Nada (pensamiento)
Publicado en Aug 02, 2017
Quien nada se moja.
SI TÚ ME DICES VEN (Cuento) Por: José Orero de Julián "Diesel" Esta noche, en el silencio de la estación, Mercedes pasea por el andén. Envuelta en la neblina, la vida es para ella ese amor que tanto esperaba. ¿Regresaría José vivo o era verdad que había muerto? Durante las últimas semanas le habían estado contando historias increíbles de las hazañas de aquel inolvidable héroe; desde el mito de su muerte a orilllas del río Volga hasta la leyenda de que había sobrevivido a todas las batallas y que volvía todavía más sano que desde cuando se fue. En medio de aquel andén semidesierto todavía sigue oyendo la voz como penetrando en sus entrañas. - Al salir de España sola se quedó llorando mi marcha la niña de mis amores. Cuando partió el tren allí le dijo así mi corazón: "Me voy pensando en ti, adiós Lilí Marlen". Aunque la distancia vive entre los dos yo siempre me acuerdo de tu claro sol, cuando tu carta llega a mí se alegra mi corazón, pues sólo pienso en ti soñando con mi amor. Cuando vuelva a España con mi División, llenará de flores mi niña su balcón. Yo seré otra vez feliz pero no sabré más que decir: "Mi amor, Lilí Marlen, mi amor es para ti". Y ella es, bajo el cielo azul del invierno, aquella Lilí Marlen de la que hablaba José siempre que se iniciaba un combate. Para Mercedes cada noticia que había estado recibiendo a través de sus conocidos era como una espada de doble filo: a veces decían que sí y a veces decían que no. Sólo sabía que él le dio el beso de amor de la despedida. El beso y una afirmación: "Si te dicen que caí un día volveré". Aquel día había llegado. La gran ciudad de Madrid palpita entre las luces de miles de farolas ya encendidas; pero la estación permanece gris, envuelta en la neblina y con la cantina abarrotada de mujeres para combatir el frío y la soledad. ¿También esperan ver volver a su amor? Cada una de ellas es una esperanza. Cada una de ellas es una ilusión. Cada una de ellas mira al cielo. Cada una de ellas recuerda la canción. - Al salir de España sola se quedó llorando mi marcha la niña de mis amores. Cuando partió el tren allí le dijo así mi corazón: "Me voy pensando en ti, adiós Lilí Marlen". Aunque la distancia vive entre los dos yo siempre me acuerdo de tu claro sol, cuando tu carta llega a mí se alegra mi corazón, pues sólo pienso en ti soñando con mi amor. Cuando vuelva a España con mi División, llenará de flores mi niña su balcón. Yo seré otra vez feliz pero no sabré más que decir: "Mi amor, Lilí Marlen, mi amor es para ti". Mercedes no se siente Penélope olvidada. No se siente abandonada en la estación por su amor que regresa. Mercedes no piensa ser la esposa de Odiseo. No tiene que esperar veinte años el regreso de su marido. Por eso sigue siendo símbolo de fidelidad a pesar de haber sido pretendida por miles de hombres deseando su cuerpo. Ella sueña que José vuelve para seguir recitando en sus oídos poemas salidos del corazón. Acurrucada en una esquina sigue esperando la llegada del tren, pero el poema no lo olvida. - Por el camino largo sigue marchando... sigue marchando... un caballero con alma que va soñando... que va soñando... En las laderas las fuentes están cantando... están cantando... versos de agua limpia que van manando... que van manando...´ - ¿Tiene usted frío, señorita? Le mira a los ojos. Es un viejito de noventa años de edad con una sonrisa infantil. - Estoy bien. No se preocupe. - Dicen que sólo vuelven muy pocos... - Pero sé que mi José no se iría al Cielo sin haberme visto una vez más. - ¿Cómo puede estar tan segura de eso?... - Porque es muy valiente. - Los valientes también mueren... - Los valientes nunca se marchan de la vida sin besar los labios de su mujer. - Usted perdone... pero como es tan joven... - Soy joven y soy hermosa. - ¿Y si él ya ha muerto? - Como eso es imposible prefiero escuchar su voz, El viejio de los noventa años se pierde entre la niebla. Sí. Mercedes está oyendo la voz de José. - Y llovía llovía y la estatua permanecía muda. Y anduve observando la lluvia caer sobre mi cuerpo... hasta que una luz del cielo bajó para secarme por completo... y una voz me dijo: "Sigue más". Y seguí hasta la misma puerta donde bramaban los de siempre... y me sequé con la luz del sol... y llovía llovía... y una voz me dijo: "Entra ya". Y entré y todos se quedaron mudos de asombro... y llovía llovía... y una voz me dijo: "Habla ahora". Y en ese ahora hablé y todos quedaron callados... y llovía llovía... y los demás se quedaorn en aquel lejano ayer que ya quedó seco para siempre. La noche se ha oscurecido y el azul del cielo se vuelve de color turquesa... - La noche eres tú convertidad en Realidad porque el Amor está presente. Claro que te amo. Te amo con toda mi alma. Mercedes no sabe rezar pero quiere hablar con Dios. - Muchas gracias, Jesucristo. Me alegra mucho que le hayas podido proteger porque me sirve par soñar. Sí. Yo también le quiero. No me lo quites, Dios mío, por favor. Mercedes sabe, porque se lo había explicado su amado José, que a veces una corta y sencilla frase sirve para mucho más que un largo sermón. Y vuelve a oír la canción. - Yo te llevo en mi corazón. Al salir de España sola se quedó llorando mi marcha la niña de mis amores. Cuando partió el tren allí le dijo así mi corazón: "Me voy pensando en ti, adiós Lilí Marlen". Aunque la distancia vive entre los dos yo siempre me acuerdo de tu claro sol, cuando tu carta llega a mí se alegra mi corazón, pues sólo pienso en ti soñando con mi amor. Cuando vuelva a España con mi División, llenará de flores mi niña su balcón. Yo seré otra vez feliz pero no sabré más que decir: "Mi amor, Lilí Marlen, mi amor es para ti". ¿Volverá siendo poeta o se habrá olvidado de los versos? Escucha claramente su voz firme y varonil. - Lléname metáforas de sueños como gaviotas bajo la luna, como de brisa prendida en el recuerdo, como de signos del silencio anclado. Lléname de forma encausada, poco a poco, como queriendo arder en el anhelo, como queriendo ser arteria del tiempo. Lléname metáforas que vengo de unas manos con fulgor de aurora recitando un nuevo abecedario cómplice en la desnudez de esta noche. Mercedes sabe que esta noche el destino se desliza hacia el crepúsculo. Mira el reloj de la estación. Sabe que él en verdad vuelve para poder, los dos juntos y unidos, cambiar el mundoi de todos los relojes. Silba la locomotora y el tren emerge de entre la niebla. Autor: José Orero de Julián "Diesel" (Molina de Segura, 28 de septiembre de 2017) La gran mentira: Los Paises Catalanes es un invento moderno. El término data del Siglo XIX y hace referencia a territorios de la Corona de Aragón. «A pesar de la tendencia de los historiadores nacionalistas catalanes de retorcer la naturaleza "catalana-aragonesa" de la Corona de Aragón, nunca ha existido nada, en la historia medieval, y mucho menos en los tiempos modernos, que pudiera considerarse ni de lejos un embrión del Estado catalán, excepto en las imaginaciones más románticas y soñadoras», explica en uno de sus trabajos el historiador Enric Ucelay-Da Cal. Frente a la incapacidad para encontrar un germen de nación en la historia de este región española, la mitología romántica acuñó a finales del siglo XIX el término Países Catalanes (o Gran Cataluña). El primero en usarlo fue el valenciano Bienvenido Oliver, sin intenciones políticas, para englobar los territorios de habla catalana y sus variantes. Así, el mapa de los Países Catalanes se extiende por Cataluña –excepto el Valle de Arán–, las Islas Baleares, Andorra, la Comunidad Valenciana, la región histórica francesa del Rosellón, la zona de Aragón limítrofe con Cataluña denominada actualmente Franja de Aragón y una pequeña comarca murciana, entre otras regiones. No en vano, lo que era una simple denominación de carácter lingüístico se convirtió en boca de los nacionalistas en una especie de tierra prometida. Un ente que sirve para justificar, con supuestas raíces en la Edad Media, las actuales reivindicaciones políticas. Sin ir más lejos, la Generalitat de Cataluña da la información meteorológica de la Comunidad Valenciana en la TV3 a través de lo que designa como «Países Catalanes». El servicio de Meteorología del Gobierno catalán, dependiente de la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad, suele incluir a la Comunidad Valenciana junto a Cataluña y Baleares en sus mapas, con claras intenciones políticas. La Corona de Aragón y el Reino de Aragón Para alcanzar este mito de los Países Catalanes, los grupos independentistas tuvieron que retorcer y distorsionar la naturaleza «catalana-aragonesa» de la Corona de Aragón. La zona que hoy corresponde a la comunidad autonómica de Cataluña estuvo desde el siglo XII unida al Reino de Aragón y solo durante un breve periodo fue un ente propio, incluso entonces dependiente de otros reinos. Así, tras el colapso de la Hispania Visigoda –que se extendía por prácticamente toda la Península Ibérica– y la invasión musulmana en el 718 d.C, el Imperio carolingio estableció una marca defensiva como frontera meridional con Al-Ándalus. Esto supuso la ocupación por los francos durante el último cuarto del siglo VIII de las actuales comarcas pirenaicas, de Gerona y, en el 801, de Barcelona. Este antiguo territorio visigodo se organizó políticamente en diferentes condados dependientes del rey franco. Conforme el poder central del Imperio se debilitaba en el siglo X, los condados catalanes, que estaban vertebrados por Barcelona, Gerona y Osona, fueron progresivamente desvinculándose de los francos. En el año 987, el conde Borrell II fue el primero en no prestar juramento al monarca de la dinastía de los Capetos, pero se sometió en vasallaje al poderoso Califato de Córdoba. En este punto, las leyendas nacionalistas sitúan erróneamente al noble Wifredo «el Velloso» –el último conde de Barcelona designado por la monarquía franca– como el artífice, no ya de la independencia de los condados catalanes, sino del nacimiento de Cataluña y sus símbolos. Así ocurre con la bandera de las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, que, en realidad, no fue usada por los Condados hasta la unión con Aragón. Por el contrario, el emblema tradicional de los condes de Barcelona fue la cruz de San Jorge (una cruz de gules sobre campo de plata). La Corona de Aragón fue el resultado de una unión dinásticaEn el siglo XII, el conde Ramón Berenguer IV se casó con Petronila de Aragón conforme al derecho aragonés, es decir, en un tipo de matrimonio donde el marido se integraba a la casa principal como un miembro de pleno derecho. El acuerdo supuso la unión del condado de Barcelona y del Reino de Aragón en la forma de lo que luego fue conocido como Corona de Aragón. En un contexto de alianzas medievales, la asociación de ambos territorios no fue, pues, el fruto de una fusión ni de una conquista, sino el resultado de una unión dinástica pactada entre la Casa de Aragón y la poseedora del Condado de Barcelona. De hecho, originalmente los territorios que formaron la Corona mantuvieron por separado sus leyes, costumbres e instituciones. A lo largo del segundo cuarto del siglo XIII, se incorporaron a esta Corona las Islas Baleares y Valencia. Este último territorio, el Reino de Valencia, pasó a convertirse en un reino con sus propias Cortes y fueros. Es por ello que los Países Catalanes –una delimitación solo basada en la similitud lingüística– nunca existió como sujeto político ni hay menciones a ella en las fuentes del periodo. A grandes rasgos, los independentistas suelen confundirla con la Corona de Aragón, pero ésta fue otra cosa: el conjunto de reinos que estuvieron sometidos al Rey de Aragón, entre los siglos XII y XV, donde se encontraban no solo el territorios de lengua catalana, sino también otras reinos como por ejemplo la propia Aragón, Valencia parcialmente, Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria. Es decir, no fue la lengua el eje vertebrador de la Corona de Aragón sino la sumisión a la jurisdicción de un Rey y de una dinastía, la Casa de Aragón. La nacionalidad no es solo una lenguaLa muerte sin descendencia del Rey de la Corona de Aragón Martín I «el Humano» en 1410 abrió una grave crisis sucesoria. Los intereses comerciales terminaron favoreciendo al candidato de la dinastía castellana de los Trastámara, Fernando de Antequera –hermano del Rey de Castilla Enrique III–, quien, tras el llamado Compromiso de Caspe de 1412, fue nombrado Monarca de la Corona de Aragón. Posteriormente, el matrimonio de Fernando II de Trastámara con Isabel de Trastámara, Reina de Castilla, celebrado en Valladolid en 1469, condujo a la Corona de Aragón a una unión dinástica con Castilla, efectiva a la muerte del primero, en 1516, pero ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y sus privilegios administrativos (lo que el independentismo catalán designa como «libertades»). Con el surgimiento de las corrientes nacionalistas de finales de siglo XIX, las teorías lingüísticas hicieron las veces de elemento aglutinante –a falta de una base histórica– identificando a la nación con la lengua. Bajo esta falsa premisa, los nacionalistas consideran que todos los que hablan catalán o sus variantes son igualmente catalanes y conformaron la ficción histórica de los «Països Catalans». El error de base está en estimar que la lengua es el único elemento definidor de una nacionalidad (con desprecio de la religión, la idiosincrasia, la geografía, la historia, etc).
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José Orero De Julián
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Zuzu Oromangel
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Juana Margarita Guajardo Valenzuela