¡Pasemisí! ¡Pasemisá!
Publicado en May 29, 2017
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Hoy me he levantado con ganas de recordar infancias. Andrés García Madrid expone en Internet lo del pasemisí pasemisá que me está llegando a la memoria. Lo hace de la siguiente manera: El pasimisí era un juego mixto en el que participaban tanto chicos como chicas.Se reunía el grupo de jugadores y dos de ellos se colocaban uno frente a otro cogidos por ambas manos. Éstos levantaban los brazos y los balanceaban de derecha a izquierda, mientras que el resto del grupo iba pasando por debajo uno a uno. Se cantaba: Pasimisí, pasimisá, por la puerta de Alcalá; los de alante corren mucho, los de atrás se quedarán.

Finalizada la estrofa, los dos chicos que mantenían los brazos en alto, los bajaban y metían entre éstos la cabeza de quien pasara por debajo en aquel momento. Se retiraban los tres para que no les oyesen los demás, y los dos que dirigían el juego preguntaban al tercero, por ejemplo: ¿a quién quieres más: a tu padre o a tu madre?, o bien: ¿qué te gusta más: el chorizo o el jamón?. En este último caso, los que iban contestando chorizo, se colocaban a un lado y formaban un grupo, y los que respondían jamón se situaban al otro lado para componer el grupo contrario. Se cantaba una y otra vez la estrofa y se repetía la misma acción por cada uno de los jugadores y, cuando los dos bandos estaban formados, los jefes de grupo se colocaban uno frente a otro con los pies separados y unidos por ambas manos. A cada uno de ellos se iban cogiendo, agarrados por la cintura, los jugadores que hubieran contestado la opción que ellos comandaban. En el último ejemplo se unirían al uno todos los que habían contestado chorizo, y al otro todos los que habían respondido jamón. Formadas las dos "sogas" de chicos, cada grupo empezaba a tirar para un lado gritando su nombre (los unos: ¡chorizo, chorizo!; los otros: ¡jamón, jamón!) hasta que a alguien le fallaban las fuerzas, se desenganchaba de la hilera y se quedaba sentado en el suelo. Con frecuencia, detrás de quien caía el primero, lo hacían los demás, formando un montón de brazos y piernas. El grupo cuya "soga" se rompía era el perdedor y ganaba el contrario. Al chico o chica culpable de la derrota, es decir, al que le habían fallado las fuerzas y había aflojado los brazos dejándose caer, se le decía: "roncha huesos, roncha huesos" varias veces para que quedara bien claro que era el responsable de que sus compañeros de grupo hubieran quedado en mal lugar.
 
Formas y maneras de jugar con total inocencia. Y, sin embargo, hoy está el mundo lleno de niños y niñas de las mismas edades que los de antes pero que se dedican a jugar a los suicidios y, en algunas ocasiones, se suicidan de verdad o son detenidos un poco antes de que intenten suicidarse. ¿Qué ha pasado con la infancia, o al menos con cierta parte de la infancia que ya no juegan sino que se suicidan? Recuerdo aquella etapa de mi vida como algo que me llenaba por completo. ¿Será que en la actualidad hay muchos niños y niñas (o por lo menos un número pequeño pero cada vez más creciente de niños y niñas) que han perdido la sensación infantil. Porque la infancia es, sobre todo, un sentimiento. Y si falla el sentimiento sólo se desea morir. Familias desectructuradas. Esa es la respuesta.
 
En mi mente sigue viviendo el pasemisí pasemisá y no lo cambio por ninguna acción suicida. Si el mundo se diese cuenta de que sonreír es la solución posiblemente esos niños y niñas que prefieren salir de la vida para siempre podrían llegar a ser abuelos, bisabuelos o tatarabuelos. Recuerdo el pasemisí pasemisá y todavía tengo ganas de seguir jugando.  
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Páginas de diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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