Cuanto tiempo de vivir en esta burda sociedad hacedora
de milagros.
Cuesta mucho comprender el descaro en la función.
Fabricante de miedo por las calles, ametrallando sin
parar la creación.
Dios olvidado en la senda de los mundos,
el ego del tiempo que llora su ambición,
reprimendas enclaustradas con apremios legales
que embardunan los actos y encarcelan amor.
Príncipe de las tinieblas.
Los pactos han comenzado, pues la mentira
ha ocasionado el destino humano y la demasía
de veneno al fin rodó por el cuerpo imantado
crucificando la acción.
Ya nada existe en lo esencial.
Valor hombre derecho.
Asegúrate de haber conformado el futuro
en miseria y ardua crueldad,
Es similar a tu vida de hoy derrochando sangre
innecesaria, aunque a veces te equivoques y
oprimas el gatillo de tu ser.
Perdura lo bueno y tu terminas.
Reinado de la ira.
Dictadura de los años del siempre y el núnca.
Considero que tu profunda realidad no afecta
tu profunda claridad y aún en las manos puedes
arrugar las hojas nuevas, para ejemplificar
la enseñanza del siempre o el núnca que hemos
vivido hasta aquí.
Destrucción.
Fatal destrucción de la creación
Nada es simple. Todo es oscuro, hasta el agua
que bebes sin cesar y no te daña por algo nuevo
que has adquirido.
Comprendo que el fin es el comienzo de lo nuevo,
¿Y que serán las nuevas finalidades?
Basta de morir.
El engendro duerme acurrucado en tu corazón.
Clávate un puñal, destruye al fin tu vida, rompe con
lo escrito, falta a la verdad, mata a tus amigos, tacha lo
convencional y diplómate de hombre, seras hombre al fin,
un hombre verdadero.
Ayer sabía que iba a ser un hombre, hoy se que soy un
hombre y mañana seguiré siendo un hombre a pesar de
todo y de mi mismo.
 
Jorge Dossi - 1977