El gusto del enfado
Publicado en Sep 03, 2024
Mi premisa “Existencial de la Justicia", es una lógica personal de vida, que se basa fundamentalmente en mi educación familiar respecto a los conceptos del bien y del mal. Sin embargo, estando dentro un mundo cada vez más inmerso en la subjetividad y menos en la objetividad, es difícil asegurar cuándo se está del lado “correcto”.
Inicio con el mal. Una de mis reglas de vida indica que, si hago el mal, SABIENDO que estoy actuando mal, NUNCA me saldré con la mía. Lo cual para mí y seguramente para muchos otros es una forma de justicia intrínseca en la vida, inexplicable generalmente, pero que solía ocurrir con frecuencia y ponía todo y a todos, en su lugar. Había satisfacción social. Lo he escrito en pasado, porque en estos tiempos de caos en la convivencia, ya no es frecuente la "justicia". Lo veo todos con los considerados "líderes sociales". Se aprovechan de esta desviación de la justicia “vital” eligiendo, conscientes, el actuar mal persiguiendo su beneficio y como muchos patrones que han dejado de ser lo que eran en este espacio llamado vida, ahora se están saliendo con la suya. El deterioro social que esto está provocando, seguro no es nuevo, pero nunca se había extendido tanto, otra condición que facilita el éxito de los malvados. Caigo en el trillado concepto de los polos. Los buenos y los malos con toda su subjetividad, pero que considerando las consecuencias, me hacen creer de nueva cuenta, plenamente, en mi premisa y no aceptar que lo que, para mí, es malo, logre vivir. ¿Qué sucede? Mi vida se vuelve una porquería y nada vale lo que valía. Vuelve el pasado a ser mejor y yo, peor, por pensar de esa manera. “El bien siempre triunfa” se convierte en una estupidez. El mal gana de todas, todas e incluso la subjetividad que llevaba reflexionar sobre los actos malos, buscando la parte buena, ya se ha esfumado. Así transcurre la vida en el siglo XXI. Lo bueno y lo malo sucede porque puede suceder. La reflexión de lo que implicará hacer, detiene a pocos y a mí, uno de los miembros del pasado con esperanza del bien, me queda sólo mi enfado, uno especial, el que te cubre por la injusticia evidente. Sin embargo, al final de toda esta mezcla de reflexiones, termino por disfrutar parcialmente mi enfado vital, porque aunque convencido que tengo razón esta vez, no tengo una solución.
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
La sociedad se mantiene incólume mientras no le quites su máscara. ¡No desdibujes nunca su figura! No descubras sus secretos. Se sienten perfectos. Así que más vale que jamás propongas, la costumbre de quitarles sus conquistas: porque estas, terminan siempre en vicio.
Felicitaciones por el ensayo
estamos en esta època