Verano misionero
Publicado en Oct 12, 2009
Verano misionero
Es el mes de enero y la tierra colorada cruje al conjuro de los rayos solares que goteando fulgorosos centelleos le arranca de su piel roja hasta la última gota de agua. Al faltarle al suelo el vital líquido elemento, vuelve polvo la tierra y el polvo se vuelve aire y una llamarada roja se levanta cubriéndolo todo: a las plantas, a las casas, a la gente. Es el verano misionero. Pero no todo es sequía y calor. Debajo de la selva esmeralda, donde el rey sol, no puede hollar la hojarasca húmeda con su brillo dorado, en la mansedumbre del silencio corren los arroyos de agua frescas y claras, llenando de vida a la tierra siempre ávida de agua. Y en la selva los pájaros, las mariposas, los mansos animales y las fieras hacen su fiesta eterna de vida y color. En los pueblos al mediodía y especialmente en la siesta hay un silencio que se adueña de las comarcas y la gente hace andar los duendes para contener a los gurises en las casas. Es la hora en que el Pombero puede secuestrar doncellas, o el Yasí Yateré llevarse a los gurises. Milagros de duenderías y leyendas que nos vienen de la época de los abuelos. O la familia en pleno busca del remanso de un claro arroyo para hundir en ellos el cuerpo sediento de la frescura y pasar las horas en armonía con la naturaleza. No falta una caña cómplice para arrancarle al agua un fulgor de plata o de oro según sea el color de la mojarra que pone alegría al pescador de sueños y esperanzas. Son las noches claras de luna llena, que baña los sembrados, los yerbales, los teales, el tabacal madurándose. Que recorta en el horizonte el lomo redondo de las sierras. Y la música alegre de una "Cordeona" noctámbula que arranca de sus entrañas chamameses y chotis para alegrar a quienes ahuyentan el calor en las noches frescas, cuyas notas lleva en sus alas el viento para deleite de quienes lo escuchan. Es el remolino de muchachas y muchachos en las plazas de los pueblos, enhebrando charlas y amistades en la ronda amiga del mate o el frío o tereré. Para muchos es el tiempo del descanso, son las vacaciones de los estudiantes y los maestros que no siempre coincide con las vacaciones de los obreros y los agricultores. Es también el tiempo en que de pronto se desata el chubasco en mil cántaros de cristal y el chaparrón furioso apaga la nube de polvo y en el aire se aspira el aroma dulce de la tierra mojada. Al cese de la lluvia sobre el cielo se enciende multicolor el arco iris, lo que científicamente se conoce como descomposición de la luz, es de pronto el adorno del paisaje agreste de Misiones. Es el viaje casi cotidiano hasta la pileta, o a otros lejanos lugares donde se buscan las playas del río o del mar. Es un tiempo de reposo, silencios, calor y duendes. Es el verano misiones, la estación de fuego, que está entre nosotros.
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Diego Lujn Sartori
Así es nuestra tierra colorada, llena de sol, de sierras, de selvas, de ríos, arroyos y cascadas.
Subtropical...
Saludos
Diego
Diego Lujn Sartori
Tenemos todo en nuestra querida tierra colorada...
Saludos
diego
Anna Feuerberg
¿Cómo te va? Una descripción de ensueño. Me ha gustado mucho.
Un abrazo,
Annita
inocencio rex
le mando un abrazo y 5 estrellas
Diego Lujn Sartori
Gracias.Misiones es así: lujuriosa, llena de vida... solo el que la visita sabe como es.
Estaré viendo tu perfil.
Gracias
Carol Love
un gran abrazo
(ahora cuelgo algo del veranito santafesino... que no se queda atrás en húmedo..)