De los diversos estudios sobre poética y propuestas teóricas que se vienen  realizando desde hace ya varias décadas, es poco lo que  se conoce  sobre la aportación  a la literatura dominicana realizada por mujeres. Sin embargo aparece registrado que  en un encuentro literario realizado en noviembre de 1989, titulado Mujer y escritura,  se ofrecieron múltiples facetas de el boom femenino de la década de los 80.  Este mismo grupo de mujeres se hacen presente  con sus publicaciones en los años  90. Es, en ese periodo  como en ningún otro de la historia nacional, que irrumpió la mujer al escenario  literario. Estos textos escritos por mujeres dominicanas revelan un poder genuinamente subversivo que son  utilizados  ellas, con el propósito de engendrar nuevas formas, nuevas concepciones y  nuevos discursos en el devenir poético dominicano, para este tiempo y el que ha venido desarrollando  la mujer  dominicana hasta ahora.


    Al hacer una lectura de varios poemas publicados por poetas mujeres en los años  90  he considerado estudiar el libro de poemas Demando de otro tiempo[1] de Carmen Sánchez.
Carmen Sánchez nació en Hato Mayor, República Dominicana en el año 1960. Es poeta y educadora. En su haber  posee una  Licenciatura en Química  y una maestría en Planificación Educativa, ambas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Participó en la formación de Círculo de Mujeres Poetas y del Colectivo de Escritores Dominicanos. Pertenece a la Generación de los 80. En 1996 ganó el premio Nacional de poesía con el poemario Demando otro tiempo.(1995). Sánchez ha escrito además , Descalza sobre piedras.(1985)[2]
     Respecto a su trayectoria como poeta  el crítico José Alejandro Peña[3], señala que Sánchez ocupa un lugar privilegiado en la poesía dominicana desde su primer libro Descalza entre piedras. Afirma que su  poesía está escrita en un lenguaje cotidiano en palabras comunes las cuales  expresa su libertad e inocencia . Señala además que Carmen Sánchez se dispone en su poética a cuestionar  el mundo, en un lenguaje reposado, donde interviene cierto desgarramiento existencial y una ternura desafiante.
 Me interesa estudiarla como una propuesta de escritura y de lectura desde una perspectiva crítica al discurso poético a través del tiempo y el espacio como elementos recurrentes en su obra. Me interesa privilegiar en este estudio el tiempo y el espacio de pensamiento  del yo poético y unas cuantas reflexiones sobre la poética de Sánchez a la luz de la congregación del tiempo y el espacio en este poemario.
La poética de Sánchez es femenina pero  no feminista, sino más bien una poesía que dialoga desde la feminidad y sus vivencias  están centradas, un tanto de ellas   en su ahora y  en otras en ocasiones, la voz las retrotrae de un pasado aún no terminado del yo poético. Su cotidianidad, esa misión de dar vida a partir del amor. Ella, la voz poética expresa en sus poemas, sin ningún temor, los sentimientos más profundos de la mujer,   logrando que a través de sus propios deseos veamos los nuestros.  De manera,  que podamos identificarnos en cada uno de sus versos.

La armonía en la poética de Sánchez, se contempla a través de un ritmo muy melódico y cargado de significaciones , el cual deleita y sensibiliza al oído del lector .
 El poemario de Sánchez es uno de reflexión profunda, a través de él, la voz nos comunica su dolor, su experiencia en el pasado, y sus recuerdos rotos. 

 
"Aquí va un pedazo de mi /detrás de los espacios dejados por los mares secos/ por los niños solos/ por las hojas muertas/ un pedazo de mi  que no soy yo".

  
La  hablante lirica nos presenta un pedazo o fragmento de ella en el espacio que han dejado los mares secos. Ella nos habla de espacios inhóspitos sin vida, de soledades, de hojas muertas. Pero a la vez nos dice, que ese pedazo de ella no es ella. Ella, ya no es parte de esos fragmentos, es otra.
 
Mientras demando otro tiempo necesario:
  "...para reconstruir estos pedazos fríos/ debajo de este cielo  que nos me cubre...
"

Esta vez la voz poética, demanda un tiempo que se hace necesario para reconstruir esos fragmentos o pedazos, que componen un todo pero que están muertos. La voz le atribuye adjetivos a estos  fragmentos, como frialdad que tiene que ver con la muerte, un cielo que no la cubre. Como en el segmento anterior la voz hablaba de mares secos y hojas muertas.
Así, demanda reconstruir esa vida rota que manifiesta en sus versos el yo poético. Es la voz de la mujer que se subleva para reconstruir su ser fragmentado.

El espacio, es el centro de ese círculo,  en el tiempo  total de la vida de la voz poética que se precipita. Toda la vida del poeta parece concurrir en un punto  en ese espacio de su poesía y la intimidad que comparte con su ser . Esto ocurre desde el inicio mismo de su escritura en el que muchas veces la voz parece exiliada y demanda de un tiempo  al que alude . Como podemos ver en este fragmento del  poema Volver a mí:
"
 
Desde esta ventana improvisada/ la tristeza se le inventa a una rama detenida/ las diez/ otra mañana de voces y bullicio/ me sustraigo y llego / a este espacio vital y pleno/ desde donde rescato silencios en su estado natural / echo en sacos rotos el reloj/ con sus horas/ sueño perderme / cuando menos lo espere.
"

Todo el tiempo de la vida del poeta se da en espacios, en el ahora vertical de la contemplación. Brota, si, en la presencia inmensa de ese espacio revelado , en el que todos los límites se diluyen e integran en sí el tiempo y el espacio anterior, como podemos ver en el poema Tiempo III:

 
"
Ahora , dueña de todos los destinos, que nacieron míos y por mi negados, voy tomando estas riendas que siempre tuvieron sueltas , para cualquier camino sin ningún Dios , me basto este segundo y en el , cada cosa guarda o pierde su terreno". 


Este amor  terminado de la voz poética la arrastra a buscar un sitio desde donde constatar esta carencia, un margen o una orilla en la que pueda expresar la amargura y la decepción frente a si mismo, frente a un falso otro, un reflejo que nace de su imagen y le devuelve toda su realidad:
"

Cautiva en la profundidad de un vuelo/ consolándome duermo/ indivisible  dividida/ perfecta dualidad del ser".

 
El tiempo se presenta en el poema no solo como devorador de horas sino el tiempo cíclico de las estaciones que da ritmo a la vida.
Veámoslo en el poema Posesiones en que la autora nos habla de sueños que no se saben donde están porque no han llegado a su meta, y el tiempo corriendo. Sin embargo notemos que la voz se hace ambivalente cuando dice que me ha puesto hermosa en la misma medida que se pudre mi corazón:
"
Tengo sueños contados en correos perdidos/ alas de tiempo ganando vuelos a un anonimato que me ha puesto hermosa/ en la misma medida que se pudre mi corazón. 
Hay una fe/ en la que toma cuerpo la franja surgida de la tensión de nuestros límites". 
 

Esa franja equivale a un entre lugar de la escritura desde el que se  puede construir y representar un yo poético de mujer, que reformula la constante de lo femenino, enfrentado al espacio privado y al espacio público. 
Este peregrinaje cuestionante por ese mundo íntimo más que privado. Se convierte en un acto de auto revaloración, que intenta conjeturar un sentido de independencia del que a veces carece la escritura de la mujer, por la problemática de la palabra rota, que en esa fragmentación de la que tanto habla el yo poético en la escritura de Sánchez:

 
"La rutina nos burla/ mientras este cruel hastío/ abraza las ruinas que se erige/ con toda las carnes flojas y maltratadas/ de los angustiantes días/ todas las mismas cosas  el mismo asunto/ nombre y apellidos distintos/ en el juego más sucio/  el del alterno/ hoy yo/ mañana tu". 

 
El yo poético se subleva ante la rutina que lo burla, mientras el hastío se aprovecha de lo que queda, (la ruina ), cansada por el dolor de la repetición constante de lo mismo  con diferentes nombres y apellidos. 
Subrayando la importancia de la percepción, de como ella verse hacia adentro, permite llegar a una confluencia y a una polifonía de voces.
Veamos el poema Perfecta dualidad de mi ser. 
 
La voz privada se visualiza públicamente.  De igual manera se cuestiona esa misma voz privada, íntima inscrita desde el cuerpo de una mujer. Es la sorpresa que provoca reformular lo privado enfrentando al espejo, reflejo de la otredad, ámbito de territorios no poseídos. Para de otra manera  irrumpir con un modo particular de enunciarlos, sin dejarse amedrentar por los tropos más frecuentados por las mujeres, a través de las épocas. Tampoco se descuida al aspecto del cuerpo  como constructo social, opuesto al que propone el cuerpo .como codificado bajo una opción de naturaleza versus la cultura.

Lo esencial en la poesía de Carmen Sánchez, es la búsqueda de la claridad y transparencia en la palabra, ese afán por encontrar el vocablo justo, ese cabalgar sobre su angustia existencial que traduce a cabalidad su estado de animo y la hace que se manifieste a través de la cotidianidad, el tiempo y el espacio. 
Es, también un triángulo temático de amor soledad y sobre todo la muerte, donde nacen y crecen las palabras de Carmen, quien  además del deslumbre lírico, de sus cuidadas metáforas e imágenes , tiene la hondura con que trascienden, se proyectan y recrean en el que las recibe. 
Doris Melo
 

[1] Carmen Sánchez, Demando de otro tiempo. Santo Domingo: Offset y Encuadernaciones, 1995.
 
[2] -Carmen Sánchez. Descalza sobre piedras. New York –Santo Domingo: Ediciones Alcance, 1985
[3] - José Alejandro Peña. Sobre Carmen Sánchez y su poética. http://poetasdominicanos.tripod.com/id29.htm