Plagio
Publicado en Mar 19, 2009
Plagio
En mi carácter de historiador y critico, pero por sobre todas las cosas, de amante del séptimo arte, me veo obligado a hacer publico, el engaño, la mentira, la estafa moral incurrida por un joven director local, que sin escrúpulo alguno, hizo propia una idea ajena, consumando uno de los peores pecados que se pueda llegar a realizar dentro del mundo artístico, el plagio. El cine, la técnica que consiste en proyectar fotogramas de forma rápida y sucesiva para instaurar la impresión de movimiento, utilizado para recrear aventuras, dramas, comedias, entretenimientos, documentales, informes periodísticos, entre otras manifestaciones artísticas, se ve mutilado, golpeado, por estos estafadores de la originalidad.Recuerdo mucho tiempo atrás, cuando cursaba el primer año en licenciatura del cine, un prestigioso profesor nos contaba como un famoso director de cine japonés, copiaba guiones de antiguas escrituras egipcias, circunstancia que él hallaba totalmente repudiable. Durante un curso que tome en la ciudad de Dallas sobre la transformación del cine después de la segunda guerra mundial, uno de los oradores informaba a los presentes, que los relatos de combatientes sobrevivientes, fueron utilizados para importantes realizaciones bélicas, pero que este caso no era comprendido dentro de lo que ellos consideraban plagio, alegando que estas narraciones no habían sido utilizadas anteriormente, tampoco les correspondía a los soldados, dueños de los relatos, regalía alguna.El único personaje de peso internacional del cine al que se le conoce una dura postura en contra de estos ataques a la propiedad intelectual, es el famoso director polaco, Román Polanski, manifestando en una oportunidad, que estos estafadores debían ser tratados en el código penal como ladrones y o delincuentes proponiendo penas de hasta veinte años, para todo aquel que incurra en este tipo de delitos. Un experto en "plagiologia", el frances, Jac Dion, contaba en una de sus tesis que los "plagiólogos" frecuentemente usan la práctica de recurrir a viejas películas ya en el olvido, tratando de encontrar en ellas algo para copiar sin ser descubiertos. Esta técnica, es bastante popular dentro de algunos grupos de cineastas mediocres sin ideas propias, la técnica que por cierto utilizo el joven director local al que hago referencia al realizar su ultimo film, la coproducción húngaro argentina denominada, "Calientes, insaciablemente calientes".Desde el inicio mismo encontré gran similitud de argumentos entre esta cinta y la película italiana de la década del cincuenta, "La bambina fogosa".La única diferencia que hallé entre ambos films, mínima por cierto, fue, que, en la realización nacional, actúan en el parte de la orgía dos travestis y un enano, en tanto que en la obra cumbre mediterránea, solo un travesti y la misma cantidad de enanos. Pero lo que me saco de quicio, debo reconocer, fue la escena en la que la protagonista del film, se masturba en la ducha del baño, escena igualita, igualita a la protagonizada por Sophie Evans en "Sexo virtual".Y ni hablar de la secuencia final, en donde la secretaria tiene a orillas del mar, sexo oral, anal y vaginal con un hombre de color, igual, totalmente igual a la escena de Julia Taylor en la millonaria súper producción de Private, "Esclavas de la penetración".Por ultimo y para evitar innecesarias suspicacias, aclaro que esta critica, no tiene ningún animo de revancha para contra el joven director local por no haberme permitido ingresar al set de filmación, negándome de esa manera participar y conocer de cerca, el back stage de esta pésima propuesta cinematográfica.
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