La Cuadrilla Aventurera (Relato) -1-
Publicado en Aug 04, 2017
Cuando las turbulencias comenzaron a aparecer repentinamente, los cinco pilotos sabían que no iba a ser una buena jornada. Ofrecerse a aquella especie de sacrificio suponía perder las delicias de una buena cena familiar. Pangoci fue el primero que supo que aquella violeta coloración no presagiaba nada bueno. O quizás solamente fuese una imaginación suya; una de esas interpretaciones que él hacía suponiendo siempre que era "Diego Valor" enfrentando las adversidades de un mundo que no llegaba a comprender bien del todo. En tierra se sentía como escarabajo en medio de todo lo banal, de toda aquella superficialidad de la cual huía en compañía de Doré, Varolli, Lianos y Demís. Así que fue el primero en dar el aviso.
- ¡Doré! ¡Estamos perdiendo el control! ¡Es necesario que os volváis a la base! -¡Por nada de este mundo, Pangoci! Doré era uno de esos chiflados de las aventuras de cine. Un usurpador de voluntades al servicio de los realizadores que había decidido interpretar a aquellos héroes de las odiseas como si Homero le hubiese lanzado un reto. Por eso buscaba siempre ser Paris en el jardín de las delicias entre las bellas mujeres de La Isla de Metal. - ¡Es necesario avisar a los otros, Doré! ¡Tienen derecho a salvar sus vidas! - ¡Yo no me preocuparía tanto por Varolli, Lianos y Demís! ¡Saben siempre ser uno para todos y todos para uno! - ¡Esto no es una lucha de espadachines normandos contra espadachines bretones! ¡Es necesario que dejes de soñar! Varolli no entendía lo que estaba sucediendo. - ¿Se puede saber qué sucede, Pangoci? - ¡Teneis que volver a la base! ¡La Isla de Metal es una trampa! - ¿Quién puede tramar una trampa de tales dimensiones? Varolli no es que fuese un cobarde sino que buscaba la mayor seguridad posible para poder sobrevivir sin tener que arriesgar más de lo necesario. De la misma manera de pensar eran sus inseparables Lianos y Demís. - ¡Nosotros tres abandonamos la misión, Pangoci! Doré reaccionó a tiempo. - ¡Varolli! ¡No podemos dejarle solo! ¡Todos le debemos mucho a Pangoci! ¡De acuerdo que es demasiado soñador por culpa de su neurosis de creerse "Diego Valor" pero si no fuera por él no tendríamos tanto éxito con las mujeres que nos adoran como verdaderos héroes del espacio! - ¡No creo que le debamos nada por eso! ¡Al fin y al cabo la cuadrilla no nos impone la obligación de morir por culpa de una locura! - ¡Aquí Lianos! ¿Puedo saber en qué locura nos hemos metido? - ¡Escucha, Lianos! ¡Soy Doré! ¿Sigues empeñado en querer ser la sombra de "Shazam"? Lianos era terco. El más terco de los cinco componentes de la Cuadrilla Aventurera. Y tenía por costumbre pelear en las condiciones más adversas posibles para así destacar más que los demás. - ¡Ya sabes que yo soy el más temerario de todos! ¡No vamos a regresar a la base hasta que hayamos descubierto qué misterio es el que encierra La Isla de Metal! - ¿Qué opinas tú, Demís? - ¡Mi familia me espera para cenar pero yo no he dicho que sea hoy mismo! ¡Si en La Isla de Metal hay mujeres hermosas no quiero morir sin verlas! - ¡Jajajajaja! ¡Aprecio tu buen humor, Demís, pero no es necesario morir por ellas! - ¡Lo que no es necesario, capitán Pangoci, es morir por los feos poderosos señores de la Tierra! ¡Son feos de verdad! ¡Si he de morir dentro de unos minutos que sea viendo algo que tenga de verdad belleza en todo su cuerpo! ¡Y no estoy contando ningún chiste para dar ánimos a los demás! ¡El que más asustado está soy yo mismo pero entre ser devorado por un grupo de caimanes o ser un manjar para las diosas no tengo duda alguna! ¡Me gustan mucho más las mujeres que los cocodrilos! - ¡Está bien! ¡Todos de acuerdo! ¡A partir de este momento volamos en formación 2-3! ¡Doré y yo en primera fila y detrás, cubriendo nuestras espaldas, Varolli, Lianos y Dermís! ¿Alguien propone otra cosa? - ¡Estamos todos de acuerdo! ¡Yo volaré a su misma altura, capitán Pangoci! ¡Los demás formarán nuestra retaguardia! - ¡Solo espero que no tengamos que pelearnos por culpa de ellas! - ¡Si La Leyenda es verdadera no tendremos que pelear jamás! - ¿La Leyenda de que son inmortales? - ¡Eso es lo que nos han enviado a descubrir! - ¿De verdad crees que hay mujeres inmortales en el espacio? - ¡Suongo que sí! ¡Esa violeta colración creo que lo afirma! - ¡Jajajajaja! ¿Qué tiene que ver una violeta coloración con la existencia de mujeres hermosas e inmortales en La Isla de Metal? - ¡Pues tiene que ver demasiado, capitán Pangoci! - ¿En qué te basas para afirmarlo tan rotundamente, Doré? - ¡Las heroínas de Marvel no son una mentira! - ¡Suponiendo que nosotros seamos capaces de despertar sentimientos amorosos en ellas! - ¡Eso es fácil, capitán! - ¿Tú crees que es fácil enamorar a las heroínas de Marvel? - ¡Si no fuese fácil no tendría ningún sentido que sean tan hermosas! - ¡Doré! ¡Olvidemos por un momento nuestra sensualidad! ¡Que los cinco seamos solteros no quiere decir que los cinco seamos conquistadores de mujeres tan hermosas como las heroínas de Marvel! - ¡Soñar no cuesta dinero, capitán Pangoci! ¡Pero si tengo que pagar un millón de "mileutis" por alguna de ellas soy capaz de endeudarme para toda la vida! - ¡Un millón de "mileutis" no somos capaces de tenerlos aunque atraquemos la cámara acorazada del Banco Universal, Doré! ¡Más vale que pidas a Dios que no nos cobren ni un sólo "centilure" por estar a sus lados! - ¿Usted cree que serán tan duras con nosotros? - ¡Sólo sé que tenemos que madurar mucho más, Doré! - ¿Madurar para convertirnos en viejos sin futuro? ¡No estoy dispuesto a eso! - ¡Dejemos la discusión por un momento! ¿Quién te dice a ti que si son las heroínas de Marvel sean amorosas con nosotros? - ¡Supongo que si son mujeres se darán cuenta de que nosotros somos hombres! - ¡Supones demasiadas cosas, Doré! ¡Calla la boca por un momento! - ¡De acuerdo! ¡A partir de ahora seré una tumba! - ¡Jajajajaja! ¡Deja de ser tan extremista! ¡Tan pronto hablas de la gloria como tan pronto' hablas del fracaso! ¡Déjame dar una orden clara para que los otros tres me entiendan! - ¡De acuerdo, capitán Pangoci! ¡Descarto lo de la tumba y le dejo la voz cantante! - ¡Atención Varolli, Lianos y Demís! ¡Entramos en la zona de la violeta coloración sin tener ni idea de qué hay dentro de ella! ¡No perdáis la formación o nos perderemos los unos de los otros y la misión será un facaso! - ¡Soy Varolli y hablo en nombre de los tres! ¡No vamos a perder la formación por nada del mundo! ¡Estamos locos pero no somos suicidas! De esta manera fue cómo los cinco de la Cuadrilla Aventurara penetraron en la misteriosa zona de la violeta coloración. FIN DEL PRIMER CAPÍTULO.
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