Ester (Teatro Cristiano)
Publicado en Jun 10, 2017
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ESTER
(Teatro Cristiano)
 
ACTO PRIMERO
 
ESCENARIO.- Palacio del rey Asuero. Se está celebrando un banquete  del rey con su esposa favorita Ester como su principal. Vasthi ha sido repudiada. La escena es un semicírculo para que los cinco personajes den cara a los espectadores. En el centro está el rey Asuero. A la derecha de Asuero se encuentra Ester, a la izquierda del rey está sentado el eunuco Hagiei. A la derecha de Ester vemos a Mardoqueo y a la izquierda de Hagiei se sitúa Amán
 
Asuero.- ¿Sabes por qué has sido elegida la más agradable de todas y mi principal esposa?
 
Ester.- Quizás porque habés visto en mi persona, rey Asuero y esposo mío, algo mucho más importante que la belleza física. 
 
Asuero.- Eres la más agradable a mis ojos y no rechazas que te presente a mi pueblo como la más hermosa de todas para que admiren tu belleza. Vasthi no quiso acceder a esta petición mía y por eso ha sido repudiada.
 
Ester.- ¿No creéis que Vasthi se negó a ser un objeto?
 
Asuero.- Yo nunca jamás la traté como un objeto sino como a mi favorita y eso fue no por su belleza interior, que sí la considero importante, sino también por su belleza exterior. No sé si me comprendes, Ester, pero en mi forma de pensar el físico externo es reflejo del espíritu interno. Así que puede existir, en algunos casos, y te hago saber que en algunos casos por no decir en todos, mucha belleza externa y atractivo incluso erótico, sin caer jamás en el pecado, con mucho de belleza espiritual. A Dios le encanta la belleza limpia, honesta y clara en el alma, en el corazón y en el físico externo de una doncella virgen porque simboliza los atributos de Dios en la Tierra. Vasthi creía que yo la mostraba a mi pueblo como simple materia y por eso desobedeció mis órdenes. Nunca me amó de verdad porque en caso de haberlo hecho sabría que yo jamás uso la belleza de ninguna mujer para mostrarme vanidoso ni soberbio sino para mostrar al pueblo que la belleza forma parte de la naturaleza y no hay por qué escandalizarse al ser mostrada como tal. Tú sin embargo lo aceptas porque sabes que es una forma de respeto hacia mi persona. Y eso es lo que me atrae de quienes están junto a mí.
 
Ester.- Reverdece la brisa de los pájaros volando por la estepa de las brumas. Rezuma el campo sus espumas y llueve como agua de los cántaros. En la historia de los hombres y sus vida hechiza y captura la belleza. Es todo el tiempo una presencia de agua, de viento, de medidas. ¿Qué es para todos un momento de esencia y presencia enamorada? El canto de la ave liberada que vuela por todo el firmamento. Desatan las horas sus instantes en medio del alba amanecida. Es la victoria presentida de quienes saben ser amantes. Y el mundo gira elevando la cima del sentido y del encanto. Un beso a las hojas del acanto da el ángel que está sobrevolando el jardín.
 
Asuero.- ¡Qué bella expresión es la tuya, amada Ester! ¡Unes al encanto de tu cuerpo el canto de tu alma!
 
Ester.- Cuando alguien tiene la telúrica presencia del amor verdadero porque es noble es sinónimo de que la vida es bella. ¿Por qué tenemos que mostrar miedo ante la belleza si la belleza es creación de Dios para que los pueblos la admiren?
 
Asuero.- ¡Hagiai, siervo leal y sabio consejero, poned al servicio de mi amada siete doncellas especiales, atavíos y alimentos propios de una reina!
 
Hagiai.- ¡Ya os aconsejé yo que la eligiéseis a ella puesto que no solo es bella por fuera sino que posee el don de la benevolencia y ejercita la generosidad!
 
Mardoqueo.- Hay un principio moral que dice que a veces es mejor no entender lo que dicen porque no saben lo que dicen; a veces es mejor no atender lo que hacen porque no saben lo que hacen, y a veces es mejor no comprender lo que piensan porque no saben lo que piensan. Esa es la benevolencia, con b de bondad, que más he aprendido  de la vida y que más le he inculcado a Ester… porque lo ruin acaba por terminar como ruinas y lo inepto es, nada más, la pérdida de tiempo en acciones vanas y sin sentido. Es necesario no tener benevolencia con quienes insisten una y ora vez en lo ruin y en lo inepto. En ese caso es mejor dar la espalda a sus circunstancias y seguir caminando. Se hace camino al andar y si andamos es porque no nos detenemos a perder el tiempo con los mezquinos”. 
 
Asuero sonrió mientras dio un trago de vino de su copa dorada.
 
Asuero.- ¿Cuál es vuestro parentesco con Ester, amigo Mardoqueo?
 
Mardoqueo.- Ester es huérfana de padre y madre pero los judíos tenemos, por costumbre ancestral, que algún pariente cercano la acoja y la críe como si fuese hija suya. Ester es mi sobrina.  
 
Amán (mirando con odio a Mardoqueo).- ¡Los judíos habláis mucho de ayudar a los demás pero sois avaros y tacaños! 
 
Mardoqueo.- En las cruces que llevamos a cuestas por culpa de los ignorantes hay tres de mayor envergadura: mentira, avaricia y poder. Pero eso sucede en todos los pueblos y no solo en el pueblo hebreo. Lo que sí os puedo afirmar es que yo, siendo judío, soy llano, sincero y muchas veces paso hambre; mientras que vos, favorito del reyo Asuero, sí que sois en verdad avariento, sí que sois en verdad tacaño y sí que sois en verdad ambicioso sin límites puesto que es seguro que lo que encierra vuestro corazón es el deseo de ocupar el lugar que ocupa Asuero mientras os alimentáis en abundancia gracias a él.
 
Ester.- Dejando de lado estas discusiones impropias de personas de buen parecer... ¿no creéis amado esposo Asuero, que existen demasiados tributos que empobrecen a los más necesitados de vuestro reino?..
 
Asuero.- ¿Es verdad cuanto dice mi bella y hermosa esposa, Amán?
 
Amán.- No sólo considero que los impuestos deben seguir existiendo sino que afirmo que los más necesitados son los que más roban de las arcas reales. Creo que incluso deben aumentar en lugar de disminuir. Lo hago sólo por amor a la Casa Real de la cual vos sois el digno representante. Si no aumentamos impuestos las gentes dejarán de trabajar y se convertirán en vagos.Yo sólo deseo vuestro bien mientras que Mardoqueo ambiciona un libertinaje de los judíos que perjudicará no solo a Susa sino a toda Persia.
 
Mardoqueo.- Quizás no me entendáis bien al escucharlo pero me siento obligado a sentirlo y tal como lo siento lo digo.  Artificios giratorios que se ponen al servicio de los ramilletes de sentires emboscados en los pensamientos de cristal. Palabras de amor, palabras que ruedan en los chorros de los verbos donde beben las sedientas pasiones en medio del esbelto zorzal que con su canto melodioso acompaña el zigzaguear de las anáforas repetitivas donde el corazón vuelca su conjunto infinito de enunciados orales; corpus del corinto que crece en las regiones orientales del jardín". El pastor habló a la princesa de ninfas de las aguas, dríades de los bosques, hadas de los aires… pero ella sabía ya demasiado de los mundos incorpóreos y sutiles y sólo ansiaba encontrar la materia lúcida y transparente del bohemio soñador de los mameys; alguien que la ofreciese un tributo a la placentera ensoñación de los trinares y la elevase a la tricúspide corazonal de su perdida sonrisa. Cuantos más castiguéis a vuestro pueblo con más impuestos y con mayar cantidad de tributos más hareis que roben cuanto puedan para defenderse de los abusos cometidos contra ellos. Si dejais que Amán siga abusando de su poder más os odiará vuestro pueblo. ¿No será que la serpiente quiere engañar para hincar su veneno?
 
Asuero.- ¿Qué decís vos, bella Ester?
 
Ester.-  El deseo hace que la vida tenga un interés compuesto: la vida real y la vida soñada. Hay quienes desean una vida real llena de lujos haciendo que los paguen los más humildes de sus siervos. Pero hay también quienes sueñan que la vida real es cuestión de ser generosos con esos mismos siervos humildes. Sois vos, amado esposo, quien debéis dar la última orden y no dejar que otros manden en vuestro lugar puesto que el veneno puede introducirse en nuestro cuerpo poco a poco... lentamente... hasta que llega día en que ya no podemos seguir viviendo...
 
Asuero.- En verdad que vuestro nombre, Ester, significa que profesáis el verdadero amor y no sólo para conmigo sino para todo mi pueblo. Es la primera vez que una mujer me hace saber tal enseñanza. 
 
Hagiai.- Cuando la razón y el corazón hablan el mismo lenguaje es que el verdadero amor hace acto de presencia en un ser humano.
 
Asuero.- ¿Y vos qué opináis, mi gran amigo Amán?
 
Amán.- Si soy vuestro valido es porque siempre he valido para serlo. La misma Ester a la que habéis preferido como esposa favorita entre todas las demás sólo es una insignificante judía y será destructiva por haber ofendido a Marduk al haber aborrecido a las mujeres persas.
 
Ester.- Encierras dentro de tu pérfido corazón, gran amigo de mi esposo, la hipocresía ausente de caridad. Eres sincero porque estás interesado en parecerlo y eso no es una casualidad sino una causa. 
 
Amán.- Que responda a eso tu tío Mardoqueo que bien os ha alimentado de ideas contra los que nos somos parte del pueblo judío.
 
Mardoqueo.- Los seres humanos son siempre más humanos cuando se llenan de sinceridad y silencio, que son las dos manifestaciones que Dios admite como lenguaje de la verdad. Sinceridad cuando queremos dialogar con nuestro entorno. Silencio cuando queremos escuchar los pálpitos ajenos. De tal manera que ambas manifestaciones nos sumergen en el infinito de los sueños encendidos del espíritu humano. Y envueltos en la presencia de los sentimientos, con la sinceridad y el silencio por banderas, compartimos con los demás los espacios en que crecemos como hombres y mujeres sencillamente sanos. 
 
Amán.- ¡Basta ya de intrigas! ¡Yo me antepongo a vuestras infamias producidas por vuestra ambición de querer ser el pueblo elegido por un Dios que no es el que los persas necesitamos para ser grandes! ¡Debéis daros cuenta, rey Asuero, de que os aconsejo para bien!
 
Asuero.- Fin de la contienda. El tiempo dirá lo que el tiempo deba decir. Ya es hora de retirarnos.
 
Todos se levanta y salen del escenario.
 
SE BAJA EL TELÓN.
FIN DEL ACTO PRIMERO.
 
ACTO SEGUNDO
 
ESCENARIO.- Patio militar del Palacio de Susa. Amán ha hecho levantar una horca y ahora se encuentra sentado, en un banco de piedra, a la izquierda de Asuero.
 
Asuero.- ¿Qué sucede en mi reino, príncipe Amán, hijo de Amedata? Has de saber que te honro por encima de todos mis príncipes como el primero de ellos.
 
Amán.- Soy vuestro valido, Gran Señor, y por eso tengo la obligación de poneos al corriente algo que viene sucediendo continuamente y que, de no pararlo, hará que nadia os tenga respeto. 
 
Asuero.- ¿Qué cosa es esa, Amán? ¡Habla sin ninguna clase de rodeo innecesario! 
 
Amán.- Lo que tengo la obligación de haceros saber es fuerte y muy profundo al mismo tiempo. No lo toméis como producto de la envidia ni como un chisme de comadreja de esos que tanto abundan en las gentes de los palacios reales. Vuestro mundo, oh Gran Señor Asuero, debe ser extraordinario y por ende no se debe permitir lo ordinario que pertenece a los mundos inferiores. Sois demasiado grande como para que vuestro honor sea mancillado.
 
Asuero.- ¿Acaso es que Ester tiene algun amante oculto a mi conocimiento?
 
Amán.- No me atrevo yo a decir tal cosa aunque bien vendría que pusiéseis atención a esa posibilidad que, aunque no se haya producido todavía, quizás se pusiese en acción porque lo que vengo a deciros no va en contra de vuestra bellísima favorita entre las favoritas pero existe el peligro de que pueda contaminarse.
 
Asuero comenzó a impacientarse.
 
Asuero.- ¡Díme de inmediato lo que tengas que decirme y si no es verdad date por muerto en esa horca que alguien, sin mi permiso, ha hecho levantar en este patio militar de mis ejércitos!
 
Amán.- Yo mismo he dado la orden, gracias a los privilegios que gozo por vuestra fidelidad sin límites, y la he levantado para que en ella sea colgado el farsante y desobediente Mardoqueo, al que si no le eliminamos ya mismo puede dañar a su sobrina Ester que quizás no sea su sobrina sino su oculta amante.
 
Asuero.- ¡Si eso es falso te corto la lengua de cuajo, Amán!
 
Amán.- ¡En el nombre de Marduk que no digo ni afirmo tal cosa, sino que Mardoqueo es un mal ejemplo para Ester y para todo vuestro reino entero!
 
Asuero.- ¿Qué sucede con Mardoqueo?
 
Amán.- Todos los siervos del rey que están en la puerta de este Palacio se arrodillan y se inclinan ante mí tal como vos lo habéis ordenado; pero Mardoqueo ni se arrodilla ni se humilla y pasa por delante de mí sin hacerme ninguna clase de reverencia pues le soy indiferente a pesar de la grandeza que vos mismo me habéis otorgado; lo cual quiere decir que tampoco os admira ni os tiene por ninguna clase de ser superior.
 
Asuero.- ¿Qué clase de excusa aduce para no postrarse ante vos, arrodillarse ante vuestra persona y humillarse como hacen los demás?
 
Amán.- Su firme determinación de no rendirme honores y pleitesías es que según dicen de él les viene dada por su fe en un Dios Superior a cualquier tipo de dioses incluído Marduk.
 
Asuero.- ¿Ha llevado a cabo algún levantamiento popular contra los dioses persas?
 
Amán.- Su cobardía es demasiado grande como para hacer tal cosa pero, en sentido individual independiente y autónomo, no hace ningún comentario entre las gentes del pueblo ni va recogiendo encuestas de opinión. Su valentía, si es que a eso se le puede llamar valentía, es que lo hace enfrentándose a las circunstancias de terminar muriendo en la horca. ¡Y eso sí que es peligro Gran Rey Asuero, porque le está convirtiendo en un verdadero héroe popular!
 
Asuero.- ¿Qué alega para no contar con nadie al cometer tales actos de rebeldía?
 
Amán.- No le interesa lo que pueda opinar el pueblo como sucede con alguien tan sensato como yo mismo o cualquiera del resto de vuestros valientes príncipes. Cuando le reprendo y le amenazo de muerte sólo sonríe con ironía y afirma que obedecer a Yahveh es más importante que obedecer a la gente; con lo cual se producen dos desacatos; el primero de ellos es despreciar a nuestros dioses supremos y el segundo es despreciar a todos los humanos incluído a vos mismo. Si se opone a mi superioridad el siguiente paso será oponerse a la vuestra. 
 
Asuero.- ¿Ha sido alguna vez reprendido por los más altos dignatarios de entre todos mis siervos?
 
Amán.- Continuamente está siendo reprendido y continuamente se niega a adorarme a mí como representación directa de vuestra majestad; así que, ya cansados de toda esta ínfame manera y forma de ser, hemos echado la suerte y la suerte ha decidido que sea ahorcado y todo el pueblo judío de nuestro reino sea muerto para que no queda ningún hebreo que pueda jactarse de nuestra debilidad.
 
Asuero.- ¿Habéis proclamado algún edicto para ahorcar a Mordoqueo y asesinar de manera absoluta a todos los judíos de mi reino incluyendo a mi bellísima y adorada esposa Ester?
 
Amán.- Siento deciros que sí; que para exterminar por completo a todos los judíos de raza hebrea hay que matarlos a todos sean cuales sean sus edades, sus negocios, sus posiciones sociales, mujeres y hombres y ancianos y niños y niñas por igual. Esto quiere decir que Ester debe ser también ahorcada y su lugar debe ser ocupado de nuevo por la hermosa Vasthi, la que no de deja usar como objeto porque tiene dignidad feminista.
 
Asuero.- ¿Qué es eso de la dignidad feminista sustituyendo a la dignidad femenina? Una mujer debe ser femenina y no meterse a actividades impropias de su condición femenina para ser considerada una rebelde feminista que masculiniza a las hembras hasta convertirlas en machorras. ¿Estás o no estás de acuerdo conmigo?
 
Amán se dio cuenta, porque era muy astuto y ladino, que estaba a punto de perder todo el terreno que había ganado en la confianza del rey Asuero así que, en el tema de la feminista Vasthi prefirió corregir y echarse hacia atrás, porque además desconocía por completo aquel asunto.
 
Amán.- ¡En verdad que lleváis razón! ¡La mujer es muy honorable y muy bella cuando es femenina; y traidora y hasta fea cuando se olvida de su feminidad! ¡Es como si una hermosa yegua se transformara en una horrible pollina!  
 
Asuero.- ¡Jajajajaja! ¡Me hacéis reír de buena gana, mi gran amigo y consejero Amán! También yo digo que en verdad que Vesthi y sus seguidoras son pollinas en lugar de bellas y lozanas yeguas y que ningún gran percherón que se precie de buen caballo las monta ni por toda la cebada del mundo.
 
También Amán rió ladinamente.
 
Amán.- ¡Jajajajaja! ¡Sois muy ingenioso mi Gran Señor Asuero y demostráis que, en el tema de las mujeres, no existe en toda Persia ni en todo el mundo entero alguien tan entendido, tan sabio, tan conocedor y tan experto como vos! ¡Solo un paleto de alguna lejana aldea, que no sabe nada del mundo, lo puede poner en duda!  
 
Asuero.- ¡Cuán cierto es que algunos que no han salido ni cien metros más allá de su molino creen haber dado mil veces la vuelta al mundo cuando no son más que papel mojado nada más y se emborrachan para ocultar que no saben nada en cuestiones de féminas y sus formas de ser y de actuar!
 
Amán.- ¡Jajajajaja!
 
Asuero.- ¿Y qué fecha habéis puesto en vuestro edicto para llevar a cabo el holocausto de todos los hebreos de mi largo y extenso reino?
 
Amán (dejando de reír porque ha logrado conquistar la voluntad del rey con sus aviesas maquinaciones).- ¡El día 13 del último mes!
 
Asuero.- ¿El día 13 del mes de Adar?
 
Amán.- ¡Eso he ordenado que se lleve a cabo en tan fastuosa fecha para el futuro de vuestro largo y extenso reino, Gran Señor! 
 
Asuero.- ¡Mañana mismo volveré a celebrar un nuevo banquete al que debéis acudir tú, el eunuco Hagiai, mi bella Ester y el traidor de Mardoqueo para que puedan defender su honor si es que tienen valor para defenderlo y demostrar que estás en lo cierto o te equivocas. 
 
Amán.- ¡No es necesaria tal pérdida de tiempo, Gran Rey de todas las Persias!
 
Asuero.- ¡Siempre he sido un Rey justo y siempre he considerado a cualquiera de mis súbditos inocentes antes de que ellos puedan demostrar que no son culpables.
 
Amán.- ¡Esa es una orden democrática que va en contra de vuestro omnímodo poder real!
 
Asuero.- Pero eso sería la voluntad de ese Dios llamado Yahveh y yo respeto tanto la voluntad de Yahveh que no quisiera ser condenado por no haber dado ocasión a los acusados de defenderse aunque los tenga que considerar culpables. ¡No te veo muy contento con mi decisión, Amán!
 
Amán.- Es que me preocupa que deis oportunidades a vuestros enemigos.
 
Asuero.- Deseo comprobar si habéis reído por gusto o habéis reído por crueldad. Ya podéis retiraros de mi presencia hasta el banquete de la cena del día de mañana.
 
Sale de la escena Amán y queda a solas, y muy pensativo, el rey Asuero.
 
SE BAJA EL TELÓN
FIN DEL SEGUNDO ACTO. 
 
ACTO TERCERO
ESCENARIO.- Palacio del rey Asuero. Se está celebrando un banquete del rey con su esposa favorita Ester como su principal. Vasthi ha sido repudiada. La escena es un semicírculo para que los cinco personajes den cara a los espectadores. En el centro está el rey Asuero. A la derecha de Asuero se encuentra Ester, a la izquierda del rey está sentado el eunuco Hagiei. A la derecha de Ester vemos a Mardoqueo y a la izquierda de Hagiei se sitúa Amán.
 
Asuero.- Estoy celebrando este nuevo banquete para saber cuál es la verdad y cuál es la mentira de los corazones de los hombres de mi reino. A tí, Mardoqueo, se te está culpando de ser traidor a mi persona real y enemigo de mi reino al cual buscas destruír. ¿Qué tienes que decir en tu defensa antes de ser colgado de la horca que ya ha sido levantada por orden de mi fiel valido y sabio consejero Amán. 
 
Mardoqueo.- Voy a contestaros con una reflexión porque mi corazón está sano y sólo bondad y agradecimiento hacia vos y hacia vuestro pueblo hay en él.
 
Asuero.- Por el bien de tu vida y de todos los judíos espero que seas convincente.
 
Amán.- ¿Por qué permitís, Gran Señor, que tenga voz en lugar de cortarle la lengua para siempre?
 
Asuero.- ¿Qué problema hay en dejarle hablar antes de condenarlo?
 
Amán.- El problema de confundir vuestra mente.
 
Asuero.- ¿Estás diciendo, Amán, que no tengo suficiente personalidad y suficiente preparació mental?
 
Amán (viendo que otra vez está siendo demasiado visible su odio).- No... no... no quiero decir eso... mi Gran Señor...
 
Asuero.- Entonces deja que hable con libertad.
 
Mardoqueo.- Gracias, sabio rey.  Muchos siguen recordando y creyendo que las legendarias hazañas del pueblo judío por subsistir sólo son producto de la suerte. Mundo ficticio, falso y vacío este del famoso modernismo con escenarios deslumbrantes de falso color, de estrambóticas luces de estrellas, de vacía fantasía. Detrás de este mundo que nos ofrece el mercadeo del espectáculo como la máxima meta a alcanzar para ser una “estrella” mundial está el enorme vacío de ver que por tu alma nadie paga nada porque dicen que las almas no valen para los seres humanos que quieren tener principios de grandezas. Todos sabemos lo que son las pirámides de los anhelos con los que sueñan los que quieren se triunfadores. Todos montamos nuestras pirámides en base a una escala de valores y principios. Depende de qué valores y principios elijamos para nuestra escala y nuestra pirámide el hecho de que seamos verdaderamente ganadores o perdedores. Pero todos sabemos cómo montan los sediciosos del modernismo y los millones de monedas que se manejan en esas escalas y esas pirámides. Vacío. Un vacío tremendo lleno de dolor, de drogas, de alucinógenos, de demenciales entregas al alcohol o a la depravación para al final vender el alma, una vez ya destruídos como personas, por cincuenta miserables monedas. Verdadera locura. Verdadero vacío. Los verdaderos triunfadores de la vida no están en los palacios ni en los gandes banquetes. Están paseando alegres y esperanzados por las calles de tu barrio o sentados bajo un almendro viendo ocultarse el sol en el horizonte de manera pacífica y bendecidos por el Dios Altísimo. 
 
Amán (proecupado).- ¡No permitáis que siga hablando y tejiendo su tela de araña para haceros caer en ella, Grande Asuero!
 
Asuero.- Hasta ahora veo que habla con sabiduría y sin demostrar tantas ansias de gloria y poder como muestras tú. ¿Es que hay algo que ocultar para no seguir escuchándole?
 
Ester.- Perdonado si opino yo alho muy concreto y rela, amado esposo.
 
Amán.- ¡Las mujeres deben estar solamente calladas cuando hablan los hombres!
 
Ester.- Pero yo soy reina antes que mujer y sin dejar de ser mujer antes que reina; así que como mujer y como reina, pues las dos cosas se unen en mi persona, tengo derecho a hablar con perimiso de mi amado esposo y no con el vuestro que es de un ser inferior.
 
Asuero.- Entiendo que llevas razón, bella Ester. Habla sin miedo alguno.
 
Ester.- ¿Por qué quiere Amán destruir a todos los judíos solo por la acción de un hombre llamado Mardoqueo?
 
Asuero (mientras Amán pone cara de odio pero no dice nada).- Es una sabia pregunta, mi belle esposa Ester. Demuestras tener mucha inteligencia. ¿Puede responderla tú misma?
 
Ester.- Puedo hacerlo y debo hacerlo. Hay dos razones muy poderosas. La primera razón es que Amán es agagueo, descendiente de Agag, rey de los amalecitas; los amalecitas son antiguos enemigos de Israel; por eso el odio de Amán no esta dirigido sólo contra mi tío Mardoqueo, que es el único con el que está enfrentado por cuestiones de dignidad humana, sino contra todos los judíos sean culpables o sean inocentes. La segunda razón es que como segundo al mando del imperio persa, Amán ama su poder y su autoridad y las reverencias que se le muestran como si él fuera un dios eterno en lugar de un simple mortal, pero los judñios colo miramos a Yahveh, el Dios Altísimo como su autoridad final y no a cualquier hombre. Amán se dio cuenta de que la única manera de cumplir sus deseos soberbios era matando a aquellos que hacían caso omiso de su autoridad. Su búsqueda de poder personal y su odio por la raza judía lo consume y, a todo ello, hay que tener en cuenta que busca quitaros el trono a vos mismo, mi amado esposo Asuero.
 
Asuero (muy perturbardo).- ¿Tienes alguna prueba de todo ello, mi bella esposa Ester?
 
Ester.- Permite, amado esposo Asuero, que vuestro leal y sabio consejero Hagiai os cuente el último suceso de este vuestro palacio.
 
Asuero.- ¡Hablado pronto y sin pérdida de tiempo alguno!
 
Hagiai.- ¡Hace menos de diez días Mardoqueo, que todo lo escucha para bien de su sobrina, se su pueblo y de vuestro reino, decubrió que se estaba tramando una conspiración contra su persona, Gran Rey Asuero. Po eso motivo fueron detenidos y arrestados dos soldados de vuestra propia guardia personal!
 
Asuero.- ¿Por qué no se me avisó antes?
 
Hagiai.- Porque era necesario que delatasen quién era el personaje que movia los hilos de dicha conspiración para asesinaros y ocupar vuestro trono.
 
Amán (fuera de si).- ¡Es una locura! ¡Todo esto es una locura! ¡Una farsa! ¡Una mentira! ¡Una trampa para decir que soy yo ese conspirador!
 
Asuero.- ¿Por qué sabéis que dichos soldados han revelado que eres tú el traidor si todavía Hagiai no lo ha contado?
 
Amán.- Pues... pues... pues que adivino que les habran hecho decir eso por medio de torturas...
 
Hagiai.- ¿Es esa la manera que tenéis vos, Amán. de hacer callar a vuestras víctimas antes de mandar asesinarlas?
 
Amán.- ¿Qué insinúas eunuco de mala madre?
 
Hagiai.- No insinúo sino que afirmo que lo descubierto por Mardoqueo es la verdad y que vos os acabáis de declarar culpables porque mandasteis matar a los dos soldados para que no contaran la verdad... pero Dios es Grande... e hizo que uno de ellos no muriera y conseguimos slaverle la vida.
 
Amán.- Eso es otra mentira para que yo confiese que soy culpable de algo que no sucedió.
 
Asuero.- ¿Ese soldado está aquí presente en el día de hoy?
 
Hagiai.- Está esperando tras la puerta a ser llamado para atestiguar lo sucedido.
 
Asuero.- ¡Dejadle que pase!
 
El soldado se presenta ante el rey.
 
- ¡Sentaos junto a Mardoqueo!
 
El soldado Arwan, todavía con medio cuerpo vendado, se sentó donde le ordenó el rey.
 
Asuero.- ¿Cuál es tu nombre, soldado?
 
Arwan.- Arwan.
 
Asuero.- ¡Me gusta el nombre porque quiere decir valiente! ¿Eres tan valiente como para decir la verdad aun sabiendo que estás condenado a muerte por haberme querido matar a mí? ¡Un caudillo sólo puede vivir siendo caudillo si mata a quienes quieren matarle a él? ¿Entiendes está realidad y por qué te tengo que matar aunque digas quien es el culpable de la conspiración contra mi persona?
 
Arwan- Entiendo perfectamente y es totalmente lógico que un caudillo mate antes a alguien que quiere matarle a él porque el caudillo tiene derecho a defender su vida como cualquier otro ser humano que está siendo amenazado de muerte. Si yo fuese un caudillo también mataría, por pura lógica, a quien me quisiera matar a mi por ser un caudillo.
 
Asuero.- ¿Quién os pagó dinero para que me matásais y pro qué motivo lo hizo?
 
Amán quedó como estatua de mármol por culpa del miedo a ser descubierto.
 
Arwan.- Nos compró Amán y cuando fuimos descubiertos nos apuñaló a los dos para que no pudiéramos decir que fue él quien conspiró.
 
Amán.- ¡Calla perro!
 
Asuero.- ¡Calla tú, imbécil! ¡Este soldado tiene la dignidad de decir la verdad aun sabiendo que va a morir ahorcado por haber intentado matar a un caudillo y entiende que le caudillo le mate a él antes de que él mate al caudillo! ¡Tú eres tan cobarde que no eres capaz de intentarlo hacer por ti mismo!
 
Asuero dió unas fuertes palmadas y aparecieron otros dos soldados de la guardia real.
 
- ¡Meted a este desgraciado y desagradecido villano en la mazmorra más profunda del Palacio, apresad a sus diez hijos y haced lo mismo con ellos; hasta que el día 13 del mes de adar sean sus diez hijos, juntos con el soldado traidor que reconoce que merece la muerte pro querer asesinar a un caudillo, muertos cortándoles sus cabezas mientras que este venenoso Amán sea colgados de la alta horca que él preparó contra el bueno de Mardoqueo y que servirá para que quien quede colgado de ella sea él mismo.
 
Ester.- ¿Y qué pasará con todo el pueblo judío, amado esposos Asuero!
 
Amán.- ¡Jajajajaja! ¡Un edicto real no puede ser revocado aunque haya sido redactado por un traidor como yo! ¡Jajajajaja!
 
Asuero.- ¡Olvidas un detalle muy importante viejo loco! ¡Yo, como rey de todas la Persia y sus dominios voy a hacer público que todos los judiós y judías puedan defenderse con toda clase de armas cuando el 13 de adar haya quienes los busquen para matarlos. No se dejarán matar y pongo la mano en el fuego de que su Dios Altísimo, de nombre Yahveh, les hará salir victoriosos porque ya he visto el gran poder de sus milagros.
 
Los dos musculosos soldados se marchan de la escena llevándose al enloquecido Amán.
 
Voz de Amán.- ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! ¡Jajajajaja! 
 
Ester.- Y en honor de ese dia los judíos haremos la celebración de la Fiesta del Purim.En Purim festejaremos que el pueblo judío en su totalidad se salvó del exterminio en las manos de los Persas bajo el dominio del Rey Asuero). La forma de festejar Purim será enviando regalos a los amigos, escuchando la lectura de la Meguila, donando a los pobres y celebrando un banquete de abundante bebida y comida más una fiesta de disfraces para olvidar los sufrimientos y gozar de una alegría sana y justa que nos recuerde a todos que somo un pueblo esocgido por Dios.
 
Asuero.- Y yo estaré en dichos festejos porque me gusta tu belleza interior, Ester, y esa belleza exterior que te hace agradable a la vista de todas las criaturas.
 
SE BAJA EL TELÓN
FIN 
 
  
 
 
 
 

 
 
 
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Entremés de teatro cristiano.

Palabras Clave: Literatura Prosa Teatro Entremés Cultura Conocimiento Fe Cristianismo.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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José Orero De Julián

Y sólo a través de Jesucristo se puede llegar hasta Dios Padre.
Responder
June 12, 2017
 

José Orero De Julián

Jesucristo es el Camino, Jesucristo es la Verdad y Jesucristo es la Vida.
Responder
June 10, 2017
 

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