Nunca me voy a acostumbrar a no saber que escribir cuando sé que es para él. Es curioso que cuando sé que nadie las va a leer, las palabras fluyen tan rápido que a veces apenas las puedo escribir, y casi nunca consigo que sean legibles; pero cuando sé que les espera el escrutinio de un par de ojos simplemente no salen tan fluidas, hay que darles empujones, así que esto es básicamente eso: un conjunto de letras empujadas hasta el abismo de una hoja blanca. Para bien o para mal, a veces un empujón es lo único que necesitamos.
Estaba pensado en que podría decirle que no le haya dicho ya, eso es lo malo de escribir, a veces se dice todo y luego no hay más que agregar, nada de novedades y sinceramente no quiero escribir las mismas frases cursis, esta vez solo quiero plasmar lo que le diría si tuviera la valentía de expresárselo a la cara. Porque a veces hay que vencer los miedos, incluso miedos tontos como no poder leer esto sin temblar.
Leí por ahí que el amor es como tu libro favorito, y al principio esperé que no fuera así porque mi libro favorito trata sobre un payaso que asesina niños… así que no sé muy bien como acoplarlo a la idea del amor, pero después de pensar un poco, me di cuenta que tienen razón. Puede que mucha gente no logre comprender porque es mi libro favorito, pero eso solo hace que me sienta más orgullosa de que lo sea. Quizá no vean lo que sus 1500 páginas guardan, todas las sonrisas y lágrimas que se ocultan entra la portada y la contraportada. Y es que ¿saben qué?, cada vez que lo veo en mi mesa de noche me hace sonreír, me transporta a todas las horas que pase leyéndolo, me recuerda todo el cariño con el que lo sostenía, me hace sentir ese anhelo y miedo con el que empezaba a leer uno que otro capítulo y la alegría con la que lo terminaba sabiendo que todo salía bien, todas esas premisas sobre lo que pasaría para luego descubrir que el autor tenía otra cosa en mente, así como la vida, en la que hacer un plan no siempre dicta que vayas a seguirlo.
Cuando lo compré no estaba muy segura, era un libro enorme y hasta juré que quizá lo iba a dejar plantado a la mitad, pero luego me atrapó, de esa forma en la que solo un buen libro sabe atrapar. Y yo me dejé agarrar, porque allí, entre historias escritas por alguien más, yo me sentía feliz, más feliz de lo que muchos llegan a ser en su vida.
Cuando descubrí que estaba enamorada del libro se hizo muy fácil entender por qué gastaba en él, sí porque hasta compré papel para forrarlo, tenía que cuidarlo, así como de algún modo extraño el me cuidaba a mí. Y era fácil entender por qué lo llevaba a todo lado, incluso cuando me pasé a mi pequeño apartamento él me acompañó… ese libro, que para muchos en una biblioteca puede que sea un libro más, para mi es la obra de arte mejor creada.
En fin, amé al condenado libro, leí cada letra, incluso las notas de las editoriales, direcciones y teléfonos, esas que nadie lee. Todo el libro es mágico para mí, y yo, que no sabía en lo me metía al comprarlo terminé haciendo una de las mejores elecciones de mi vida, una banal elección, pero eso no le quita que sea buena.
Y así como esa pequeña obra llegó a mis brazos por casualidad, un día que no tenía ni la más remota idea de la sorpresa que la vida me tenía, así también llegó él. No sabía en lo que me metía, no tenía idea de lo mucho que llegaría a disfrutar de su compañía o de sus cosas raras… cosas que muchos nunca notarían y que para mí no podrían pasar desapercibidas. Él con su propia historia, con sus propias locuras, él con su propio e inédito personaje, que al igual que el libro me empezó a acompañar a todo lado, incluso cuando no estaba conmigo, porque quien cree que la compañía es solo algo físico nunca se ha enamorado, o al menos de verdad. Y poco a poco lo fui leyendo, encontrando todos esos matices tan deliciosamente ajustados a mí, aunque suene romántico, pero ¿acaso alguna vez no han pensado que algo está diseñado justamente para ustedes? Pues eso pensé con ambos, con el libro y con él. Cuando leía lo mejores capítulos deseaba abrazar el libro, de lo cual me abstenía para no estropear sus hojas, pero cuando estoy con él lo puedo abrazar todo lo que yo quiera, no hay miedo a que se arrugue, así que creo que es una ventaja contra el libro…
Así que si, en definitiva, el amor es como tu libro favorito. Porque ahora verlo me hace sonreír, me hace recordar la primera vez que lo vi, tan normal como cualquiera, como un libro que espera en una estantería a alguien que lo tome y descubra su historia. Él es como ese libro que después de leer una vez no puedes dejar de recordar sus frases, y hasta subrayas para nunca perder esas páginas, ese libro que no pensabas adorar y que sin forzarlo se convirtió en uno de tus más preciados tesoros. El amor es eso, descubrir la magia que alguien oculta, y en esa magia encontrar todo lo que ni si quiera sabias que buscabas. Tener las respuestas de preguntas que nunca formulaste y cuestionar otras que no pensaste que existieran. Es sonreír y recordar, y pasar horas en donde todo puede faltar excepto la total seguridad de que ahí eres feliz, de que eso es vida. Solo cuando tiene un libro favorito descubres que la soledad no siempre es de a uno, y que a veces tu libro es lo único que necesitas para no sentirte sola. Él me hace recordar eso.
Y saben, cuando terminé el libro sentí tristeza, pero también alegría, como un abrazo de despedida. Solo así lo puedo describir, más el terminarlo no significa que dejes de amarlo, porque los recuerdos son nuestros, y el amor hasta en eso se parece a un libro, puede acabar, pero siempre estará ahí. Además, siempre lo puedes volver a leer y es genial, la segunda vez descubres cosas que antes no viste, eso me pasa cada vez que lo veo. Es como leer una y otra vez mi libro favorito, en donde se descubre algo nuevo, pero también se revive lo que te hizo enamorarte en primer lugar. Y a veces sucede que un martes por la tarde caes en la cuenta de que ese alguien, sin saber siquiera, le quito el lugar a tu libro favorito y lo mejor de todo es que sabes que faltan muchas páginas por leer y quizá, por primera vez, no tienes prisa por leerlas todas de una sola vez.