Dcada Prodigiosa (Relato) -7-
Publicado en Jun 28, 2017
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Perdido el juicio por completo, Servandín se desnudó hasta quedarse solamente con el calzoncillo puesto, abrió la puerta de su lujoso chalet y comenzó a llevar a cabo una loca carrera por las calles de Molinares con el extraño pensamiento de que era un atleta corriendo el maratón de Nueva York. Jamás cosa tan loca se había visto en el lugar; pero lo más conveniente era dejarle en paz hasta que se le agotaran sus fuerzas físicas para luego atraparle y terminar por internarlo en el manicomio de El Palmeral. Y cuando fue por fin detenido comenzó a decir a grito pelado que su honor había sido vilmente atropellado y que iba a escribir una carta de quejas a la Reina Isabel II de Inglaterra para que ésta tomara cartas en el asunto de tal modo que se enterara el mundo entero de lo que estaban haciendo con él las fuerzas brutas de la KGB soviética. Le diría a Isabel II que él era todo un caballero y su honor había sido mancillado pero el mundo entero se enteraría de ambas cosas hasta nombrarle Salvador Egregio de la Fama y el Honor, con la imposición de una medalla real firmada por la citada Isabel, el rey de Bélgica y Carolina de Mónaco que seguía estando bien guapa pro cierto.
 
¿Qué pintaba un loco como aquel en la sociedad de Molinares? Todos se deshacían en darle consejos y explicarle que el único camino para él era admitir que había enloquecido por culpa de la Reina de Inglaterra debido a algún brebaje que le habría suministrado la bruja Eduvigis "La Collares" que estaba deseosa de vengarse de todos los seres humanos que la habían llamado tacaña, avara y sin gracia alguna. "La Collares" no podía permitir tales insultos sin hacer algún daño colateral en Molinares y por eso le había dado a beber brebajes psicóticos elaborados con hierbajos y cardos borriqueros licuados más el añadido de tocinos de cerdos mezclados con magros de cabritos. Pero Servandino ya no escuchaba consejo alguno y seguía resistiéndose y llamando a los "bobis" de Buckhingam para que llegaran en su auxilio. Le dejaron seguir vestido solamente con el calzoncillo pero un chaval de doce años de edad, llamado Pedrín, hijo secreto del solterón de Roberto Alcázar y sus amores con una odalisca turca, avisó que podría quedarse, en un descuido de sus cuidadores, en "bolingas". Casi nadie le entendió y el niño Pedrín, hijo de los secretos amores de Alcázar con las turcas de turno en medio de las melopeas internacionales, aclaró que "bolingas" era un sinónimo de "pelotas". Ahora sí lo entendieron todos y todas y el gentío comenzó a reír estrepitosamente.
 
Había que llamar al más famoso psiquiatra de Molinares, el famoso Arturo Barrios Novo "Arturito" (nombre con el que era conocido por todas las mujeres del lugar excepto alguna que otra como "La Reme" y "La Angus" que le tildaban de "Burrito" en lugar de "Arturito" porque pensaban que era un burro convertido en hombre por alguna hada malvada que le había aconsejado que informara que la prostitución dañaba el fisico y la mente); pero una vez Barrios Novo en el lugar donde seguía gritando Servandino pidió calma y que le dejasen que dejara de lanzar improperios y exabruptos contra el lider republicano y comunista Pisonero, apodado desde hacía ya días como "El Pendejo"; mas "El Pendejo" comunista y republicano estaba cagado de miedo y no hacía su aparición por ninguna parte. En la puerta de su lujoso chalet privado (mucho más lujoso y mucho más privado que el de Servandino porque para eso era un lider de los rojos republicanos y ateos y los de las bases que se jodieran según decía él porque no eran de la "inteligencia") había colocado un letrero que rezaba así: "Gracias a Dios descanso porque me da la Real gana". Y eso que se llamaba ateo y antimonárquico. Era la paradoja de todas las paradojas de Molinares y sus absurdas idelogías políticas, sociales, económicas, culturales y hasta religiosas 
 
Hubo un silencio total solamente roto por la sonora bofetada que "La Angus" le había atizado al "Caracoles" que se había propasado con ella intentando meter la mano aprovechando la confusión general; pero al "Caracoles" (con todo lo machista que decía serlo) se le escaparon gruesas lágrimas sólo de pensar que le había "cascado" una cualquiera. Barrios Novo, después de admitir que era obligatorio dejar en paz a Servandín porque no sufria de ninguna clase de enfermedad mental ni alta, ni media, ni baja, ni nada de nada, aconsejó a todos los que supieran quienes dirigían el comercio de las drogas que estaban destruyendo las mentes de los jóvenes y nobles ciudadanos de Molinares, que dijeran quienes eran. El inspector Expósito, muy avispado por cierto, hizo suya la idea de "Arturito" para que todos creyeran que era él quien mejor pensaba de todos los hombres de la localidad y la niña de catorce años Teresa Cal, llamada "Cuta", lo dijo sin tapujo alguno; eran los moracos Abdalá Dalá Alá y Mohamed Ahmed Med, quienes negociaban toda la droga de Molinares. Una vez que el inspector agradeció con una piruleta a la niña Teresa Cal "Cuta" por su aviso (la cual lanzó la piruleta a hacer puñetas pues lo que esperaba era un billete de 500 euros y no un miserable "chuche"), hizo desfilar a todos sus hombres con música de la Marcha Real en honor del Rey de España mientras el ya desesperado Pisonero, ahora conocido como "El Pendejo" rumiaba para sus adentros sus continuas derrotas. 
 
¿Qué pasaba sin embargo con el resto de marxistas republicanos y ateos de Molinares? Encorajinados por todas las batallas perdidas y sabedores que ya no tenían apoyo de las altas jerarquías politicas apelaron al pueblo llano y sencillo de los trabajadores, creyendo que eran tontos y olvidadizos, para llevar a cabo una concentración y marcha de manifestación antimonárquica. Nadie cayó en la trampa y se quedaron más solos que la una. Por no acudir no lo hizo ni el gato' "Pirracas" (que era la mascota que, como símbolo de animal, era quien representaba a todos los marxista ateos y republicanos de Molinares) porque se había cansado de ser símbolo de ideologías políticas y andaba enamorado de "Micifuza", la gata de la familia del conde Don Félix De la Madrid y su bella esposa Doña Felisa De la Madrid. "Pirracas" (gato callejero) estaba totalmente enamorado de "Micifuza" (gata hogareña) y se ponía las botas comiendo como un rajá grandes rajas de jamón caro en lugar de raspas de sardinas de los cubos de basura. Eso sí que era vida de la buena y no callejeer como símbolo marxista, ateo y republicano que estaba ya más obsoleto que el tebeo "Cuto". Y prefería la vida junto a su amorosa "Micifuza" aunque le llamasen judas, traidor y esquirol. Porque había decidido que todo lo que le quedara de vida sería la vida de un gato feliz creyente de un Dios omnipresente y generoso que le había dado la oportunidad de serlo después de haber sufrido tanto desprecio y soledad por parte de los marxistas republicanos y ateos que le habían elegido como símbolo de "tonto útil". Y no lo iba a desaprovechar. Cada día sería para él un goce y cada noche un disfrute. Todo lo demás le resbalaba por completo. Habia descubierto que la felicidad empieza siempre por fe y ya no volvería hacia atrás porque Jesucristo era el Camino, Jeiscristo era la Verdad y Jesucristo era la Vida. Así que si él era solamente un gato y lo comprendía de tan fácil manera mucho más fácil sería que los hombres y las mujeres lograran comprenderlo también en alguno de aquellos días. Su futuro ya no era arañar puertas para ser despedido a escobazos sino tumbarse en un edredón esperando a su amoricito y la buena comida. Y se dijo asimismo que amén y amén.  
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Relato

Palabras Clave: Literatura Prosa Relato Narrativa Fantasa Ficcin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fanfictions



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