EL CORRAL DE LA MORERA
Publicado en Aug 18, 2024
Prev
Next
Image
 
El Corral de la Morería
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
                                   Al dueño de mi mente y al guardián de mis espaldas…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                    Mientras respires, todavía estás a tiempo…
 
                                 
 
                                
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL CORRAL DE LA MORERÍA.
 
-          Dame solo una noche, con eso me basta y te dejaré en paz
-          Te estás confundiendo conmigo Ismael
-          No lo creo
-          Por supuesto, crees que como trabajo en un tablao y no tengo pareja formal, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa
-          Simplemente me gustas, y sé que si algún día escoges, no será a mí
-          Entonces, está todo dicho
-          No, creo que puedo hacer que cambies de parecer, y me basta una noche
-          Deja de decir tonterías
-          Si quieres te pago
-          Me estás ofendiendo
-          Pídeme lo que quieras
-          Olvídate de mí
-          Por el momento: no, solo una noche, no me contestes, piénsalo
-          No tengo nada que pensar, quizás  mi aspecto te equivoque, pero no soy ese tipo de mujer, ni tengo necesidad
-          Sé qué clase de mujer eres, y me encanta. Solo tienes que dejarme demostrarte que clase de hombre soy yo
-          Las mujeres no basamos las relaciones en el sexo
-          Será más que eso, piénsalo
-          Tengo que prepararme para la actuación
-          Claro, no insistiré, pero no estaré lejos
Esta vez mi nombre es Macarena, Macarena de Triana, Sevillana, pero hace años que vine a Madrid, como casi todas las que queremos ser artistas. Tenía 25 años, ni mayor ni joven, pero aún no había conseguido lo que se dice una estabilidad en ningún sentido, y eso a veces me creaba algo de inseguridad. Siempre podía volver a Sevilla, pero no quería, si me había ido hacía dos años, era para no volver, me sentiría tan fracasada de otra forma, y bueno ya sabemos cómo es Andalucía, te puede hacer la persona más feliz del mundo y a la vez la más desgraciada, simplemente por no ser como ellos esperaban. Trabajaba como cantante de copla en uno de los mejores tablaos de la ciudad:  El Corral de la Morería, un nombre bonito, ¿verdad?. Mi horario era nocturno, tenía que estar poco después de las ocho y me solía ir sobre las cuatro más o menos, porque las actuaciones acababan a las tres, y hasta que no estuviesen todas finalizadas, no nos dejaban irnos, por si había que improvisar. Los fines de semana solían venir personas importantes, el pasado vinieron las princesa Leonor con su hermana Sofía junto a un grupo de amigos. No sé ni cómo se atrevieron, porque era un local con clase, pero venía todo tipo de personas, desde las más honestas hasta el capo de la mafia Irlandesa. Supongo que pensaban que era suficiente con la seguridad que llevaban, y  les aseguro que en ciertos lugares nada ni nadie te salva, por eso me alquilé un pequeño estudio cerca del local, para no tener que coger transporte cuando saliera de trabajar. No está bien decirlo, pero una era guapa, una gitanita guapa, y por belleza te aman o te matan, así que más vale guardarse las espaldas. A veces me decía: “Macarena tienes que echarte ya novio formal, aunque sea para que te acompañe a casa”, pero amaba tanto la independencia, el no tener que dar explicaciones, el hacer lo que me diera la gana, que se me pasaban pronto las ganas, pensaba que no estaba preparada, porque siempre creí que cuando tuviera marido lo amaría más que a mi libertad, y le haría el hombre más feliz del mundo, aunque tuviera que buscarle la mejor amante, si es que no podía satisfacerlo (una cosa es tener relaciones sexuales fuera del matrimonio y otra muy diferente: una relación sentimental a la vez), y aún no era el momento, aún tenía el egoísmo de la juventud, aunque poco a poco se fuese desvaneciendo. Tenía un amigo especial, de esos que te visitan, toman un café y te recuerdan que después de muchas lágrimas, aún eras mujer guapa bajo las sábanas. Se llamaba German, por su ascendencia alemana, muy lejana, tanto que en su aspecto no se reflejaba, porque era moreno de pelo y tez, con ojos negros, no muy alto, pero lo suficiente para parecerte un hombre apuesto. Teníamos una relación bonita, no forzábamos nada, simplemente nos veíamos cuando nos apetecía hacerlo, aún no sabía que las oportunidades pasan, y quizás cuando busques algo formal, no puedas obtenerlo, así que no desperdicien nada, cuando la vida te ofrezca algo más que un juego, porque quizás no sea lo que soñabas, pero los sueños son solo eso, una idealización que jamás se acercará a lo que el mundo te muestra de puertas para adentro (la soledad es dura según pasan los años, solo escógela si el maltrato es tu compañero). Eso lo comento por si les sirve, por entonces solo me dejaba llevar, tanto en el trabajo como en el sexo, y estaba contenta, quizás porque era una inconsciente, pero quien no ha vivido eso, quien no ha pensado que era plenamente feliz, porque no conocía los secretos más perversos, mejor la bonita ignorancia, que la realidad de un oscuro conocimiento, o por lo menos es lo que creo ahora, después de haber visitado muchas veces en el infierno, aunque una parte de mí decía: es mejor despertar a tiempo, que seguir soñando, porque la vida no es un sueño, por mucho que los poemas así te lo describan, quien vive, sabe que la pasión quema y la necesidad te hiere por dentro, abriéndote los ojos, esos que quizás permanecían quietos, viendo un bonito amanecer, cerrándolos ante quizás un asesinato o ante el robo de las ilusiones del niño que llevas dentro. Así que desperté, me dolió, pero dejé de esperar aquello que solo existía en los cuentos, y aunque no fuese la vida tan hermosa como esperaba, me sentía viva y bendecida porque no me faltaba de nada, entendí el juego, sin saber que no sería suficiente, para aquellos que quieren ver cumplidos sus anhelos a cualquier precio, aunque hoy te quieran y mañana no sepan quién eras, pero que importa si obtuvieron sus deseos.
-          Hola, te he traído unos churritos
-          Me encantan, ¿hago café?
-          Compré también chocolate
-          Si quieres lo dejamos para expandirlo por el cuerpo
-          Que guarrería
-          Que soso eres a veces, no sé ni cómo te quiero
-          ¿Me quieres?
-          Claro, hace tiempo que te conozco, quien no quiere a quien toca su cuerpo
-          Uy mucha gente
-          No, la que tiene buenos sentimientos
-          Anda no te pongas cursi, y vamos a desayunar
-          Te quiero
-          Bueno yo también, ¿a qué hora sales de trabajar?
-          Como siempre sobre las cuatro
-          ¿Por qué no buscas otro trabajo?. Te puedo ofrecer uno en el Corte Inglés de dependienta
-          Quiero luchar aún por mi sueño
-          El tiempo pasa, y luego todo es más difícil
-          Dame un par de años más, si no consigo salir en televisión frecuentemente para entonces, hablamos lo de dependienta, aunque me duela reconocerlo
-          No es un mal trabajo, pagan bien, tendrás tiempo para ti
-          Ya pero es como si a un arquitecto le dices que trabajará de decorador, no está mal, pero no es lo que imaginó
-          Lo sé, solo es que  no quiero que mueras en el intento
-          No te vayas a ir de mi vida
-          No, no lo haré
-          Ni aunque te eches novia
-          Tu eres mi novia
-          No lo soy, soy tu amiguita
-          Llámalo como quieras, para mí eres algo más que eso, pero sé que tienes algo de miedo a las relaciones, no sé por qué, pero sé que lo tienes y no te fuerzo
-          Estoy bien así
-          Y lo acepto
-          Mira te enseño mi nuevo vestido para la actuación
-          Otra vez en morado
-          Es que me encanta el color, creo que me sienta bien, junto al azul. Antes me gustaba todas las tonalidades del rosa y  del rojo, pero ahora que se está acercando la madurez, me veo mejor con esos tonos.
-          Ya te dijo una estilista que te pega el verde
-          Ese color no favorece a cualquiera
-          A ti sí
-          No me gusta mucho, me parece masculino
-          ¿Más que el azul?
-          El azul me recuerda un poco a los bebés, y me produce ternura
-          Ese es el celeste, no el azul
-          Bueno creo que me sienta bien
-          Hazle caso a los profesionales, se ganan el dinero con ello
-          Bueno para el siguiente miro ese color
-          Harás bien, recuerda que el maquillaje va en sintonía con la ropa
-          Que sí, pareces mi representante
-          Solo quiero que cumplas tus sueños, para luego llevarte conmigo a casa, tranquila, sin traumas de no haber conseguido lo que deseabas
-          ¿Sí?
-          Sí, solo te estoy dando tiempo
-          Gracias
-          Venga vamos a tomar el desayuno, que se va a enfriar mucho
-          Te quiero…
 
Ese día llegué tarde al trabajo, pueden imaginar por qué. No hay nada más afrodisiaco que sentirte deseada por quien te gusta, y bueno éramos jóvenes, pasionales, sin grandes responsabilidades, pueden imaginar. Después de que se marchara Germán, me sentí algo mareada, no puedo decir el motivo, y no estaba embarazada. No sé, no creo en los espíritus, pero note como si algo cambiase dentro de mí, como si me invadieran mi cuerpo, mejor dicho, mi mente, como si no fuese la misma persona que hacía solo unos minutos. Fue una sensación muy extraña, difícilmente de explicar, pero ocurrió. No sé si me agradaba o no, pero así sucedió, y entré en el tablao sin todos mis sentidos dispuestos, y con algo de inseguridad, vaya que me hiciera actuar mal, y dependía de mí,  tenía el apoyo de Germán, pero dependía de mí, de nadie más, y eso te hace ser fuerte, pero también te da mucho miedo fallar, porque no sabes qué te esperará. Intenté relajarme, me tomé una tila y aunque a veces me entraban sudores fríos, cerraba los ojos y me decía, para adelante, mañana te echas en la cama todo el día si quieres. Me puse el vestido morado nuevo que me compré, tenía flecos en el escote del mismo tono, un solo volante, mangas de farol y una flor grande bordada entre la cadera y la cintura de diferentes colores pasteles. Me sentía guapa y eso siempre ayuda, siempre te da fuerzas a continuar, cuando te gustas. Llegó la hora de la actuación, esa noche iba a hacer un pequeño repertorio. Había más artistas, pero cada semana nos daban a uno el protagonismo, y eso se agradecía. Esta me tocaba a mí, actuaría la segunda, y según vieran al público, pondrían a otro para terminar o lo finalizarían con mi copla favorita “ la Zarzamora”, y con algo de sudor en la frente, no sintiéndome bien, comencé con María de la O, sin tener muy claro si la podría terminar, pero pude, una vez que empecé a cantar, se me olvidó el malestar, y me sumergí en otro mundo, donde el duende actuaba, sin que tuviera plenamente mis sentidos. Entonces ocurrió algo, empecé a escuchar una voz en mi cabeza que me decía “Vete”, “Huye”, “Sal del escenario” y no sé por qué obedecí. El guitarrista y el percusionista siguieron tocando sin entender nada, hasta que vieron a Ismael sacar un revólver, con intenciones de dispararme, mientras corría. Falló, porque hice caso y lo redujeron rápido. Todo el mundo empezó a chillar, queriendo salir de la sala lo más rápido posible, mientras yo no podía moverme detrás de las cortinas, no me había convertido en una estatua de sal, pero mi cuerpo no respondía ni ante el peligro. El sudor empezó a resbalar por mi cuerpo,  por todo mi cuerpo, un cuerpo que se había quedado helado, porque casi muero. Los ojos se me cerraban, perdí algo el equilibrio, hasta que mi guitarrista me cogió y me llevó lejos de aquel tumulto. Una vez en el camerino, me tumbé en el suelo, con las piernas en alto sobre la pared, porque es como mejor se quitan los mareos, y el frío poco a poco se iba marchando de dentro. Llamaron a la puerta, era la policía, pero no tenía fuerzas ni de abrir el cerrojo, algo pasó en mí, sin poder decir el motivo, pero después de hacer el amor con Germán, dejé de ser la misma, para pasar a ser alguien que desconocía, pero saben una cosa, sabía que era mi amiga.
-          Buenas noches
-          Buenas, disculpe estoy algo aturdida
-          ¿Por qué no abría la puerta?
-          Por lo que le he dicho, porque no me encontraba bien y he tardado en reaccionar
-          ¿Conoce al hombre que hemos detenido?
-          Sí, es un admirador, viene casi todas las noches
-          Algún problema con él
-          Me hizo una proposición algo deshonesta el otro día, pero no le di mucha importancia
-          ¿Y por qué no se la dio?
-          Porque los hombres suelen ser muy pasionales con las artistas, solemos ir bien arregladas, tenemos algo más de lo normal de sexapil, nos llegan a admirar fácilmente, y se dejan llevar por esa falsa fascinación, pero por lo general se les pasa cuando vuelven a su día a día
-          ¿Y no ha sido el caso?
-          No, ha ido a más
-          Me han comentado que ha salido del escenario justo antes de que sacase la pistola
-          Sí
-          ¿y cómo ha sido eso?
-          ( no digas nada de mí), escuché en mi cabeza
-          Le pregunto que como ha podido reaccionar tan a tiempo
-          Creo que ha sido la intuición femenina ( bien dicho)
-          No será ningún plan entre los dos para darse publicidad, ni nada de eso
-          Está usted loco
-          No falte el respeto
-          Perdón, pero me parece una barbaridad lo que ha dicho
-          Por mi profesión sé de lo que la gente es capaz
-          No es el caso
-          Bueno lo hemos llevado a comisaría, hablaremos con él
-          Gracias
-          Dele las gracias a su intuición
-          Se las daré
-          Estaremos en contacto, no va salir en un tiempo de la cárcel, pero tenga cuidado, le avisaremos de todo, para que sepa a qué atenerse
-          Muchas gracias, otra vez
No estaba asustada, estaba sorprendida, porque no entendía de donde venía esa voz que me hablaba. Sabía que existían las enfermedades mentales, pero no tenía antecedentes, ni me había drogado, para que desembocase en eso, por lo que llegué a concluir que quizás se tratase de mi subconsciente, que unido a la intuición femenina, me estaba dando señales de cómo actuar. Cerré los ojos, me quité el sudor de la frente, mientras llamaron a la puerta para decirme que las actuaciones seguían, porque el público se había tranquilizado, habían pagado, y querían más. Pueden imaginar las ganas que tenía, pero ya lo dije, dependía de mí, así que nada, a volver a cantar, a volver a sentirme como una gran artista, aunque me temblaran las piernas y mi cabeza anduviera liada, pero me bastaba con que mi voz permaneciese intacta, porque si algo tenía bonito era eso, aunque a muchos les costara reconocerlo. Me eché un poco de polvo en la cara, me peiné, me miré al espejo, y escuché “perfecta, sal a brillar como las estrellas”.
Durante unos días todo fue muy normal: salía a comprar, limpiaba un poco la casa, escuchaba música para ver que podía añadir a mi repertorio, atendía a mi gata Lola, y no volví a escuchar nada en mi cabeza, menos mal, porque creí que me estaba volviendo loca, di por sentado que todo ocurrió motivado por el estrés de haber podido morir por un admirador. Necesitaba pienso para Lola, y a ella le gustaba uno que estaba en una tienda a las afueras del barrio, me daba tiempo antes de ir al tablao. Me puse un vestido de punto con unas zapatillas, y me recogí el pelo. Durante todo el camino iba pensando en mis cosas, y sobre todo estaba asombrada como no me había afectado lo de Ismael, la verdad, supongo que la vida te va curtiendo, tanto para lo malo como para lo bueno, y comprendí que simplemente se había trastornado, y le había dado por mí. Lo importante es que no había pasado nada, con suerte se pondría en tratamiento y haría su vida dentro de poco, sin tenerme que preocupar por nada, es lo bueno de ser positiva, ves siempre el lado bueno de las cosas, cuando a veces solo hay oscuridad, pero tu bondad no la quiere aceptar, porque si no está dentro de ti, tampoco en otro lugar, una clara equivocación, porque el mundo es diverso, y existe la maldad. Compré lo necesario para Lola, incluso alguna chuches, por si le gustaban, pagué y a la salida del local, me di cuenta de una cosa: un hombre a lo lejos me miraba y sonreía, volví a pensar bien, y creí que se trataba de otro admirador del tablao que me había reconocido, no le quise dar más importancia, pero se despertó en mí el temor a volver a vivir lo mismo, tanto que me dije: no te vas a dar dos años, te vas a dar uno,  y si no consigues lo que quieres, vas a buscarte otra vida, donde no te sientas tan perseguida, porque si el fuego avivas, te quemarás, no hay otra salida, y quizás la vida me estaba avisando de que la noche con la luna era casi una fantasía, pero era también el marco perfecto para muchas fechorías. Me dirigí a casa con las cosas muy claras, incluso decidí apuntar en un papel todo lo que tenía que hacer antes de retirarme del mundo del espectáculo, porque saben una cosa, cada vez tenía más claro que solo se trataría de una etapa en mi vida, que no iba a conseguir lo que esperaba, pero el haber podido trabajar en ese tablao ya era un triunfo, a algunas ni las veían. Una siempre quiere más, quiere el mundo entero a sus pies, subir al paraíso, si fuese cierto, pero a veces te tienes que conformar con seguir soñando, porque la realidad siempre te baja al infierno.
-          ¿Cómo has entrado?
-          Me distes las llaves hace tiempo
-          Es verdad, se me había olvidado
-          ¿necesitas algo?
-          Quería verte
-          ¿para?
-          Bueno quiero presentarte mañana a una persona
-          ¿Quién?
-          Mañana lo sabrás
-          Vendremos sobre las doce de la mañana
-          Por mí perfecto, tendré todo listo para un aperitivo
-          Con una cerveza y unas aceitunas será suficiente
-          Entendido
-          Es una persona importante
-          ¿y por qué me la quieres presentar?
-          Quiere conocerte, es asiduo al tablao
-          ¿Quién?
-          No te has dado cuenta, se sienta al final para que no lo vean
-          Estoy intrigada
-          Ponte guapa, pero no provocativa
El día pasó con normalidad, hice mi trabajo bien, aunque todavía me entraban algo de nervios cuando subía al escenario, porque recordaba lo de Ismael, supongo que no me había afectado para mi día a día, pero el tener que pisar la misma escena del crimen, pues eso es más difícil de llevar. A la mañana siguiente arreglé un poco la casa, y me senté a esperar a que viniera Germán con su amigo, quería pensar que no sería otra proposición indecente, porque no quería ser puta, quería ser cantante, pero me estaba dando la impresión que esas profesiones la mayoría de las veces van juntas.
-          Hola, mi nombre es Román
-          Encantada, yo Macarena
-          Te pega
-          Muchas gracias, sentaros
-          Bonita casa
-          Bueno es algo temporal, pero creo que logré ponerla mona
-          Sí
-          ¿qué es lo que le trae por aquí?
-          La he conocido en el tablao, me ha gustado mucho y quería saber cómo era en persona
-          Vaya, me adula
-          También quiero que haga un trabajo para mí
-          ¿Cuál? ( “hazle caso, yo te ayudaré”, escuché en mi cabeza otra vez)
-          Me gustaría que intimara con una persona, porque necesitamos tenerlo en vigilancia, es bastante peligroso, y sabemos que le ha gustado
-          ¿Y por qué iba a hacer eso?
-          Porque tendría una gran recompensa
-          No quiero meterme en esos líos, nunca acaban bien
-          Esta vez sí, se lo aseguro. Además le haremos que triunfe, le empezaremos a dar publicidad, y dentro de poco todo el mundo sabrá quién es
-          Pero solo quieren que lo seduzca
-          Eso ya lo has hecho, solo queremos que intimes con él aquí, en tu casa, y nosotros nos encargamos del resto, sin que tengas que saber nada más, para no ponerte en peligro
-          ¿lo van a matar?
-          Es mejor que usted no sepa nada, pero hay personas que merecen morir
-          No quiero esos líos en mi vida
-          Lo siento, ya la hemos elegido, es la persona adecuada, tendrá que trabajar para nosotros más veces.
-          No quiero
-          Si se niega, tendrá malas consecuencias
-          ¿me está amenazando?
-          Advirtiendo
-          ¿Y tú no dices nada, Germán?
-          No hay otra elección Macarena, a veces la vida nos elige
-          Pero no soy excesivamente guapa
-          Eres mucho más que eso. Además lo importante es que le gustas, eres atractiva, capaz de conversar y enamorar a un hombre. Otras quizás exciten más, pero retendrán menos
-          No quiero, ni siquiera sé si lo podría hacer bien, si se me notaría (sí podrás)
-          Solo tienes que ser tú
-          Germán di algo, que me voy a molestar contigo
-          No tengo nada que ver, pero tampoco creo que pueda hacer nada. Lo siento
No comprendía porque la vida me estaba metiendo donde nunca quise estar. Había intentado ser correcta, no dejarme llevar por los malos hábitos, tener solo una relación, ¿por qué me querían a mí?. No sé, pero pensé que como no tenía familia propia, quizás pensasen que no tenía nada que perder, si me pasase algo, pero podía perder la vida, que hay más importante que eso, porque mientras la tienes, puedes siempre empezar de cero, y construir algo hermoso, en otro lugar diferente, a donde te quitaron hasta los sueños. La vida es muy diferente, cuando no eres prioridad para nadie, y empecé a verme como una desgraciada, porque si iban a usar mi cuerpo, era porque lo demás carecía de valor, para cualquier hombre que mereciese la pena (se supone que ya eligieron), y mientras se me saltaba alguna lágrima, pensando cómo había dejado de pasar la felicidad en parejas que me hubiesen amado verdaderamente, me resigné pensando, que la vida te va llevando poco a poco, quizás a tu verdadero puerto, porque no importa quién creas que eres, sino quien te hacen sentir, y pueden imaginar cómo me siento. Eso no quitaba que mirase atrás y me diera pena haber perdido oportunidades, que no me hubiesen llevado al infierno, pero como siempre digo, ya solo dependía de mí, además creía que después de la visita, sería siempre así, no sé porque, concluí que ya nadie me amaría, porque algunos usarían mi cuerpo, como cualquier objeto, quizás hermoso, pero que envejecerá, porque nadie se salva de eso. Me tumbé en la cama, sin tener claro qué era lo que tenía que hacer, no sabía si podría disimular la pena que me daba todo aquello, porque una fue muy insegura con casi todo, pero en el fondo siempre quise el cuento, y sabía que después de la primera noche que me pagaran, dejaría atrás esa ilusión, para meterme en un mundo donde el dolor era tu cama, y la desilusión su varita mágica. Cerré los ojos y me dejé llevar, quizás en el sueño algo bonito se me despertara, porque sabía que iba a dejar muchas cosas atrás, cuando ese hombre me tocara, cuando dijera adiós al amor, cuando el sexo me dominara, cuando la ilusión se vistiese de desesperanza, cuando todo girase alrededor del dinero, cuando desapareciera la muchacha de Sevilla, y diera paso a alguien más fría e incluso mala, pero saben lo que hice: me sequé las lágrimas, y sonreí diciéndome “siempre podrás recordar que fuiste realmente amada”, y aunque muchas finjan tenerlo, reconocerán que solo ganaron una batalla, porque en su interior saben que el corazón de su amor tiene otra dueña, aunque no duerma en su cama, ni controle sus miedos
 
-          Buenas
-          Macarena
-          Encantado, prefiero no decir mi nombre
-          Como quiera, le llamaré el desconocido
-          Me gusta
-          Pase, siéntese
-          Gracias
-          ¿quiere tomar un café o algún licor?, tengo Bailey, compré ese, porque gusta a todo el mundo
-          Sí, póngame un poco
-          (Tómate tú también una copita, aunque no te sienta mal bien el alcohol)
-          Me gustó mucho su actuación de anoche
-          Gracias, la verdad, le digo un secreto
-          Dígamelo
-          Me esforcé más, porque sabía que usted iría, aunque no supiera quien era
-          Gracias otra vez, puedes tutearme, llámame Manolo, no hay problemas con ese nombre
-          De acuerdo (tranquila, todo irá bien, verás como no te costará)
-          ¿Contenta en Madrid?
-          Mucho la verdad, espero no tener que irme
-          Haremos que sea así
Y mi voz interior tuvo razón, no me costó, me hizo sentir relajada, no fue violento, pasé una velada agradable, hubo sexo y dinero, pero no me sentí como creía que pasaría, no me sentí sucia ni herida. Llegué al clímax fácilmente, sin saber que así se lograría. Creo que me había equivocado mucho, porque nunca me había sentido tan mujer, a pesar de que mi alma ya jamás estuviera limpia.
 
-          ¿Qué tal?, ¿Cómo fue todo?
-          Me parece duro hablar de esto contigo
-          ¿tienes a alguien más?
-          No, pero se supone que eres mi pareja, aunque no sea formal
-          Más que tu pareja, soy tu familia en Madrid
-          No me parece bien
-          Tranquila, me dedico a más cosas que a la de agente comercial
-          ¿A qué?
-          Bueno no se puede ir contando todo por ahí
-          Ni yo como pasé la tarde ayer con un hombre a otro
-          Debes decírmelo, era una persona  importante
-          Pues fue muy agradable conmigo, me trató mucho mejor que muchas personas en mi vida
-          Las personas a veces son desagradables, cuando no dominan la situación
-          Pues la dominó
-          ¿en todos los sentidos?
-          En todos
-          ¿Te gustó?
-          Mucho
-          No te vayas a enamorar
-          ¿no puedo?
-          No te conviene, es lo que se dice un perla
-          ¡Qué más da uno más!
-          Ten cuidado, por favor, tómate estas cosas como trabajo, aunque pases una velada inolvidable, que se quede en eso, en una fiesta, no en un recuerdo bello
-          Me estás asustando
-          Te estoy advirtiendo
-          De acuerdo
-          Además tiene familia, no eres su primera amante, y no la va a dejar por ti. La mayoría de los hombres no dejan su comodidad por un pasatiempo, por muy bello que sea
-          No te preocupes, me ha quedado claro
-          Y bueno, espero que no afecte nada a nuestra relación
-          Es que ya no sé qué clase de relación tengo contigo
-          Una buena, y sin definir
-          Pues así será
-          Quizás algún día cuando menos te lo esperes, tu vida cambiará, te atreverás a más y serás plenamente feliz
-          Creo que eso lo he dejado de pensar, en el momento que se enterase de lo que estoy haciendo, daría marcha atrás
-          A los hombres no les importa mucho el pasado, si te quieren y son felices contigo
-          No sé, a veces creo que no se me permite ser feliz, no sé el motivo, pero a veces lo pienso así
-          Pues no pienses tanto, cuídate, haz tu trabajo, vive, y el destino dirá
-          El destino
-          Si
-          Eso no te pega a ti
-          Pero sí a ti…
 
No sé qué sucedió en mí, pero me sentía bien, en vez de llorar o deprimirme, me sentía bien, muy bien y cuanto más lo pensaba, menos lo entendía, pero el hecho era ese, en vez de sentirme sucia, me sentía algo querida. No sabía cuándo volvería a verlo, ni siquiera si habría otra vez, hasta que escuché (sí habrá más veces, y debes actuar como hasta ahora, porque si te llegan a amar, no tienes ni idea lo que podremos conseguir con eso, más de lo que jamás puedas imaginar). Me toqué el oído, pensando que quizás llevaba un micro instalado en algún sitio, pero el resultado es que desde hacía poco tiempo, desde que entré en un mundo quizás algo siniestro, me sentía acompañada, estando sola de puertas para adentro. Me fui a comprar un vestido, porque quería que me viera guapa, dijo que no podía ir más al tablao, pero tenía claro que de alguna manera me vería, que me observaría, porque una sabe cuándo había funcionado, aunque se marchara casi de inmediato. No elegí ni verde ni morado, por supuesto lo elegí rojo, era más bien un vestido para bailar, sencillo, de punto, con mucho vuelo, con el cuerpo ceñido, con algo de escote y mangas por los codos. A veces en lo más simple hay un encanto especial, que hace que brilles más que los demás. Había uno igual de tirantes, pero pensé que siempre unas mangas dan más clase. Y me lo puse esa noche, sintiéndome deseada, por quien quizás no merecía ni unos azotes, pero cuando el sexo funciona, no te importa ni quien es, ni de dónde. Esa noche, además de cantar, bailé. Me sentía tan llena de vida, que me daba miedo despertar metida en un callejón sin salida. Elevé las manos como nunca, mis manos parecían mariposas, y el taconeo de mis zapatos, tambores en cualquier peligrosa maniobra. Me fui sola a casa, mientras me cantaban dulces canciones, porque la voz no se marchaba, aunque a veces había silencios y temores, pero hay algo que muchos hombres desconocen: el saber que te quieren es suficiente para que una mujer los ame, y quizás me engañé, pero creía que ese hombre me quería, aunque fuera en una imaginación mediocre. Cuando llegué a la casa hubo otra sorpresa, me habían robado. No había mucho que coger, pero me habían quitado las pocas cosas de valor que tenía y algunos regalos, que tenía preparados para las navidades (los solía comprar antes, poco a poco, para que no me supusieran un gran gasto). No habían tocado nada de la casa, pero se llevaron el joyero, un boceto que tenía de un admirador pintor importante, la radio antigua de mis abuelos, mis mejores vestidos y unos zapatos que me costaron un dineral, que los tenía reservados para alguna actuación especial. Lo dicho, lo que tenía de más valor, sabían que era lo que merecía la pena, y eso me creó inseguridad, porque no entraban muchas personas a mi casa, o eso creía. Llamé a la policía, vinieron rápido, y hubo otra sorpresa, vino el mismo simpático policía.
-          Buenas otra vez
-          Buenas noches agente
-          ¿Qué pasa ahora?
-          Me han robado
-          Señorita, ya estamos otra vez
-          Le digo que me han robado
-          A ver ¿qué?, porque la casa está en orden
-          Pues las cosas de valor que tenía
-          Apúntelas aquí
-          No era mucho, pero era mío
-          Ya entiendo, pero la puerta no está forzada, ni nada revuelto
-          Pero lo han cogido
-          No sé yo si el seguro se lo va a cubrir, porque no hay ningún signo de violencia, y lo ha podido fingir usted, que me parece que le gusta llamar la atención
-          Usted se está confundiendo conmigo, y no me está ayudando
-          Señora que he venido casi a las cinco de la mañana para esto
-          Me han robado
-          Bueno venga conmigo y ponga la denuncia, también tiene que decir quien tiene las llaves de su casa
-          Quien las tiene no ha sido
-          ¿por qué no?
-          Me quiere
-          Ya, señorita hoy te quiere y mañana te odia, ¿qué edad tiene usted?
-          25
-          Es joven, pero trabaja por la noche y vive sola, usted sabe cómo es el mundo
-          Lo estoy descubriendo
-          Pues espere muchas sorpresas, diga quien tiene las llaves además de usted, porque quizás no haya sido él, pero se las hayan cogido
-          Eso ya me parece más probable
-          ¿entran muchas personas a su casa?
-          No
-          ¿seguro?
-          Si
-          Porque le preguntarán de todo, le preguntarán por todos sus secretos
-          No los tengo
-          Pues mucho mejor
-          Venga vamos, y cuando amanezca cambie la cerradura. Mi consejo es que no de la copia, nadie es totalmente de confianza
-          Así lo haré
-          Vamos, le llevo a la comisaría
-          Gracias
-          Tenga cuidado, si la han querido matar y le han robado de verdad, su vida está más en peligro de lo que cree
-          No me asuste
-          Le aviso, de todas formas le comentaré todo al inspector, para que sepa de su situación, siento haber sido un incrédulo, pero ya sabe, la vida te va curtiendo
-          No importa, ha venido
-          Quédese con eso
 
Puse la denuncia, llamé al seguro, me cambiaron la cerradura, me dieron una copia, que guardé en el cajón de la cocina al fondo, para que nadie las encontrara, y entonces caí que tenía una caja de latón con algunos ahorros en el somier, solo era para una urgencia, pero no lo había revisado antes, y ahí estaba: mi cajita estaba intacta, con algunos billetes y un broce de mi abuela, el único recuerdo que tenía de ella. Menos mal que no le comenté nada a la policía, porque si la ven, pensarían que todo había sido una tontería de las mías. No estaba asustada, no sé por qué, pero no tenía miedo, creo que lo dejé hacía tiempo, cuando ya no tenía nada que perder, por la maldad o porque la vida me enseñó a perderlo. No había dormido nada, y después de una ducha, me tumbé encima de la cama, ya daba el sol fuerte, pero aún podía descansar antes de marcharme al trabajo, la verdad, sin ganas, cuando vives muchas emociones fuertes, lo único que quieres es parar, a ver si el dolor se te pasa. Cerré las persianas, iba a fingir una noche camuflada en nostalgia, y junto al bullicio de la calle, me dormí como si nada. A veces se me abrían los ojos, entré en un estado de inconsciencia que no puedo definir, y me venían imágenes. Veía a un hombre encima de mí, gimiendo, sin tener fuerzas para quitarme, no sabía si era real o un sueño, pero lo estaba viviendo. Y en el último suspiro caí rendida en el sueño, no sé si me desmayé, si me dormí, pudiendo dejar la pesadilla en el infierno, pero ya no recuerdo nada más, solo que me fui, convirtiendo el dolor en algo pasajero. Cuando me desperté, con lágrimas secas en los ojos, pues aunque pareciese una mujer fuerte, todo me estaba afectando, más de lo que creía, porque ya no tenía ni bonitos sueños, pero me acordé de una frase que siempre me repetía: “todo pasa, hasta el mayor desconsuelo”, así que me di otra ducha, y me marché al tablao, sonriendo, porque para que te pasen cosas buenas, primero debes empezar por tu actitud, y nada como una sonrisa para recibir lo que creemos que merecemos. Esa noche la actuación fue corta, la protagonista de la semana era otra, menos mal, no quería pensar que tuviera que fingir que era una estrella sin problemas, que solo pensaba en el triunfo, cuando me estaban intentando destruir hasta la vergüenza, porque la timidez casi se marchó con el último diluvio. Me daba un poco de pena la situación, pero aún no habían podido conmigo, porque si algo no me habían quitado: era mi instinto, y ese me decía, que aún no estaba todo perdido.
 
-          Te quiero presentar a otro hombre
-          No
-          Claro que sí
-          Te digo que no Germán, que una cosa es tener un amante y otra meter a muchos hombres en mi cama
-          Qué más da
-          Te dará igual a ti, a mí no
-          Tómatelo como trabajo
-          Ese no es mi trabajo, me va a afectar emocionalmente, si lo tengo que seguir haciendo
-          Te pagaremos bien, hay hombres que se han encaprichado contigo
-          Y eso a mí que me importa, aún tengo esperanzas en casarme y formar una familia
-          Vamos Macarena, no eres ese tipo de mujer
-          Me estás llamando Puta
-          No, pero eres independiente, inteligente y autosuficiente, no te veo obedeciendo a tu marido
-          Bueno es que no busco ese tipo de relación, yo busco una relación basada en la confianza, en el respeto, en el amor, incluso en el perdón, pero no una que se base en la sumisión, creo que eso no es para mí, ni para muchas mujeres que sepan lo que significó avanzar en la igualdad, sin tener que tener las mismas costumbres ni gustos que los hombres.
-          No me des charlas feministas, solo que no te veo como una ama de casa
-          Quizás no lo sea, quizás porque soy joven, pero eso no significa que haya renunciado al amor
-          Tómatelo como un trabajo, nos ayudarías mucho, no sabes cuanto
-          ¿Cuánto?
-          No, hay cosas que no se deben decir, pero haríamos que no volvieras a preocuparte por el dinero, sin convertirte en rica. Creo que es mucho, ya que no dependes de nadie
-          ¿ si ?
-          Si, piénsalo. No tendrá que ser toda la vida, solo hasta que consigamos lo que queremos
-          Me gustaría saberlo
-          No lo puedes saber, lo siento
-          Lo pensaré, porque la inseguridad económica es un mal mayor
-          Dejarías de tenerla de por vida
-          Lo pensaré
-          No tardes mucho, el Lunes nos vemos, traeré la comida del chino que te gusta, y hablamos, pero no te puedo dar más tiempo
-          Vale
-          Por cierto, has cambiado la cerradura
-          Si
-          Y no me das una copia
-          Te comenté que me robaron, y creo que es mejor que nadie tenga mi juego de llaves. No porque desconfíe de ti, sino porque vaya que a ti te las cojan
-          Como quieras, si te pasa algo, echo la puerta abajo
-          Que bruto eres
-          No, solo te quiero…
Debes coger ese trabajo, debes hacerlo, ya te he dicho que yo te ayudaré. La vida no siempre es como uno lo planea, a veces crees que te mereces unas cosas, pero el presente te muestra otras, a veces sientes mucho miedo, y un día dejas de sentir temor, a veces amas a alguien y con el tiempo lo detestas, a veces tantas cosas. Coge el trabajo, lo que hoy te molesta, mañana no te afecta, quizás el primero duela, pero el tercero ni te enteras, como cuando dejas de ser virgen. Te asegurarás un futuro, una independencia, un bienestar. Ahora eres joven, crees que las malas rachas a ti no te afectarán, pero te aseguro que la vida da muchas vueltas, y a saber dónde puedes acabar. No renunciarás al amor, si te aman, entenderán, y le dará igual tu pasado, a quien le va a importar lo que hiciste con algo más de veinte años, cuando en la vida hay que luchar. Coge ese trabajo, será eso, no creas que te mancillarán, solo tendrás que fingir que no te duele, que no te vean como alguien para amar, y eso no importa, porque les darás igual, si llega la persona adecuada, incluso te sacará de donde estás. Solo los hombres que aprecian su estatus social más que el verdadero amor, te rechazarán, y bueno Macarena, no eres de las que se conforman con eso, siempre quisiste más, siempre quisiste que te conocieran, tener una plena intimidad, dejar a todo el mundo a un lado, y volar con quien ames de verdad, y que importan las equivocaciones en la vida, si se enamora de tu corazón, de tu calidez, aunque finjas frialdad. Vive tu presente, y si es eso lo que te ofrece, no lo rechaces por un quizás, porque quizás no haya mañana, quizás llegue pronto el final, así que disfruta con lo que la vida te de cada día, y mañana Dios dirá. No estás loca, todo tiene una explicación, en su momento lo sabrás o quizás nunca, pero lo olvidarás, porque todo se olvida en la vida, hasta las humillaciones por personas que carecen de bondad. No seas como ellas, vive la pasión, aunque creas sufrir porque no te lleven al alta…( me dijo la voz, al despertar)
-          Hola, estás muy guapa hoy
-          Me compre este vestido de punto ayer
-          Claro, como ahora tienes más dinerito
-          No bromees con eso, por favor.
-          Perdona, era por sacarle hierro al asunto
-          No lo hagas más
-          ¿qué has decidido?
-          Lo voy a hacer, siempre que no sea de por vida
-          Hemos calculado entre unos cinco y siete años
-          ¿tanto?
-          No es tanto en una vida, se te olvidarán las preocupaciones, por lo general se llega a algo más de los ochenta
-          ¿y cómo sé que no me dejarán tirada?
-          Estará firmado ante notario
-          ¿Sí?
-          En el momento que digas que lo aceptas, te traigo los papeles
-          ¿y si los rompen?
-          Dios mío, qué mujer más desconfiada
-          La vida
-          Tendrás una copia, y eso se registra, no lo guarda el notario en su casa
-          De acuerdo, entonces tráelos mañana
-          Vale, pero esta noche cuando acabes de cantar, te pides una copa.
-          ¿para qué?
-          Se te acercará un hombre
-          ¿Cómo es?
-          Es atractivo, te gustará
-          ¿si?
-          Pero ya te dije que no te puedes enamorar, porque vas a conocer a hombres que quizás te vuelvan loca, pero para ellos serás su pasatiempo, nada más, no te vayas a encaprichar
-          De acuerdo
-          No te arrepentirás, has cogido una buena oportunidad. Trabajarás para el Estado, no estás vendiendo tu cuerpo por unas pesetas, estás haciendo un servicio a tu país. No lo olvides
-          Gracias, me hace sentir mejor
-          Claro que sí, y tendrás algo que contar a tus nietos
-          ¿Crees que los tendré después de hacer esto?
-          En la vida da tiempo a todo, aunque creas que perdiste la reputación, pero Macarena eres toda una mujer, la candidez es para la adolescencia, quien quiera a una mujer inocente toda la vida, es porque no puede con una de verdad.
-          Bueno tomaré esa copa
-          Ponte guapa, cómprate el perfume que te gusta, date caprichos, te los podrás permitir, al menos por el momento
-          Lo haré, una cosa más
-          Dime
-          Mientras esté haciendo este trabajo, continuaré cantando en el tablao
-          Sí, exacto
-          ¿Y luego?
-          No hay nada pensado con exactitud, quizás te tengas que marchar, ya se verá
-          Me tendré que ir de Madrid
-          Según las circunstancias, lo importante será tu seguridad
-          Bueno como me dijo mi voz interior: en el futuro Dios dirá…
 
Esa misma mañana me fui de tiendas. Me compré ropa interior nueva, mi perfume favorito, que pasó a ser para diario, en vez de para momentos especiales, una bata de raso en color marfil con unas zapatillas a juego, camisones lenceros y ropa de casa bonita, para tirar la vieja que aprovechaba. Tenía vestidos para salir, no de marca, pero eran sensuales, y seguro que, si surgía alguna cita, gustarían. Lo que compré era lo que más falta me hacía, ya ampliaría el armario, si es que necesitaba impresionar a algún hombre, y aunque solo le importase lo que llevara debajo, siempre causaría buena impresión, que a veces es lo que seducía. Sabía comportarme, no porque me lo enseñase nadie, a mí todo me lo enseñó la vida y las películas, como lo que debía ser una puta en la cama y una fina dama fuera de las sábanas, pero cuando estás tan herida, se te olvida todo, hasta lo que significabas, sin recordar nada del pasado que te advertía. Con suerte pude tener tiempo para adivinar quien era, a pesar del dolor y las lágrimas esparcidas, y mientras sonreía pensando en lo vulnerable que me sentía, entré en una tienda que tienen cosas de decoración, y compré algunas velas, siempre había una botella de vino en la despensa, aunque no probara el alcohol, eso no faltaba, porque una a pesar del maltrato, seguía siendo una romántica empedernida. Y me fui a casa, no sé porque, pero estaba contenta, iba a vender mi cuerpo, y no me importaba, ni tenía remordimientos, pensarán que por el dinero fácil, pero no, era porque tenía la esperanza de que quizás conociera a mi príncipe, aunque al final de la noche me pagara, de alguna forma hay que empezar, y quien dijo que tenía que ser en una velada llena de flores y champán, a veces solo falta un beso para saber que es quien esperabas, solo uno, a la luz de la luna, sin estar ni siquiera preparada, pero bastaría el roce de sus labios, para sentirte realmente amada
 
-          Ponme una copa
-          ¿La que quiera?
-          Algo suave, ya sabes cómo me sienta
-          De acuerdo
-          Hola
-          Hola
-          ¿Macarena?
-          Sí ( ese hombre es, por favor sé agradable, finge si no te gusta)
-          Hola, me gustaría conocerte
-          Pues aquí estoy
-          ¿tienes que volver a trabajar?
-          Creo que no
-          Podría invitarte a cenar
-          Es algo tarde, no creo que haya nada abierto
-          Sé cocinar
-          No sé (ve)
-          No soy un psicópata, tranquila
-          Está bien, me cambio y vuelvo enseguida
-          Te espero
-          No tardo
Mientras estaba en el camerino pensaba, quizás me mate o algo de eso, porque no tengo ni idea de quien es (no lo hará, no estás tan sola como crees). Estaba harta de esa voz, siempre tan oportuna, haciéndome ver lo malo como bueno, pero me estaba acostumbrando, quizás solo fuese mi subconsciente, que me estaba guiando, esperaba que a ningún agujero. Y mientras me aseaba un poco, pasándome un paño mojado en agua caliente por todo el cuerpo, me miraba al espejo diciendo “Macarena, en qué te estás convirtiendo”, pero continué, me había comprometido a ello, y ya saben, cuando una va a hacer una cosa, que sea bien hecha, para que sentirte orgullosa, aunque el resultado fuera diferente al que esperas. Me vestí muy despacio, una parte de mí quería que se aburriera y se fuera, pero volvió la voz (deja las tonterías, y sal fuera). Me pinté los labios de rojo, me quité los pendientes, no quería perderlos, cogí el bolso (sonríe) y me marché sabiendo que volvería con un quebranto entre las piernas
 
-          Pasa, esta es mi casa
-          Muy bonita y grande
-          Me voy a mudar, es demasiado para mí solo
-          Bueno siempre se agradece tener espacio
-          Prefiero algo más pequeño, pero que pueda tomar un poco el aire. Algo con una gran terraza o con un buen patio, donde estirar las piernas
-          Es una buena idea
-          Ya la conocerás
-          No me importaría
-          Ponte cómoda, tengo la cena casi lista
-          Gracias, muy amable, siempre me entra apetito después de las actuaciones
-          Lo sé…
Volví a pasar una noche maravillosa con un desconocido, teniendo algo de temor, pero me hizo sentir tan especial, que se me olvidó que solo era un negocio, no algo bonito. Cenamos verduras con queso fundido, junto a un buen vino blanco, creo que era un Albariño (mejor tomar algo ligero, si es que vas a dormir luego). Me cogió de la mano y me llevó a su dormitorio, casi sin darme cuenta, me tumbé en la cama, mientras me quitaba la ropa con besos, quizás fue algo violento, pero no me importó, sentí el primer orgasmo nada más entrar dentro, y no sucedió una vez, nunca antes, sin morir, subí a los cielos, y ya saben lo que pasa después de eso, nada importa, ni siquiera el dinero. Nos miramos a los ojos, y se me olvidó que solo sería su pasatiempo, su capricho, su juguete cuando estuviera aburrido. Dormimos, no sé el tiempo, pero lo hicimos abrazados, fingiendo un amor incluso algo ridículo, porque ni nos conocíamos, ni sabíamos nuestros apellidos, pero a veces eso no importa, la familia es incluso un lastre cuando solo quieres intimidad con tu amante fingido, porque los lazos atan, y te privan de bonitos movimientos, si con un dulce viento eres bendecido. Se escuchó un fuerte ruido en la calle, y me desperté, lo miré, y creí que debía seguir mi camino. No cogí el dinero, ni lo iba a despertar por esa miseria, aunque algunos maten y se casen, por tener lo que nunca tuvieron. Me vestí, lo seguía mirando, no era muy guapo, ni muy fuerte, pero a mi sexo lo volvió loco en unos segundos. Negué con la cabeza, recordé las palabras de Germán, y tiré de la puerta sin hacer casi ruido, volví a cerrar los ojos, al pensar que no lo volvería a ver, que obtuvo su deseo, y quizás buscase otro, porque a veces es así de sencillo. Volví a negar con la cabeza, diciéndome “Macarena, no tiene ningún sentido enamorarte de un desconocido, quien quizás hasta pudiera ser un asesino”, y entonces apareció la voz  (lo has hecho muy bien, sé que te ha gustado, las mujeres tenéis el don de enamoraros de quien os dará problemas, pero con quien no teméis ni a la muerte ni a los peligros. Sigue con tu vida, te buscará, se ha entregado a ti, como un esclavo a su amo impío, pero no te enamores, te dolerá, es una persona cruel, aunque parezca atento e incluso un señorito).
 
-          ¿Por qué te fuiste sin despedirte?
-          Creí que no debía molestarte
-          Te hubiera hecho otra vez el amor
-          No me digas eso
-          Toma esto es tuyo
-          No lo quiero
-          ¿no?
-          No, me gustó demasiado como para cobrar por ello
-          Yo no puedo ofrecerte una relación, además creo que te hace falta el dinero, cógelo, tómalo como una donación de alguien que te aprecia, si es que no quieres estropear lo que fue algo bonito
-          No lo quiero, de verdad
-          Está bien, te haré un regalo, ese es un mejor recuerdo
-          Por mí no hace falta
-          ¿quieres que nos veamos otra vez?
-          Por mi de acuerdo
-          El sábado vengo a recogerte, y vamos a mi casa otra vez
-          (Dile que me mejor en la tuya)¿te importa que vayamos a mi casa, está aquí al lado?
-          ¿hoy?
-          El sábado
-          Vale, como quieras
-          Los fines de semana se suele salir un poco más tarde
-          No te preocupes, vendré a ver la actuación, así me excito algo mientras te veo cantar con tu voz tan sensual
-          Me voy a sonrojar
-          Hazlo, me encantará
-          Me tengo que marchar, empieza mi turno
-          Yo también me tengo que marchar
-          Entonces hasta el Sábado
-          Sí, no lo dudes…
 
Es triste decirlo, pero me sentía enamorada de alguien a quien sabía que debía incluso temer, pero así es la vida o por lo menos conmigo, me escoge para todo sin permiso. Esa noche estuve algo confundida, más bien poco concentrada, y decidí cantar una canción que me gustaba y me resultaba fácil de recitar, no sé si la conocen, la de “Volver”, la que dice:
 Volver
Con la frente marchita
Las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir
Que es un soplo la vida
Que veinte años no es nada
Que febril la mirada
Errante en las sombras, te busca y te nombra
Vivir
Con el alma aferrada
A un dulce recuerdo que lloro otra vez…
 
-          Hola
-          Hola agente
-          ¿Se ha metido en algún lío otra vez?
-          No, vengo a renovar el pasaporte
-          Se marcha fuera para evitar la justicia
-          Usted está muy confundido conmigo
-          Rara vez me confundo, pero solo era una broma
-          Pues no me ha hecho gracia
-          Venga, se lo hago yo
-          Gracias
-          Pase primero, que le guardo las espaldas…
 
Tuve que renovar la documentación, y vi al mismo agente que las otras veces, no sé por qué era tan antipático conmigo, aunque una parte de mí lo comprendía, me había conocido en malas situaciones, y las primeras impresiones cuentan. Después de firmar, fue cortés, e incluso me dio su número personal por si necesitaba ayuda, porque estaba seguro que lo volvería a necesitar. Y teniendo en cuenta las circunstancias, relacionándome con personas incluso peligrosas, lo cogí encantada, nunca se sabe a quién vas a necesitar, pero sabía que como me metiese en algún lío más, la imagen que tendría de mí, sería espantosa, y no sé por qué, pero me importaba, quizás porque se suponía que de él me podría fiar, también de Germán, pero se estaba apartando un poco de mí, me había dicho frases muy bonitas, como que ya se conformaba con estar en mi vida, con seguir haciéndome el amor, aunque estuviera casada, con no perderme del todo, pero ya saben, las palabras se las lleva el viento, y los hechos eran: que se alejaba, sin saber el motivo, pero ya no pasaba por casa, así que encantada de tener un número de teléfono más, porque Madrid era una gran ciudad, acogedora y hospitalaria, pero te podías sentir sola, si es que a tu corazón nadie llama, y no os voy a mentir, el teléfono casi no sonaba, porque era la menor de cinco hermanos, creo que llegué tarde, y saben lo que pasa, pues que no te quedan muchas fuerzas como para estar atenta a quien casi ni importaba, aunque te quisiesen, las ganas se habían evaporado después de criar sola a cuatro hijos, lo comprendía, no me quejaba, solo que a veces echaba de menos una llamada. A veces me preguntaba porque no había sido tan lista como las otras chicas del pueblo, porque no me fijé en un hombre de provecho, que se preocupara por mí, y sabiendo que a su lado nunca me faltaría ni amor ni consuelo, pero no lo hice, siempre quise mi propio sueño, creo que idealicé la vida, el amor, y los deseos, porque la realidad es muy distinta a lo que leía en mis novelas y a lo que descubría en las películas, y ya saben a dónde me llevó mi falta de inteligencia emocional: a dormir sola, a tener que buscarme yo misma todo el sustento, a no poder apoyarme en nadie, cuando todo me estaba doliendo, pero me repetía: hay quien duerme acompañada y finge cuentos, así que mejor una dura realidad, que vivir una fantasía terrorífica, donde el maltrato era su alimento. Intentaba no pensar mucho, aunque tenía momentos duros, por el dolor y el miedo, pero saldría adelante, si tenía salud, me inventaría una solución para todo, aunque fuese en sueños
 
-          ¿Por qué no te levantas?, no te hagas la remolona tanto tiempo
-          Porque no me dejas en paz, creo que estoy loca
-          No lo estás, solo estoy en tu vida para que no te sientas tan sola, cuando llegue el momento
-          ¿Qué momento?
-          Ya lo sabrás, ahora solo tienes que obedecer a tu intelecto
-          Lo estoy pasando muy mal
-          Se te olvidará, si consigues salir de esta, se te olvidará
-          Y si estoy en peligro, por qué no me ayudan a huir
-          Porque ya no estarás segura en ningún sitio
-          Me estás asustando
-          Todo pasa, ya lo sabes, aunque a veces cueste creerlo
-          Bueno me voy a levantar, aunque aún me queda para ir al tablao
-          Porque no te compras algo para defenderte
-          ¿de veras lo necesito?
-          Ya si amor, ya si te hace falta, desde el instante que te acostaste con ese hombre, corres gran peligro
-          ¿y qué compro?
-          Una pequeña navaja por ejemplo, algo que te sea fácil de usar
-          No creo que sea capaz
-          Sí, cuando veas que la vida está en juego…
¿Por qué no te fijaste en un buen chico, te casaste, tuviste dos niños?, es lo que pensaba cuando esa voz me hablaba, cuando casi no podía coger bien el sueño, pero en el fondo sabía que un buen chico necesita a una buena chica, y yo era capaz de morder si no me amabas como deseo. Esa noche me fui al tablao con la idea de conseguir algo para defenderme. Lo de la navajita estaba bien, pero creía que llegado el momento, quizás no me diese tiempo a sacarla, y hablaría con Norberto, porque si algo tiene trabajar de noche, es que conoces a todo tipo de personas y a poder conseguir lo que deseas a buen precio. Fui temprano, y en mi camerino le hablé por encima de mi situación. No me aconsejó una navaja, me dijo que tenía en el local algo que me podía interesar (Swiss Mini Gun), una pistola pequeña, ideal para mujeres, para poderlas llevar en el bolso, y de fácil manejo, pero también me advirtió que me la daría cuando la supiese manejar, que mañana mismo iríamos al campo, y en una hora me convertiría en una gran tiradora. ¡Qué horror!, donde me había metido, sin quererlo. La vida, que te lleva por caminos, que nunca hubiese elegido, pero las malas elecciones te meten en ellos. Y efectivamente, en menos de una hora conseguí dar a la diana, una lata, y así varias veces, hasta cogerte el truco al objeto. Me daba miedo y asco todo, pero sabía que la necesitaba, que si el Sábado venía a casa, necesitaba tener algo a mano, por si se convertía en lo que era realmente, en vez de en ese príncipe pasional, que enamoraría hasta a un hombre, si pusiese empeño. Negué con la cabeza, porque realmente no me veía capaz de usarla, aunque hubiera aprendido a ello, pero sabía que mi vida había cambiado, y que necesitaba algo en lo que apoyarme, si llegase un duro momento. Cuando pasase todo, quizás volviese a Sevilla, incluso sin dinero, quizás tantas cosas, pero mi presente me decía, que llevase el arma en el bolso, que la tuviera a mano, como si fuese mi amuleto, porque mejor era agarrarse a algo, que dejarse ir, por la maldad de quienes nunca supieron que era ser feliz sin dañar, sin mentir, sin necesidad de odiar, ni al rival más perverso, porque veían la vida como un infierno, mientras yo siempre soñé con el Edén y con todos sus dulces besos.
 
-          ¿Va todo bien?
-          Sí, la medicación hizo su efecto, y estoy totalmente en contacto con ella
-          Pero como la eligieron, como supieron que funcionaría
-          Macarena no lo sabe, pero su abuela trabajó para nosotros.
-          ¿y eso?
-          Era una gitana con grandes dotes adivinatorios, con un gran poder mental, y poco a poco corrió su fama por la ciudad, nos llegó a nosotros y descubrimos que tenía la capacidad de leer la mente, tenía telepatía, y ya sabes, esas cosas se heredan, aunque a veces no sepas que las tienes. Quisimos intentarlo con Macarena, y ha funcionado
-          Pues muy bien hecho
-          La necesitamos
-          Como a su abuela
-          No es tanto como su abuela, pero es más guapa, aunque no lo crea, y nos servirá para lo que queremos
-          Quizás no tenga valor para hacerlo
-          Se lo daré, ya ha hecho cosas por mí, sin darse cuenta
-          ¿Sí?
-          Si, tu sigue vigilándola, y yo me encargo del resto
-          Si, lo seguiré haciendo
-          ¿Se ha dado cuenta?
-          Que va, cree que la tengo un poco de manía, por los líos en los que se ha metido
-          Es bastante ingenua, a persa de todo lo vivido
-          Tiene buen corazón, piensa bien de las personas, ya cambiará, cuando visite realmente el infierno
-          Pobre
-          Con que nos haga este favor, bastará, a no ser que sea algo imprescindible
-          Sabes que no
-          Si, la conocemos, no le deseamos mal
-          Sabes que una vez que entras en el cuerpo, la usaréis hasta que no quede más remedio
-          La verdad que no sé nada con certeza
-          Nadie lo sabe
-          ¿Pero seguro que no tiene ni idea de que la estás controlando?
-          Nada, no sabe nada, cree que soy un simple policía, que le ha arreglado algunos papeles, pero ni idea de mi rango, ni que la conozco, ni que sé lo que está haciendo
-          Pues sigue así
-          Lo haré, me gusta cada vez más, quizás cuando todo acabe, la invite a cenar
-          A ver si le quedan ganas
-          Las tendrá, está llena de ilusiones, aunque aparente otra cosa
-          Ojalá salga todo bien
-          Saldrá, no permitiré otra cosa
-          Ni, yo, pero solo estoy en su mente
-          Yo estaré a su lado
-          Eso espero, porque no tendrá más que una oportunidad
-          Suficiente, no correrá riesgos
A la mañana siguiente me fui otra vez de compras, me dije a mí misma:” aprovecha para cuando lleguen los malos tiempos”. Esta vez solo conseguí cosas para la cocina, que me hacían falta, si quería impresionar por el estómago, nunca se sabe qué hará falta, si esa que así te vas a ganar el sueldo. Vi una fundí medianita, de bronce labrado, muy bonita, y pensé que sería una buena opción, por si no tenía tiempo para meterme en jaleos, ya se sabe que el chocolate alimenta, a la vez que te despierta. Decidí que sería lo que le ofrecería a mi amante peligroso el próximo sábado, compraría frutas ricas, con fresas, moras y plátanos sería suficiente, lo acompañaría de un buen champan para avivar los sentidos y el deseo (es muy buena opción, si quieres darle más importancia al sexo, que al almuerzo). Dejé todo en la casa, me metí en la ducha, y con el pelo mojado me tumbé un poco, cerré los ojos y se me llevó el cansancio, uno donde los fantasmas me abrazaban, donde la noche era el marco perfecto, donde nada era peligroso, ni aunque anduviera sola en un parque lleno de setos. Miré por la ventana, estaba en Madrid, su cielo no era el mejor monumento, pero pude ver una estrella, una que me hizo creer que todo era cierto, que a pesar de que mi amante me pagase, de que tuviera más dinero por vender mi cuerpo, no había perdido mi esencia, esa donde la bondad cabía a la vez que el miedo, pero ya lo dije en una ocasión, no me rendiría, porque siempre había estado sola, la vida me había enseñado a ser fuerte, y la fe me daba la suficiente esperanza para no morirme en cada intento, porque después nadie asegura nada, y yo quería aún besar, aunque fuera en sueños. No había conocido a nadie que me hubiera hecho sentir las más guapa, ni especial, ni querida a pesar de los errores, que no fueron tantos, ni tan malos, para lo que me dieron, quizás no di la oportunidad a quienes sí hubieran estado dispuestos, pero ya conocen el refrán: habría que vivir dos veces, para saber a quién decir pronto hasta luego, mientras seguiría paseando  junto al viento.
 
-          Pase, no sé cómo debo llamarle
-          De ninguna manera estará bien
-          De acuerdo
-          Yo me llamo Macarena
-          Lo sé, algún apodo
-          No, solo Macarena de Triana, porque nací en un pueblo, en Alcalá de Guadaira, pero me crié en Sevilla, en Triana
-          Además es tu nombre artístico
-          Sí, lo es
-          Está muy bien, consérvalo
-          Gracias, a ver si llega pronto el triunfo
-          Quizás te arrepientas
-          Bueno es mi sueño, siempre se puede decir un adiós, si vivo una pesadilla
-          A veces no hay marcha atrás
-          Lo quiero intentar
-          Me parece muy bien, hay que perseguir los sueños
-          Siéntese, he puesto una fundí, porque no tenía mucho tiempo para más
-          Me gusta, gran idea. Te traje tu regalo, porque creo que no me quieres cobrar
-          No, me gustó demasiado para eso
-          Toma
-          Gracias, una pulsera de cuarzo rosa, es preciosa. Había visto muchas, pero no como esta
-          Es una joya, los adornos son de oro blanco, ¿ves la pequeña cruz y el corazón?,  y junto a tu inicial está el pequeño diamante. Es un diseño hecho especialmente para ti, porque dicen que da buena suerte a quien la lleva
-          No me la quitaré jamás, espero que no se rompa
-          La han hecho para que no pase eso, para que te dure toda la vida
-          No me la quitaré ni para ducharme, ni para las actuaciones, siempre irá conmigo
-          No digas eso, la vida da muchas vueltas, te puedes casar
-          Mi marido no sabrá quién me la regaló, además le diré la verdad, la llevaré para que se vaya la mala suerte de mi vida, porque sé lo de hoy te quiero, mañana ni me acuerdo, y bueno tenemos buen sexo, pero no es suficiente para firmar la eternidad en el firmamento
-          Chica lista
-          No mucho la verdad, pero soy inteligente, lo suficiente para saber cuándo me quieren o solo fui un juego
-          ¿Y crees que te quiero?
-          No, solo me está conociendo, pero le advierto que montañas más altas han caído
-          No lo dudo, pero yo no me puedo permitir eso, e incluso por ti,  me iría lejos
-          Gracias entonces
-          Solo quiero distraerme, pasar un buen rato, tener una buena compañía, no me asustes con los buenos deseos, quiero quitar presiones, no volverme hogareño
-          La conversación ha ido por ahí, ya le he dicho que soy una mujer inteligente, sé dónde me he metido, y yo solo busco cambiar mi suerte.
-          Ojalá suceda pronto
-          Rezo por ello
-          ¿rezas?
-          Todas las noches
-          Ohh, me muero de ternura
-          No se muera, aún quiero demostrarle que también conozco el infierno
No sé si imaginarán lo que sucedió: viví el puro deseo, me rodeó con sus brazos, me hizo volar, sin salir del dormitorio, sin abrir las ventanas, me quedé sin voluntad, cuando lo sentí dentro. Sabía cómo hacerlo, no fue directo, me tocó hasta lunares desconocidos, me besó el alma y todo lo que lleva dentro, y cuando me vio preparada, me hizo gemir, olvidándome de que quizás me matase, después de demostrarme que fue un hombre  pasional, además de perverso. No sé el tiempo que estuvimos en la cama, pero vi salí el sol con las persianas bajadas, sin saber si había dormido o quizás perdí el sentido, un sueño. Me incorporé de la cama, no tenía claro qué hacer, me daba miedo todo aquello, porque si era capaz de tantas cosas, quizás me estaba llevando poco a poco a su terreno. No hay que fiarse de los hombres, ni de las mujeres, pero si ellos se bajan los pantalones, adiós el intelecto. Esperaba que fuese así, que solo buscase un placer momentáneo, y que estuviese contento, porque hay quien mata por menos. Sollocé casi inconsciente, dudé hasta de mi nombre, de mi raza y de mi género, todo quedó sin valor, y me dolía el pecho al pensar que nunca volvería a sentirme así con otro hombre, algo muy malo, porque podría dejar de pasar oportunidades, ya que el orgasmo te ciega, pero un buen corazón te abre el horizonte. Todo se puede aprender, todo es bueno si ambos se conocen, porque por lo que hoy una se queja, mañana le puede parecer maravilloso, nunca crean que nada se puede mejorar, porque hay mucha vida por delante, y los años dan experiencia, no solo a una, también al consorte. Habla, quéjate, pero no dejes que se aparte por insatisfacciones, porque quizás lo que venga sea peor, y a veces una conversación te salva, hasta de la oscuridad, que lleva sentirte sola por la noche. Da oportunidades, y solo cuando veas falta de interés, toma decisiones, pero que no te queden remordimientos, inténtalo todo antes de volar, porque quizás sea al polo norte, porque lo que hoy te parece una desilusión, puede ser que mañana sonrías recordando su nombre.
-          Mátalo
-          Me quieres dejar en paz
-          Mátalo
-          Estás loco o lo estoy yo
-          Ninguno de los dos. Te estoy diciendo que cojas el revólver, y lo mates ahora que está dormido
-          No lo hago
-          Lo hará él, cuando se entere quien eres realmente
-          No lo hará, nos gustamos
-          Macarena, que no quiere a nadie. Que sabe cómo joder, pero no sabe ni su nombre
-          Me gusta mucho
-          Normal, pero mátalo ya
-          No puedo
-          No lo pienses, ¿Dónde tienes el revolver?
-          en el bolso, en el perchero del dormitorio
-          pues no lo dudes más, ¡ahora!
-          no quiero
-          te estoy diciendo que ya
-          no quiero
-          te matará o lo harán los amigos, te lo aviso. En cuanto se entere que todo ha sido un truco, esa misma tarde te quedas sin apellidos
-          no me atrevo
-          te digo que lo hagas yaaa
-          que Dios me perdone
No tengo muy claro lo que ocurrió, desperté al lado de un cuerpo ensangrentado, con un camisón manchado de sangre, con las manos temblando, con dolor en el estómago, y no por hambre, con demonios abrazándome y con las ilusiones perdidas, porque me convertí en la asesina de un hombre. Escuché ruidos en la puerta de mi casa, supuse que habían oído los disparos, y habían llamado a la policía, no sabía cómo explicarlo, porque o me tomaban por una viuda negra o me metían en un manicomio, por escuchar voces.
-          Buenas otra vez
-          Hola agente
-          ¿Qué ha pasado esta vez?
-          He matado a un hombre
-          No te preocupes
-          ¿NO?
-          No, era lo que tenías que hacer
-          ¿no lo entiendo?
-          Tenías que matarlo, era un ser vil, y no sabíamos cómo atraparlo
-          ¿por qué me han hecho esto?, no podré vivir del remordimiento
-          Lo harás
-          No creo
-          Te enseñaremos, porque lo que hoy duele, mañana se convierte en un juego
-          He matado a un hombre
-          Pero no a un inocente
-          Pero he quitado una vida, y quien soy yo para eso
-          Alguien que trabaja para la policía, porque a los malos hay que cogerlos
-          Mi vida se ha acabado
-          Volverás a empezar de cero
-          No me dijeron que tenía que hacer eso, no hubiera aceptado el trabajo
-          Por eso no lo dijimos
-          Creo que me voy a morir del remordimiento
-          No, aprenderás a vivir con ello, ya te he dicho que te enseñaremos
-          No sé
-          Ayúdame a esconder el cuerpo
-          No me haga eso
-          Solo no puedo
-          Yo no quiero verlo
-          Lo olvidarás, mañana será ya un día nuevo
-          ¿usted cree?
-          Me llamo Matías, seré tu amigo, quizás hasta tu nuevo consuelo
-          No estoy para eso
-          Te daré tiempo, iré a verte donde vayas
-          ¿sí?
-          Seré lo que siempre habías buscado
-          ¿y cómo sabe qué busco?
-          Porque te conozco
-          No quiero llevar esto sola, creo que no lo superaré
-          Estaré contigo
-          Quizás se marche
-          No soy de esa clase de tipos
-          Ojalá no me engañe, porque no sé si aguantaré verme sola ante otro peligro
-          Ya no estás sola, estás conmigo y con todo el equipo
Me marché de Madrid esa misma noche, Matías me llevó en su propio coche a un lugar seguro por un tiempo, luego me darían un destino, donde tendría una vida normal, porque ya no podría llamar la atención en ningún sentido. Dejé mis sueños atrás, pero gané a un amigo, me llamaba todas las noches, me hacía sentirme segura e incluso querida, sin haber ningún tipo de roce, me decía que no quería precipitarse, quería que primero olvidase, y Dios dirá, porque el futuro dicen que está escrito, y no sabía lo que tenía reservado para mí, porque lo que hoy es tu presente, mañana puede ser un pasado oscuro y enfermizo. A veces miraba por la ventana de la casa donde estaba, algo apartada, sin tener muy claro su situación, supongo que por seguridad, no quería creer que sería otro truco, y estaba aún más en peligro, porque a veces dudaba de todo, hasta de lo más bonito, porque una vez que dañas, si existe bondad en tu corazón, crees que de casi nada eres digna, cuando incluso a tu alrededor hay maldad con una vida plena y rica de privilegios mezquinos. A veces me acordaba del tablao, de Germán, ¿qué habría sido de su vida?, estaba un poco enfadada con él, porque me había metido en ese lío, y luego se había evaporado, como lo hace la lluvia en Sevilla. Me acordé de mi madre, a la vez que sonreía, porque sabía que en el fondo le daba igual mi vida, me acordé de muchas cosas, pero principalmente de una: me acordé de cómo era antes, de mi ingenuidad, de mi felicidad fingida, y eso sí me daba pena, porque pasé a ser una persona muy distinta, dicen que las malas situaciones te hacen fuerte, pero a mí me quebró mucho esa herida, dudaba si podría seguir adelante, porque cada día poco a poco mi alma moría, y el estar encerrada sola, no ayudaría. Una noche, cuando el silencio era mi fiel compañía, llamaron a la puerta, sin saber qué hacer, vaya que no fuese la policía, si no la represalia de algún amigo del mejor amante que tuve de por vida, miré por la mirilla y tuve una sorpresa, era Matías, quien no dejaba de sonreír, a pesar de mi ya perpetuo dolor por las heridas. No sé porque me sentía tan segura a su lado, no sé porque estaba siempre deseando verlo, porque mi vida pasó a ser muy diferente, desde que apareció, no sé, quizás porque fue quien primero me hizo ver, que el peligro sería mi compañero, y eso te parte por dentro, pero cada vez que recibía una llamada, cerraba los ojos, recibía un consuelo, y nadie sabe lo que eso significa, hasta que lo pierdes todo, y te animan, para no dejarte llevar por el dolor y el miedo. Pueden imaginar lo que significa un amigo en la soledad, pueden imaginar que es que te quieran cuando has perdido hasta la identidad, pueden imaginar qué significa un abrazo con el corazón roto, pero jamás podrán imaginar quién era, quien no me dejó rendirme, a pesar de todo.
-          Nos vamos
-          ¿si?
-          Claro, y además donde elijas
-          Creí que no se iba a acabar la pesadilla
-          No ha terminado, aún debe pasar tiempo, hasta que puedas ver una segura salida
-          No me asustes
-          No lo hago, porque me han permitido acompañarte
-          Gracias
-          Las penas son menos duras, cuando hay compañía
-          No sé porque acepté tanto
-          Porque te dominamos la mente, no fue culpa tuya
-          Ya no escucho la voz
-          Te echará de menos
-          Yo no, le odiaré de por vida (entonces me vino la imagen del hombre que me sonreía, cuando salí de comprar el pienso de Lola, ya sabía quién era, quien me abrió las heridas)
-          Le perdonarás, al igual que tú, solo hizo su trabajo
-          Me ha destrozado la vida
-          No te preocupes, saldrás adelante, haremos por ello, y te dejaremos tranquila, porque no creo que soportes la dureza de la policía
-          Gracias, un poco más y también acabo con mi vida
-          Tranquila. Sabemos que no soportarías más muertes
-          No lo haría, no es mi vida, no soy esa chica
-          Lo olvidarás todo
-          Sería una fantasía
-          Y me tendrás a mí
-          Bueno no quiero obligar a nadie
-          Será un placer, no creas que es una mentira
-          No me conoces bien
-          Más de lo que imaginas
-          ¿Sí?
-          ¿Te acuerdas de tu infancia en la playa?
-          Claro
-          ¿y que amiga tenías?
-          A María
-          ¿y quién era su hermano?
-          ¿Matías?
-          Lo ves, no soy un desconocido, te quise desde niña
-          ¿Por qué no me dijiste nada?
-          Porque me hacía gracia un poco todo, en lo que te habías convertido
-          Me hubieses hecho sentirme más segura
-          No sé, no me atreví, quería que fueses una mujer conmigo, y si te recordaba los juegos de la infancia, quizás me vieras de forma diferente a un hombre, con sus deseos, esos que nunca se fueron, solo que te dejé de ver, pero no murieron los sentimientos
-          Dame un abrazo
-          Te daré un beso, el que siempre quise darte, pero la inocencia me privó de ello…
 
 
 
 
 
 
 
Página 1 / 1
Foto del autor Sandraprbz
Textos Publicados: 55
Miembro desde: Nov 23, 2012
0 Comentarios 35 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Breve libro de misterio, donde hay amor, pasin y muertes

Palabras Clave: Corral

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy