El Mochales de Altamira (Diario)
Publicado en Jun 16, 2017
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Esto que anoto ahora en mi Diario personal no es ninguna clase de chiste malo ni tampoco tiene nada que ver con clase alguna de gracia. Tampoco me estoy refiriendo a las Cuevas de Altamira de la provincia de Cantabria, sino a una Academia de Bachillerato que estaba situada en la calle madrileña de Antonio Arias, a la vuelta de la esquina de la manzana de la calle madrileña de Alcalde Sáinz de Baranda, el último año que toda la familia junta vivíamos en esta última calle citada. La verdad sea dicha, y ajustándome solamente a la verdad autónoma e independiente, sin prejuicio de ninguna clase, yo estaba estudiando Tercero de Bachillerato en dicha Academia Altamira de Madrid (no de Cantabria porque me hubiese sido imposible viajar todos los días desde Madrid hasta Santander para poder estudiar ya que entonces no era yo ningún multimillonario ni nada parecido a un multimillonario con avión particular a mi servicio) y en la citada Academia (que ya no existe por cierto) había un joven de unos veinte años de edad, poco más o poco menos, que era el encargado de abrir y cerrar las puertas de entrada y salida. El caso, y repito que no es un chiste ni tengo ganas de ser gracioso, es que aquel joven portero se apellidaba Mochales.
 
De este tal Mochales todavía recuerdo una anécdota que en su día me hizo reír un buen rato. El asunto fue que un alumno (no había alumnas en la Academia pues era solamente para chicos porque estábamos en pleno franquismo) un alumno se había extraviado o había hecho "pellas" (que quiere decir que se había ido al Retiro o a jugar al billar) y su padre o su madre, o los dos al mismo tiempo (porque entonces las familias estábamos muy unidas y no como pasa en la actualidad) estaban preguntando por su paradero. A alguien de los compañeros de mi clase (quizás Municio o alguno de los amigos de Municio) se le ocurrió la peregrina idea de preguntarle a Mochales si él sabía o no sabía la verdad acerca de dónde se encontraba el "desaparecido". Mochales respondió lo siguiente recordando un pasaje de la Biblia: "¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?" (que fue lo que Caín dijo para disimular que había matado a Abel). No sé bien si Mochales lo dijo para quitarse el "muerto" de encima o porque estaba acochambado (que es palabra española hoy en día casi en desuso) con el "desaparecido" pero aquella respuesta se me quedó grabada en la memoria y, miren por dónde, sin yo beberlo ni comerlo, el cura filipino que nos daba clases de Religión me encasquetó una Matrícula de Honor que se debió de sacar de "debajo de la manga" porque yo, la verdad, en sus clases de Religión me entraba tal clase de "modorra" que me quedaba traspuesto del todo y algo así como dormido pues no había nacido yo para ser ninguna clase de religioso ni mucho menos un capuchino o algo similar. Ver para creer pero todo esto es cierto. 
 
Nota Adjunta (posdata).- Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, mochales es un adjetivo coloquial que se dice de una persona que está chiflada o medio loca. Y esto no me lo invento yo sino que es una palabra que existe en el idioma español. 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Páginas de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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