26 Aos
Publicado en Jun 08, 2017
26 años…
Abrí los ojos luego de 9 meses y desperté en un mundo rodeado de amor y contención. De pronto muchas personas aparecieron y querían conocerme. Al pasar el tiempo ya no nos visitaban tantas personas, ya no había tanto entusiasmo y la contención fue disminuyendo. Fui sintiendo como poco a poco la única contención que tenia, el único amor neto era el de mi madre y mi padre. Aunque con un poco de sentimientos confusos, entre lagrimas y discusiones los oía pelear, quejarse y clamar a dios el Porque? Y no comprendía que los hacia sufrir. Al paso del tiempo ellos se quejaron que el cielo no los oía, que Dios no existía, que no comprendían porque les tocaba vivir esto, que ellos no lo merecían. Luego de tantas peleas, mis padres se separaron. Y yo nunca logre entender a que se referían con “Esto”. El tiempo comenzó a transcurrir en casa solo, creciendo y rodeado de enfermeros y una mujer que me cuidaba. Tiempo mas tarde mama volvió a formar pareja. Tuvo otros hijos. Y esos hermanos pasaban cerca mío me saludaban y se iban, ninguno de ellos en el trayecto de nuestro crecimiento en algún momento se detuvo a compartir tiempo conmigo, a leerme, a cantarme, a compartirme cada una de las actividades que ellos practicaban… y que yo no podía practicar por el impedimento de mi estado físico. El no poder comunicarme ni con mis manos, ni con palabras fue haciendo que los años pasen mientras yo seguía tirado en mi cama, y que cada día se convirtiera en una rutina inamovible, cuando mucho mama nos preparaba todo y una vez al año hacia una escapada conmigo al campo coordinando con algún enfermero, pero no había diferencia entre estar encerrado en mi habitación en aquel departamento de recoleta y pasar tiempo en una silla o una cama en el campo. Con 26 años de vida, solo puedo decir que el que quiere conocerme y entender mi situación, para saber lo que digo debe aprender a leer mis ojos, aprender a entender el movimiento por si o por no y deducir en sus preguntas a mis respuestas, porque no puedo mover ni un dedo de mi cuerpo. Mi parálisis cerebral causo en mi una discapacidad que mal llevada por mi familia se redujo a ser un objeto en una habitación. La única que se acuerda de compartir unos minutos conmigo para saber como estoy es mama, pero luego continua con su rutina, Ya no me toma en sus brazos como cuando era pequeño. Ya no me acuna y me canta canciones. Y la necesidad de ese amor que se esfumo es algo que pesa. Y lo mas triste es no poder decirlo. Si fuera tan fácil como lo es para mis hermanos que pueden caminar, estudiar, leer, cantar, bailar, llorar y reír, quejarse y manifestarse… pero yo solo estoy aquí. No puedo hacer nada. Solo los enfermeros son testigos de que a veces algo me aqueja pero no puedo manifestarlo, solo ellos pueden acudir a controlar lo que vean y noten en mi porque es parte de su función controlar y atender las causas físicas de mi salud. Si pudiera tan solo alzar mi mano para saludar. Entonar mi voz para decir Te Amo a Mama. Pero Dios no me dio esa posibilidad. Mi rol en este mundo cual es, si aquí postrado sin poder expresarme no puedo ejercer ninguna función, me siento un vegetal, ya que no solo no puedo tener la posibilidad de realizar una función como cualquier otra persona, sino que siento a veces que mi familia se limito en verme siempre igual y no intento nada para lograr que yo pueda comunicarme de alguna manera con ellos. Tengo 26 años, y no se cuantos años mas continuare habitando este mundo en este estado sin poder expresar lo que siento, lo que se, lo que soy y lo que quisiera exponer al mundo de tantas otras personas como yo que viven iguales, mejores o peores que yo. ©2016- Todos los derechos reservados
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Es una vida difícil, para el paciente, como para la familia, sin embargo esa capacidad de generar más vida caracteriza al ser humano, que a pesar de saber que nunca podrá moverse, hablar, escribir, ect, recibe tanto atención y cariño sobre todos de su madre
Felicitaciones
Elen