LENGUAJE DEL SILENCIO    
 
He venido a desatar los nudos del silencio
con mis manos cansadas y la piel herida
¿Era preciso despejar las espinas
de aquellas palabras a la deriva?

He aquí del silencio una enseñanza:
la de sostener en el tiempo la lectura
y esperar las claves que el gesto deja.
¿Era necesario tragarse las espinas?

Me he visto con las manos torpes
sin encontrar la lectura de los nudos
casi rebeldes, suspirando
por el canto de la cuerda del violín.

Y me he tragado una estampida
sin saber ni causa ni destino  
Un clamor multiplicado de su espuma
manantial de jugos ácidos.   

Conocí los nudos en las venas de mi alma
y la espera por su cicatriz alada.  
Un desfile de ilusiones marchitas
dejaron en el atrio las ofrendas del olvido.

El silencio conoce el lenguaje de las cuerdas
y no necesita liberadores,
antes bien, sólo confidentes
dispuestos a permanecer ante sus puertas.

Sí, era necesario asomar el oído
al oscuro lenguaje del silencio.