La hora del viento (Novela) -Captulo 5-
Publicado en Aug 02, 2017
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- Esta noche tuve un sueño, Hertha...
 
- Me gustan sus sueños, señor Stauffer.
 
- Lo tengo escrito. Me he pasado toda la madrugada para poder escribirlo tal como lo tengo soñado.
 
- ¿Lo puedo conocer yo? 
 
- De acuerdo, Hertha.
 
El octogenario pianista Gil Stauffer sacó las hojas y leyó...
 
- Yo ya no busco nada… pues tengo la vida amada como vuelo de gorrión. Vuelo en un avión en la oscura madrugada. Quizás quieras llevar razón más lo mío sólo es un corazón que nunca se emborracha  para olvidar la mala racha en las botellas de ron. Más allá de mis poemas sólo exite lo que quemas en alguna ocasión.  Pero lo mío es olvido sin caer en la estación. No importa si es invierno o si el otoño ha llegado. No busco jamás un infierno para lograr lo soñado bajo la luz de un farol. Debajo de este sol que alumbra a mis canciones no son las bajas pasiones prisiones por conocer. Yo siempre tendré que ser el que mira las cometas de los niños en las fiestas y algún que otro querer. Y me refiero a princesas que dejaron sobre las mesas corazones con silencio. Ese es solo el precio que puse a sus promesas. Un poco de fiel aprecio y un marcharme con las manos vacías pero repletas de palabras recompuestas entre versos solo humanos. Algo de Dios entre rimas pero no canto en tarimas como el célebre cantautor. Yo sólo soy un autor de canciones de marismas, campos sedientos de ser, algo más que un parecer como hacen los que aspiran a ver cómo sus versos riman para al pueblo enloquecer. Lo mío es sólo viaje sin llevar nunca el traje de la traición como vida. Que todo aquel que envida a los juegos amorosos terminan siempre morosos en la proxima versión. No importa si es invierno o ya el otoño llegó. Nunca le canto al infierno sino al Dios que me creó. En las esquinas oscuras me he cruzado con los curas echando la bendición. Pero no tengo yo las premuras del pintor que se ensalzó con acuarelas oscuras buscando la ovación y el aplauso de las gentes. Yo soy de los ponientes de altamares silenciosos que pinto con ingredientes sin tener que ser preciosos los versos que voy desgranando mientras me voy alejando hacia otro lugar más allá. Más allá de la mentira existe un Dios que me mira. Quizás la razón no exista en esto de la conquista de ser poeta del puebl... pero sigo siendo artista que cada día renuevo la búsqueda infinita de cantar siempre algo nuevo. Yo nada busco en las flores más que aspirar sus olores para vivir con pasión el verso de mis amores para un sólo corazón.  Mediodía en la estación. Un vendedor ambulante pasa de mí adelante con su inmunda mercancía. Prefiero coger el tranvía  y alejarme cuanto antes. No. No busco nada en los estantes de las bibliotecas ambulantes. Yo soy de los que aman solo unos instantes la luz de este claro día. Y al llegar la noche nueva mi poesía renueva una canción para ti.  Yo soy solamente un sí y ese sí ya lo he dado a quien ama junto a mi lado el calor del frenesí. Y desbocado y sediento  yo soy como es el viento: un ligero pasar en silencio que nunca le pone precio a un placer del momento. No me interesa el vestigio donde se pierde el prestigio por querer ser más despierto. Duermo con mi dulce sueño del cual sólo soy dueño que canta con tierno acento.  No siento, y lo siento, otra poesía distinta; que lo mío nunca es tinta que de mano en mano mancha. Lo mío es la pura y ancha llanura de este desierto donde vivo en las dunas de tu verbo, y presiento cómo transformas las lunas para ser mi pensamiento. No busco ningún asiento en las academias del arte porque solo soy una parte de tu sueño y de mi acento. Por eso yo, como el viento, paso ligero adelante y voy dejando mis voces para que tú solo goces pues no busco más movimiento de cuerpo extraño en mi alma. Yo sólo soy esa calma que a las horas del desconcierto las convierto en altas olas para ofrecerte el concierto de mis felices auroras nacidas en este intento de ser siempre ese aliento que te acompaña en las horas del dulce y fiel sentimiento.
 
- Pienso que es usted demasiado genial, señor Stauffer.
 
- ¿Eso quiere decir que podría ganar en Utrecht?
 
- En Utrecht y en cualquier parte del mundo.
 
- Perdona que me concentre hoy en mí mismo. Quiero que escuches para decirme lo que sientes de verdad.
 
Gil Stauffer Vergleich abrió la tapa del piano.
 
- Pienso compretir con Mozart.
 
- ¡Jajajajaja! ¡Usted es capaz de derrotarle!
 
- Solo el Acto I, Hertha... para abrir boca...
 
Hertha Müller Herz, que apenas había podido dormir por culpa de sus pensamientos, bostezó un par de segundos.
 
- ¿Quieres que lo deje?
 
- ¡No! ¡Prefiero escucharlo!
 
De pronto las manos de Gil Stauffer Verglich parecieron tomar alas mientras ejecutaba el Primer Acto de la ópera Don Giovanni. Hasta los pájaros de la mañana guardaron silencio. El anciano pianista recordaba mientras sus manos volaban como las alondras. Y al terminar la ejecución confesó lo que habia pensado. 
 
- Marcha el barco lento… despacio… lento… mi alma flota en el blanco lecho de las nostalgias. Se marcha el barco lento… despacio… lento… Y tú te vas por entre los mares del viento. Te vas  y las alondras…¡ay las alondras!… las alondras te acompañan. Sobre la almohada rosa quedan los sueños blancos los sueños… quedan los sueños sobre la almohada rosa. Y tú te vas por entre los mares del viento. Te vas  y las alondras… ¡ay las alondras!… te acompañan. La luz dorada penetra de puntillas en el alba y avergonzada me dejan tus besos en mis mejillas que me regalas. Y tú te vas por entre los mares del viento. Te vas y las alondras… ¡ay las alondras!… las alondras te acompañan. Tú te vas por las mañanas y yo me quedo pensando…¡las alondras!... ¡ay las alondras!... ¡las alondras te acompañan!.
 
- Señor Stauffer yo... quizás esté siendo demasiado egoísta...
 
- ¿Por estar al lado de alguien que no tiene nada más que sueños?
 
- Por estar al lado de alguien que tiene mucho futuro...
 
- ¿Es que crees que voy a ganar en Utrecht?
 
- No solo vas a ganar, Gil, sino que vas a deslumbrar.
 
- ¿Qué te parece si voy ahora a por "Las bodas de Fígaro"?
 
- Seguro que lo consigue, señor Stauffer.
 
Otra vez comenzó el vuelo de las manos del octogenario pianista y el silencio de los pájaros. Hertha Müller Herz, la gran aficionada a la verdadera y grande música clásica nunca recordaba haber visto ni escuchado a nadie ejecutar de aquella manera magistral el Cuarto y último Acto de "Las bodas de Fígaro" así que no tuvo más remedio que aplaudir sin disimulo alguno. 
 
- ¿Crees ahorta que es imposible?
 
- No creo en lo imposible, Gil. Puedes triunfar.
 
- Escucha Hertha. El triunfo o el fracaso no me interesan para nada. Quiero que escuches algo que no es nada de eso.
 
- Adelante, señor Stauffen.
 
- Caminaron juntos muchos meses pero por inercia más que por cariño mutuo; iban de copas pero no había una oferta seria para su amistad, porque iban y venían como una teoría del tiempo mas les faltaba el espacio común de compartir criterios y sueños de criterios. La realidad es que habían dejado su empatía en el armario de ese solo instante en que se conocieron superficialmente. Ahora cada uno de ellos disfruta del calorcito agradable de los lugares próximos al merendero. Su amistad sólo era un revulsivo del momento y el momento pasó. Quedó la lejana sensación de encerrarla en lo imposible. 
 
- ¿Me estás hablando de una amistad imposible?
 
- Te estoy hablando de una amistad que vaya más allá del límite de lo real.
 
-  La conclusión final es valiosa porque es la última determinante de un mundo natural fallecido en las apariencias del mundo artificioso de las grandes urbes. Dá mucho para meditar tu piano y es una especie de crónica de ciudad atrapada en si misma donde las vidas de los abuelos quedan ya en el ocaso y en el crepúsculo de sus sueños. Ese volver de los hijos al campo y ese quedarse atrapado el abuelo en su “no espacio vivencial”, todo ello a través de los saltos del niño por las rayas rojas y blancas que vienen a simbolizar los dos mundos antagónicos, es un escenario magnífico para tu recital. Mucho para meditar. Mucho para concluir. Mucho para triunfar.
 
- Espero que me acompañes a Utrecht.
 
- No te dejaré solo. Estaré contigo viendo como haces que todos se doblen ante ti y te hagan las reverencias que hace muchos años no quisieron darte. No tendrán más remedio que tirar al cubo de la basura todas sus arrogancias, todas sus vanidades, todas sus prepotencias. Y yo quiero estar allí, a ti lado, porque formo parte de ti y gozaré viendo como te rinden pleitesía los que nunca quisieron aceptar que eres un millón de veces más grande que todos ellos juntos.
 
- No me interesa nada de eso. Sólo quiero demostrarlo y marcharme lejos... muy lejos... a un lugar llamada Nunca o un lugar llamado Siempre. Nunca estamos solos. Siempre estamos intensamente acompañados por el Misterio de la Vida. Y eso es lo que hace que soñemos más allá de la Imaginación y más acá de la Realidad porque entre el más allá de la Imaginación y el más acá de la Realidad siempre estamos acompañados de ese misterioso ser que nos acompaña. 
 
- ¿Quizás un nombre de mujer?
 
- Sí. Un nombre de mujer. Cuando la lluvia se equivoca es que ha venido a mojar mi corazón mientras yo dormía con los besos llenos. ¿Cuántos abrazos en la noche habré dado mientras la lluvia se equivoca de lugar? Quizás cientos o quizás miles… pero las caricias de los encuentros amorosos siguen viniendo cada noche en que la luna se refugia en el fondo de tus ojos... Sé que solamente es sueño pero cuando la lluvia se equivoca no ha cedido mi espíritu y ha seguido amando la complicidad sin temblor, alegre, con un poco de magia tan simple como querer seguir besándote. 
 
Hertha Müller Herz miró su reloj, dio un beso en la mejilla izquierda de Gil Stauffer Verglich y se despidió con una sonrisa.
 
- Nos es que esté huyendo de tu sueño sino que tengo una clase de práctica literaria en la Universidad. ¿Me comprendes?
 
- Sí... claro que te comprendo...
 
En el fragor de la mañana Gil Stauffer Verglich rebuscó entre sus partituras. Encontró lo que buscaba y durante tres minutos y diecinueve segundos estuvo superando a Richard Claydermann y su "Sueño de Amor". Y era porque estaba enamorado. Terminó muy agotado pero tuvo fuerzas para hacerse un café caliente y seguir hablando como si ella todavía etuviese presente y le siguiera escuchando.
 
-  El domingo me llenó el alba la luz de mi conciencia y me hundí entre los rescoldos. Encendí un cigarrillo que me sirvió de guía. Fumé en silencio. Tomé mi café con leche en silencio. Soñé con ella en silencio. Bebí en silencio. Caminé en silencio con Ella y de pronto comencé a hablar en silencio con mi Princesa. Juntos hicimos los planes del futuro pasando sobre la muerte porque los dos sólo estamos hechos para vivir. El domingo fui feliz con mi Princesa. El domingo fue un sueño convertido en realidad. Otro sueño de esperanza convertido en realidad. Otro sueño de amor convertido en realidad. Otro sueño de vida eterna convertido en realidad. Todos creen en todos menos en quienes damos luz porque todos aman la oscuridad para sentir amor. Nosotros no. Nosotros los artistas hemos nacido para crear y en la oscuridad no se ve nunca el color de la creación. Si alguien me pregunta quién soy es porque no le interesa saber quien soy. Por eso no respondo a quienes me preguntan sino a quienes me responden con sicneridad. 
 
Cogió la revista y leyó el relato titulado "¿Quién eres tú?".
 
- Al igual que todos los días, Jaime Sabido llega a casa alrededor de la 1,30 p.m., almuerza y se encierra en su habitación para oír el disco “The Stranges Grandees” y, mientras escucha “soy un verdadero enigma para ti, que juegas a charlar con las paredes intentando recoger elogios sobre tus grandes encantos personales”, se abre la puerta de la sala de abajo y atruena la misma voz de siempre: ¡¡Puerco Espín!! Y entonces sabe que debe dejar a un lado las erizadas espinas de su carácter y salir a dialogar.
 
– ¿Ves cómo era cierto lo que yo decía?. He consultado con tío Alberto y, además, escucha lo que dice el diccionario. “Comunicación, dos puntos. Transmisión de la información en el seno de un grupo, considerada en sus relaciones con la estructura de este grupo”.
 
– Pero…
 
– No contestes de esa manera a tu papá -recrimina mamá Luz- a ver si aprendes que lo que dice él no tiene vuelta de hoja.
 
Jaime pasa vuelta a la hoja del libro que tiene entre sus manos y se atreve a continuar.
 
— Es que en esta ocasión…
 
– “Ocasión, dos puntos” -interviene “Rose Marie” que estudia para azafata y no desea que se le llame “Rosita” como siempre fue… “Objeto vendido a un precio inferior al habitual” -termina “Rose Marie”.
 
En ese mismo instante la voz de “Radio Understanding” informa que “según diálogo directo establecido entre Simon Peres y Yasser Arafat, se ha llegado al acuerdo de que no se ha llegado a ningún acuerdo en el problema de los Altos del Golán””…
 
– ¿Quién ha goleado a quién…?.
 
– ¡Argentina al Perú! ¡Ha debido ser Argentina al Perú… porque hoy jugaban para la Copa América! -deduce el pequeño Juan “White-Striped” Sabido.
 
– Yo quisiera… -intenta volver a la carga Jaime…
 
Pero papá Sabido ya se ha lanzado sobre el televisor.
 
– “El acuerdo al que se ha llegado entre Simon Peres y Yasser Arafat establece que al no poder existir acuerdo alguno entre ambios líderes, se decide que intervenga Bill Clinton en fecha que se acordará debidamente. De momento, ambas partes han establecido, de mutuo acuerdo, que si no existiese un acuerdo definitivo, la cuestión de los Altos del Golán continuaría sin posible acuerdo”…
 
Papá Sabido sonríe para sus adentros.
 
– Estos políticos…
 
– ¿Te has puesto de acuerdo con tío Alberto para saber qué día haremos la reunión familliar? -le pregunta, amorosa, mamá Luz.
 
– La verdad es…
 
– “Verdad, dos puntos” -matiza “Rose Marie” -Dícese del momento en el cual una intención, un propósito o algo semejante, debe encontrar una verificación en la realidad del instante en que se debe poner en práctica determinadas afirmaciones”.
 
Jaime “Puerco Espín” Sabido desplaza su mano diestra por las púas del pelo corto que cubre su cabeza. Piensa breves segundos. Sube la escalera. Se desliza hacia el interior de su habitación y… cuando va a entrar en ella…
 
– ¡¡¡Puerco Espín!!!
 
-  ¿Si, mamá…?.
 
– Nada, hijo mío, en realidad no sé que iba decirte.
 
Jaime se tumba sobre la cama y enchufa de nuevo el “compa” disk. Se escucha la voz del cantante de “The Stranges Ganmdees… “mañana quiero volver a hablar contigo para entendernos definitivamente”. Y la voz de ella… “sí, mi amor, mañana seguiré sin escuchar tu voz porque el ruído de nuestrass emociones me lo impedirá”.
 
– No sé qué pasa… pero cada día que que pasa entiendo menos a nuesrtro hijo -dice papá Sabido.
 
– No te preocupes Aristóteles -responde mamá Luz- llegará un día en que todo se aclarará…
 
Y entonces es cuando se apaga la luz por falta de fluido eléctrrico. Enmudece la voz del locutor que hablaba por “Radio Understanding”. Desaparece la imagen televisiva que emitía el “Informativo General”. Y el “compa” disk deja, antes de sonar el “clic” letal, latir en el ambiente una frase inacabada: Quién eres tú… que tan cerca está de mí y sin embargo…
 
- La hora del viento. Estoy seguro de que es, de nuevo, la hora del viento. Llegar hasta ayer ha sido ya una total victoria. Así que llegar hasta mañana es ganar la guerra. Estoy seguro de que ganaré en Utrecht.
 
Sonó el timbre de la puerta. Abrió. Era su vecina Doña Eva Braum Kämpfen, con los rulos en sus cabellos, la bata, las zapatillas con forma de dos gatitas y una cara abotargada como de acabar de levantarse de la cama.
 
- Gil... ¿podrías ser tan amable de regalarme un poco de azúcar?...
 
La taza adelantada por parte de Doña Eva Braum Kämpfen parecía verdaderamente una pistola apuntando al pecho de Gil Stauffen Verglich.
 
- ¡No dispare, por favor! ¡No dispare que tengo todavía que viajar por mucho tiempo!
 
- ¿Pero qué dice usted, viejo loco? ¡Sólo le estoy pidiendo una taza de azúcar!
 
Gil Stauffen Verglich susaba copiosamente. Era un sudor frío. Rotundamente frío.
 
- Sí... sí... sí... pero no pase por favor...
 
- ¡Es usted un vecino muy grosero, Gil!
 
- Ya lo sé... Doña Eva Braum Kämpfen... pero es que yo no soy Adán Hitler Meinkampf... y no quiero guerra vecinal... ¿me comprende?... 
 
- ¡Déjelo! ¡Mejor me busco a otro en mejores condiciones mentales! ¡Pero es usted un indeseable! 
 
Cuando volvió a cerrar lentamente la puerta suspiró profundamente y sólo pudo exclamar algo que le surgió de repente. 
 
- Tendido en el monte quedó tu olvido en las horas yertas del lento llanto; por eso yo ahora de ti me despido y continúo el camino de mi leve canto. En las líneas oblícuas de las hojas del acanto queda el nido amplio de mi sueño extendido y hacia la marisma lejana se marcha el desencanto del día de tu olvido triste y oscurecido.
 
Y le dio por sonreír mientras se preparaba otro café.
 
FIN DEL QUINTO CAPÍTULO.
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela de Ficcin.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Narrativa Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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