Hace tiempo, supe tener cerca mío una usina que generaba sentimientos de infinita profundidad, mi colegio secundario: el "Integral" de Munro.
   "Tan lejano" es el recuerdo de una etapa increíble que aún  perdura en el corazón de los que amaron y vivieron intensamente toda su magia y aun hoy, resisten su olvido ante el paso inexorable de los años. (1972-1976)
Jorge Dossi  -   1986 

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                                   REENCUENTRO CON EL BALANCE
 
                         I.- Encontrarse con la propia visión de uno mismo
 
 
    Aquellos años gloriosos se habían esfumado por completo de la memoria. No fue por arte de magia. Para muchos fue conveniencia, a otros le pasaron por el costado. A mí, me hervían en una incesante búsqueda de definiciones y nuevos horizontes. No podía resignarme al borrón y cuenta nueva, sabía que iba a continuar mi crecimiento al calor de esas experiencias y que, de ahora en más, un destino incierto me desafiaría constantemente.
   Tenía que convencerme. Estaba sólo, absorbiendo esa herencia querida que había disfrutado; a la que le había sacado el jugo hasta el hartazgo y de la que temía, fuera a serme inútil ante las nuevas responsabilidades.
   Lo cierto es que tanto deambular por los pasillos de mi laberinto, pude dar con mi objetivo: mi encuentro. Sí. Yo me encontré de golpe. Me ví cargando las nostalgias que mi corazón pedía, bombeando incansable, para impedir que el futuro sepultara esos años de construcción auténtica.
   La visión del pasado desde el presente tenía su lógicas ventajas y desventajas, pero sugería reflexiones que no tardaron en aturdirse ante la incertidumbre. Ahí estaba esa mañana de marzo de 1977 enfrentando al teatro del dolor. La primera incursión conciente al sistema salvaje de los unos y los otros. La primera distracción pagada con sangre inocente.
   Allá voy a verme entre todos. A caminar las calles y gastar mis palabras, a endurecer mi rostro y a revisar mis alas. Se vino de golpe la oscuridad pero las cartas continuaron su peregrinar de mano en mano y transmitieron los mensajes. Llegue a verme reflejado en esa multitud que comenzaba a agachar la cabeza y a esperar, impaciente, pero a esperar.