LAZOS QUE MATAN
Publicado en Oct 30, 2023
LAZOS FAMILIARES QUE MATAN
Una pregunta muy sencilla: ¿Cuánto aguantan? Sí, ¿Cuántos de ustedes aguantan por lazos familiares que llevan a dentro suyo la misma sangre; el mismo ADN? Demasiado, cierto. Otros a lo mejor sueltan más rápidos que alguno de nosotros o sencillamente no tienen el problema con lazos de sangre. Pero la mayoría estarán de acuerdo conmigo que tardan días, años o una eternidad por el simple hecho de ser: mamá, papá, hermano; así hasta el árbol genealógico; podría decirse. Que agonía; que angurria; que dolor; dolor en tu equilibrio mental, dolor en tu salud, dolor en tu corazón, dolor en cada parte de tu cuerpo, dolor en las palabras que salen de tu boca cuestionándote a ti misma y buscando explicación a lo que sucede. Sollozos de dolor en tus lágrimas que desarrollan el llanto inquietante que no logras calmar. Dolor, mucho dolor atravesado en la garganta como nudo que no desatas por esa paz que buscas, pero no encuentras. Hinchada tu cara de tantas horas; minutos desperdiciando cada gota de lágrima, por eso que llamamos… “Lazos familiares” O como a veces llamo yo: (lazos sangrientos que matan y condenan el alma). ¿Porqué? Porque la sangre duele, lastima, mata lentamente que cuando te das cuenta ya estas perdido; no cortamos ataduras por solo tener el increíble nombre llamado familia. En mi caso, tal vez a ninguno de ustedes les pasó como a mí. Pero en mi caso, tuve que desprenderme de uno tan fuerte, tan doloroso, tan cercano, como ese con el que la vida te conecta, con el que llegas al mundo. Siendo clara, con el de una madre y una hija; un lazo que ni la muerte puede llegar a romper, porque siempre serán una misma; solo lo rompes si es necesario romperlo. Ese cordón que te conecta a ella, que juntas respiran el mismo aire hasta que esté lista para venir al mundo y luchar sola. Ese que es; el lazo sagrado de la vida. De todos los lazos familiares; sin duda el que más duele y del que más cuesta desprenderse, el que te destroza por completo el alma en pedacitos porque no puedes pegar con nada; con el que lloras en vuelta en un charco de lágrimas; porque no quieres desprenderte del amor más puro y bonito que es lo que siente un hijo hacia su mamá…pero es necesario para poder sobrevivir a lo malo que te aporta. Me tomó mucho tiempo tomar esta decisión tan dolorosa para mí. Pues para ella ha sido tan fácil hacer como si nada ocurrió…que cree que es correcto lo que me hizo. A su pequeña. Así me decía cuando miraba fotos nuestras y se preguntaba como yo podía cambiar tanto. Lo que nunca supo ver es que esa niña siempre estuvo ahí y su pequeña vivía dentro de ella. Al lastimarme a mí se lastimaba ella sin darse cuenta. Lo que la vida a veces es injusta y te pone pruebas duras…quizás débiles para ver si caes en tentación y aprendes de ellas para no caer de vuelta o sencillamente no caes. Yo cometí un error que tal vez tuve unas culpas y unas luchas interna conmigo misma. Batallando para ganar a los demonios que mi mente creaba que nadie sabía. Es tan fácil juzgar sin haber pasado por lo que yo pasaba, es tan fácil taparse los oídos para no escuchar la verdad y hacerse los sordos; es tan fácil sepultar a alguien porque ante ellos eres culpable y no hay mas que decir…que sencillamente no se paran a pensar que pueden condenar a una persona a la muerte de sus pensamientos por toda una vida y que algún día puedan pasar por lo mismo, porque la vida a todos nos juega malas pasadas. Cometí un error que me ha costado la salud y mi vida reiteradas veces. Al punto de llegar a perderla por completo en manos de mi madre. Tal vez y no digo que no allá sufrido por mi fatídico error…pero cuantos golpes más mi cuerpo pueda resistir. Cuando yo cometí ese error imperdonable que ante sus ojos no había una mirada de amor ni de perdón…solo había rencor, odio. En el fondo yo sabía que esa espina iba a estar ahí. Pero seguíamos juntas para todo; algunas veces mejor que otras. Aunque no puedo saber lo que por su mente pasaba para después recibir de la que me dio la vida tantos golpes que casi me llevan a la muerte. Todos tenemos derecho a equivocarnos, aprender y levantarnos a pesar de haber caído, pues somos humanos y cometemos fallos. Si no la vida ni Dios no nos pondría a pruebas para poder superarlas. Yo ya pagué mis culpas. Pero no puedo estar toda la vida; a cada momento, expuesta a recibir ofensas, golpes, y que acaben conmigo. Con mucho dolor tuve que alejarme. Porque este lazo es un dolor que solo el tiempo logra apaciguar; calmar las heridas abiertas y lograrlas cerrar de algún modo. Porque vida solo hay una y no podía permitirme a exponerme a perderla. No hay explicación para tan amargo golpe…que quieran acabar contigo, por la ira que les recorre por dentro. Dos luces en mi vida que todavía dependen de mí. Lo más sagrado que la vida te puede dar y solo por ellos logré recuperarme y salir de esa oscuridad de la que puedo estar aquí contando algo tan personal de mi vida. La vida me regaló una segunda oportunidad…tal vez no una si no muchas y aunque logré vacilar a la muerte. No voy a vivir con odio y venganza en mi alma hacia la que es mi mamá, porque yo ya di, lo que pude dar de mí. Con rencor no se puede crear un mundo mejor, yo me perdono y la perdono a ella por no actuar correctamente. A pesar de que como mismo me dio la vida, quiso arrebatármela. Aunque en mi corazón siempre habrá una herida que no logre sanar. La paz que hoy yace en mí…vale la pena dejar atrás el sufrimiento. Con esto quiero decir; por circunstancias, tenemos que tomar decisiones duras. Aunque esas mismas a veces sean de nuestros lazos de sangre más cercano. No podemos perder nuestro eje esperando algún cambio o la aprobación, perdón de los que amamos; por difícil que sea. Perderíamos la libertad de nuestro rumbo y siempre aguantando lo que tanto daño nos hace. Yo corté, no esperen mucho tiempo para ello o algún día ya será muy tarde. Hoy estoy aquí, porque después de tanto sufrimiento que permití que me hicieran, aquí estoy como AVE FENÍX resurgiendo de mis propias cenizas. Para seguir con mi camino y mis objetivos, aunque deje atrás personas importantes para mí. Por bienestar, por salud, por amor propio. Para mi madre, hay daños que no son intencionados solo suceden y el tiempo no regresa, no vuelve. Espero que logres encontrar paz en tu mente y en tu corazón algún día no muy lejano. Estaré eternamente agradecida por haberme dado la vida, perdón por mis errores. Pero no soy culpable de tu resentimiento, tu odio y de que no me quieras. Adiós, madre. STELLA.BLU
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