No es fácil, por supuesto que no, porque el amor no es para cobardes. Y es que más allá de la belleza misma que encierra el encontrar en una persona todo aquello que buscabas, y aún más lejano de las historias que se plasman en los libros y películas, el amor es una lucha. Es como mantener a flote un barco mientras las olas le revientan con violencia, es tomar el timón con fuerza a pesar de no saber con claridad la dirección, el amor es continuar aun cuando lo único que quieres hacer es rendirte y dejar que la marea te consuma. Es una mezcla de paisajes hermosos y tormentas, y es que no somos iguales, cada persona en un universo y cuando dos universos colapsan entre sí solo puede resultar un espectacular y hermoso caos. Justamente por eso es complejo amar, y no me refiero a estar enamorado, porque eso es fácil, se da de manera tan natural que no puede existir queja alguna en la perfección que es el sentir las mariposas revolotear hasta salir por nuestros ojos como haces de luz, me refiero al amor por decisión, es el aceptar a un ser con sus imperfecciones y ser aceptado por las propias, con todo aquellos que le pertenece a cada uno, porque finalmente eso es todo lo que abarca el amor. Es la libre elección que hacen dos personas, la una por la otra, cuyo amor es tan maduro y completo que les da la seguridad del camino trazado, y que nace de la combinación de las mariposas, un poco más tranquilas, y la sabiduría de los años, con una pizca de risas y explosiones de cariño. Creo que allí también radica su dificultad, en que la razón es protagonista en la escena, y eso permite ver la realidad, no es pura limerencia que inhibe los sentidos, por el contrario, te hace preguntas difíciles y espera impaciente las respuestas. Si, el amor es difícil, pero vale la pena, siempre valdrá la pena, porque cuando llega ese momento donde miras la luz que nace de las mariposas, esa luz que se mantiene encendida con los años, que baja su intensidad en sus días difíciles pero que alumbra como faro en los tuyos… bueno sencillamente toda la dificultad se desvanece y queda esa dulce sensación de hogar, de calidez, de paz y armonía, todo en unos ojos que reflejan tu sonrisa, y que te quita las dudas de ser perfectamente amado con errores incluidos. Un inmarcesible amor que solo contemplaras si eres lo suficientemente valiente para sembrar y esperar por la cosecha.