Dcada prodigiosa (Relato) -6-
Publicado en Jun 28, 2017
Una semana después de lo acontecido con Valeriano Belmonte en la Plaza de Los Azulejos y la Fuente del Abrevadero, llegó repentinamente a Molinares un fabuloso Ferrari de color rojo que conducía una jovencita estudiante de Periodismo, guapísima, sexy y escultural, que decía llamarse Carmen Palacio y Torres Del Castillo buscando a Luis Literas "El Maya" y a Carlos Saínces "El Carillón". Decía que los buscaba para poder entrevistarse con ellos. Cuando "El Maya" y "El Carillón" supieron que era una belleza monumental y que preguntaba por ellos pensaron que ya había caído la primera de sus víctimas amorosas y acudieron rápidamente al Bar "El Cervantino" donde les había citado. Todavía la madrileña Carmen Palacio y Torres del Castillo no había hecho nada más que sentarse en su taburete, cuando se presentaron los dos cuarentones sufridores del "mal de amor" y dijeron que lo que tomara lo pagarían ellos de sus propios bolsillos y, de manera casi instantánea, comenzaron a "atropellarse" el uno con el otro y a intentar ponerse "la zandilla" mutuamente. Luis Literas "El Maya" quería llamar la atención de Carmen hablando sin cesar de la civilización de los mayas, pero Carlos Saínces "El Carillón" le estorbaba hablando sin parar de la Torre de Londres; hasta que, cansada de aguantarles tanta palabrería barata, la jovencita estudiante de Periodismo, guapísima y escultural, vestida con minifalda y polo de Fred Perry, les hizo saber que aquellos temas de los mayas y la Torre de Londres los había escuchado tantas veces que se los sabía de memoria, que se estaba aburriendo del todo y que no era esa la cuestión por la cual había venido a conocerles en Molinares.
Los dos grandes "donjuanes", fracasados siempre en sus conquistas, se quedaron "cortados" del todo pero después se frotaron las manos al mismo tiempo. ¡Era la ocasión propicia de "llevarse el gato al agua" y "dar esquinazo" al rival para ser el más importante de los dos ante los bellísimos ojos de aquella chavala! Luis dijo que Carlos era un pelma. Carlos dijos que Luis era un gilitonto. Así que "El Maya" comenzó a contar chistes contra Carlos Marx y "El Carillón" comenzó a contar chistes contra Francisco Franco. Lo que no se esperaba ninguno de los dos era que aquellos chistes no le hacían ninguna clase de gracia a Carmen Palacio y Torres Del Castillo que ni tan siquiera sonrió con alguno de ellos. Así que la estudiante de Periodismo les hizo saber que se ponía en contacto con ellos porque había visto su anuncio en internet y tenía curiosidad por conocer qué sabían ellos de la Década Prodigiosa. Luis encendió un cigarrillo "viceroy". Era ya el número cuarenta y tres que fumaba en tan sólo dos días, lo encendió y lo volvió a apagar cuando ella le hizo saber que no soportaba el humo. Carlos que iba a sacar un "ducados" ni tan siquiera se atrevió a hacer el gesto. Los dos comenzaron a tramar argucias mentales para hacer que el rival desapareciera de la vista y le dejara a solas con el bombón. En cuanto a la Década Prodigiosa se refería, "El Maya" le dijo a Carmen que "El Carillón" y él habían nacido en los 70 y que de lo sucedido en los 60 no tenían ni puñetera idea salvo algunas conversaciones que habían oído a los que ya eran mucho más mayores que ellos dos, cuarentones pero solteros y sin compromiso. Carmen Palacio y Torres Del Castillo se sinceró del todo y les hizo saber que había contactado con ellos porque estaba llevando a cabo un dossier sobre la Década Prodigiosa en España para completar un trabajo universitario que debía presentar urgentemente. Se hizo pasar por simpática diciendo que los dos le gustaban muchísimo y tanto Luis como Carlos se volvieron a animar en aquella "lucha sin cuartel" en la que se habían enfrascado. No se daban ni cuenta de que a ella le importaban menos que un carajillo que Luis o Carlos se dispararan con intención de conquistarla. Estaba muy acostumbrada a sortear a muchos cuarentones que se las daban de interesantes porque ya pintaban canas. Carmen se estaba preguntando si merecía la pena seguir allí o buscar fuentes en otro lugar, cuando Luis le contó que había oído hablar sobre que en la Década Prodigiosa se comenzaron a ver muchísimos ovnis, objetos voladores no identificados, en toda la Tierra lo cual empezó a interesarle a la estudiante de Periodismo. Carlos, aprovechando el supuesto interés de ella, dijo que él también había escuchado muchas noticias sobre ese tema. El caso era que uno de los dos triunfara y consiguiera sacar una cita personal con la chavala. "El Maya" se envalentonó del todo y juró varias veces que él había tenido un encuentro personal con un grupo de extraterrestes y que le habían transmitido, a través de la comunicación mental, muchos asuntos interesantes para el futuro de la Tierra; pero "El Carillón" no se quedó atrás y también juró varias veces que él no sólo había estado con un grupo de estraterrestes sino que había comido amistosamente con ellos invitado al comedor del interior de su nave. A la pregunta de saber cómo eran físicamente, "El Maya" respondió que muy altos, muy verdes y con dos antenas en lugar de orejas; pero "El Carillón" contraatacó diciendo que eran enanos, muy amarillos y con dos grandísimas orejas que partían del cráneo y les llegaban hasta las rodillas. Carmen Palacio y Torres Del Castillo quería saber qué opinaban los extraterrestres acerca de los terrícolas. Luis Literas, siempre más negativo, dijo que estaban dispuestos a destruirnos y estaban planificando un ataque masivo de naves provenientes de los confines de la galaxia; pero Carlos Saínces, mucho más positivo, afirmaba que no era cierto y que lo sucedido era que no se dejaban ver mucho esperando que los terrícolas fuesen menos belicosos para dialogar con motivo de incluir a la Tierra en el Consejo Universal Galaxia. Carmen no hacía otra cosa sino escuchar y tomar numeroso apuntes en su libreta de notas. "El Maya" y "El Carillón" comenzaron a insultarse mutuamente. Luis le llamó a Carlos maldito comunista y Carlos le llamó a Luis fascista cabrón. Fue la llama que encendió el fuego porque, sin decir ya ninguna palabra más, ambos se levantaron de sus taburetes como si les quemara el trasero, comenzaron a empujarse el uno al otro y, minutos despues, se enzarzaron en una batalla campal de escupitinajos en la cara, tortas a diestra y siniestra, guantadas con la mano abierta, puñetazos con la mano cerrada y un cuerpo a cuerpo que terminó por hacerles caeer rodando por el suelo mientras la empleada del Bar "El Cervantino" se liaba a darles escobazos por ver si de aquella manera acababa con la pelea, pero cayó al suelo y tuvo que pedir socorro a Carmen más ésta, que había terminado de escribirlo todo, salió rápidamente del Bar y, subiendo en su flamante Ferrari, se escapó a toda velocidad del escenario donde Luis, Carlos y la empleada llamada Blasa se zumbaban de lo lindo hasta que la policía, avisada por un vecino, entró en el local y se llevaron al trío a la comisaría. "El Maya" y "El Carillón" se habían hartado tanto de aporrearse el uno contra el otro que terminaron por partirse de risa mutuamente ante la incredulidad del inspector Expósito que no salía de su asombro.
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