Fin de la Parafernalia?
Publicado en Jul 20, 2024
El fin de semana pasado se terminaron los dos campeonatos continentales de fútbol que más nos embuten los medios de comunicación: la copa América y la Eurocopa. Junto con dichas finalizaciones, se terminaba algunos días antes el torneo de tenis de Wimbledon y este fin de semana se termina el Tour de Francia de ciclismo, todo perfectamente envasado y embutido entre tandas de publicidad que ya no respetan ni siquiera el tranquilo desarrollo de cada disciplina.
Torneos chatos, los del fútbol, con partidos chatos, con muchas definiciones a penales y con pocos goles. Ergo, como espectáculo: podrido; salvo la recurrente y ordinaria competencia y espectáculo entre jugadores con cortes de pelo ridículos y con tatuajes excesivos por todo el cuerpo... ¡Ordinarios totales! Mención especial para las simulaciones de dolores que no duelen por parte de jugadores mentirosos que tratan de sacar ventaja deportiva mediante engaños, engaños que son develados con las repeticiones de las jugadas, en las cuales todo el mundo se da cuenta de que no ha habido golpe y sí mucha exageración (ojalá se muriera la tele, dicen los teatreros mentirosos). Se tiran al suelo y un espectador inocente, al verlos, creerá que se van a morir de tan doloroso dolor los pobrecitos, pero se recuperan de inmediato apenas el referí cobra la falta y aplica la buscada tarjeta de color para el adversario. Esto de las simulaciones, que tanto afean el espectáculo, nació en Sudamérica. Los sudacas aprendieron a engañar simulando recepción de patadas para sacar ventaja. El Pato Yáñez, en Chile, fue uno de los pioneros en el tema... y le creíamos. En Europa eran más honestos y de hecho aun hay algunas partes en que no se ve esto, pero poco a poco (como decía Raphael) la costumbre se ha ido expandiendo. "Pues... si no podéis sacar ventajas jugando, sácala simulando, Chaval" , les enseñan los técnicos; o sea, en lugar de enseñarles "jugadas" les enseñan "jugarretas". Y al feble espectáculo en la cancha, se suma la paranoia en las tribunas. Imbéciles embobados, también tatuados como los de la cancha, con camisetas, pinturas y tatuajes casi más ridículos, gritan y vociferan desde varias horas antes del partido y hasta varias horas después. Si su equipo pasara o pasase algún gol (que de haberlos, los hubo, Garay) lloran, se abrazan y están todo el santo partido saltando y agitando la mano hacia arriba como quien dice, apuntando a ayudas divinas. Hombres, mujeres y niños; lo más lamentable: niños, que creen que así tienen que ser las cosas. Para terminar de rematarla, jugadores argentinos celebran su opaco triunfo, ofendiendo a los franceses del otro lado del atlántico que no tienen nada que ver con la copa América, con lo cual se desata hasta un conflicto diplomático. Y uno dice: "Pero ya se terminó, ahora veremos otras cosas en la tele"... ¡Las pinzas!... si este fin de semana se reinicia nuestro feble campeonato local; y digo feble por la febledad del fútbol ofrecido, no por los imbéciles con cortes de pelo ridículos y tatuajes ordinarios, que aquí también abundan, porque ahí somos bastante internacionales y competitivos que digamos. ¿Que no ven que tenemos de regreso al Rey borracho? Y si no me creéis, esperad al fin de semana y ya veréis. ¿Fin de la Parafernalia?... ¡Já!
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Uno de los acontecimientos de los fines del siglo XX y este siglo XXI, justamente es la masificación de información poco veraz por los medios hegemónicos de comunicación que capturan países en desarrollo, no solo la información sino una lenta y eficaz mimetización del producto a vender, comerciar, construir, destruir. También generar falsas noticias y fake como se las llama hoy; pero también la rápida captura de ejemplar a seguir en distintas áreas. Lo que planteas en el futbol es exactamente igual en todos los órdenes de la vida de una sociedad que lleva a una permanente SOCIABILIZACIÒN DE UN PRODUCTO A SEGUIR en distintas áreas. En caso que planteas, hay un trabajo muy serio de colonización y avances en construir imágenes en espejo de los ídolos en estos casos deportivos que no solo muestran esta avalancha de “novedades” como tatuajes, peinados, teñidos, colores de ropa deportiva bebidas ect etc. sino también la permanente guerra cultural contra estructuras aun sólidas
Pero que lentamente la debilitan en todos los sentidos. Los tatuajes provienen del siglo V a de Cristo y se utilizaba como distinción o rango social o de marcas definitivas a condenados o penalizados. Hoy ya en el mundo tiene otras significados, pero la “modernización” hizo esa masificación del uso y abuso. Las cadenas comerciales no solo intervienen con su propaganda en sus lugares de orígenes sino en esa utilización del ciberespacio que hoy permite la tecnología para masificar programas deportivos que son también una herramienta de colonización progresiva. Aun nos falta ver mucho en este terreno, pero como bien dices ya estamos contagiados de estas imitaciones
Felicitaciones Donbaldomero
donbaldomero.
Personalmente tengo una visión muy crítica de la forma en que nos amoldan; de hecho, tengo una especie de ensayo no publicado que habla de la publicidad, en el cual expongo mi propio punto de vista sobre el tema, exposición que lógicamente no le va a gustar al sistema, porque al sistema no le gustan los no corderos
"La publicidad es el arte de convencernos que no podemos vivir sin aquello que no necesitamos" digo en alguna parte de dicho escrito.
Desgraciadamente para mí, no lo he publicado porque soy un ignorante en materia editorial.
Un abrazo.