La llamada continua (Novela) -Captulo 2-
Publicado en Jul 07, 2017
En la Sala de Juntas de la emisora radiofónica "Registro Pirata", su dueño Lenin Dukov no estaba precisamente de muy buen humor, ni tan siquiera tenías ganas de intentar sonreír porque sus muecas eran de enfado, de estar cabreado hasta con el ordenanza Antonin Filípov que no tenía nada que ver con la profesión de comunicador social y que sólo se limitaba a poner buena cara a quienes entraban en el edificio por aquello de cubrir las apariencias aunque por dentro estuviera sufriendo un verdadero infierno. Todos los reunidos estaban sentados mientras Lenin Dukov andaba de un lado para otro como león enjaulado.
- ¡Otra vez estamos en las mismas! ¡¡Si tengo que gritarles a todos ustedes les grito para poder desahogarme poniéndoles a todos de patitas en la calle!! ¿Alquien tiene que decir algo antes de que empiece a poner verdades sobre la mesa? Lenin Dukov se sentó en su sillón de la cabecera. Sólo Varvara Petrovna se atrevió a levantar la mano pidiendo la palabra. - ¡No tengo ganas de que nadie me pregunte nada pero esta vez voy a hacer una excepción contigo, Varvara! ¿Qué puñetas quieres saber? - Los raitings de audiencia dicen que "Registro Pirata" continúa estando en uno de los principales puestos de Moscú. El ambicioso y soberbio Lenin Dukov quería mucho más con el menor esfuerzo posible y siguiendo con su avara costumbre de pagar unas miserias de salarios a quienes trabajaban para él. - ¡Ese es el problema, Varvara! ¡Estamos entre los principales pero a mucha distancia del primer lugar! ¡¡Yo quiero que "Registro Pirata" sea recordado para siempre como la emisora número uno de Moscú y hasta de Rusia entera!! - ¡Y si pagara un sueldo verdaderamente digno a todos los que estamos trabajando para usted! ¿No sería un buen acicate que nos pagase el doble de lo que nos paga para que todos pusiéramos empeño en hacerlo mucho mejor? A Lenin Dukov le empezó a temblar el labio inferior. Tenía ira y ganas de desahogar esas iras; así que pegó un fuerte puñetazo sobre la mesa antes que contestar. - ¿Y no sería mejor que todos ustedes fuesen unos verdadero profesionales para poder pagarles un sueldo de profesionales en lugar de ser sólo unos advenedizos en esto de la comunicación social? Las tres cuartas partes de todos ustedes ni son periodistas ni tienen la más mínima idea de lo que el periodismo. Stépan Verjovenskii no pudo aguantarse más. - ¡A mí no me asustan sus gritos, señor Dukov! ¡No me asustan aunque usted se llame Lenin porque yo a Lenin y a su socialismo me los paso por las cataplines y me quedo más largo que ancho! ¡Si usted tiene algo que decirme a mí lo más honrado, noble y caballeroso, hubiese sido que me llamara a solas a su despacho privado y hubiésemos hablado de hombre a hombre sin que nadie más se enterara! Pero no. Usted ni es hombre ni lo ha sido jamás. En cuanto a lo de no tener la más mínima idea de lo que es el periodismo usted es el primero que no la tiene porque solamente es un simple zapatero que, gracias al dinero conseguido a través de su cadena de tiendas pero no a su inteligencia, posee suficiente como para tener una radio. ¿Se puede saber qué clase de estudios tiene usted ya que ha preferido que hablemos delante de todos en vez de hacerlo a solas los dos? A Lenin Dukov comenzaron a temblarle las dos manos de manera muy visible. - ¿Tengo yo que demostrar cuáles son mis estudios cuando da la casualidad de que soy el jefe de todo este tinglado? - Presicamente porque usted es el dueño y el jefe de todo este tingaldo debería saber que trabajar aquí, bajo su despótico mando, es una especie de tiempo transcurrido bajo el parámetro de la monotonía existente entre la soledad y la falta de soledad de la persona. Aquí sólo destacan los rincones del alma gris de los moscovitas . El silencio de la lluvia callada, que es como un palacio de existencia para las compañías silenciosas. Los elegantes anfitriones del periodismo, como lo es usted, convierten en simples chismes de sociedad lo que debería ser comunicación entretenida. Siempre el mismo “vos mintiendo con vuestra flema” para criticar sin razón alguna en esta emisora. Grupos. Pequeños grupos de selectas palabras sencillas convertidas en fantasmas de la moda lingüística. Fulanito, menganito, zutanito y perenganito hacen esto y aquello. Buena crítica social la de "Registro Pirata". Sólo somos capaces de acercarnos a los muelles de Rusia no porque vayamos a conseguir nada de interés para los oyentes sino solamente porque son lugares de romanticismo gris deslizándose en el torbellino de los embalajes literarios entre grandes tinglados de sonidos propagandísticos. Y venga el mar gris y el cielo gris. Buques del mundo y para el mundo. Un desfile globalizador pero, en el fondo, la misma tristeza del tiempo. Estampas de viejos años de otros siglos como si el rumor y el rugido del Moscova las hubiese atrapado con su vieja pátina grisácea. Almas surgidas, de repente, en cualquier callejón de los muelles de Rusia. Por otro lado, un ritmo de lujo “de seda” como cortado con tijeras para buscar la perfección idiomática. Ficciones moralistas de sus personajes elegantes. Compra venta del tiempo nada más. Por ejemplo, "Visión Mundial", y que me perdone mi compañera Varvara por tener que decirlo, se mece en un sinuoso transitar de nostalgias. En realidad, las mujeres rusas retratadas por Varvara sólo son sueños del pasado pueril. Y hay como un griterío de voces deedicadas a la mujer atemporal que dista mucho de ser una verdadera mujer. La lesbiana Varvara Petrovna se sintió realmente agredida por aquel Stépan Verjovenskii que la atacaba de aquella manera tan directa. - Las mujeres a las que entrevisto en "Visión Mundial" son siempre un conjunto de poetas que buscan una estética diferente para hacer juegos de imágenes mucho más interesantes que los de machistas como tú. Los hombres que habláis del sexo sois como un insomnio de amores carcomidos por el puritanimo defraudador. ¿Que son en realidad, vuestras conquistas amorosas?. En esas citas ocultas a las que acudís engañando a vuestras esposas solo existe un gozo aparente que no es más que una sombra lúgubre de los famosos jardines de Alejandro. Sois machistas que parecen que van a salir de un momento a otro de las páginas de la historia literaria como sueños irrompibles. Y, mientras tanto, quedais fundidos en el abrazo a una saga familiar a la que siempre estais engañando. Señores catedralicios nunca faltan en Moscú. Es imposible informar algo sin que ellos, los universales abades y señores catedralicios del periodismo ruso nos den su beneplácito. Demasiada grandeza plomiza y demasiada falsa bendición religiosa. No me gustan las disposiciones de los abades, aunque sean moscovitas, y sus señores catedralicios. A mí no me gusta ese super poder de la iglesia rusa sobre los periodistas de esta nación. Para ser sincero, los obispos y abades me parecen personajes verdes, como con pátina herrumbrosa y vieja de las fotografías del siglo XIX. Y en cuanto a los campus universitarios del periodismo universal los encuentro correctos, modélicos, pero demnasidado grises y aburridos. Férreos en una palabra. A veces, logro encontrar espacios blancos en mi forma de hablar por los micrófonos pero para mí que todo esto es de un tono muy gris. Demasiado gris. Demasiada lluvia de palabras discursivas que discurren entre escenas a las que les falta la sal de la vida. Esa sal de la chispa de los escritores y periodistas de España por poner un ejemplo. Y es que nada tiene que ver el frío, melancólico, triste, aburrido y abúlico romanticismo ruso con el onírico, sensualista y florido romanticismo español de color y calor. Entre ambos existe la distancia de su luz y nuestra oscuridad. Lenin Dukov pegó otro puñetazo sobre la mesa. - ¡Basta ya de discusiones que no entiendo! ¡Verjovenskii! ¡Eres frío, calculador, metódico y riguroso como un buen ruso salido del "Pravda"! Pero no sabes adaptarte a la radio porque te falta la chispa necesaria para atraer a los oyentes. Tu forma de transmitir noticias y comentarios es aburrida, sosa, sin gracia alguna y tu "Noticiero Sensual" no tiene nada de atractivo para los oyentes. Lo demuestran las últimas encuestas que hemos realizado con las gentes de las calles. Por eso tu "Noticiero Sensual" no sólo no termina nunca de cuajar sino que se está viniendo abajo. No tengo más remedio que decirte que has terminado de trabajar para mí en "Registro Pirata". - No me importa marcharme a otro lugar o a otro país si es necesario; pero lo que falla en todo esto no es mi "Noticiero Sensual" sino esas falsas encuestas que te sacas de las mangas cuando te da por dar de baja a quienes no te gustamos porque no opinamos como tú, viejo comunista que sigues anclado en la pesadez y la plomiza oratoria de personajes tan aburridos como Nikita Kruchev. Me voy. Pero no será la última vez que sabrás algo de mí. Stépan Verjovenskii abandonó la reunión para ir a cobrar su finiquito y marcharse definitivamente de "Registor Pirata" mientras Lenin Dukov seguía, con su prepotencia e ignorancia, hablando con quienes trabajaban para él a cambio de un sueldo miserable. - En los deportes andamos bien pero si no conseguimos que los oyentes se emocionen de verdad hay tres o cuatro de todos vosotros que están a punto de ser expulsados de esta emisora. En cuanto a la música siempre es la misma: simple, ramplona, repetitiva y sin calidad alguna. También otros tres o cuatro vais a ser despedidos. Y ahora vayan todos a preparar sus programas porque quiero quedarme a solas con Varvara Petrovna. Una vez los dos a solas fue ella la primera que tomó la palabra. - Si es algo relacionado con "Visión Mundial" estoy dispuestas a hablar todo lo que sean con usted pero en cuanto a lo demás no voy a comentar ni una sola palabra. - Tu vida privada no me interesa para nada. Que seas o no seas lesbiana me tiene sin cuidado porque no es un asunto que me resulte ni tan siquiera entretenido. - ¿Entonces qué tienes contra "Visión Mundial"? - Algo muy peligroso, Varvara. Casi el noventa por ciento de tus entrevistados son mujeres de dudosa condición y otros personajillos que no se sabe bien lo que son. ¡Los oyentes rusos ya están hartos de todo eso! ¡Me llaman continuamente para pedir que o cambias un poco, aunque sea un poco, tu forma de auto promocionarte hablando de toda esa mierda del Orgullo LGBT de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales que, dicho sea de paso, es una verdadera mierda, o nos mandan al carajo y dejan de seguir sintonizando con esta emisora. - ¿Tú también eres de esos machistas autoritarios que están en contra de la libertad de expresión? - ¡Ni libertad de expresión ni leches! ¡En mi emisora mando yo y mi emisora no va a servir para seguir dando publicidad a toda esa mierda aunque me llames machista o déspota! Me parece que estoy dejando las cosas claras. - ¿Entonces qué tengo que hacer para no ser despedida? - Te voy a ayudar en un último intento. ¿Has oído alguna vez hablar de un tal Julián Forero? - ¡De ese desgraciado machista! - ¡Tu miedo hace que pierdas la lengua y sueltes necedades! Me han contado que sabe conectar rápidamente con el público en general sin tener ninguna clase de prejuicios pero llamando pan al pan y vino al vino sin usar eufemismos de ningún tipo. Tampoco se refugia en los "lugares comunes" ni en la palabrería falsa y barata. - Está bien. A lo mejo es un genio. Pero se ha metido en mi vida privada y eso no se lo voy a perdonar jamás. - ¿Pero cómo dices tantas tonterías si él nunca ha estado en Moscú? - Sólo quisiera tener la oportunidad de hablar con él a solas. Es un sueño que me gustaría que se convirtiera en una realidad. - ¿Y no crees que puede ser mañana mismo? - ¡Eso es imposible! ¡Ni ha estado nunca en Moscú ni pienso que lo esté jamás! ¡Es demasiado burgués! - ¡Deliras, Varvara! ¡Es mucho más importante que un simple burgués! Y, para que te enteres de una vez por todas, hasta lleva sangre de airstócrata en sus venas. Luego ya ves lo tan equivocada que estás acerca de su personalidad. Varvara Petrovna miró su reloj. - Señor Dukov, es ya la hora de irme a desayunar y preparar mi programa. Falta sole una hora y media para que salga al aire y todavía tengo que retocar algunos flecos del guión. Hagamos como que Julián Forero sólo es un fantasma nada más. ¿Estoy despedida o sigo con mi trabajo? - De momento sigue con tu trabajo pero Julián Forero no es ningún fantasma ni nunca lo ha sido. Lo podrás comprobar cuando mañana le entrevistes en tu "Visión Mundial" y espero que sea la oportunidad que sepas aprovechar para no terminar de hundirte ante los oyentes que están ya hasta las narices de tus "rarezas". Aquello de la presencia en Moscú de Julián Forero dejó aturdida a la lesbiana Varvara Petrovna. - ¿Está Julián Forero en Moscú o sólo es un rumor nada más? - Esta vez el rumor se ha convertido en noticia. Está en esta ciudad y me ha dado su palabra de acudir mañana a tu "Visión Mundial" Una sonrisa sarcásticas y diabólica se dibujó en el rostros de Varvara que se levantó de su asiento. - Mañana será un gran día... - Eso espero, Varvara, eso espero por tu propio bien. En su despacho privado Varvara Petrovna repasaba su guión mientras puso música para acompañarla. Sonó la canción y Varvara quedo "en blanco" y ausente de toda realidad. - ¡Noche De Moscú con su fría luz. Se oye una canción entonar. Es de un triste amor de un alma sin calor que su pena viene a sollozar. La desilusión de este corazón viene la esperanza a calmar y el amor será como una nueva luz en la fría noche de Moscú. Noche de Moscú con su fría luz se oye una canción entonar es de un triste amor de un alma sin calor que su pena viene a sollozar. Es de un triste amor de un alma sin calos que su pena viene a sollozar- - ¡¡Por todos los demonios de Dostoievski te juro que no me la vas a quitar!! Varvara Petrovna tuvo que tomarse un par de píldoras para dominar sus nervios y repitió. - ¡¡Por todos los demonios de Dostoievski te juro que no me la vas a quitar!! FIN DEL CAPÍTULO II.
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