Esta carta la debo haber empezado un montón de veces…. Y en mi  mente ya debo haberla desarrollado unas cien veces, cada noche  falta oscuridad y sueño para pensarte, que  lo hermoso he idílico  ya se trasforma en una pesadilla, todos en el mundo tienen una misión en la vida, y la vida es una interpretación constante, y creo que he fallado las mismas veces que te he pensado. Y estoy predeterminado a esa condena, Soy como el fruto del que creció sin  luz y tierra fértil, nunca se desarrolló  fuerte y maduro, y que tengo que lidiar en desventaja, pero aun así fui capaz de llegar a probar tus dulces labios    A veces creo que ya nada importa.  Como un soldado en batalla herido. Mi condena es tener emociones porque mi olvido es más  largo lo que duro tu amor. Esta es mi condena, ya nada importa amor, esta es mi despedida el tiempo me congelo y así me quedare, como una película que busca cambiar cada amanecer, esta es mi condena amor. Y deja llamarte amor por última vez. Porque esa palabra le corresponde  a otro. Ya nada importa amor. Solo soy  el que nació condenado. Este es mi adiós amor. La única forma de dejarte de pensar es bajando al infierno. Porque en vida ya lo vivo. Este es mi adiós amor. Anoche fue la última vez que soñé contigo. Ayer fue le última vez que vi tu foto.  Llego la hora del descanso del dormir eterno. Ahora velare por tus sueños. Adiós vida mía