Antiaullido
Publicado en Oct 23, 2009
Parapetado y a los gritos les digo: sólo soy la mula de mi mala musa, castigo divino, mal karma por el que el patriarca de mi cuadra me acribilla a carcajadas negando a la poesía, frunciendo el ceño, llamando a la policía. Palmeando una nalga que pasa mientras la tribuna grita al esposado: -¿que va a ser del mundo si todos escribimos versitos? -qué facil es tu vida, querido, vos dale con la rima. -hay mucho en juego. -hay deudas y futuras hogueras en la tierra prometida. -hay seguros contra todo riesgo. Pero pronto se olvidan y se van para adentro. El barrio que miro desde el patrullero, pronto queda desierto. Acaso jugará Boca o empieza la nueva novela. Pinto como puedo mi máscara en el papel, who cares? Los zagueros, graduados en la ESMA, cometerán penales que no se sancionarán. El mismo vecino, ahora mi abogado, me vuelve a acribillar, justo él, que es el mismo patriarca de los garcas, el de las cuentas engominadas de economistas de diseño en oficinas que conspiran contra el marxismo mágico de mis utopías, sí, y con estadísticas ganan guerras frías, templadas al rojo vivo y, sobre todo, al rojo muerto. Perdí al burgués que era, siguiendo la ley, y enfurecido tiré la casa por la ventana, me puse a pilotar copas de champagne, me estrellé una madrugada. Dormí siglos a la intemperie, perdí esos amigos que perdoné y pronto estuve barriendo mis escombros en sus palacios, las mismas virutas de aquella ley diciendo: "si señor" "no señor" mirando al piso, besando el anillo de los elegidos, de los constantes, de los ungidos, agradecido de la cristiana bondad del Señor.
Página 1 / 1
|
inocencio rex
Serena
Carol Love
facundo aguirre