Quién soy?
Publicado en Oct 18, 2020
Viví toda mi vida intentando agradar a los demás, intentando hacer lo que esperaban de mí, intenté ser perfecta.
Esperaba así ganarme el amor de los demás. Intenté llenar las expectativas, calzar el zapato que me daban: la hija de la maestra, la hija del maestro, la nieta de Cirila Jenkis, la hermana Vanessa, la pastora Vanessa, la líder, la hermana mayor, la fuerte, la trabajadora social. Muchas expectativas sobre mis hombros siempre colocó la vida. Intenté siempre dar lo mejor de mí, siempre impecable, cumplida, obediente, sumisa. Y para qué? Desde niña aprendí a reprimir mis deseos y emociones, dejé de correr porque esperaban que solo caminara, dejé de trepar para ver desde abajo los que otros se atrevieron a hacer. Hice menos travesuras que el resto, y cuando me atrevía a imitar las travesuras de los demás me iba mal, me descubrían y me golpeaban tan fuerte que no me quedaban ganas de hacerlo más. Crecí dejando pasar mis sentimientos por hacer lo apropiado, lo que se interpreta de lo escrito, desde la forma de vestir, desde a quien elegir amar, la forma de sentir hasta el modo de caminar. Mirando atrás recuerdo ahora como me sentí nada y empecé a reconstruir mi valor y auto conceptos acorde al amor de Dios hacia mi y en lo que esperaba de mi. Quise ser perfecta para Dios, quise agradarle, ese andar en rectitud definía quien soy. Mientras otros andaban de forma distinta yo empecé a sentirme mejor que los demás, tal vez por encima, merecedora de mucho. Pero la vida me sorprendió con menos de lo que esperaba. Rechacé a los jóvenes que se interesaban en mi, los que me interesaban, eligieron a otras por su belleza o por estar más disponible. Me sentí rechazada una y otra vez.Me hice presa fácil del cazador, del burlador, me rompieron el corazón en mil pedazos, cuando decidí amar o sentir esas decisiones me dejaron marcada, infectada. Creí que de muerte, lo que empeoró el panorama de mi vida, me sentí sin valor, usada y acabada. Tomé decisiones trascendentales basada en criterios espirituales, segura de la voluntad de Dios para mi. Ahora cuestiono todas esas decisiones y me enoja basar mi vida y tomar decisiones tan importantes de acuerdo a criterios tan irrelevantes y sub objetivos a la hora de definir el futuro. Una baja autoestima, poca valoración de mi misma marcaron un rumbo equivocado de mi vida.
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Una vida difícil y muy condicionada, con una voluntad férrea de seguir el mandato de un comportamiento y actividades que el personaje se alejó de la vida simple y a veces rutinaria de lo común, lo espontáneo, lo circunstancial. Una decisión más de renunciamientos que de logros y finalmente una experiencia traumatizante que contrapone todo el esfuerzo realizado con un personaje maltratado herido y confundido. Tal vez, las preguntas y todos los interrogantes del “si valió” la pena, sean el comienzo de un proceso de recuperación de la autoestima e iniciar como así debe ser….una nueva etapa en la vida que se merece
Felicitaciones Marua