Hay luz después del Caos
Publicado en Feb 22, 2023
Han sido días tal vez muy diferentes para mi vida. Venía acostumbrada a un ritmo bastante notorio y rutinario, a un ritmo en el que pocas cosas interesantes pasaban pero que sin duda, disfrutaba; hace 20 días atrás, solo podía sentir cansancio, soledad, enojo, injusticia, desacuerdo y sobre todo poco amor.
Claro está, que todo eso fue después de entregarle el alma, el corazón, toda mi pasión a ciertas etapas que estaba viviendo, y esto incluye a personas, acciones, situaciones, emociones, en realidad a todo tipo de vivencia que pudiese atravesar. Luego, entraron a mi vida cierres de ciclos forzados, diría de tal modo porque yo no los hubiese cerrado aún, yo no entendía; me sentía exhausta, impaciente, desesperada, desconcertada, decepcionada de muchas personas e incluso de mí, sentí que todo estaba empeorando, desmoronándose y que se salían de mis manos muchas ilusiones, muchos sueños y sobre todo mucho esfuerzo. Tal vez muchas personas cercanas sepan a qué me refiero, como otras, no tendrán idea. Y está bien, amaría dejar esto a la imaginación y seguir escribiendo con el corazón. Sentía que perdía el control, que por más apoyo que recibiera no bastaba, era algo que me estaba afectando emocional, física y psicológicamente. Mis preguntas a Dios, a la vida, a mí, eran bastante frecuentes, sin llegar a la conclusión de si era lo que mi vida necesitaba o si a causa de esto iba a vivir algo extraordinario. En cuanto a Dios: ¿Esto es real? ¿En serio estás haciendo esto conmigo? En cuanto a la vida: En serio tenía que suceder? ¿Será que no vendrán cosas mejores como suelen decir? No entendía En cuanto a mí: ¿Me faltó amor por lo que hacía? ¿Me faltó humildad? Y me convencí por completo de que hice TODO mal hasta llegar al punto de avergonzarme por la situación y agachar la cabeza tristemente. El apetito desaparecía, el insomnio nuevamente se apoderaba de la noche, los pensamientos deambulando cómo alma enferma, la ansiedad protagonizando un muy buen episodio. Y ni hablarles del día, encontré la serie perfecta, la verdad buscaba algo que pudiese entretenerme bastante, y fue tan real que las 7 temporadas ya las culminé. Tenía tanto tiempo libre, tantos talentos guardados, tantos conocimientos, tanto trabajo por hacer, tantos libros por leer, tanto polvo por limpiar. Y aún así, no encontraba qué hacer. Así estuve por muchos días, dirán ustedes: NO ES PARA TANTO. Y pues yo les digo, SÍ ES PARA TANTO, ya que tenemos derecho a reaccionar como nuestra naturalidad lo permita, porque es válido echarnos a la pena cuántos días creamos suficientes, aunque la cantidad no importase. Porque es válido restregarnos cuánto dolor, sufrimiento y miseria sintamos, porque es justo culparnos, odiarnos hasta perder la fuerza. No era el único problema, ya se imaginarán cuánto acumule estaba atravesando. Agradezco a quién estuvo y en realidad se preocupó, a quién se tomó el tiempo de mandar un lindo mensaje, a quién me sacudió y me puso en mi lugar, a quién me impulsó y limpió mis lágrimas, a quien me abrazó y pudo calmar la angustia, a quién guardó silencio y dejó que todo lo que estaba cargando pudiese salir libremente. A todo esto, hoy un día frío y lluvioso, puedo decir que recorrí todo el túnel y por fin veo la luz. Hoy agradezco a Dios y agradezco a la vida porque esto pasó. Por fin limpié el polvo y remodelé, tanto mi templo espiritual, cómo mi templo terrenal. Por fin pasé la página de instrucción de aquellos libros archivados. Tomé mis tres carreras favoritas, me acerqué más a Dios, y me di una oportunidad conmigo, no pensé que me gustaran tantas cosas, y tampoco sabía que debía alinear otras. Si hace 20 días atrás venía haciendo algo mal, hace 5 todo está marchando mejor. Y la satisfacción que nunca había sentido, hoy por hoy solo puedo agradecerla. Esforzarse sí funciona y es una conveniencia propia. Seguiré obrando bien, obrando con amor. Porque a pesar de sentir derrota, fue lo único que me calmó. Tarde o temprano tenemos que desprendernos de las cosas, es importante que te aferres pero no le entregues todo lo bueno que pueda salir de ti. Límitate, haz hasta donde alcance y sobre todo agradece cuando salgas de un lugar, no importa si es por la puerta grande o si es por la de atrás. Quédate con lo bueno, con la experiencia y con la oprotunidad que tuviste. Con cariño Erlency
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Hay una continuidad en tus escritos y eso permite reflexionar y observar que tu propio dominio de las situaciones que antes te agobiaban y te hacían sentir culpable, van abriendo nuevos senderos en la comprensión de uno mismo. Tus experiencias de infancia; rechazo; agresión: mal trato; oct, fueron generando la caída de una autoestima que por casualidades de la vida en “un mensaje” pudo hacer girar y círculo viciado de condenas y frustraciones, para forjar en pocos días el nacimiento de esa otra mujer, que comienza a valorar sus propios actos.
Con algunos detalles que comentabas en escritos anteriores, aquellos mares de amarguras que te marcaron, tal vez, hubo en algún momento, una gota de dulzura, que si recapitulas, vas a encontrarla y te va a reconfortar. No será fácil quitarse todos esos estigmas, pero lo que vale en el HOY, es el haberse descubierto y decidir no solo cambiar, sinò SUPERAR aquella alma tan sufrida y casi sumida en el abandono. Hoy hay miles de situaciones a enfrentar, decenas de libros a leer, cuadernos a escribir, grabaciones a realizar y fundamentalmente a comenzar a salir del círculo de cerrado de la soledad para SOCIALIZARTE buscando amistades que sean compatibles con lo que deseas encarar a futuro. Hoy te ocupas de vos por primera vez; te reflejas en el espejo y las dudas se van destiñendo; se van evaporando. Seguramente así como escribes mostrando esa transparencia tan sana, podrás encontrar amistades acordes a tu nueva vida como manifiestas; de manera que felicitaciones y a seguir adelante. Tu sed de cambio no es solo posible….Es lo que has decidido. Hasta el más pequeño de los seres lleva un sol en los ojos…. y hoy; esos ojos, han visualizado un futuro.
Saludos Erlency
Erlency
Es difícil ver la luz al final del túnel, porque para llegar a ello tienes que hacer una lucha continúa y constante, recorrer un sin fin de situaciones que te quitan el aliento, la paz, la esperanza, y por muchos momentos te decaes. Muchas experiencias personales me llevaron a darle fin a todo lo que estaba atravesando que no me dejaba continuar.
Agradezco a la vida, por darme lo que necesitaba para sentirme como me siento ahora. Tranquila, aliviada.
Gracias infinitas por aportar en este proceso de escritura que es tan lindo para mí.
Bendiciones Gustavo
juan carlos reyes cruz
Te felicito por trasparentar esta historia que, además, la redactas con un impecable dominio de escritura.
Un cariñoso saludo.
Erlency
Gracias por leerlo y sobre todo, por dejar tu comentario,
Un abrazo