El otro lado.
Publicado en Oct 18, 2009
El agua humedece la ciudad como una gran lluvia dormida y siendo sólo una parte del paisaje, para el que anda de paseo o el deportista, se acompaña, callada, de peces y pájaros leves.
El reloj marca el comienzo del ruido y el paso rápido se acelera aún más, ahí donde las calles bajan del oeste, como ríos de cemento, sin poder ver la arena tibia que juega a ser castillo. Todas las calles prolijas se piden permiso mutuamente para seguir su paso hacia la facultad, la escuela o el trabajo. Todas las calles ignoran que existe otro camino que lleva a otro lugar. Pero insisten en su ajetreo diario de corridas y frenadas, como un concierto funcional. Una chica camina entre ensueños de soles sobre aguas quietas, al tiempo que perros la siguen distinguidos en su andar, cumpliendo su labor incondicional. Piensa a la ciudad desarrollándose como un adulto ya estricto y juicioso, olvidando su faz lúdica entre las pequeñas olas que se formaban al paso de lanchas o medianos barcos visitantes. Más, el olor a pescado instalado como una cortina invisible, le recuerda a los habitantes sencillos que moran en las costas de todo nuestro territorio constantemente preñado de juncos nuevos y caracoles. Un hombre, solo, baja despacio hacia la arena, se calza mejor su gorro de lana y sonríe. Julio, 2009.
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Carol Love
Meu amigo meu meu..
inocencio rex
espero que este comentario sí quede.
Carol Love
Es saludable aceptar -con alegría- y agradecer..
O brigado Rex!
Beijos por dois
inocencio rex
beleza
miguel cabeza
Así la vida "pintorea" a través de tus palabras, pintorea corazones, miradas, caracoles...
¡Qué bien, Carol !