Vacaciones. Por fin gozamos de unas buenas vacaciones. Liliana y yo no hemos perdido la ocasión de pasar este mes de vacaciones en Kenia. En las tierras del interior de este país, entre la zona del Monte Kenia y el Valle del Gran Rift en el oeste, hemos contactado con los kikuyus, el grupo étnico más numeroso de Kenia. Su lengua es el gikuyu pero tenemos a un guía apellidado Kenyatta que está emparentado con el actual presidente Uhuru Kenyatta y el que fue primer presidente tras la independencia, el famoso Jomo Kenyatta. Sabemos, porque antes de salir de Madrid lo hemos estado investigando a fonod, que la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Wangari Muta Maathai, es de los kikuyus. Y también lo es el escritor Ngugi wa Thiong'o.
Ha sido precisamente en la cena de bienvenida que nos han ofrecido los kikuyus en la ciudad de Limuru donde hemos conocido personalmente a este escritor y para comenzar a conocernos él nos cuenta un breve resumen de su vida: nos dice que nació en esta ciudad el 5 de enero de 1938; que ha escrito varias novelas, ensayos y cuentos; que ha fundado el periódico en kikuyu "Mutiiri" y colaborado en el departamento de traducción e interpretación de la Universidad de California en Irvine; y que es padre del también escrito Mukoma wa Ngugi. Asi es que en el perfecto inglés que conoce Liliana es cómo me comunico con Ngũgĩ wa Thiong'o que dice ser hijo de Thiong'o wa Nducu. Asistió una escuela presbiteriana de la iglesia escocesa antes de entrar en 1949 en la escuela independiente, religiosa y nacionalista "Karring'a; debido a las presiones políticas de su país estudió en Uganda, en la Universidad de Makerere.
Su primera novela "No llores mi niño", escrita en 1962 poco antes de la independencia keniana, aborda, a través de los ojos de un joven llamado Njoroge, las tensiones entre blancos y negros, entre la cultura africana y europea, en una época (1952-1956) donde los insurrectos kikuyus, más conocidos como Mau Mau, se levantan contra la autoridad británica. De vuelta a Kenia, trabajó de periodista para "La Nación", antes de investigar sobre Joseph Conrad para la Unviersidad de Leed y a partir de 1967, fue impartiedno clase en Kenia y Uganda y siguió con su carrera literaria.
Hemos trabado una tan buena amistad que le cuento que nosotros también hemos publicado una novela histórica que se desarrolla a través de los ojos de una saga entera, de origen vasco, y tanto se interesa en ella que itnercambiamos ofrendas; él nos regala un ejemplar de "No llores mi niño" y nosotros le hacemos entrega de un ejemplar de "Morir por ti Siempre". Le llama la atención el título, ojea algunos párrafos que le traduce Liliana al inglés y queda maravillado por su profundidad temática y su enorme interés histórico, cultural y literario. Nos dice que nunca había visto una novela histórica de tanta envergadura y consider que es digna de estar seleccionada entre las mejores de su género a niveles mundiales. Sonrío mientras le informo que yo, de niño, sí había oído hablar de los Mau Mau a través de las emisoras de radio españolas y que estaban relacionados con la independencia del Congo Belga.
Afirma que es cierto este dato y para que yo conozca mejor a los Mau Mau me amplía el conocimiento: Mau Mau fue una organización guerrillera de insurgentes keniatas que luchó contra el Imperio británico durante el periodo 1952-1960. Sus miembros eran de manera fundamental de la tribu kikuyu con algunos elementos Meru y Embu. Aunque militarmente el levantamiento Mau Mau fracasó, precipitó la independencia keniana y motivó la lucha contra las potencias coloniales en otras regiones africanas como, efectivamente, el Congo Belga dándome la razón de que estoy en lo cierto y no es una invención mía sino que fue una realiad. Me termina por explciar que la rebelión no tuvo éxito militarmente, pero ayudó a crear desconfianza entre los colonos blancos y el gobierno de Londres, lo que contribuyó a crear el clima que llevó a la independencia de Kenia en 1963.
Me anima la conversación y le hago saber que tanto Liliana como yo somos cristianos verdaderos y, quiera él o no lo quiera, sólo Jesucristo es el Camino, sólo Jesucristo es la Verdad y sólo Jesucristo es la Vida además de que para llegar al único Dios que existe, el Dios Padre sólo se puede hacer a través de Jesucristo; pero que esto no impide que nosotros no sepamos de cultural general acerca de los pueblos del mundo. Y envalentonado del todo le suelto algo que él se maravilla de que yo lo conozca. Le hablo de que Ngai (llamado también Enkai, En-kai, Engai, Eng-ai, Mweai, Mwiai) es el dios supremo en las religiones monoteístas de las triubus kamba, kikuyu y masái de Kenia. y para dejarle más boquiabierto todavía le hago saber que mi Princesa y yo sabemos que, según la tradición de los kikuyu, él vive en la montaña santa Kirinyaga (Monte Kenia) pero que según la tradición de los kamba, él vive en alguna parte oculto, y nadie sabe dónde. Según la tradición de los masai, él es el dios del sol, amor y fue el creador del mundo; y en otra de sus tradiciones además esta casado con Olapa (la diosa de la luna).
Resulta que me dice, totalmente maravillado, que conocía casi todos esos datos pero que de Olapa no tenía ni idea que existiera, así que vuelvo a darle otro "repaso" cultural e intelectual al explicarle que Olapa es el nombre de la diosa de la luna en la mitología masai. Que según la tradición de esta tribu, Olapa está casada con el dios Ngai, dios del sol. Sin embargo un día este matrimonio sufrió una pelea, y Olapa, furiosa le infligió a Ngai una herida. En venganza Ngai golpeó la parte posterior de Olapa y este golpe empujó hacia fuera uno de los ojos de Olapa, y esto se puede ver hoy; cuando la luna es llena. En cuanto a Ngai, este llevó su brillo al máximo para que nadie pueda mirar su herida.
Se queda un poco asustado de mis altos conocimientos historico-culturales pero vuevo a "zumbarle" de lo lindo cuando le informo que sé cosas del dios Ngai de los propios kikuyus. Vuelvo a hacerle saber que él será todo lo gran escritor que desee ser, tan famoso como para haber sido propuesto ya para el Premio Nobel de la Literatura pero que yo, con total humildad y respeto, de verdad que me paso por los cataplines todo eso de los Premios Nobel y otras zarandajas grandilocuentes que ni me importan ni me interesan. Y le doy una clase magistral sobre el dios Ngai que le dejo de nuevo boquiabierto. ¡Un verdadero cristiano sabiendo tales cosas a la altura del mejor historiador de mundo y que manda al carajo a cualquier Premio Nobel porque ese Premio le importa menos que un pimiento! Esta es la lección magistral que le demuestro conocer y quizás él no sepa tanto.
Los Maasai creen en un Dios quien ellos llaman Ngai. Ngai ni no es masculino ni hembra, pero parece tener varios aspectos diferentes. Hay el refrán por ejemplo, aiyai de Naamoni que significa "El Ella a quien yo oro." Hay dos manifestaciones principales de Ngai: Ngai Narok que es bueno y benévolo y es negro; y Ngai Na-nyokie que está enfadado y rojo como el británico. Ngai es el creador de todo. Al principio, Ngai (qué también el cielo de los medios) era uno con la tierra, y poseyó todo el ganado que se mantuvo en él. Pero un día la tierra y el cielo se separaron, para que Ngai fuera más largo entre los hombres. El ganado, sin embargo, necesitó el sustento material de césped de la tierra, y para para prevenirlos Ngai agonizante envió abajo el ganado al Maasai por medio de las raíces etéreas del sagrado árbol del higo salvaje, y les dijo que los cuidaran. Esto que ellos hacen hasta el momento, es tomar la historia bastante literalmente como una excusa para relevar a las tribus del neighbouring de su propio ganado. Cualquier persecución de otra manera que sea pastoral fue considerada insulto a Ngai. Ningún Maasai estaba deseoso de romper la tierra, incluso enterrar el muerto dentro de él, para la tierra era sagrada a causa de su césped productor que alimentó el ganado que perteneció a Dios... Igualmente, el césped ha adquirido una aura semi-sagrada, y se sostiene en el puño como una señal de paz, y semejantemente se usa para las bendiciones durante los rituales, un haz de césped que se agita a las personas o animales que son bendito. Ninguna sorpresa, entonces, para encontrar esa obra del ganado un papel importante en las ocasiones del ritual, como la iniciación, el matrimonio, y el pasaje de uno el edad-juego al próximo, dónde su sacrificio puentea el hueco entre el hombre y Dios. ¡Todavía para todo el ganado de importancia profunda para el Maasai, una persona tonta estará llamada a ser una vaca o una oveja!
Totalmente desconcertado me propone que hablemos de Joseph Conrad. Y este es el diálogo final que sostuve con Ngugi wa Thiong'o pidiéndole que me llame Diesel.
- Escucha, Diesel... ¿sabías que Joseph Conrad fue el autor de "El agente secreto"?
- No es una gran cosa esa novela tan famosa de Conrad. Sé que se desarrolla en Londres, y por eso es algo que no llama la atención porque casi todos los que escriben cosas de misterio y de asuntos policíacos tienen el pésimo gusto de acudir siempre a los mismos "lugares comunes" faltos por completo de originalidad. Anarquismo, espionaje, terriorismo. Son asuntos que yo mismo sé escribir de manera más amena y más innteresante que ese tal Józef Teodor Konrad Korzenowski, más conocido como Joseph Conrad, un escritor polaco que adoptó el inglés como lengua literaria. Si ese esscritor está considerado como uno de los más grandes novelistas de la literatura inglesa yo soy la reencarnación de Napoleón Bonaparte. Puedo demostrarle, cuando se publiquen, que tengo muchas novelas y relatos mucho mejores que los suyos en esa género literario.
- ¿Tú superas a Conrad?
- Yo supero a Conrad con una sola mano. Y además, insisto que para ser quien soy no necesito ningún Premio Nobel como lo necesitan escritores como usted para ser famosos y célebres. He visto a mamarrachos que han sido premiados con el Nobel cuando han estado escribiendo bazofias argumentales y algunos, o bastantes de ellos, hasta pronografía barata, de esa de baja estofa y propia de verduleros en lugar de nobeles. Prefiero no estar, para nada, al lado de ellos.Tengo mucha más clase y estilo que todos ellos juntos. Y si por decirle estas verdades, que no son ni vanidad ni soberbia, usted me retira el saludo y prefiere no hablar conmigo pues mejor que mejor.
- Creo que llevas toda la razón, Diesel.
- Pues sí lo cree con toda sinceridad quédese en su memoria con estos tres pensamientos mios:la poesía no es nunca una forma de hablar sino siempre una forma de sentir; la niñez es el único momento del ser humano en que la vida es total; y a veces es necesario sentir profundamente las cosas para explicarlas lo más sencillo que se pueda. ¿Me ha entendido usted, gran esperanza keniana de llegar a ser Premio Nobel?
- Le he entendido perfectamente.
- Pues eso. Si no desea saludarme nunca más no va a ser para mí ningún disgusto.
Liliana y yo le dimos la mano, le agradecimos la cena y nos fuimos cantando un trozo de canción.
- El amor de mi vida has sido tú mí mundo era ciego hasta encontrar tu luz, hice míos tus gestos, tu risa y tu voz, tus palabras, tu vida y tu corazón. El amor de mi vida has sido tú, el amor de mi vida sigues siendo tú, por lo que más quieras no me arranques de tí, de rodillas te ruego no me dejes así...
Y nos fuimos Ella y yo, cogidos de la mano, alegres y contentos, a conocer Eldoret. Liliana conducía nuestro Ferrari deportivo.
José Orero De Julián