Tristeza por el toro muerto.
Publicado en Oct 06, 2009
Se llena de sangre la arena
y la pena del poeta desparrama versos llenos de grana color y de medreselva. Triste el poeta se nota que ya ni siquiera anota sus versos en un papel. Sus versos están en la arena donde la sangre llena el oblongo redondel. Triste el poeta calla y ya su barca se encalla en la Plaza de Teruel. !Ayes por el toro la luna exclama bajo la bruma del oscuro anochecer. !Es de ver como lloran los gorriones viendo a los dos pitones en el lujoso anaquel que sirve de estantería para el famoso Rafael. De Paula se llama el torero y en su lujoso perchero cuelga ahora su montera. La noche. La noche entera apaga hasta el lucero. Luto. Luto por el torero y el toro "Baldomero"... que la pena del poeta ya no tiene otra meta que servir para consuelo de las estrellas lejanas. No. No tiene el poeta ganas de seguir con el juego... y luego... la noche sigue creciendo mientras yo solo enciendo un cigarrillo entero. !Vaya por el toro muerto! Y el torero ya despierto no ha conciliado el sueño. Que más allá la manada echa en falta la mirada de aquel torito pastueño. Saca la luna el pañuelo para servir de justicia que todo es una estulticia en este mundo de duelo. Sangre. Sangre sobre la arena de la plaza. Y en las gradas solo existe ya la pena. En el salón de la casa De Paula busca y retrasa el reloj del desconsuelo. Y ha prometido que nunca más hará una brusca faena como torero. Por eso va y se corta la coleta de gitano. Con una oreja en la mano se retira de la Fiesta. Prefiere echarse la siesta a las cinco de la tarde que la plaza está que arde con un toro que está sin testa. Quien quiera poner final a los versos del poeta tiene plena libertad. Que yo apago el cigarrillo y convertido en chiquillo me voy hacia mi Gran Verdad: una chavala que nunca me hace a mí recordar que quise ser un torero buscando la eternidad. Ahora sólo comprendo el arte de la poesía escrita con la maestría de un torero de papel... Adiós...Adiós Rafael... que las zambras son gitanas para las luces de granas y oro en el redondel. Adiós... Adiós Rafael. Me voy hacia el horizonte con mi guitarra por norte lejos del burladero. Que es un juego muy artero matar a un toro bravo. Le han cortado hasta el rabo y yo sueño sólo con una estrellita del cielo... adíos te dice el pañuelo de mi joven compañera. !Claro que es verdadera!. Tristeza por el toro muerto yo la amo junto al huerto mientras la Fiesta continúa cantando mi pasodoble. Si. Fue un poema muy noble que escribí en una cuartilla pero ahora mi cartilla es sólo de un niño pobre que se hizo rico de sueños... Adiós a los toros pastueños... Allá, pisando la tierra, de la plaza verdadera otro torero empieza su via crucis de guerra. Yo no. Yo dejo mi pasodoble que se escuche si desean pero mi Sueño es un doble muletazo al barlovento. Y sigo lo que Ella escribe en su diario perpetuo. Tristeza por el toro muerto.
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