La Cuadrilla Aventurera (Relato) -3-
Publicado en Aug 05, 2017
Aquellos horribles gruñidos hicieron que los cinco de la Cuadrilla Aventurera se pusiesen rápidamente de pie.
- ¡Atención! ¡Sacad las "Box Payd" disuasorias y disparad solamente si es necesario! ¡Quizás vengan en son de paz en lugar de querer acabar con nosotros! - ¡Se equivoca, capitán! - ¿En qué me equivoco, teniente? - ¡Mire! ¡Mire quiénes son "Los Diez Piscatores de Nebula" y qué traen en sus manos! Desde lo profundo de la Zona Violeta se acercaban a toda velocidad los diez piscatores. Eran enormes gorilas de tres metros de altura, las dos patas de machos cabríos, con pelo de camello por todo su cuerpo, cuernos de búfalo y un tercer ojo en la frente, entre los dos de gorilas. En sus membrudos y supermusculosos brazos portaban unos garrotes de dos metros de largo por veinte centímetros de ancho. Los cinco amigos y compañeros de la Cuadrilla Aventurera se unieron en el borde posterior de la plataforma y dejaron el resto de ella a los recién llegados quienes se acercaban peligrosamente. - ¡Atención a todos! ¡Sacad las "Box Payd" disuasorias y disparad sin dudarlo ni un minuto a sus terceros ojos! - ¿Por qué a sus terceros ojos, capitán? - ¡Teniente Doré! ¡Si no me equivoco en sus terceros ojos residen todas sus inteligencias! ¡Si acertamos con nuestro rayos disuasores les confundiremos por completo! - ¿Y eso a donde nos conduce? - A que pierden por completo cualquier clase de razonamiento. - ¿Y con eso nos podemos librar de ellos? - ¡Dios quiera que sí! ¡Disparad los rayos disuasorios solamente contra sus tres terceros ojos y no dejad de dispararles! Los cinco de la Cuadrilla Aventurera disparaban continuamente a los terceros ojos de Los Diez Piscatores de Nebula quienes, en un principio, quedaron detenidos y aturdidos por aquellos extraños rayos que penetraban en sus terceros ojos hasta que, de repente, sucedió lo que el capitán Pangoci le estaba pidiendo a Dios: los diez enormes piscatores de tres metros de altura y una musculatura enrmemente superior a la de cualquier ser humano, completamente perdidas sus mentes en el limbo del desconcierto y deseando soltar su agresividad pero completamente desorientados por los rayos disuasorios de las "Box Payd", comenzaron una terrible y descomunal batalla entres ellos mismos. Todos contra todos se golpeaban brutalmente con los garrotes, se atacaban todos contra todos hincándose los cuernos de búfalo y desgarrándose la piel con sus pezuñas. - ¡Ahora que están desatando sus instintos asesinos entre ellos mismos aprovechemos para ir cada uno a su aeronave, sentaos ante los mandos y esperad a que yo dé ordenes! ¡De momento seamos simplemente espectadores pasivos de esta monumental paliza! La encarnizada y bestial batalla de los diez gigantescos piscatores de Nebula, en la que todos se atacaban a todos, duró unos diez largos minutos después de los cuales los diez yacían sobre el suelo de la Plataforma de Conjunción o bien muertos o bien a punto de morir. - ¡Atención, muchachos! ¡Recogemos la Plataforma de Conjunción! Al hacer dicha maniobra y desaparecer la plataforma con cada parte correspondiente a cada aeronave todo el conjunto total de "Los Diez Piscatores de Nebula" se hundieron en el vacío del espacio de la Zona Violeta. - ¡Fin de la pesadilla, compañeros! ¡Deshacemos la Formación Pentágono y volvemos a la 2-3! ¡Recoged los ganchos 3D! ¡Tenemos que seguir a la velocidad 2.500 "mahes" para intentar salir pronto de la Zona Violeta! ¡Esperemos que sea cierto que todo vuelve a la normalidad! Volvía a la normalidad porque los cinco recuperaron toda la amplitud de sus vistas sin el uso de las gafas VR y a escucharse perfectamente los unos a los otros. Fue el teniente Doré quien volvió a avisar al capitán Pangoci. - ¡Capitán! ¡Se diluye la Zona Violeta y nos encontramos ante un enorme túnel blanco! ¿Qué debemos hacer ahora? - ¡Atención a todos! ¡Tengo una corazonada y yo sí me voy a introducir en el túnel blanco! ¡Pero no quiero que los demás estéis obligados a hacer lo mismo que yo! ¡Quien quiera venir conmigo que venga y quien quiera regresar ya a la Tierra que regreses! - ¡Yo no te voy a dejar solo, Pangoci! ¡Yo voy contigo! - ¡Gracias Doré! - ¡Nosotros tres tampoco vamos a echarnos para atrás! ¡Confiamos en su inteligencia, capitán Pangoci! ¡También nos metemos en ese enorme túnel blanco y que sea lo que Dios quiera! - ¡Gracias, Varolli, por depositar tu confianza en mí! ¡Y gracias también a vosotros dos, Lianos y Demís! -Yo quiero decir algo, capitán! - ¡Adelante, Lianos! - ¡Pase lo que pase es usted el mejor capitán que he conocido en la vida! - ¡Eso lo deberemos discuti más tarde! ¡Sólo sé que si no tuviese a mi lado al teninte Doré no sería ni la mitad de la mitard de la mitad de todo lo que dice la gente sobre mí! - ¡Es que un buen caballero sólo puede ser un buen caballero si tiene a su lado un escudero que es el mejor escudero de toda la histoira de las naves espaciales! ¡Lo que sucede que no monto en un burro gracias a Dios porque los burros se han quedado en la Tierra y la verdades que entre los burros y las mujeres de la Isla de Metal prefiero a las mujeres un millón de veces más porque las mujeres besan pero los burros sólo saben dar coces! - ¿Es que tuviste malas aventuras con los burros, Doré? - Los burros de dos patas son los más burros que yo he tenido que soportar porque además de burros son ignorantes. Si a un burro de cuatro patas se le llama pollino a los burros de dos patas, y ya sabe usted a quiénes me refiero, se les debías llamar asnos. Así no nos confundiríamos tanto a la hora de elegir a los amigos. - ¡Doré! ¡Es hora de pasarlo bien! ¡Olvida a los burros de dos patas porque bastante tienen ya con sólo saber rebuznar! - ¡Jajajajaja! ¡Está bien capitán! ¡Digamos que a veces la flauta suena por casualidad y hay alguno que se merece un premio a pesar de lo asno que es! - ¡Jajajajaja! ¡En realidad los premios no merecen más que un agradecimiento cordial nada más! - ¡Pues esperemos que las chavalas que estamos soñando sean reales y amistosas porque si no existen y se hacen amigas nuestras me voy a tener que dedicar a ligar con pavas peladas! - ¡Jajajajaja! ¡No entiendo el chiste per vamos a callarnos ya! ¡Atención! ¡Estamos saliendo de la Zona Violeta y nos aspira el Túnel Blanco! ¡Esperemos que al final del Túnel Balnco no haya un Agujero Negro! ¡Ropemos la Fromación 2-3 y nos situamos en fila india! Los cinco se pusieron en fila india manteniendo el orden de prioridades: capitán Pandoci, teniente Doré y subordinados Varolli, Lianos y Demis. El túnel era anchísimo y entre el blanco níveo de toda su atmósfera volaban millones de mariposas de todos los colores del arco iris y en todas las direcciones. - ¡Pandoci! ¡Cuando vuelva a la Tierra voy a aconsejar a mi amigo Dungaro a que se venga de vacaciones por aquí! ¡Es un fanático de la entomología! - ¡Sí! ¡Esto parece El Paraíso de Las Mariposas! ¡Pero quiere decir algo más! - ¿Algo más? - ¡Piensa, Doré! - ¡Ah, ya! ¡Si existen tantas por aquí es que estamos llegando a alguna parte llena de vegetación! ¡Quizás a la Isla de Metal! - ¡Exacto! ¡Mirá Doré! - ¡Atiza! ¡Es un río verdadero! - ¡Atención todos! ¡Hemos salido del Túnel Balnco y estamos ante la coyuntura de tener que flotar! ¡Acciones los Tanques de Flotación! Inmediatamente las aeronaves se tranformaron en nave marineras. Y siguiendo el curso del río llegaron a tierra firme. Una playa llena de ocarinas. - ¡Hemos llegado a neustro destino pero aquí no hay ni una sola chavala despampanante! ¡Nos han tomado el pelo y no existen en la realidad! - ¡No te ofusques tan pronto, Doré! ¡Esta Isla Flotante puede ser tan grande como un continente entero! - ¡Voy a intentarlo! - ¿Qué quieres hacer ahora, Doré? El teniente ya no hizo caso a nadie y cogiendo una ocarina la hizo sonar con el aire de todos sus pulmones. De repente alguien, desde lo profundo de la selva, contestó de la misma manera.
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