DIODRO EN EL PROSCENIO
Publicado en Oct 24, 2009
Acto I (El Encuentro)
Mangos de franela deslizan desde el tórrido fortín, a lo lejos, creman las miradas entre indolencias, así migran, retornan a su guarida. El viento del oeste encauzó mi periplo, mares azafranados volcaron la refriega, mi hogar, mi templo, mi condena, yace al otro costado de la cimas... Acto II (La sorpresa) Ladrillos de estacas pululan entre el barro, fue la tapia vestigio de felonías, el corpúsculos viscosos luce jirones de molleras, un minuto, tal vez un instante, valió el colmillo de acero pregonado en la remesa, aquella horda de infieles clamara en las noches, volaran sus sustentos, cobijaran su desdicha. Acto III (La furia) Soy Diodoro como el de Agiria, zarpo en vientres de arrebato, nací un día de bruma cuando las aguas danzaron sobre el éter, y las olas surcaron sin remolinos. Me agasajó el acero, me cultivó la maleza, me domó el menesteroso, mi destino fue la comarca, y sus proclamas rugen la vendetta de sus restos . Acto IV (La previa) Al sur mi cansancio transita, el asalto espera su turno, el miedo surca en telones, aquí, frente al delirio, descansa mi tortura, tabica mi designio. Solo un jilguero modula el tenue fulgor de vida, la negrura carcome los cebos del silencio, más espero, acurruco, atesoro, la gelidez del lucero, la previa de la justa Acto V (La Cruzada) Frente a mi última contienda, se esparcen los bramidos, el oriente acuñó morrales de vehemencia, lo quise por un instante, en un suspiro me acongoja la arena, de mis dedos llueven cristales rojos, al acto escribe, la sentencia emerge, las almas ya están en regazo, y en mis pupilas se refleja un rió de masas, esperando mi desplome Acto VI (La Despedida) El letargo guió mi butaca cuando la venganza fue concebida, mas mi marcha es la dote, y de un rincón del cielo las coronas tornan grises, mi tiempo se acaba, lo veo en la cobija, lo siento en mi alas, lo sustancia la guarida. ¡Oh Diodóro! dónde te has perdido, quién acalló tu trinchera, quién dibujó tu congoja, quién levantó tu vuelo, quién fundió tu acero, quién nos legó la desdicha. Acto VII (La Leyenda) Amén recitamos los testigos de tu infierno, ya el relámpago tronó en nuestra loza, y el canto de la alborada flota en la silueta, entre llamaradas, zarpando en mitos, despidiendo los silencios, de éste partisano, que ya es eterno.
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Diego Lujn Sartori
Hace tiempo que no interactuamos. Te dejo tres estrellas a esta muy bien lograda poesía.
Te invito que pases por mi página a ver los últimos 10 textos. Si algo te gusta comentalo.
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40 y 50
saludos
Diego