LA PERSONA QUE MS AMO ME DESTRUY
Publicado en Sep 25, 2022
Las pastillas de tu cuarto me deleitaban, solo bastaba un poco de valor y un vaso de agua. No existía otra forma para mí de escapar de ti. Día tras día se repetía aquella historia; todo era igual al día anterior. El mismo pudor y odio, el mismo dolor y sufrimiento, el mismo aliento y mirada enferma. Deseaba que la noche se diera a eso de la 1 de la tarde, pues ya estaba cansada. Y te quería de vuelta en mis sueños, sueños dónde no sentía miedo, donde te veías dulce, frágil y con una mirada que resaltaba todo el espacio. ¡Solo en mis sueños!. De mí todo te enojaba, hasta el más mínimo detalle de mis acciones. Me hiciste a un lado, y desesperadamente decías lo que jamás podía ser. Claro, nunca iba a parecerme a quienes de verdad amabas. Tenía días difíciles, pocas ganas de continuar y miles de acabar con todo. Y estabas ahí, como cada noche, haciendo que cada golpe me destrozara el alma, tanto que tu odio se reflejaba en tu rostro hasta el punto de enrojecerse. Más tarde los moretones de mi cuerpo empezaban a ser evidentes y no había maquillaje ni ropa que los pudiese cubrir. A pesar de que no era necesario mostrarlo, en mis ojos se podía ver cuánto dolor sentía. Rasguños y una que otra gota de sangre en mis mejillas. Lágrimas indetenibles, mirada desolada. Abrazaba mis piernas mientras gritabas sin piedad el infierno que te provocaba. Te juro que temía, el dolor aumentaba y locamente quería morir. Te amaba, a pesar de que mis miradas suplicando que no lo hicieras más no eran suficientes. Te amaba, a pesar de que mi llanto te decía que basta. Y aún así no parabas. Te amo, y no hay golpe que pueda borrar lo que por ti siento. Te amo mamá. Elb
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juan carlos reyes cruz
Como tercer punto corresponde que haga un comentario sobre la historia en sí y opino que este tipo de situaciones es bastante más repetida de lo que uno puede llegar a imaginar. No obstante, y como bien refiere Gustavo en su comentario, afortunadamente las autoridades (al menos en la cultura occidental) han establecido métodos que reflejan preocupación y algo se ha ganado al respecto.
Ahora, si pudiéremos referirnos a la génesis del fenómeno, pocas dudas caben que esta madre haya sufrido los mismos castigos y sumadas ciertas frustraciones ocasionadas en el ambiente de su desarrollo cotidiano, es la causa que detona su deseo de corregir todas aquellas limitaciones experimentadas en su vida y lo hace a través de castigos que en su mente son la herramienta para terminar con ellas. Es una rara forma de responsabilidad y la hace prevalecer por encima de sus sentimientos de madre que, aunque cueste creer, lo tiene bajo una montaña de prejuicios.
Por último, una de las cosas más destacables en esta manifestación, es la actitud de la hija, quien se muestra con una lealtad y nobleza que no es frecuente puesto que ese tipo de heridas por lo general dejan dolorosas cicatrices.
Una vez más debo felicitarte por los efectos que logre esta historia y también por la pulcritud de tu redacción.
Cariños.
Erlency
Cuando la niña estaba más pequeña, no tenía el valor de buscar ayuda porque creía que era falta de agradecimiento por lo que la madre hacía y en momentos llegó a hacer por ella; por otro lado, no tenía mucho conocimiento de la protección externa que pudiese existir; sin embargo, aguantó, perdió la calma pero luego avanzó.
Por otro lado, cuando se está viviendo esa situación no hay manera de pensar lo que la otra persona siente o tuvo que pasar para llegar a las acciones que estaba llevando a cabo, nos centramos es en lo que sentimos. Creyendo que no hay justificación para provocarle dolor a alguien. A pesar de todo eso, el tiempo se encargó de ayudarle a entender a la madre, a generar vínculos de empatía aunque ya todo hubiese pasado.
Pasó el tiempo y tuvo que alejarse porque el colapso emocional se apoderaba de ella. Es una historia superada, donde no niega que hay rasgos que faltan por sanar.
Gracias por el comentario,
Es un gusto enorme
Un abrazo
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Una historia muy dolorosa, triste y no se de cuánto tiempo se habla en el relato, pero aparente ser prolongado. La madre golpeadora no es infrecuente en el consultorio y cuando lleva sus hijos al control comenzamos a notar como dices los moretones muy seguidos, y distintos y la mirada del niño o niña como suplicante de encontrar un aliado a sus penas y martirios. Nos damos cuenta y de alguna forma comenzamos a rastrear con el servicio social y las psicólogas esas situaciones que merecen rápido auxilio. Cuando hay una mujer golpeada a veces se desarrolla el síndrome de Estocolmo víctima-verdugo en relaciones enfermizas, pero cuando es la madre es más difícil porque el niño o niña no puede renunciar al amor de hijo o hija porque es más profundo y permite e implora que alguna vez todo ese tormento cese y es su esperanza. Ahora bién,
Nosotros en el consultorio hacemos lo posible (y ahora hay leyes que permiten intervenir y denunciar al niño golpeado) por ayudar pero es muy importante que esa niña, hable y pueda descargar su dolor con auxiliares que están dedicados a estos problemas. La madre debe ser tratada y la niña contenida y ayudada y tal vez, con esos dos objetivos, esas heridas que no se ven pero que aún existen terminan cicatrizando. Como dice Hesse, la mujer tiene esa indulgencia por naturaleza y aún con ese dolor inmenso quiere a su madre
Felicitaciones Erlency
Erlency
Tal vez el temor y poco valor de la niña, no le permitieron buscar ayuda. Sin embargo, el tiempo se encargó de ello.
Dice que, aún hay cosas por sanar, pero lo está tomando con calma.
Bendiciones e infinitas gracias
JUNTALETRAS
No dejes de escribir amiga
Erlency
Espero poder transmitir algo positivo. Y como dijiste en un comentario de mis textos
Escribir ayuda, sin duda.
Bendiciones.
JUNTALETRAS