Un año de la última vez que te vi, dos desde que te conocí.
A veces me pregunto qué hubiera pasado si el día noventa hubiese sido el último.
Te extraño tanto que a veces desearía no haberte conocido. Y lo fui desando tanto que casi se hizo realidad...
La distancia acabó con nuestras conversaciones y evitó los abrazos y los besos. ¡Ah! esos besos tan intensos que me devolvieron la vida que hoy se siente tan vacía.
Una falla en el teléfono hizo que no pudiera llamarte, se perdieron nuestras fotos y se borraron los mensajes.
De a poco nos fuimos distanciando, no sé si por falta de interés, aburrimiento o simplemente el destino decidió que era el momento de terminar.
Hoy escribo mensajes sin recibir respuesta, como si fuera un número equivocado.
Y los chocolates que solíamos comer no los he conseguido nuevamente.
Toda evidencia de tu existencia ha desaparecido, solo me queda tu recuerdo y esa imagen de tu rostro con tu hermosa sonrisa que aparece cada vez que cierro los ojos.
A veces me pregunto si en realidad exististe o solo fuiste un producto de mi imaginación.
Talvez un día nos volvamos a encontrar. No, lo más probable es que no.
A veces me pregunto si lo adecuado es decirte adiós y dejarte ir o solamente decirte la verdad...
TE AMO