamental autorizo al Señor Don Joseph Liore para que intervenga directamente en todas las plantaciones de arroz de toda la nación de los Estados Unidos de Nortemérica por motivos altamente cualificados ya que se encuentra analizando y comprobando la verdadera calidad de todas las variantes arroceras de cara a la mejora de la alimentación de todos los consumidores de arroz y de cara a las exportaciones a otros países del mundo. Desde la Secretaría de Agricultura del Gobierno del Presidente Barack Obama se ordena a todos los granjeros que reciban la visita del Señor Don Joseph Liore que le permitan actuar con entera libertad para que pueda llevar a cabo su labor investigadora sin ninguna clase de problemas o, en caso contrario, tendrán que intervenir las fuerzas armadas de los Estados Unidos destacadas en cada lugar de nuestra Nación para que dichos problemas desaparezcan bajo pena de cárcel sin fianza, multa y cierre definitivo de las granjas que se nieguen a colaborar con el Gobierno. Firmado: Thomas James Vilsenck. Secretario de Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica. Cuando Joseph recuperó el documento, el enano sacó un llavero del bolsillo derecho de su pantalón de pana mientras aulló de nuevo el lobo solitario. - Espero que las llaves funcionen a la primera o me voy a poner nervioso por culpa del lobo. Mis dibujos preferidos, aunque parezca una ironía decirlo, son los lobos; pero, en cuanto a la realidad, los prefiero cuantó más lejos mejor. - Yo también... yo también... yo también... - Pues andando que es gerundio... y si hay perros atados es mejor que no los desate no vaya a ser que sea yo el que le ate a usted para el resto de su vida... ¿me ha entendido bien?... - Son tres dobermann negros, un macho y dos hembras, pero no los desataré... - ¡Qué suerte tienen algunos machos que les tocan dos en lugar de solamente una! Diana volvió a reír sin poder evitarlo. -¡Jajajajaja! ¡Eso sí que es tener el santo de cara! Ahora fue Joseph el que carcajeó. - ¡Jajajajaja! ¡Y no Teresa Calcuta precisamente! - ¡Jajajajaj! ¿Lo dices por lo del Nobel de la Paz? - La única Paz que yo he conocido fue hace ya algunos añitos. Yo entonces era como primerizo aunque ya tenía cierta fama. - ¡Jajajajaja! El enano se quejó... - Pues a mí no me hace ninguna clase de gracia. - ¡Escucha Mud Silt Manure! ¡Ella puede reírse de lo que quiera y eso a usted no tiene por qué importarle! Así que vamos ya caminando que el lobo tiene cada vez más hambre. Y en ese momento el lobo solitario volvió a lanzar una tercera racha de aullidos que heló la sangre del enano que era tuerto y tenía una gran joroba en la espalda. De esta manera fue cómo llegaron a la puerta metálica de la granja. Había un letrero que avisaba: "¡Cuidado con los perros cuando están sueltos! ¡No nos hacemos responsables de la cantidad de carne que coman!". - Tiene hasta gracia, Joseph... - Yo más bien diría que tiene glamur... - ¡Jajajajaja! El enano, cada vez más cabreado, abrió la puerta mientras daba órdenes a los tres dobermann para que estuviesen quietos. - ¡Floro! ¡Espe! ¡Nines! ¡Tranquilos! ¡Son amigos! - ¿Este es el afortunado Floro? - Eso parece, Joseph. - Pues parece bastante anémico, Diana. Intervino el enano... - Aunque no lo parezca es muy carnicero. - ¿Y qué hacen Espe y Nines para repartíselo a partes iguales? - Dan vueltas alrededor de él hasta que lo hipnotizan del todo. - ¿Cómo si fueran dos brujas en lugar de dos dobermann? - ¡Exacto! ¡Dan vueltas alrededor de Floro hasta quitarle toda su voluntad y entonces... Diana cortó la conversación... - No siga, enano, que ya sabemos lo que pasa entonces. - Mi amiga íntima lleva razón. Si bien el enorme caserío estaba bastante apartado de la pùerta de entrada la luz inundaba todas sus habitaciones y las velas titilaban tras las cerradas ventanas. Todo el edificio daba sensación de frio y soledad y las mentes de quienes lo contemplaban parecía como que se iban a congelar de un momento a otro. En el jardín que había que rebasar para llegar a la puerta de entrada se acumulaban pilas de puertas, ventanas, neveras vaciadas, sillones de barbería destrozados, sillas esparcidas y hasta una estufa totalmente destruida. Viendo aquella especie de desastre total el cuerpo y la mente empezaban a explotar por la sensación de desesperación que entraba en el ánimo de cualquier visitante mientras que la noche ya había llegado y el lobo seguía aullando sin cesar. - Aunque ustedes vean todo esto tan sucio y descuidado en el interior no sucede lo mismo. - ¿Qué sucede en el interior? - Lo verá usted mismo, joven. - ¿Quiénes están dentro en este momento? - Ben y Savio. - ¿Y qué pasa con Chuchi? - Viene un poco más tarde porque acude todas las tardes al gimnasio. - ¿A qué gimnasio? - Al Ayntime Fitness de la Rousseau 1811 de Nueva Orleans. - ¿Has dicho Rousseau o Ruso? - Se pronuncia Ruso pero es Rousseau. - ¿Y tú crees, enanito verde, en las coincidencias? - No entiendo lo que quiere decir... - Lo tendremos en cuenta por si acaso sale algún Pavlov en escena intentando hacer demostraciones de estímulo-respuesta. - ¡No entiendo lo que está insinuando! - Pero mi amiga íntima si lo entiende. - De acuerdo, Joseph. Lo retendré en mi memoria. - También se encuentra Basilia. - ¿Afrocubana tal vez? - Sí. Es la sirvienta afrocubana. - Pues mi íntima amiga y yo queremos verlo. Cuando Mud Silt Manure abrió, por fin, la puerta de entrada al enorme caserío, lo que apareció a la vista de Joseph y Diana fue todo un salón propio de un palacio imperial. ¡Era una copia exacta, pero en miniatura, del Salón de los Espejos del Palacio de Versalles! Lo único que desentonba de todo aquel conjunto era la figura pálida y totalmenta seca del paleto con boina Ben Arck Basin, vestido con un batín de color rosa y sentado en una especie de pequeño trono, y la oronda afrocubana Basilia con una pollera colorada y sentada a los pies del paleto con boina que, efectivamente, cubría la cabeza de Ben. Y fue Ben Arck Basin quien lanzó un alarido. - ¡Me cago en Satanás! ¿Quién os ha dado permiso para venir hasta aquí? No le contestó nadie sino que Joseph, mientras Diana impedía que Mud pudiera hacer algo en contra de él, fue avanzando hacia el pequeño trono y Ben Arck Basin sudaba por todos los poros de su piel. Hasta que llegado a su altura le extendió la mano para saludarle, Ben, atemorizado, le dio la mano y eso era precisamente lo que quería Joseph porque quedó al descubierto la pulsera con las letras KKK grabadas. Recordó la Serie 1-2-3 y se dio cuenta de que acababa de atrapar al tercero. Ya daba por terminada la cacería cuando Basilia le miró directamente, - Caballero... - ¿Usted se llama Basilia? - Basilia Casa Larios. La afrocubana le seguía mirando fijamente. - No diga nada más. Usted se viene ahora mismo conmigo porque me han entrado deseos de invitarla a cenar en un buen restaurante de Nueva Orleans. Bramó Ben... - ¡Eso es imposible! ¡Basilia no sale de aquí nunca a no ser que sea con mi permiso! - Y usted le acaba de dar su permiso para que se venga conmigo. Diana sonreía mientras vigilaba a Mud Silt Manure. - ¿Con qué derecho hace usted tal fechoría? - Si usted cree que es una fechoría quédese con este documento que le hago entrega para que lo lea muy bien esta noche antes de dormir en su majestuoso camastro. Y no se preocupe porque sólo es una copia de un original que tengo en mi poder. Basilia Casa Larios se levantó rápidamente y comenzó a acompañar a Joseph hacia la puerta de salida. - Muchas gracias, joven. Fue Diana quien dio el aviso. - ¡Cuidado con el puñal, Joseph! Los felinos reflejos de Joseph Liroe entraron en acción arrojándose al suelo y esquivando el puñal que le había lanzado Ben Arck Basin y que terminó por estrellarse contra la puerta. Aquello no le gustó nada a Joseph Liroe quien, en unas pocas zandadas, llegó hasta el pequeño trono del pálido y seco Ben Arck Basin a quien le propinó cuatro puñetazos de tal calibre que la boina salió volando y se descubrió que la cabeza de aquel tal Ben era una completa calavera. - Espero no tener que volver a soltarle otras cuatro ostias porque no deseo, al menos durante esta noche, convertir su calavera en un verdadero vía crucis. ¿Me entendió bien entendido? - Perdón... perdón... perdón... - Le voy a perdonar a mi manera, Y Joseph Liroe le atizó un golpe, con su puño derecho, a la altura del diafragma, que dejó sin aliento al esquelético Ben Arck Basin. - Déjale ya, compañero. Tenemos que regresar pronto a Nueva Orleans. - Nos vamos, Basilia, nos vamos y te vienes con nosotros. - Gracias a los dos. ¿De verdad me vais a invitar a cenar? - De verdad. En el Commanders Palace de la Washington de Nueva Orleans. - ¡Nueva Orleans! ¡Mi querida y amada Nueva Orleans! - Ahora no tiene que darnos más veces las gracias sino que por el camino hablaremos del tiempo. - ¿Del tiempo que llevo aquí encerrada? - Por poner un ejemplo sí me vale, En cuanto a usted, enanito verde, nos acompaña hasta la puerta de salida por si Floro, Espe y Nines se ponen nerviosos y hay que darles alguna ración de píldoras para que se duerman. Así fue cómo Basilia, Diana y Joseph salieron de la "Granja Millsarck" y Savio Mills Depaper bajó del piso de arriba completamente jiñado de miedo. - ¿Te duele mucho, Ben? -¡Cállate, imbécil, mamarracho, cobarde! - Si. Todo eso es verdad, Pero de momento he salvado el pellejo. Tal como había pedido Joseph, durante el camino hacia Nueva Orleans Basilia Casa Larios contó la verdad de lo que sucedía en la plantación arrocera. - No somos trabajadoras ni trabajadores libres. Todos somos negras y negros esclavizados por esos tres racistas. Cuando se les antoja nos violan a las mujeres sin ninguna clase de piedad y otras veces son los hombres los violados. De vez en cuando, al llegar nuevas esclavas y esclavos sacrifican a las más viejas y a los más viejos. El encargado de hacerlo es el sádico Chuchi Lean Black. También hay un almacén lleno de botellas de alcohol y drogas de todas las clases que os podáis imaginar. Hay, además, tráfico de prostitutas. - No nos cuente más detalles, Basilia. El resto se lo cuenta a "Mister X". - ¿"Míster X"? ¿Quién es? - No importa saberlo o no saberlo pero está esperando su confesión. - Pero si yo no soy culpable... - Lo que quiero decirle es que le cuente todo lo que sucede porque nosotros dos tenemos que seguir con "El Romance de Nunca Acabar". - ¡Jajajajaja! ¿Lo dices por nosotros dos, Joseph? - ¡Jajajajaja! ¡Lo digo por Romeo y Julieta! - ¿Quieres decir que cante para amenizar nuestro regreso triunfal? - Sí. En español, por favor para ir mejorando nuestros estudios del idioma de Cervantes porque el idioma de Shakespeare nos lo sabemos de memoria. - ¡No, no somos ni Romeo ni Julieta actores de un romance sin final; no, no somos ni Romeo ni Julieta, ni estamos en la Italia medieval. No, nosotros no tenemos que enfrentarnos con nadie que se oponga a nuestro amor, pues, pues todo es diferente en nuestros días y hoy brilla el sol radiante de esplendor. A veces yo siento miedo al ver mi felicidad, será porque yo te quiero de verdad. Más pienso que nuestra dicha no debe acabar jamás en tanto que nos queramos siempre igual. No, no somos ni Romeo ni Julieta, aquellos que murieron por su amor. No, no somos ni Romeo ni Julieta viviendo prisioneros del temor. No, no existe ni una duda en nuestra vida y es fácil hoy en día ser feliz. Tú tan sólo quiereme de igual manera que estoy mi amor, queriéndote a ti. No, nosotros no tenemos que enfrentarnos con nadie que se oponga a nuestro amor, pues, pues todo es difente en nuestros días y hoy brilla el sol radiante de espendor. No, no somos ni Romeo ni Julieta, aquellos que murieron por amor. No, no somos ni Romeo ni Julieta viviendo prisioneros del temor. A Joseph Liore sólo se le escapó una expresión en voz muy baja. - Si todo esto fuese de verdad...
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