Encinas de la dehesa extremeña,
tus verdes hoja , y bellotas pardas
caen llorosas sobre tu tronco.
Torcido, herido y ceniciento
como las manos del campesino,
que desde el alba trabaja tu campo.
Campesino, que en el duro invierno,
de tus fuertes y negras ramas
hace hoguera para ahogar su llanto....
Encinas de la dehesa extremeña.
Testigo quieta y callada,
del cazador que espera su presa.
Yo , no te quiero torcida ni llorosa....
te quiero altiva, erguida y hermosa
y........... que a tu lado me inunde.....
El aroma a romero y jara,
que no, el olor a trabajo del labriego,
ni el hedor a presa recien matada..........
http://crisledo.blogspot.com/