Atrás quedan las ansias y las conquistas
Las plazas abarrotadas
La gente gritando consignas, eufóricos andantes
Que han envejecido
 ralos los cabellos, mustia la piel, seca
Consumidos en espera
De un mundo que no llega
Él ultimo suceso mordiendo la cola del primero
Las casas cuentan su historia
En las capas descoloridas de pintura
Las ventanas una a una
despojadas de sus viejas guardas
Los senderos invadidos de malas hierbas
La vía del tren ultima  frontera abandonada
Solo al centro de la plaza
Inmutable
El apóstol pensativo llora
Lagrimas de mármol blanco
Mojando la bandera.
El Coronel pasa en su coche de mentiras
Arriado por catorce famélicos corceles
Un lacayo vestido de verde
Descolorido
Saluda simbólico a la multitud
La boca desfigurada
Las cuencas vacías los ojos sin luces
De rodillas una mujer gime despavorida
Del gorro frigio escurre sangre
Y deja en el asfalto restos de la estrella solitaria
Detrás taciturnos, en silencio de muerte
Un pueblo camina arrastrando cadenas
Al final en vez de bolas de hierro atadas, calaveras
Escritos en los frontales nombres de mártires
Las ropas hechas jirones
Las rodillas maltrechas
Tornado en agonía la alegría de antes
Muertos pasando
Desfilando muertos
En la tribuna un anciano
 con una banderita del 26 de julio
Saluda a los espectros
solo arrodillado
Un letrero le cuelga del pecho:
Patria o Muerte! Venceremos.!
Desgarrado, oculto la visión en mi pecho
Ofendido y mudo observo
Así lo he visto.
Decadente hedor de muertos.