Aquí hay tomate... (Diario)
Publicado en Jul 28, 2017
Entro a la adolescencia por la puerta grande. Convertido ya en un chaval agradablemente sonriente, divertido, capaz de intercambiar convivencias hasta con mis más encarnizados rivales, resulta que una vez alcanzados los 14 años de edad ya sé y comprendo que aquí hay tomate... que no todo lo que reluce es oro... y que existe una víctima en forma de "chivo expiatorio". No es ficción ni fantasía. No es imaginación ni sueño. Es una triste y dura realidad producidas por envidias, celos, ansias de poder, deseos innobles, avaricia de acumular bienes en contra del derecho de la víctima a poseerlos, ganas de ser el eje de atención de toda la familia y todo un laberinto de indómitas pasiones. Se va descorriendo, poco a poco, el telón de la farsa para descubrirse que, en forma de comedia y bufonada, lo que se está representando es una tragedia en que la víctima se siente sola, ofendida, insultada, anulada su personalidad por el ego de quienes actúan contra ella de manera más o menos oculta. El instigador y los secuaces del instigador se creen demasido importantes. Y eso es lo que les lleva a precipitarse en el abismo de los siniestros planes que ya están ante la vista de quien observa mientras guarda silencio pero no olvida. Soy yo descubriendo que aquí hay tomate y no es Orlando por supuesto, sino todo un "pisto" casero bien completo. Es en la propia casa familiar de la calle madrileña de Pizarra donde el' "pisto" se está convirtiendo, en contra de lo que creían el instigador y sus dos secuaces directos (más toda la jarca familiar de lacayos indirectos) en un verdadero "gazpacho" madrileño mezclado con "zarajos y morteruelos" conquenses. A alguno hasta le duele ya la tripa de tanto soñar que se está pegando todo un "festín". Pero Dios decide. No son los hombres los poseedores del destino de las "víctimas" sino Dios. Y Dios siempre decide.
¡Ay el dinero! ¡Lo que produce el dinero que transforma de repente a un millonario en pordiosero! Año de moda de Marlon Brando en el mundillo del cine. Y fue Marlon Brando quien dijo: "Me sorprendí cuando las camisas, los pantalones vaqueros y chaquetas de cuero de repente se convirtieron en símbolos de la rebelión. En la película hay una escena en la que alguien le preguntó a mi personaje, Johnny (cuando era rebelde) y yo le contesté `¿Qué quieres?' Pero ninguno de nosotros nos involucramos en la imagen creyendo que sería instigar o fomentar la rebelión juvenil". Lo dijo hablando de las canciones que aprendió de su propia madre. Quizás alguno hasta se vea retratado por dentro en el espejo de su conducta y por fuera bajo la luz del sol. Mientras tanto Luna juega en el Málaga y Sol en el Valencia. No es por aparentar mucho por lo que somos inteligentes sino porque entendemos que el acoso familiar es un delito moral. Así que sigo jugando al fútbol de chapas mientras dejo que el tomate se convierta en fruta madura. A lo mejor ya me entienden de verdad quienes "me rodean" y quienes "merodean". Amén.
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José Orero De Julián