Todo el complot al descubierto (Dossier) -Parte I-
Publicado en Jul 04, 2017
Introducción.- Ahora que vamos despacio ahora que vamos despacio vamos a contar verdades tralará vamos a contar verdades tralará vamos a contar verdades aunque me cueste estar 48 horas sentado ante la computadora porque ya me están saboteando pero no van a conseguir que me calle. Si tengo que estar 48 horas seguidas ante la pantalla las estoy pero no voy a guardar silencio como ellos quieren.
Corpus de Grandes Verdades. Todo comienza a descubrirse definitivamente (aunque ya hace muchos años que me he dado cuenta de ello) cuando, ya casado y con dos hijas, estamos dispuestos a irnos definitivamente a Ecuador en vista de cómo está destruida la familia en mil pedazos por culpa del "hombre G" (del cual hablaré en la II Parte de este Dossier) y el ambiente de venenosa envidia que existe en el Banco Central Hispano (ya engullido el Banco Mercantil e Industrial). El asunto es que lo Altos Directivos del Banco Central Hispano dan la orden de que todos los empleados y todas las empleadas que estén considerados y consideradas como aptos y aptas, a nivel nacional, para atender bien al público tienen que acudir a un Cursillo (o Taller o lo que sea porque a mí me da lo mismo que lo mismo me da que lo llamen como quieran) de una semana de duración en las instalaciones (propiedad del entonces Presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil y Gil) en Los Ángeles de San Rafael (provincia de Segovia). Las primeras semanas serán para los considerados y consideradas como los mejores y las mejores según los informes (o lo que sean) redactados por jefes (o lo que sean) que apenas saben escribir y que son paletos e ignorantes (lo cual a mí plin porque duermo en Pikolín) y las últimas semanas serán para los considerados los peores y las peores según dichos informes de jefes (o lo que sean) que insisto en que no saben escribir ni la o con un canuto de lo paletos e ignorantes que son. A mí me han dejado (como ya lo sabía en medio de sonrisas y carcajadas porque esto es como los chistes de Jaimito) para la última semana (la de los peores de los peores de los peores y jajajajaja venga a reír y a reír con tal de no reñir y reñir). Sé positivamente que estos informes (o lo que sean) están escritos por jefes (o lo que sean) carentes de toda clase de inteligencia y personalidad propia (como ocurre con el que tengo ahora de jefe o lo que sea y que se llama Forentino Carnicero Gómez o lo que sea porque me da lo mismo que lo mismo me da). Y ahora viene la primera gran sorpresa que es la primera gran verdad puesto que resulta que esta clase de jefes (o lo que sean) no se han dado ni cuenta de que los Altos Directivos del Banco Central Hispano han contratado a una Empresa privada para llevar a cabo las entrevistas personales con los empleados y empleadas que van a acudir al Cursillo (o Taller o lo que sea) y esto sí que no se lo esperaban estos jefes (o lo que sean) que de pronto se han quedado "en calzoncillos" y "cagaítos" de miedo porque resulta que los entrevistadores y entrevistadoras son verdaderamente profesionales (y no como ellos) e imparciales mil por mil. Así que ¡tararí tararí tararí este toro va a salir! (que Dios les pille confesados). Soy avisado para llevar a cabo mi entrevista. Entro de manera educada y correcta en el despacho (y no como esos jefes o lo que sean que suelen entrar como elefantes en una cacharrería porque de educación son un cero a la izquierda) y me encuentro con una señorita que, además de gran profesional y seria es muy guapa. La saludo correctamente y me siento frente a ella como un verdadero caballero porque para eso me han educado. - ¿Es usted el Señor Orero? - El mismo que viste y calza y no por ello se ensalza. - ¡Jajajajaja! ¡Tiene usted un buen humor! - Es mejor tener buen humor y no tanto falso rumor; porque en sabiendo lo que hay estoy pensando en Hawai. Viene la primera bomba. - ¿Sabe lo que tengo en mis manos? - Lo sé. Un informe escrito por algún analfabeto pero yo no me llamo Ruperto. - Según este informe que tengo en mis manos usted no tiene nada más que estudios muy primarios y además quizás ni haberlos terminado del todo. ¿Es esto cierto? Me entra la risa y no me puedo aguantar. - ¡Hay qué risa tí Felisa! Prefiero reírme a gusto antes que darme un disgusto. - ¿Es que hay algo raro en este informe? - Escuche bien, señorita. No tengo nada contra usted porque compruebo que es usted una gran profesional, muy seria e imparcial y además muy guapa; así que tengo que decirle que ese informe (o lo que sea) miente más que un monaguillo después de beberse todo el vino de la sacristía. Pero como no me importa para nada este Cursillo o Taller o lo que sea pues es mejor dejarlo así y quizás alguien engorde más de la cuenta, que bien gordo debe de estar ya, creyéndose sus propias mentiras. - ¿Es que este informe o lo que sea está lleno de mentiras? - ¿Quiere usted que le diga la verdad o la invito a tomar juntos un café con leche y hacemos como que no nos hemos conocido jamás? - ¡Ardo en deseos de saber la verdad! ¿Hay algo de malo en este informe o lo que sea? - Voy a decirle la verdad porque usted me cae muy bien. Le repito, de antemano, que este Cursillo, Taller o lo que sea, no me interesa para nada pero ya que está usted interesada en conocerme un poco bien pues le hago saber, con total educación y respeto, que tengo el Bachiller Elemental, el Bachiller Superior, el Preu, el COU, el examen de Acceso a la Universidad (dondo obtuve la mejor nota de todo Madrid) y toda la carrera terminada, con Título de Licenciado, de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid donde fue el estudiante más destacado según la opinión de los mejores profesores (los peore no me interesaron jamás) y estoy dispuesto ha hacer algún día mi Tesis Doctoral cuando Dios me dé a entender y a lo mejos hasta se me concede un Doctor Honoris Causa. ¿Qué le parece mi curriculum intelectual? - ¡Esto sí que es una enorme sorpresa para mí! Le doy mi palabra, Señor Orero, que vamos a investigar esta pésima información sabiendo que usted ya es todo un Licenciado. - Tengo que señalar que en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid existen tres Ramas: Periodismo, Imagen y Publicidad. Yo soy Licenciado en Periodismo aunque también tengo muchos estudios de Imagen y de Publicidad obtenidos por mis propios esfuerzos. Y además, para completar el currículum, soy un destacadísmo escritor desde que tengo uso de razón y eso lo confirmó mi maestro de escuela Don Florencio Lucas Rojo dándolo a conocer delante de todos mis compañeros. Puede usted preguntarle a Manuel Vaquero Raya o a Gabriel Muriarte Escalante además de otros muchos más como Vicente Lizcano, Garzón, Gamarra, Gil, Cesáreo, Lozano o Mata que lo vieron con sus propios ojos. - ¿Pero no se enteró usted, Señor Orero, que los Altos Directivos del Banco Hispano Central de Madrid pidieron a todos los empleados y empleadas que tuviesen títulos universitarios lo hiciesen saber enviando copias de ellos a dichos Altos Directivos? - Por supuesto que sí me enteré porque hacía muy poco que ya tenía mi título de Licenciado en mi poder y por eso envié una fotocopia del mismo y una fotocopia del Acta de toda las Calificaciones obtenidas por mí a lo largo de toda la carrera de Periodismo a los Altos Directivos del Banco Hispano Americano. Si no les llegaron serán que alguno de estos jefes (o lo que sean) incluyendo al de personal (un tal España o lo que sea) se lo guardó en sus cajones por no decir otra cosa que también empieza c y rima con jones. - ¡Si no llegaron a su destino esto hay que investigarlo hasta saber dónde están! ¡No se preocupe porque se hará justicia! - No me importa que se haga por una vez justicia porque estoy tan acostumbrado ya a sufrir tantas injusticias que una más sólo me honra ante Jesucristo y eso sí que tiene mérito. Por mi ese tal España (o lo que sea) o quienes sean que estén metidos en esta mierda de asunto, se los pueden seguir guardando en sus cajones por no decir otra palabra que empieza por c y rima con jones. - ¡Dígame por dónde debo de investigar para encontrarlos y hacer justicia porque usted se lo merece! - ¿Sabe una cosa, señorita? La envidia siempre pudre el alma de los envidiosos y no influyen para nada en la personalidad de los envidiados así que le propongo que, como no estoy interesado en ese Cursillo, Taller o lo que sea porque ya me sé en profundidad lo que se va a explicar en él puesto que lo he practicado muchas veces con gran acierto, yo le propongo que usted añada a esa bazofia que se llama informe (o lo que sea) un dato todavía más concluyente. Añada que soy un analfabeto total que me colé en este Banco porque, como dijo el torero Juan Belmonte cuando le hicieron saber que Jacinto Benavente era Premio Nobel de Literatura, que de todo debe haber en la vida. ¿Qué le parece si añade usted a esa chapuza de informe o lo que sea que soy un analfabeto total mientras a lo mejor por otro lado me conceden el Premio Nobel de Literatura para que el cachondeo sea abosluto y no relativo? - ¡No, Señor Orero, no lo vamos a consentir! ¡Vamos a investigarlo todo hasta que toda la verdad salga a la luz pública porque usted tiene derechos que no vamos a permitir que sean pisoteados por nadie! ¿Quién era el jefe que tenía usted cuando estudiaba en la Universidad? - Cuando comencé a estudiar en la Universidad mi jefe (o lo que sea) era José Luis Magro Yagüe (o lo que sea) y enviaba sus informes (o lo que sea) al Jefe de Personal de la Oficina Principal de Madrid, el señor España (o lo que sea) y cuando terminé mis estudios en la Universidad, obteniendo el Título de Licenciado con firma del Rey Juan Carlos I de España, mi jefe (o lo que sea) era Florentino Carnicero Gómez (o lo que sea) que enviaba sus informes (o lo que sea) al Director General de Alfonso XII de Madrid el señor Pérez (o lo que sea). Pero ya le digo y le repito que lo mismo me da que me da lo mismo porque ya he decidido marcharme del Banco para las Américas donde trabajaré de escritor, periodista, profesor de Literatura y Comunicación, Relaciones Públicas de un Hotel y lo que Dios quiera añadir. ¿Me comprende ahora por qué le digo que no me interesa ese Cursillo o Taller o lo que sea lo mismo que tampoco acepté ser nombrado Jefe por los Altos Directivos porque prefería casarme con una Princesa y solamente pensar en mi Princesa y no en cosas de Banca que ya no me interesan para nada aunque fuese trabajando como Jefe? - ¡No estamos dispuesto a dejar de conocer la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad! Así que estamos interesados en saber toda su trayectoria laboral en este Banco Central Hispano porque veo que es usted todo un hombre y además honesto, sincero y leal. - Es que soy un Grande de España. - Cuénteme toda su vida laboral en este Banco. - Está bien. Abreviaré todo lo que pueda porque si lo cuento todo este Dossier se convierte en una Tesis y no es esa mi sana intención. Empezaré por el principio. Yo estudié Banca en la Academia Cima de la Calle Mayor de Madrid, donde triunfé de tal manera que fui elegido como el mejor estudiante de toda la Academia y mucho mejor y más completo que el Señor Ramírez que, mire por donde, ya ha llegado a ser Director General (o lo que sea) pero que en Cima era mucho más retrasado que yo. Esto lo pueden confirmar decenas y decenas de compañeros y compañeras que tuvimos en el mismo aula, o la señorita Dori que es la que nos preparaba la banca, o chavalas como Beatriz de Pablos y María Teresa Guindal entre otras muchas y algún compañero que saben que todo eso es cierto. O sea que mientras yo era muy superior al Señor Ramírez él ya es todo un Director General (o lo que sea) mientras que yo sigo en las máquinas infernales dale que te pego a la matraca; pero no crea que le tengo envidia y no hago como hace él que cuando pasa por el Negociado donde trabajo se hace el "longuis" como que no me conoce de nada no vaya a descubrirse la gran verdad de que yo era mucho mejor que él y por eso no me importó hacerle una fotografía en la playa de Cullera (Valencia) con su novia, la hija del señor Ordóñez, entrenador del equipo de fútbol del Banco Hispano Americano de Madrid a cuyo equipo pertenecí pero eso es para tratarlo en otro momento sentados ante un café con leche. Jejeje. - ¿Cuándo y como entró usted a trabajar en el Banco Hsipano Americano de Madrid? - A finales de 1966 mepresenté a las oposiciones libres (sin ninguna clase de enchufes ni "padrinos" como ocurre con la mayoría de los que están trabajando aquí) tanto en el Banco Hispano Americano como en la Central de Ahorro Popular. Aprobé en los dos sitios (sin ninguna clase de ayuda, ni de enchufes ni de "padrinos"), los de la Central de Ahorro Popular me llamaron antes y con ellos trabajé desde enero hasta marzo de 1967 llegando a conseguir la admiración del Driector Generla que hasta le gustaba y le encantaban jugar al fútbol conmigo y, a pesar ya de que cierto jefe (o lo que sea) llamado Monjas mandaba informes (o lo que sea) más falsos que los de Judas ante Pilatos pero el Director General (que me apreciaba de verdad tanto por mis valores como trabajador como mis talentos como futbolista) hizo saber que era admitido como fijo para toda la vida; pero mire usted por dónde el Banco Hispano Americano me llamó para trabajar en la Oficina Principal de Madrid y había muchas circunstancias para elegir el trabajo del Banco Hispano Americano y eso fue lo que hice. ¡Fíjese hasta qué punto triunfé y fui admirado en la Central de Ahorro Popular (Oficina Principal de Madrid) que me rogaron que aunque estuviera trabajando en el Banco Hispano Americano sigueira jugando al fútbol con ellos todo el tiempo que yo quisiera! ¿Es eso triunfar o es eso fracasar a pesar de los envidiosos? - ¡Eso es triunfar! ¿Dónde comenzó usted a trabajar en el Banco Hispano Americano? - El día 1 de abril de 1967 ingresé en el Banco Hispano de Madrid y me destinaron a la Oficina Principal, al Negociado de Centro Compensador y Compensacíon Interior donde obtuve tales éxitos que hubo algún jefe (de los de verdad) que dijo que yo era una muy grata "caja de sorpresas". ¿Le cuento algunos de mis éxitos en dicho Negociado a pesar del jefe (o lo que sea) llamado Follente (o lo que sea) que dijo que iba a informar mal de mi porque llegaba un par de minutos tarde por culpa de los autobuses aunque sabía a ciencia cierta que con tan solo 5 minutos de trabajo ya había superado a todos mis compañeros y compañeras aunque nunca jamás competí cotra ellos porque me parece una necedad propia de acomplejados (y he conocido a mcuhos que lo son) sino que competía solamente contra mí mismo? - ¡Cuénteme alguno de ellos! - Tengo tantos que estaría hablando hora y media de ellos pero le voy a dar a conocer tres o cuatro nada más para que usted se haga una idea de conjunto. El primero día de trabajo, y digo el primer día de trabajo y no el segundo ni el tercero, logré mi primer éxito cuando gracias a mi capacidad y concentración mental estaba punteando remesas y encontré la diferencia con la cual todos dejaron de puntear porque yo había logrado que se cuadrara toda la cámara. Lo de cuadrar a la primera era casi imposible de lograr pero yo lo conseguí más de una vez y recuerdo una muy especial haciendo tándem (los dos solos y sin ayuda de nadie más) con mi gran compañera María Jesús Archanco Royo quien lo hizo sabe en voz alta aunque yo a aquello no le daba la menor importancia. Otra vez que tirunfé fue cuando me pusieron a trabajar con Moreno en algo que llamaron de "alta banca" con letras pagadas e impagadas. Logré tal grado de éxito que rápidamente saltaron las alarmas de los envidioso y el jefe (o lo que sea) Follente (o lo que sea) me volvió a poner en las máquinas que las llegué a manejar tan perfectamente que era el más rápido y sin cometer errores. También aprendí rápidamente a clasificar los recibos y las letras en sus casilleros corrspondientes (tano en el de los Bancos como en el de nuestra Sucursale). Éxito total y envidia de muchos. - ¿Y cómo terminó aquella experiencia? - Nadie me echó de Compensación ni me fui huyendo de nada ni de nadie (como murmuraron los envidiosos y pésimos compañeros) sino que hice una apuesta con Luis Líter Mayayo (que como empleado de Banca era lento y muy ignorante ya que entró a trabajar gracias al "enchufe" de su abuelo (que había sido Jefe de Personal de dicha Oficina Principal) y gracias a los dineros de su padre y de su madre. Pues bueno. Sólo fue una apuesta que cumplí alegnaod que ya lelvaba mucho tiempo en Compensación (no me importaba ni un comino la envidia de muchos) y quería aprender algo más de Banca. Así que me enviaron al Negociado de Créditos de Improtación y Exportaciñon por propia petición del Señor Martín (que además de ser todo un señor era un jefe de los de verdad por sus grandes conocimientos bancarios y su personalidad). - ¿Y qué tal le fue en dicho Negociado de Créditos? - ¡De maravilla! Yo era rápido mentalmente y en lo físico y aprendía en pocos minutos todo lo que me enseñaban. Pero un tal Jesús me cogió envidia y dejó de enseñarme porque creía que yo le iba a quitar su cómodo lugar; así que me dediqué a atender al público y resulta que lo hacía con tanta amabilidad, atención, acierto y educación, que hubo muchos clientes y clientas que sólo querían que les atendiera yo y nadie más que yo. Especialmente el caso del Señor Pastrana que, para consultar todos los cambios de monedas sólo quería que se los diera a conocer yo. Mi éxito con la atención a los clientes llegó a ser de tal envergadura que todos los días se me llenaba el mostrador de cigarrillos que me regalaban con una amplia sonrisa. Pero mire usted por dónde, el Señor Martín (todo un gran jefe además de gran caballero y gran señor con amplios estudios) se jubiló y nada más jubilarse un jefe (o lo que sea) de los paletos e ignorantes que había en toda la Oficina Principal, cuando mayor era mi éxito con los clientes, hizo que me trasladaran a un Negociado de castigo llamado Cuentas Corrientes con gran pena y disgusto de mi gran compañera y amiga Almudena Alonso Corral. Pero así es la vida y así lo acepté con una gran sonrisa y sin odiar a nadie ni reclamar nada a nadie. Mi puesto fue ocupado por una "enchufada". ¿Comprende ahora por qué no estoy interesado en el Cursillo o Taller o lo que sea ya que no voy a aprender nada porque sé de sobra cómo atender perfectamente al público en general y a nuestros clientes en particular y todo lo que me quieran enseñar ya lo sé de sobra y lo pongo en práctica siempre? - ¿Tan injsutamente le trataron en Créditos a pesar de sus grandes éxitos con la atención a los clientes? - Así fue y así pasó. - ¿Y qué sucedió cuando le castigaron enviándolo a Cuentas Corrientes? - Ante la enorme admiración de amigos y enemgios lo primero que hice fue que, junto con Martín (otro Martín distinto) al que llamaban "maestro" y murió poco después, nos apostamos un café con leche con el jefe (o lo que sea) que estaba acostubmrado a tratar a la patada a sus empleados y les perseguía por todo el Negociado para darles hostias ante la risa y el cachondeo de los clientes. Aquel bárbaro y tirano jefe (o lo que sea) aceptó la apuesta y nos pagaría el café con leche si cuadrábamos a la primera. Mire usted por dónde cuadramos a la primera. ¿Sabe como reaccionó aquel bruto? No nos pagó nunca la auesta y a mí me castigó a ser el "ficherista" de un empleado con no demasiadas "luces bancarias" que manejaba lentamente una máquina. Pero yo siempre, desde mi más tierna infancia, sé manejar muy bien los ficheros y las cartulinas por orden alfabético de apellidos. Para mí aquello fue "coser y cantar" y cuando ya me iban a castigar por seguri triunfando me llegó la hora del Servicio Militar y la mili me hizo recordar a la serie televisiva "salvado por la campana" porque seguro que me hubiesen castigado a barrer el suelo o limpiar wateres! - ¡Eso no tiene perdón de Dios y también lo vamos a investigar! - Mi gran compañerot y amigo José Luis Arana es testigo además de muchos compañeros más. Pero no sufra usted por eso porque gracias a Dios tuve la oportnidad de recibir la visita de Mercedes (la guapa y sexy Mercedes de Compensación) y me despedí con ella con una bonita imagen (además de las de otras chavalas que nunca olvidé) como recuerdo para mi Servicio Militar. - ¿Dónde hizo usted el Servicio Militar, Señor Orero? - El Campamento de 3 meses lo hice en el CIR número 2 de Alcalá de Henares, y me destinaron a Zapadores Ferroviarios de Cuatro Vientos pero fui escogido por el General Gordejuela, Jefe de Ingenieros de toda España, y pasé todo el destino en la Capitanía General de Ingnieros siendo el escribiente personal del citado general no por "enchufes" ni por tener "padrinos" (como sí pasaba con el resto de compañeros que tuve allí) sino porque había hecho una prueba de máquina de escribir antes de ir al Campamento y, estando en el Campamento, hicieron unas pruebas de diversas clases test a todos los soldados del CIR y resulta que dejé completamente sorprendidos a todos, a todos absolutamente a todos, porque fui el soldado que mejor realicé aquellos test y por eso, y no por enchufes ni por "padrinos", me eligió como soldado a su servicios el General Gordejuela, aunque tuve la suficiente capacidad de sentirme compañero de los demás soldados y trabajaba, no porque me lo hubiese ordenado el General Gordejuela sino por mi propia voluntad, en la Oficina del capitán Mario cuando no estaba haciendo algo para el General Gordejuela. - A eso yo lo llamo compañerismo. - Yo también a pesar de los muchos que no saben ni lo que significa esa palabra. - ¿Aprendió usted algo de provecho para su futuro en el Servicio Militar? - Usted es una mujer adulta y yo un hombre adulto. ¿Podemos hablar como dos seres humanos adultos llamando pan al pan y vino al vino sin echarnos las manos a la cabeza ni darnos falso e hipócritas golpes de pecho? - ¡Me gusta su sinceridad, su nobleza, su forma de ser y de hablar, su valentía y su hombría así que adelante! ¡Llamemos pan al pan y vino al vino sin tener por qué escandalozarnos como los fariseos y las alcahuetas ya que somos adultos de verdad! - Entonces tengo que decirle que aprendí muchas cosas buenas y muchas cosas malas en le Servicio Mirlitar y a saber distingar las cosas buenas de las cosas malas. En este último sentido aprendí a despreciar a los cabrones que abusaban de los más débiles y no tenían ninguna compasión hacia ellos; porque soy un verdadero cristiano pero yo no soy Jesucristo sino un hombre de carne, hueso, sangre y corazón! Así que mucho de lo que aprendí en la mili me sirvió para el futuro. - ¡Eso de llamarles cabrones a quienes abusaban de los más débiles sin tener compasión alguna hacia ellos no sólo me llama la atención sino que lo aplaudo porque demuestra usted tener los cojones en su verdadero lugar y no tanto maricón como anda por el mundo suelto! - Gracias, señorita. Volveremos a hablar de ese asunto muy pronto. - Está bien. Eso espero para dejar bien puestos los punto sobre las íes. ¿Siguió usted trabajando en el Negociado de castigados llamado Cuentas Corrientes por culpa de un jefe (o lo que sea) bruto, cruel, paleto e ignorante? - No. Primero recibí una Notificación escrita diciendo que había sido trasladado al Negociado de Informes pero cuando me incorporé al Banco Hispano Americano de la Oficina Principal de Madrid me trasñadaron, sin haber pedido yo ninguna clase de traslado, al Negociado de Transferencias donde, nada más llegar, ya empezaron los insultos de algunos enviudiosos hacia mi persona sin yo conocerles de nada a ellos ni ellos conocerme de nada a mí. ¿Cómo llamaría usted a esas gentes? - Yo los llamaría gentuzas, indecentes y, por encima de todo, gilipollas perdidos. - Pues yo sólo sonreí cuando me enteré de ello. - ¡Eso sí que es ser hombre! ¡Cuente, cuente para hacer justicia de verdad y si le sirve de desahogo porque yo le escucho atentamente! - El jefe (o lo que sea) que me tocó ahora sufrir y soportar era el ex falangista, reaccionario, ultra católico y fascista José Luis Magro Yagüe (o lo que sea) quien me puso, sin darme a elegir nada (como sí hacía con sus amariconados "enchufados" y "enchufadas") en unas máquinas infernales que hacían un ruído inmenso pero una vez más demostré mis enormes capacidades para trabajar bajo cualquier circusntancia y con cualquier ambiente laboral. Fue una época de lcuhas obreras y reivindicaciones laborales en las cuales yo, respetando siempre al Banco y todas sus isntalciones y sin engañar ni con un sólo céntimo al Banco porque los Altos Directivos (no los jefes mediocres, palurdos, paletos, incultos y casi analfabetos) sino los Altos Directivos bien preparados me merecen tods mis respetos; así que respetando al Banco que me da de comer siempre he participado en todas las luchas obreras cuando son justas y verdaderas y no como la inmensa mayoría de todos los compañeros de la Oficina Principal de Madrid (y por supuesto que los de Tranferencias) que jamás lucharon por nadie, que jamás se manisfestaban por las justas reivindicaciones y derechos obreros, que hacían hasta de esquiroles y por los cuales yo, y unos pocos más que sólo éramos independientes y autónomos porque no éramos de ningún sindicato ya que preferiamos la labor obrera en horizontal y resulta que al único Sindicato vertical que había con Franco ahora se había creado una enorme cantidad de Sindicatos todos ellos también veticales lo que quiere decir que los líderes sindicalistas no estaban por la labor de hacer un verdadero sindicato horizontal donde la Asamblea de los trabajadores tuviesen voz y voto para decidir lo que querían hacer sino que los tenían aborregados (y digo todos los Sindicatos tanto de derechas, de centros y de izquierdas) y las decisiones siempre las decidían los de las cúpulas mientras que los empelados ni se concienciaban ni se sentían compañeros de nadie ya que dichas cúpulas decían que no estaban preparados; lo cual en una ocasión demostramos entre José Luis Dueñas López y yo (autónomos indpendientes) que era totalmente falso porque hicimos una Asamblea General de todo el Negociado de Transferencias, dejando que todos hablaran, opinaran y decidieran qué peticiones quería reivindicar, y resultó de tanto éxito que publicamos los resultados a la luz de todos los demás trabajadores y, completamente asustado porque el "chollo" se le escapaba de la mano a Justo Fernández da la UGT y a todos los "mandamases" de todos los demás Sincdicatos verticales y vino y amenazó con usar la fuerza bruta contra todos y todos se aocjonaron menos José Luis Dueñas López y yo a los cuales nos apreciaba tanto Justo Fernández (porque sabía que llevábamos razón) que siempre estuvo deseando que nos convirtiéramos en líderes de la UGT. Cosa que no consiguió jamás. - ¿Y qué pasó con lo de la máquina infernal? - ¿Podemos seguir hablando de hombre adulto a mujer adulta llamando pan al pan y vino al vino sin asustarnos como fariseos? - ¡Me sigue gustando mucho su manera de ser, de actuar y de hablar! ¡Sigamos hablando como dos seres adultos sin tapujo alguno y sin eufemismos para llamar a cada cosa por su nombre! - ¿Qué haría usted si un día decide, por su propia voluntad y sin meterse contra nadie, respetando a todos sus compañeros y compañeras de su Empresa, acudir al trabajo con el pelo pintado de color verde con mechas lilas, y de repente la inmensa mayoría de todos sus compañeros y compañeras por los cuales usted ha estado a punto de perder su puesto de trabajo por luchar a favor de las reivindicaciones y que en vea de admirarla por su valentía de aparecer con el pelo pintado de color verde con mechas lilas, se mofan de usted, se cachondean de usted, hablan mal de usted por las espaldas con sonrisas de cabrones, la llaman marimacho o la tachan públicamente de puta? - ¡Hostia, Señor Orero, ya estoy coprendiendo lo que usted me quiere decir! - ¿Puede decirme que ahora usted hablando con su mano en el corazón y con completa sinceridad? - Simplemente pediría a mi jefe (o lo que sea) que me diese permiso para reunirlos a todos ellos y, especificando que me estoy refiriendo solo a esos cabrones y a esas cabronas y no a todos los demás, les llamaría hijos de puta así de claro y así de rotundo por el hecho de no aceptar mit libertad de poder p¡ntarme el pelo como me salga del coño ya que no estoy haciendo nada malo ni nada en contra de ellos a los cuales hasta defiendo poniendo en riesgo mi propio puesto de trabajo¡ ¡Sí! ¡Eso es lo que haría con el permiso de Dios y me quedará más larga que ancha al llamarles hijos de puta porque eso es lo que son! ¡Scuedió algo parecido con suted, Señor Orero? - En efecto. Eso mismo sucedió y eso mismo es lo que hice yo! No me pinté el pelo de color verde con mechas lilas pero me puse un entretejido de Svensson. - Pues no se preocupe más por ello porque yo hubiese hecho lo mismo y le felicito de que lo haya hecho y que sea tan sincero como para contármelo. ¿De verdad siguió usted luchando pro las revindicaciones obreras de esos hijo putas que como hienas y buitres carroñeros le acosaron de aquella manera tan cobarde? - De verdad que, después de pasada una crisis de 20 días volví a dirigirles la palabra, volví a sonreírles, volví a ser compañero de todos ellos y volví a luchar por sus reivindicaciones laborales auunque la mayoría de ellos eran maricones y cobardes además de esquiroles y yo estaba poniendo en peligro mi puesto de trabajo dando la cara por ellos! - ¡Hostias, Señor Orero! ¡Eso sólo lo hace un hombre tan hombre que perdone que me incline antes usted y le haga una reverencia porque eso sí que es ser hombre de verdad! ¡Yo jamás lo hubiese hecho! ¡Yo les hubiese mandado a tomar por culo! - ¿Sabe lo que hizo el jefe (o lo que sea) José Luis Magro Yagüe (o lo que sea) conmigo? - Sabiendo que era un ex falangista, un reaccionario, un ultra católico, un fascista y además un "lameculos" de Justo Fernández de la UGT, en vez de comprenderle y ayudarle a salir de aquel acoso, como hace un jefe de verdad que además de jefe es un hombre, estoy segura de que le castigó. - Eso es. Me mandó a un lugar del Negociado, oculto para la visión de todos los clientes, llamado Cartonera porque consistía solamene en archivar y desarchivar cartulinas, y que era el lugar más desprestigiado de toda la Oficina Principal de Madrid del Banco Hispano Amerincano porque estaba considerado "la cloaca de los perdedores". Tengo también que decir que no contento con aquella cobardía me siguió haciendo putadas enviándome a trabajos fuera del Negociado, a otros lugares tanto dentro de la Oficina Principal como fuera de la Oficina Principal, a hacer trabajos que nadie quería (incluyendo un traslado a una agencia urbana que yo no había pedido) pero llevándose la desagradable sopresa de que asuntos que él se creía que me iban a durar un mes, dos meses o tres meses, resulta que yo los resolvía en un solo día o como mucho en dos días y volvía a aparecer, cada vez más triunfador y admirado por los amigos de verdad y casi todas las chavalas del Banco (excepto un grupo reducidísimo de "tías raras" (entre ellas las "trotaconventos") y le daba tanto soponcio que dejó ya de molestarme y terminó por dejarme en paz, olvidado para siempre de su memoria, en Cartonera. Lo cual yo le agradecí enormemente mientras no me importaba jugar al fútbol con él en la Casa de Campo de Madrid junto con su sobrino ("enchufado" por supuesto) llamado Jesús Magro, "El Chuchi" o "El Pibe", tan cabrón como su tío (dicho por una chavala del Banco y no por mí pero que me sirvió de risa durante mucho tiempo) el cual me amenazó con darme una hostia que todavía estoy esperando que intente dármela pero que cuando me ve en persona se caga de miedo porque sabe que practico muchos deportes y, entre ellos, artes marciales. Estoy esperando todavía a que me venga a dar esa hostia que me prometió pero se caga a la pata abajo cada vez que me ve y hasta le hice el favor de pedirle una papeleta de notas en la Facultad de Periodismo porque era encapaz de abrirse paso entre la multitud de estudiantes; cosa que sí hice yo y dándole la papeleta me le quedé mirando a los ojos por ver si me daba aquella hostia y sólo vi en ellos cobardía y mariconería así que agachó la cabeza y nunca jamás se enfrentó cara a cara conmigo. Tengo que añadir que en aquellas putadas a mí no me importaba tener que pegar sobres, empaquetar recibos, punterar listados pesados y aburridos de cifras mareantes o puntear otros largos listados igual de plúmbeos y atorrantes. Yo todo lo hacía bien. - ¡Muy bien hecho, joder! - ¡Arriba, abajo, la ETA al carajo! - ¡Jajajajaja! ¡Me lo estoy pasando de puta madre con usted, Señor Orero! - Entonces volvamos a seguier siendo serios y responsables. ¿Qué más quiere saber de mis experiencias laborales en este Banco? - ¿Triunfó usted o no triunfó usted en Cartonera? - Aunque era el rincón de la Oficina Principal considerado "la cloaca de los perdedores" obtuve muchos éxitos y triunfos dentro de allí y tengo que agradecer, por ello, a diversas chavalas que no les importó trabajar durante un tiempo conmigo en aquel rincón, pero sobre todo a mi gran compañero y sensacional amigo Alfonso Ondaro Vargas. Los dos triunfamos de tal manera que el jefe (o lo que sea) Magro ya no podía contener su odio hacia mí pero yo ya ni le hacía caso porque me era ya totalmente indiferente y aunque cumplía sus órdenes al pie de la letra para mí era ya un ser inexistente. Ondaro y yo éramos los que mejor archivábamos y desarchivábamos cartones de cuentas corrientes, los que mejor y con mayor cortesía atendíamos a las llamadas telefónicas y los más alegres y divertidos de toda Cartonera. Viendo aquello un jefe (o lo que sea) llamado Cobo (o lo que sea) tuvo la peregrina idea de pedirme que colocara todos los cartones de todas las máquinas archivadoras del resto de los compañeros (unas 20 o más) a lo cual me negué porque una cosa era ser el que mejor lo hacía (junto con Ondaro) y otra cosa era ser un "primo" y estar "pringándome" como un "esclavo" porque bastante tenía con sacar lo mío adelante. Pero el gran éxito final de Ondaro y yo fue que a la hora de tener que elaborar un estudio completo de unas pantallas que nos llevaron a Cartonera para susituir a los cartones nos eligieron a Ondaro y a mí que lo hicimos de tal manera óptima (analizando los pros y los contras de aquel sistema que resultó que no era valioso para nada) que el jefe (o lo que sea) Magro (o lo que sea) quiso quedarse con el mérito diciendo que había sido él el que había elaborado aquel pesado estudio (sin que nadie se lo creyera por supuesto) lo cual le hacía temblar de ira. Pero resulta que Jesucristo es Jesucristo, Dios es Grande y Todopoderoso y el Espíritu Santo llena de alegría a los buenos corazones; asi que aquel jefe (o lo que sea) Magro (o lo que sea) resulta que con su acción tan canallesca lo único que logró es que (y es verdad lo que digo) fue en Cartonera donde mejores momentos he pasado en mi vida laboral en este Banco y las mejores alegrías he vivido dentro de este Banco. Gracias le doy a Dios por ello y a mi inolvidable amigo Ondaro. Y fue tal mi éxito que triunfé en las Elecciones Sindicales -como autónomo e independiente. gracias al voto de muchos amigos que tenía y que guardaban silencio y, sobre todo, al voto femenino porque la enorme maýorío de todas las chavalas del Banco me querían sin duda alguna. - O sea que lo que parecía su "muerte" fue su "resurrección". - Sí. Jajajajaja. Puede usted llamarlo así; porque además, al mismo tiempo que triunfaba en el Banco Hispano Americano de Madrid, también salí elegido representante de los estudiantes en la Facultad de Ciencias de la Información de aquella querida y amada Universidad Complutense madrileña. - ¿Y después de todo aquello qué más sucedio? - Estando yo ya estudiando en la Universidad resulta que se formo el COM en la calle Alcalá Y Caballero de Gracia y fui trasladado ya del todo olvidado y para siempre aquel jefe (o lo que sea) Magro (o lo que sea) que no volvió a cruzarse nunca más en mi camino, fui a parar al Negociado de CAM donde estaba de jefe (o lo que sea) un tal Florentino Carnicero Gómez (o lo que sea) que también resultó ser reaccionario y fascista y que era tan cruel que su propio hermando decía de él que era un hijo puta que cegaba a los pobres y humildes canarios para que, una vez cegados, cantasen mejor. ¿Se imagina usted mayor cabronada que esa cono los sencillos, humildes y pobres canarios? - ¡Dios mío, Dios mío y Dios mío! ¿Y qué tal le va con este tal Carnicero que resulta ser carnicero de verdad? - Que mientras él se mira las muelas en las máquinas grapadoras, mientras hojea revistas de Interviu con mujeres en pelotas durante la jornada laboral y mientras se echa unas siestas de aquí te espero durmiendo como un lirón mientras los demás trabajamos en una larga serie de máquinas ya más modernizadas, de repente me convierto en el mejor trabajador del Negociado porque soy el más rápido y seguro de todos ellos (como reconoceron uno de los mejores compañeros que he tenido en el Banco llamado José María Parrondo Feito que llegó a decir en publico que él era el "número 2" sin duda alguna, el "numero 1" sin duda alguna era yo proque era superior a él, como lo reconocieron en otros Negociados a donde acudí a ayduar en los trabajos o por la manera de trabajar lo que nos traían, o como llegó a reconocer sin dudarlo jamás el mejor jefe del Banco Hispano Americano que he tenido en mi vida, que se llama Miguel Ángel Arribas y que llegó a reconocer que cuando yo me vaya del Banco ni poniendo a 3 empleados en mi puesto de trabajo lograrán hacer la misma labor rápìda y segura que haho yo. ¡Ni 3 trabajadores juntos hacen lo que hago yo y esto está super demostrado cuando trabajo en las máquinas! Pero el jefe (o lo que sea) Carnicero (o lo que sea) no me puede ver ni en pintura y le rechinan los dientes cuando tiene que reconocer lo impotente que es al querer desprestigiarme hasta que le trasladarán a otro Negociado cuando se demuestre que no está preparado para ser jefe (sino que ha sido nombrado "a dedo" como pasó con Magro y otros muchos fascistas) y no me importará llevarle su correo personal hasta donde esté porque sigo soriendo siempre y para mí también le tengo olvidado del todo y no deseo nada malo para ellos sino que allá en el otro mundo en vez de infierno obtengan gloria pero que una nube de su memorias me olviden a mí que es lo mejor que puedo decir de todos ellos. - ¡Me ha encantadon escuchar toda la verdad, nada más que la verdad y solamente la verdad y se merece usted acudir al Cursillo! - Muchas gracias, señorita. Insisto en que es usted muy buena profesional, que tiene gran perdonalidad e ineligencia y es muy guapa, pero ese Cursillo o Taller o lo que sea no me interesa para nada porque no me van a enseñar nada nuevo para mí porque lo vengo haciendo desde que comencé a trabajar en la Central de Ahorro Popular de Madrid. - Pues es un derecho democrático que usted tiene para lavar definitivamente su imagen y demostrar a todos los Altos Directivos del Banco Central Hispano (incluido ese tal Ramírez que se acojona cuando le ve porque usted era muchísimo mejor que él en la Academia Cima de Madrid) sepan de verdad qué gran persona, qué extrordinario empleado y que gran jefe de alta categoría hasta internacional han perdido por no haberle tratado con el cariño y la bondad con la que usted ha tratado a todos, los amigos y hasta los enemigos que más le odian. Y eso sólo lo he visto hacer a Jesucristo y a usted. - Está bien. Lo demostraré una vez más pero es la útima y no más Santo Tomás. - ¡Jajajajaja! ¡Me encanta su buen humor! ¡Usted tiene derecho a una gran recompensa de millones de euros por todos lo que ha tenido que soportar y sufrir sin perder nunca la sonrisa!¡Vamos a inestigarlo todo y le vamos a conceder dicho Gran Premio porque usted es quien más y mejor se lo merece. - Escuche señorita. El dinero no hace la felicidad pero si puede ser que sirva para hacer felices a los demás que se lo merezcan no me queda más remedio que aceptar. - ¡España le debe una, Señor Orero, y España cumplirá como usted se merece! - No me importa si España me debe una o me debe dos o no me debe nada porque yo, aunque no le debo nada a España por culpa de tanto cabrón, la amo como el mejor de los verdaderos españoles que existan en este mundo y nunca la dejaré de amar en el lugar donde me encuentre proque no soy de esos españoles que la odian y quieren verla destruirse y partirse en mil pedazos y tampoco soy de los que jamás han evadido dinero español usando los paraísos fiscales y robando miles de millones de euros a los más sencillos, necesitados, olvidados y pobres del pueblo español que son los que en verdad amo. Hice, pidiendo permiso a mi esposa Liliana de los Ángeles Del Castillo Rojas, aquel Cursillo, Taller o lo que sea, en Los Ángeles de San Rafael (Segovia) y además de divertirme mucho y hasta partirme de risa en los momentos de relax y descanso más ganar al mus a un engreído que le hice "morder el polvo" con los naipes, demostré una vez más ser el mejor empleado del Banco Hispano Central felicitado incluso, públicamente, por la mujer que nos estaba impartiendo la enseñanza de cómo tratar al público en general y a los clientes en particular (algo que yo sabía hacer desde que era solo un niño pues para eso me educaron y para eso me hice culto e intelectual sin abandonar la alegría propia de mi ser) y diciendo que no sólo yo era el mejor sino que era el que más y mejor atendía sus lecciones mientras que otros se lo pasaban de juerga en el aula y sin hacer ni puñetero caso a dichas lecciones como un grupo de chicos y chicas que venían de San Sebastián, del País Vasco, y a los cuale no me dio la gana hacerles ni caso porque tengo una personalidad inimitable que ellos no podían jamás igualar porque a la hora de respetar soy también el que más y mejor respeto de todo el Banco Central Hispano. Y esto ni es vanidad, ni sobebira ni engreimiento pues humilde y sencillo siempre lo he sido y lo seré cuando Dios me dé lo que me tenga que dar. FIN DE LA PARTE I
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Jos Orero De Julin