XITO.
Publicado en Mar 05, 2020
Éxito.
Se trataba de uno de aquellos concursos televisivos con importante difusión internacional en donde participantes desconocidos podían llegar a tener una destacada oportunidad. Alice, una muchacha de 28 años, consultora de belleza, bella, pero tímida y sencilla, decidió registrarse en la categoría de cantantes para probar su suerte, sin contarle a nadie sobre su aventura, pues temía fracasar en su intento y de esa manera podría avanzar en su existencia sin tener que admitir a nadie su derrota. Estaba en ese especial límite de edad en el que el éxito no es muy garante para los grandes sueños. El jurado, compuesto por cuatro reconocidos personajes del mundo televisivo, al verla plantada en el escenario, tan tímida y vestida con demasiada informalidad, prematuramente desconfió de sus cualidades y no ocultó entre sus gestos un ostensible menosprecio por la venidera actuación que habrían de evaluar; y con una cruel actitud de indiferencia, le dieron el vamos. Comenzó ella a cantar con trémula voz, pero, a la vez, muy concentrada en su cometido. Al mediar un par de tonos y compases de la canción, mostró uno de los potenciales registros de su voz y una de las cámaras del certamen, justo en ese instante, enfocó al presidente del jurado, el duro de las críticas, quien levantó totalmente sorprendido su mirada hasta la muchacha. Ella, ensimismada, continuó en su desempeño haciendo gala del gran talento que traía veladamente consigo y, mientras tanto, el masivo auditorio que repletaba en inmenso número la sala, mostraba, también impactado, un respetuoso silencio por lo que estaban presenciando: Un tema perfectamente bien interpretado, con un estilo muy personal y una calidad de voz que luego fue catalogada de adorable, dulce y cautivadora. Los restantes integrantes del jurado daban también muestras del inesperado impacto que la interpretación les hacía sentir. Tras la magnífica muestra realizada, al finalizar, el público estalló en un espontáneo y jubiloso aplauso que desbordó todas las expectativas e, instintivamente, llevó al jurado a ponerse de pié y aplaudir también con total sinceridad. Alice, al sentir esa fantástica ovación recorrió incrédula con su mirada la composición de ese público y se llevó una mano hasta su nariz y boca, atónita. Pero cuando el presidente del jurado, en medio aun de los vítores, comienza a emitir sus primeras palabras de aprobación y ensalces, ella se recogió sobre si misma y, sin poderlo evitar, rompió en un conmovedor llanto… Aquel fue para ella el comienzo de una exitosa carrera artística, en el justo momento de su edad en donde las dudas le amenazaban injustamente la concreción de sus sueños.
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Raquel
Preciosa historia de esa joven que con timidez se presentó en ese escenario a cantar, timidez que desaparece al cantar y que vuelve a aparecer cuando el jurado se dedica a escucharla y la ovación de los presentes le dan el toque de una hermosa realidad, la que hoy continúa a partir de ese momento..Me encantó amiga esta historia..Besos Rq
JUAN CARLOS
Unmuy buen relato y por cierto las oportunidades hay que tomarlas pues nunca se sabe si volverás a tenerla. A veces hacemos prejuicios y nos equivocamos.
Me ha gustado leerte!!
Um abrazo!
Enrique Gonzlez Matas
Te felicito, María José, por tu dominio del lenguaje.
Un cordial abrazo.