Y le dio el Covid 19… y se murió no más… ¿Pero cómo? Si ella se cuidaba tanto, no salía, compraba todo por internet, desinfectaba todo, se lavaba las manos y todo eso… Sí, todo eso, pero lo que ella no tomó nunca en cuenta era que sus mascotas, sus adoradas mascotas, esas mascotas con las cuales intercambiaba cariños, besos y hasta la cama, esas mascotas que le entregaban tanto amor según decía ella, como eran estúpidas por definición de mascota, no entendían nada de pandemias ni de virus ni de restricciones… y seguían haciendo su vida como si nada hubiera pasado… y el gatito salía en las noches y se mezclaba con quién sabe qué otros gatos del barrio la mayoría de ellos todos encoviddiecinuevizados, para llegar a meterse a la cama de su hoy extinta ama que lo acogía con tanto amor… y el perrito, ese tan tierno perrito faldero que la acompañaba en sus carencias afectivas intercambiando besos y langüeteos, cada vez que ella se descuidaba y se le quedaba abierta la puerta, salía a patiperrear (literalmente) y en sus inocentes patiperreos recogía y recogía bichos del suelo de todo tipo, entre los cuales se encontraba, como es lógico, el sujeto de la pandemia actual.
Resultado: se murió no más.
Y nadie supo qué diablos había pasado,,, y pusieron en duda lo de lavarse las manos y lo de no salir y todo eso; mientras tanto dos inocentes mascotas esperaban que alguna otra persona les diera el diario sustento para poder seguir existiendo, sin saber el drama que habían desencadenado.
… Y tanto que la amaban…