Zona vírgen de la infrecuente locura
he buscado retozar en tus membranas
esta pasión descontrolada que devora mi carne
a diario.
Te confieso una rutina desprovista de armas.
Sólo mi voluntad ha creado estas palabras
arrepentidas.
Zona vírgen de la eterna tristeza
he partido a cerrar las ventanas del misterio.
Estoy tan indefenso como un ciego
La noche despierta su aquelarre y te busco con
calor en las esquinas abandonadas de esta cruda
Buenos Aires.
Zona vírgen del esplendor cotidiano
negociaste mi dolor perpetuo.
Soy el hijo pródigo de esa estirpe que alentas
en tu afán soberbio.
Soy tu pregunta mas incierta, el paraiso de una
osada ocurrencia.
Zona vírgen del amor correspondido
He trazado mapas, financiado expediciones.
Estoy sediento de verdad y justicia.
Decime si soy un tonto, si la credulidad es
moneda corriente, si ya puedo descansar y escribirle
a tu condena y mi martirio.